.--------------- ESTUDIOS REGIONALES Y SECTORIALES 13551 NOV. 1998 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Estudio empirico -------~----------. COMPILADO POR GEORGEPSACHAROPOULOS 'iARRY ANTHONY PATRINOS Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina Estudio empirico ESTUDIOS REGIONALES Y SECTORIALES DEl BANCO MUNDIAL Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina Estudio empirico COMPllADO POR GEORGEPSACHAROPOUlOS HARRY ANTHONY PATRINOS Banco Mundial Washington, D.C. Copyright © 1999 Banco Intemacional de Reconstrucci6n y Fomento / Banco Mundial 1818 H Street, N.W. Washington, D.C. 20433, EE.UU. Reservados todos los derechos Hecho en los Estados Unidos de America Primera impresi6n en ingles: septiembre de 1994 Primera impresi6n en espanol: noviembre de 1998 En la Serie de Estudios Regionales y Sectoriales del Banco Mundial se publican es- tudios cuyo tema 0 cobertura geografica es relativamente Iimitada, pero que con- tribuyen al fundamento intelectual de las operaciones de desarrollo y la formulaci6n de pollticas. Algunas fuentes citadas en este estudio pueden ser documentos no ofi- ciales que no se hallan a disposici6n del publico. Las observaciones, interpretaciones y conclusiones expresados en esta publicaci6n pertenecen enteramente al autor 0 autores y no deben atribuirse en modo alguno al Banco Mundial ni a sus instituciones afiliadas, ni tampoco al Directorio Ejecutivo 0 a los paises representados en d. El material contenido en esta publicaci6n esta protegido por copyright. Las solici- tudes de autorizaci6n para reproducir partes de la misma deben dirigirse a la Office of the Publisher, en la direccion que aparece arriba. EI Banco Mundial alienta la di- fusion de su trabajo; en general, dara su autorizaci6n prontamente y, cuando la re- producci6n no sea para fines comerciales, sin cobrar cargo alguno. La autorizacion para reproducir partes del texto que se utilizaran con fines docentes se otorga a traves del Copyright Clearance Center, Inc., Suite 910, 222 Rosewood Drive, Danvers, Massachusetts 01923, Estados Unidos. La lista completa de publicaciones del Banco Mundial figura en el Index of Pub- lications que sc publica anualmente, que contiene una !ista alfabetica de titulos y un in dice de temas, autores, y paises y regiones. La ultima edicion puede obtenerse gra- tuitamente en: Distribution Unit, Office of the Publisher, The World Bank, 1818 H Street, N.W., Washington, D.C. 20433, Estados Unidos, 0 en: Publications, The World Bank, 66 avenue d'Iena, 75116, Paris, Francia. George Psacharopoulos es asesor principal del vicepresidente del Departamento de Desarrollo de Recursos Humanos y Polfticas de Operaciones. Harry Anthony Patrinos es economista y trabaja en el Departamento de Educaci6n y Polftica Social. Se ha solicitado a la Libreria del Congreso la eatalogaei6n de esta publieaei6n. " Iodice Prefacio xiii Agradecimientos xv Resumen xvii 1. Introducci6n 1 George Psacharopoulos y Harry Anthony Patrinos Objetivo del estudio 1 EI problema 2 2. EI costo de la etnicidad: Examen internacional 7 Harry Anthony Patrinos Perspectiva global 7 Las poblaciones indigenas de America del Norte 11 Las poblaciones indfgenas de Nueva Zelandia y Australia 16 Las poblaciones indfgenas de America Latina 17 Conclusion 24 3. Magnitud de la poblacion indigena 25 Mary Lisbeth Gonzalez Definiciones operativas de la poblacion indfgena 25 Fuentes de informacion 30 Tamafio y ubicacion de la poblacion 32 Caracterfsticas etnolingiifsticas 35 Alfabetismo y caracterfsticas educacionales 39 Conclusion 43 4. Melodos y datos 45 Harry Anthony Patrinos Encuestas de hogares y definiciones 45 Campos de amllisis 49 v vi Las poblaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina Principaies explicaciones de las diferencias etnicas socioeconomic as 50 Metodologfa 55 Conclusion 59 5. Zonas urbanas de Bolivia 61 Bill Wood y Harry Anthony Patrinos Magnitud de la pobreza 62 Perfil de la pobreza 63 Determinantes de la pobreza 77 Efectos del genero y el origen etnico sobre los alios de educacion cursados 79 Educaci6n e ingresos laborales: hombres 87 Educaci6n e ingresos laborales: mujeres 91 Fecundidad, educacion y participacion femenina en la fuerza laboral 95 Conclusi6n 102 Nota 106 6. Guatemala 107 Diane Steele Distribuci6n de la poblaci6n 108 Incidencia de la pobreza 109 Educaci6n 115 Trabajo de menores 124 Ailos de ocupaci6n 128 Ingresos laborales 129 Conclusion 138 7. Mexico 139 Alexis Panagides Caracterfsticas de la muestra 140 Ingreso e incidencia de la pobreza 142 Caracterfsticas educacionales 151 Determinantes de los ingresos laborales 158 Trabajo de menores y educaci6n 167 Conclusion 176 8. Peru 179 Donna Macisaac Identificaci6n de la poblacion indfgena 180 Perfil de la pobreza 183 Proyecciones de los ingresos laborales 197 Escolaridad y actividades laborales de los j6venes peruanos 210 Migraci6n 216 Conclusion 219 Nota 221 india vii 9. Conclusion 223 George Psacharopoulos y Harry Anthony Patrinos Principales conciusiones 224 Ensefianzas aprendidas 233 Investigaciones futuras 235 Referencias 239 Cuadros 3.1 EI problema lingiiistico en el trabajo de investigacion en America Latina 29 3.2 Algunas definiciones de la etnicidad utilizadas en America Latina 30 3.3 Estimaciones de la poblacion indigena de America Latina, dec ada de 1970 31 3.4 Estimaciones de la poblacion indigena de America Latina, dec ada de 1980 32 3.5 Poblacion boliviana de mas de cinco alios de edad por origen ctnico y region, 1988 33 3.6 Poblacion indigena de Guatemala, 1921-81 33 3.7 Poblacion de Guatemala por origen etnico y region, 1973 y 1981 34 3.8 Poblacion del Peru por origen etnico y region, 1972 y 1981 34 3.9 Poblacion indigena bilingiie y monolingiie en el Peru, por regiones, 1981 35 3.10 Poblaciones indigenas de Mexico, 1930-90 35 3.11 Poblaciones indigenas de Mexico de mas de cinco alios de edad, por idiomas, 1980-90 36 3.12 Diversidad lingtiistica en America Latina 36 3.13 Distribuci6n lingiiistica de la poblaci6n indigena de Bolivia, decada de 1980 37 3.14 Distribucion lingiiistica de la poblacion indigena de Guatemala, dec ada de 1980 38 3.15 Distribuci6n lingiiistica de la poblacion indfgena de Guatemala, dec ada de 1970 38 3.16 Distribucion lingiiistica de la poblacion indigena del Peru, decada de 1980 39 3.17 Distribucion lingiiistica de la poblaci6n indigena de Mexico, 1990 39 3.18 Tasas de analfabetismo por origen etnico y pais, decadas de 1970y 1980 40 3.19 Tasas de analfabetismo de la poblaci6n indfgena de Bolivia, 1976 y 1988 41 3.20 Tasas de analfabetismo por idioma y region en Bolivia, 1988 41 3.21 Tasas de analfabetismo de Ia poblacion indigena monolingiie de Bolivia, por idiom a y genero, 1988 41 viii Las nf)f>lm"IIIJ~"" en America Latina 3.22 Tasas de analfabetismo en Guatemala por origen etnico y region. poblacion de 30 arios y mas, 1973 y 1981 42 3.23 Tasas de analfabetismo en el Peru por origen etnico, genero y region, 1972 42 3.24 Tasas de analfabetismo en Mexico por estado, pob\aci6n de 15 arios y mas, 1970 y 1990 43 5.1 Incidencia de la pobreza por origen etnico 63 5.2 Distribucion de las categorfas de pobreza por origen etnico 64 5.3 Niveles medios de ingreso per capita 64 5.4 Distribuci6n de la poblaci6n urbana boliviana por regiones 65 5.5 Edad media de los integrantes y jefes de unidades familiares 66 5.6 Genero de los integrantes y jefes de unidades familiares 67 5.7 Estado civil de los integrantes y jefes de unidades familiares de 15 anos y mas 67 5.8 Tamario medio de las unidades familiares 68 5.9 Anos medios de escolaridad 68 5.10 Incidencia de la falta de escolaridad 69 5.11 Distdbuci6n de los arios de educaci6n. por genero y odgen etnico 70 5.12 Niveles de matrfcula de estudiantes 71 5.13 Situaci6n de empleo 72 5.14 Distribuci6n de las categorfas de empleo por origen etnico y pobreza 73 5.15 Empleo en el sector informal por origen etnico y gropos de ingresos 74 5.16 Situaci6n general de salud 75 5.17 Indicadores de la atenci6n materna 76 5.18 Ntimero medio de ninos nacidos, muertos y actualmente vivos por mujer de 13 anos 0 mas 77 5.19 Conocimiento de la terapia de rehidrataci6n oral (TRO) entre los adultos 77 5.20 Caracterfsticas y propiedad de fa vivienda 78 5.21 Determinantes de la pobreza para todos los individuos 79 5.22 Determinantes de la pobreza, jefes de unidades familiares 80 5.23 Probabilidad de que el jefe de la unidad familiar sea pobre, por caracterfsticas seleccionadas 81 5.24 Determinantes del ntimero de arios de educacion, submuestra de adultos 82 5.25 Probabilidad de no haber completado el nivel escolar primario, submuestra de adultos 82 5.26 Arios medios de escolaridad por origen etnico y genero, submuestra de jovenes que asisten a la escuela 83 5.27 Determinantes del ntimero de arios de educacion, submuestra de jovenes que asisten a la escuela 84 5.28 Matricula escolar por origen etnico y genero. totalidad de la submuestra de j6venes 85 fndice ix ----- 5.29 Detenninantes de la participacion escolar, totalidad de la submuestra de jovenes 86 5.30 Probabilidad pronosticada de matrfcula en la escuela, ninos de 7 a 14 afios de edad 87 5.31 Medias de la variables de la muestra, hombres empleados 88 5.32 Detenninantes de los ingresos laborales, hombres empleados 90 5.33 Desventaja de los trabajadores indfgenas en materia de ingresos laborales y su descomposicion 91 5.34 Contribucion de cada variable ala diferencia global 92 5.35 Medias de las variables de la muestra, mujeres empleadas 93 5.36 Detenninantes de los ingresos laborales, mujeres empleadas 94 5.37 Medias y desviaciones estandar de las variables de la muestra, mujeres en union con un conyuge presente 96 5.38 Fecundidad media y mortalidad infantil por caracterfsticas socioeconomicas, mujeres en union con un conyuge presente 97 5.39 Detenninantes de la fecundidad, mujeres en union con un conyuge presente 100 5.40 Detenninantes de la mortalidad infantil, mujeres en union con un conyuge presente 10 1 5,41 Caracterfsticas de las mujeres que trabajan y que no trabajan, en union con un conyuge presente 102 5,42 Participacion femenina en la fuerza laboral, mujeres de 20 a 60 afios de edad 104 6.1 Distribucion demognifica de la muestra 109 6.2 Distribucion por estado civil, personas de 15 afios 0 mas 109 6.3 Estado civil de los jefes de unidades familiares 110 6.4 Unidades familiares situadas por debajo del nivel de pobreza y otros indices de pobreza 111 6.5 Fuentes del ingreso familiar 111 6.6 Servicios publicos, totalidad de las unidades familiares 112 6.7 Servicios publicos en unidades famiIiares situadas por debajo del nivel de pobreza 113 6.8 Propiedad de la vivienda 114 6.9 Cocinas y combustibles para cocinar 115 6.10 Anos promedio de escolaridad 119 6.11 Detenninantes de los afios de escolaridad 119 6.12 Detenninantes de los afios de escolaridad, personas de 10 a 14 anos de edad 120 6.13 Ninos que asisten a la escuela como porcentaje del gropo de edad 121 6.14 Probabilidad de asistencia alIa escuela 122 6.15 Probabilidad pronosticada de asistencia a Ia escuela 122 6.16 Probabilidad de desercion de la escuela primaria 123 6.17 Tasas de analfabetismo por gropos de edades 125 6.18 Probabilidad de analfabetismo 125 x Las en America Latina 6,19 Caracteristicas de los nifios que trabajan 126 6,20 Probabilidad de que los nifios trabajen 127 6,21 Probabilidad pronosticada de que los nifios trabajen 127 6,22 Caracteristicas seleccionadas de las personas que trabajan 128 6.23 Ocupaci6n principal 129 6.24 Ingresos promedio 130 6,25 Ingreso mensual promedio por nivel de educaci6n, personas de 14 afios 0 mas 131 6,26 Salarios, escolaridad, horas seman ales de trabajo y experiencia potencial, por ocupaciones 133 6.27 Variables del analisis de la participaci6n en el mercado laboral (trabajadores solamente) 135 6.28 Funciones de ingresos laborales 136 6.29 Descomposici6n de la diferencia de ingresos laborales 137 7,1 Caracterfsticas de la muestra de poblaci6n de los municipios 142 7.2 Ingreso mensual promedio por persona, por grupos indigenas de los municipios 145 7.3 indices de pobreza FGT 147 7.4 Factores determinantes de la pobreza 148 7,5 Ingreso y desigualdad 151 7.6 Analfabetismo por genero y categorfa de municipios 154 7,7 Aiios promedio de escolaridad por genero y categoria de municipios 155 7.8 Determinantes de los aiios de escolaridad 155 7.9 Tasas de deserci6n de la escuela primaria por genero y categorias de municipios 156 7,10 Factores determinantes de la deserci6n de la escuela primaria 157 7,11 Probabilidad simulada de la deserci6n de la escuela primaria 158 7,12 Salarios mensuales promedio en sectores seleccionados, por categorias de municipios 159 7.13 Caracteristicas de [a muestra de hombres trabajadores 160 7,14 Funciones de ingresos laborales por categorias de municipios 162 7,15 Afiliaci6n masculina a sindicatos e ingresos laborales por categorfas de municipios 163 7.16 Descomposici6n de la diferencia etnica de ingresos laborales 163 7,17 Contribuci6n de las variables ala diferencia de ingresos laborales 164 7.18 Funciones de ingresos laborales por genero 166 7.19 Afios medios de escolaridad, por caracterfsticas seleccionadas de la muestra 170 7.20 Afios promedio de escolaridad por genero, edad y categorias de municipios 171 india xi ~------------------------------------------------- 7.21 Explicaci6n del rendimiento escolar y el trabajo de menores 173 7.22 Medias de los factores importantes del nivel de instrucci6n 174 7.23 Ingreso laboral promedio de menores 175 8.1 Distribuci6n por tipo de idioma 180 8.2 Descripci6n de las unidades familiares segun su ubicaci6n rural 0 urbana 181 8.3 Distribuci6n por edades 182 8.4 Distribuci6n regional de la poblaci6n 183 8.5 Familia de medidas de pobreza de Foster-Greer-Thombecke para niveles de pobreza 184 8.6 Participaci6n de la poblaci6n indfgena en cada decil de ingreso 187 8.7 Indice de Gini de desigualdad del ingreso por origen etnico y ubicaci6n 187 8.8 Distribuci6n del ingreso por sectores econ6micos 189 8.9 Condiciones de vivienda 190 8.10 Condiciones de salud por origen etnico 192 8.11 Afios de educaci6n cursados, por edad y ubicaci6n 193 8.12 Distribuci6n de analfabetismo por idioma y ubicaci6n 194 8.13 Nivel de instrucci6n mas alto de los jefes de unidad familiar 195 8.14 Nivel de instrucci6n mas alto 197 8.15 Participaci6n en la fuerza laboral, de 12 a 65 afios de edad 199 8.16 Distribuci6n de la poblaci6n peruana por sectores econ6micos, genero y origen etnico 201 8.17 Ocupaci6n por origen etnico y genero 202 8.18 Caracteristicas medias por origen etnico 204 8.19 Funciones de ingresos laborales basicos por origen 6tnico 205 8.20 Funciones ampliadas de ingresos laborales por origen etnico 206 8.21 Funciones ampliadas de ingresos laborales por origen etnico y nivel de educaci6n 209 8.22 Desventaja de los trabajadores indfgenas en materia de ingresos laborales y su descomposici6n 210 8.23 Contribuci6n de la variables 211 8.24 Caracteristicas medias por origen etnico y ubicaci6n, nifios de 7 a 16 afios 212 8.25 Caracterfsticas medias de padres/hijos, nifios indfgenas 213 8.26 Caracterfsticas medias de los hogares de los nifios indfgenas 214 8.27 Caracterfsticas medias escolares de los nifios indfgenas 215 8.28 Migraci6n de acuerdo con ellugar de nacimiento 217 8.29 Factores detenninantes de la emigraci6n dellugar de nacimiento 217 8.30 Migraci6n a la ubicaci6n actual 218 9.1 Poblaci6n indfgena 224 9.2 La pobreza en America Latina 225 9.3 El nivel de instrucci6n y eI incremento del ingreso asociado con un ano mas de escolaridad 231 xii Las poblaciones indtgenas y la pobreza en America Latina Graficos 5.1 Afios de educacion cursados, por origen etnico y cohorte de nacimiento 71 5.2 Fecundidad y mortalidad infantil para mujeres de mas de 45 anos de edad, por origen etnico y educacion 99 5.3 Participacion femenina en la fuerza laboral e ingresos laborales, por origen etnico y educacion 103 6.1 Distribucion de la educacion por origen etnico 116 6.2 Distribucion de la educacion indfgena 117 6.3 Distribucion de la educacion en la poblacion no indigena 118 6.4 Analfabetismo por zona de residencia 124 6.5 Ingreso mensual promedio por grupos de edades 132 7.1 Distribucion de las observaciones por concentracion indigena de los municipios 140 7.2 Porcentaje de la poblacion indigena por estados mexicanos 141 7.3 Ingreso per capita promedio de las unidades familiares y concentracion indigena 146 7.4 Incidencia de la pobreza por tipos de municipios 147 7.5 Activos del hogar en zonas indigenas y no indfgenas 149 7.6 Material de las paredes de los hogares 150 7.7 Ingreso y nivel de educaci6n 152 7.8 Anos promedio de educacion cursados por cohortes de edad 153 7.9 Distribucion de la muestra y la submuestra 167 7.10 Distribucion de los ninos que asisten a la escuela, por grupos de municipios 168 7.I1 Distribucion de los niiios que trabajan, por grupos de municipios 169 7.12 Numero promedio de afios de educacion. por origen etnico 171 8.1 Distribuci6n del ingreso familiar a nivel nacional 186 8.2 Distribuci6n del ingreso per capita de las unidades familiares 188 8.3 Educacion formal par cohortes de nacimiento 196 Recuadros 2.1 La educacion indigena y el media ambiente 19 3.1 Caracterfsticas de los grupos indfgenas 26 4.1 Encuestas de hogares y definiciones 46 Prefacio Los indfgenas constituyen un segmento importante y bien definido de la pobla- ci6n de America Latina. En algunos paises, la mayor parte de la poblaci6n es in- dfgena. En Bolivia, por ejemplo, mas de la mitad de la poblaci6n total tiene ese origen. Las poblaciones indigenas tienen mas probabilidades de vivir en la po- breza que todos los demas sectores de la sociedad. En gran medida, ser indfgena tambien significa ser pobre. La incidencia de la pobreza en America Latina, aunque elevada, es especial- mente aguda entre las poblaciones indfgenas. En Bolivia, donde mas de la mitad de la poblaci6n total es pobre, mas de las dos terceras partes de la poblaci6n in- digena vive en la pobreza. En Guatemala, mas de dos tercios de la poblaci6n es pobre, pero casi el 90% de la poblaci6n indfgena vive en la pobreza. El rendimiento escolar esta estrechamente relacionado con el origen etnico y la incidencia de la pobreza. Entre la poblaci6n indigena, la dotaci6n de capital hu- mano es mucho menor que entre otros gropos sociales. En Guatemala, pOI ejem- plo, los trabajadores indigenas del sexo masculino tienen un promedio de 1,8 arios de instrocci6n. En este in forme se sefiala que, al hacerse mas equitativas las oportunidades de ge- neraci6n de ingresos, las poblaciones indigenas podrian aumentar su productividad dentro y fuera del mercado, y se reducirfan considerablemente la desigualdad y la pobreza. Esto indica que es posible mejorar las condiciones socioecon6micas de la poblaci6n indfgena, ya que las diferencias en el nivel de ingreso se deben principal- mente a variables como la educaci6n, en las que las politicas tienen gran influencia. Esta capacidad latente ofrece gran des esperanzas para el futuro. No obstante, deben encontrarse adn los medios para mejorar el capital humane en las poblaciones indi- genas y crear las condiciones necesarias para que estas puedan obtener el maximo beneficio de su propia capacidad para que la productividad pueda aumentar de acuerdo con las inclinaciones de cada individuo y cada comunidad. Sri-Ram Aiyer Director, Departamento Tecnico Oficina Regional de America Latina y el Caribe xiii Agradecimientos En este trabajo hemos contado con los valiosos comentarios y el estimulo de di- versas personas que han leido las versiones anteriores y han participado en reu- niones en el Banco Mundial y en conferencias organizadas por la Comparative and International Education Society y la Canadian Economics Association. En particular quisieramos agradecer los valiosos comentarios de Simon Brascoupe, Renee Dankerlin, David Hughart, Zafiris Tzannatos y Eduardo Velez; a Sandra Rosenhouse por sus comentarios y el material que se incorporo en el capitulo de Bolivia; a Haeduck Lee por la preparacion de un estudio de antecedentes; a Johanna Coenen por su aporte de un estudio de antecedentes, el formato y la edi- cion de una version anterior de este documento y por su Liti! informacion durante toda la preparacion del estudio, y a Faraaz Siddiqi por su ayuda en la edici6n y el formato del manuscrito final. Este estudio no pod ria haberse materializado sin la orientaci6n, los comentarios y el estfmulo de Shelton Davis. Se agradece asi- mismo el respaldo financiero del Comite de Investigaciones del Banco Mundial. .xv Resumen En momentos en que existe un creciente interes intemacional por incorporar mas plenamente a las poblaciones indigenas en el proceso de desarrollo, se reconoce que, aparte de la observacion casual, es poco 10 que se sabe acerca de su situa- cion socioeconomica. Las numerosas investigaciones realizadas por los antropo- logos documentan que los pueblos indigenas figuran entre los mas pobres de los pobres. Pero hasta ahora, los economistas han ignorado este problema, debido a la falta de microdatos de calidad que incluyan informacion sobre el origen etnico de las personas. Se carece de estudios economicos -aparte de unos pocos anali- sis de paises- en los que se investiga la profundidad y la difusion de la pobreza, asi como las razones que la causan. En un esfuerzo por conte star a estas preguntas, especialmente a un nivel regio- nal, y con el fin de complementar las numerosas investigaciones antropologicas de que se dispone, en este estudio se utilizan metodos econ6micos para documen- tar la situacion socioeconomica de las poblaciones indfgenas, que en America Latina se estima alcanzan a 34 millones de personas, 0 sea el 8% de la poblacion de la region. Los resultados confirman que las poblaciones indigenas constituyen un grupo sumamente desfavorecido y, en aspectos como la educacion, su situ a- cion es min peor de 10 que se esperaba. Pero los resultados tambien muestran que los responsables de la formulaci6n de politic as pueden ayudar a las poblaciones indfgenas a mejorar su situacion fortaleciendo las reservas de capital humano. Las polfticas destinadas a reducir la brecha educacional entre las personas de ori- gen indfgena y no indfgena podrfan contribuir en forma significativa a disminuir las diferencias de ingreso y ocasionar una considerable disminucion de la pobreza entre las poblaciones indigenas. Si bien la definicion de la poblacion indigena difiere de un pais a otro debido a la utilizacion de diferentes instrumentos de investigacion, el estudio se basa en tres variables para identificar a las poblaciones indigenas y no indfgenas: la len- gua hablada, la propia percepcion y la concentracion geogrMica. En Bolivia y Peru, la lengua es la caracteristica definitoria. En Bolivia es posible distinguir entre personas monolingties y bilingties (espanol y lenguas indfgenas), mientras xvii xviii Las nn~,uJ(·1ft en America Latina que en Peru solo pueden identificarse indfgenas monolingties 0 hispanohablantes. En Guatemala la clave es la autoidentificacion 0 autopercepcion, mientras que en Mexico se utilizan la lengua y la concentracion geognlfica. Los resultados de este estudio seiialan que la mayor parte de las poblaciones indfgenas de America Latina, que se diferencian de la poblacion no indigena 0 hispanohablante, vive en condiciones de extrema pobreza. A continuacion se in- cluyen la'i principales comprobaciones. Principales conclusiones Entre las poblaciones indigenas de America Latina, la pobreza es generali. zada y grave. En Bolivia, si bien mas de la mitad de la poblacion total es pobre, mas de dos terceras partes de la poblacion indigena bilingtie y cerca de tres cuar- tas partes de la poblacion indfgena monolingtie vive en situacion de pobreza. En Guatemala, la mayoria, 0 sea e166% de la poblacion es pobre, y el 38% de todas las unidades familiares se encuentran por debajo del nivel de extrema po- breza. La poblacion indfgena, sin embargo, es desproporcionadamente pobre: el 87% de todas las unidades familiares indfgenas se hallan por debajo del nivel de pobreza, y el 61 % por debajo del nivel de extrema pobreza. En Mexico, la densidad de la poblacion indigena en un municipio guarda una estrecha correlacion con la incidencia de la pobreza. En los municipios en los que menos del 10% de la poblacion es indfgena, el indice basado en el numero de po- bres alcanza al 18%; en aquellos que son de un 10% a un 40% indigenas, e146% de la poblacion es pobre, y en los municipios en los que existe mas de un 70% de poblacion indfgena, mas del 80% de la poblacion es pobre. La mayor parte de la poblacion indfgena del Peru es pobre (79%) y mas de la mitad es extremadamente pobre. De hecho, las poblaciones indigenas tienen una probabilidad de una vez y media mas de ser pobres que las poblaciones no indf- genas, y de casi tres veces mas de ser extremadamente pobres. En consecuencia, la poblacion indfgena representa el 11 % de la poblacion de la muestra, mientras que al mismo tiempo representa el 19% de los pobres y el 27% de los extrema- damente pobres en la poblacion peruana. En Guatemala, el grado de desigualdad de ingresos entre la poblacion indfgena y no indfgena combinada en cada region es mayor que la desigualdad estimada de ingresos entre los diferentes grupos. Ello demuestra que la desigualdad en el ingreso es claramente un problema interetnico. Los resultados del anal isis estadfstico de los determinantes de la pobreza en Mexico indican que un incremento del 1% en la poblacion indfgena de un muni- cipio aumenta aproximadamente un 0,5% la probabilidad de que una persona sea pobre. Esta variable tiene un considerable impacto, dada la amplitud de la con- centracion de la poblacion indigena, de 0 a 100%. EI hecho de vivir en un muni- cipio que es un 50% indigena incrementa la probabilidad de ser pobre en un 25%, 10 que indica un mayor incremento en la probabilidad marginal de ser pobre que el que es posible obtener con cualquier otro factor observado. Resumen XIX En un amllisis similar sobre Bolivia se llega a la conclusi6n de que el hecho de ser indigena incrementa en un 16% la probabilidad de ser pobre. La probabilidad de pobreza aumenta cerca de un 45% en el caso de los miembros de unidades fa- miliares cuyo jefe esta desempleado. De ello se deduce que el empleo constituye un factor mas importante que el hecho de ser indigena para reducir la pobreza. Entre los jefes de unidades familiares que son indfgenas, la participaci6n en la fuerza laboral conduce a una reducci6n del 40% en la incidencia de la pobreza. En estrecha relaci6n con la situaci6n de pobreza, las condiciones de vida de la poblacion indigena son generalmente deplorables, especialmente cuando se las com para con las de la poblaci6n no indigena. El estudio sobre Guatemala revela que la mayor parte de la poblaci6n carece de acceso a servicios piiblicos como agua potable, saneamiento y electricidad. Menos de una tercera parte de todas las unidades familiares indfgenas tiene conexiones domiciliarias de agua potable para su uso exclusivo, en comparaci6n con casi la mitad en el caso de las unidades familiares no indigenas. En el estudio tambien se senala que alrededor de la mitad de todas las unidades familiares indigenas carecen de servicios sani- tarios y tres cuartas partes de ell as no cuentan con electricidad. Existe una correlaci6n muy estrecha entre el numero de alios de educaci6n cursados y el origen indrgena, y entre el numero de alios de educaci6n cur- sados y Ja categoria de pobreza. En Bolivia los niveles de escolaridad de la po- blaci6n indigena son en promedio aproximadamente de tres anos menos que en el caso de los no indfgenas. La diferencia es aun mayor entre las mujeres indfge- nas, 10 cual parece indicar que estas constituyen el grupo mas desfavorecido de la sociedad boliviana. En Guatemala, la mayor parte de las personas indigenas ca- recen de educacion formal, y de las que la poseen, la mayoria s610 alcanza el nivel de educacion primaria. En promedio, las poblaciones indigenas tienen solo 1,3 anos de escolaridad y solo el 40% sabe leer y escribir. Los anaUsis de parses revelan que las habilidades y el numero de alios de educaci6n de los padres se reflejan en la escolaridad y otras caracteristicas reJacionadas con el capital humano de sus hijos. Por ejemplo, se informa que estan empleados el 9% de los ninos no indfgenas y el 21 % de los ninos indige- nas. Los ninos de origen indfgena nacen con muchas desventajas socioeconomi- cas y no pueden equipararse con sus companeros no indfgenas. Los ninos indige- nas muestran una probabilidad mayor de repetir los grados en el nivel primario y de abandonar la escuela. Gran parte de las desventajas de los trabajadores indigenas en materia de in- gresos se debe a una menor dotacion de capital humano. Si bien el rendimiento de la escolaridad es menor en el caso de la poblacion indigena, un incremento en el nivel de instrucci6n conducirfa a un significativo aumento de los ingresos en la mayor parte de los paises. Sin embargo, la magnitud relativa difiere de un pais a otro. En Bolivia, los hombres no indfgenas tienen un mayor rendimiento que los hombres indfgenas, y el nivel promedio de escolaridad de la fuerza laboral mas- xx Las nnrllf1{"', n"p \. en America Latina culina indfgena es de alrededor de siete afios. En Guatemala el rendimiento de la escolaridad es de un 14,5% para los trabajadores no indfgenas, en comparaci6n con un 9, I % en el caso de los trabajadores indigenas, que registran un promedio de apenas 1,8 arros de escolaridad. En Mexico se observa muy poca diferencia en el rendimiento de la escolaridad entre los habitantes de los municipios donde hay cierta concentraci6n de indfgenas, con una tasa de alrededor del 9%. Los trabaja- dores de los municipios menos indfgenas registran un promedio de 7,3 arros de escolaridad, mientras que en los municipios donde hay mas indfgenas se observa un promedio de s610 3,8 arros de escolaridad. La estimaci6n de las funciones de ingresos laborales en el Peru indica que el rendimiento promedio de la escolari- dad para los trabajadores hispanohablantes es tres veces mayor que en el caso de los trabajadores indfgenas. Dado que el mayor nivel de educaci6n proporciona mayores ingresos, ellogro de algun nivel de educacion universitaria constituye el factor mas significativo que influye en el aumento de los ingresos de los hombres indfgenas en el Peru. Un mayor porcentaje de los indigenas participa en la fuerza laboral, en com- paraci6n con sus contrapartes no indigenas, y un mayor porcentaje de la po- blacion indigena integrado a la fuerza laboral esta empleado. En Bolivia, se observa una mayor probabilidad de que un indigena bilingiie tenga un segundo trabajo y trabaje mas horas que uno no indfgena. Sin embargo, los trabajadores indfgenas bilingiies ganan, en promedio, menos de dos terceras partes del salario de los no indfgenas. En consecuencia, una elevada proporci6n de los indigenas pobres son "pobres que trabajan". En Guatemala, el 68% de los trabajadores indigenas obtiene la mayor parte de sus ingresos de la agricultura (en comparacion con el 35% en el caso de los tra- bajadores no indigenas) y los salarios en la agricultura son inferiores a los de cualquier otro sector. En general, los trabajadores indigenas ganan solo el 55% de los ingresos de los no indigenas. En Guatemala, la fuerza laboral indfgena y no indfgena esta compuesta principalmente por hombres; los trabajadores indfgenas tienen mayores probabilidades que los no indigenas de trabajar por cuenta propia. En el Peru, el sector agricola depende en gran medida de la mano de obra indi- gena: el 65% de las mujeres indigenas que trabajan y el 58% de los trabajadores indfgenas se dedican a actividades agricolas. Sin embargo, en promedio, los in- gresos totales del mercado laboral de las mujeres y hombres indfgenas s610 repre- sentan una tercera parte de los ingresos de los trabajadores no indfgenas emplea- dos en la agricultura. En Bolivia, alrededor de la mitad de la poblacion indigena trabaja por cuenta propia, mientras que la mayor parte de los no indfgenas trabajan como empleados. Las personas mas pobres tienen mas probabilidades de trabajar por cuenta propia y menos probabilidades de ser empleadas 0 propietarias de negocios. Alrededor del 40% de los empleados indfgenas bilingties y los empJeados hispanohablantes monolingties trabaja en el sector publico, mientras que el restante 60% 10 hace en el sector privado. Las poblaciones indfgenas monolingiies, sin embargo, muestran una probabilidad mucho menor de trabajar en el sector privado. Al mismo tiempo, Resumen xxi los empleados del sector publico tienen menos probabilidades de caer por debajo del nivel de pobreza que los que estan empleados en el sector privado. Los indtgenas tienen men os educacion que los no indigenas. La equiparacion de los niveles de educacion se traduciria en un considerable incremento en los ingresos relativos. En este estudio se aborda el tema de que si la equipara- ci6n del capital humano y otras caracteristicas productivas conduciria a la virtual eliminaci6n de las desigualdades econ6micas basadas en el origen etnico, 0 si el respaldo a los programas de accion afirmativa tendria el efecto deseado de elimi- nar esas desigualdades. Los resultados diferenciales, por supuesto, pueden de- berse a la discriminaci6n directa. La discrirninacion contra los indigenas podria afectar negativamente su acceso a la escuela, la calidad de la escolaridad que re- ciben y su desempeiio en el mercado laboral. La descomposicion estadistica de las diferencias de ingresos entre los trabaja- dores indigenas y no indigenas produce resultados variados, aunque promisorios. En Bolivia, por ejemplo, la porci6n de la diferencia global de ingresos debida a las disparidades en las caracteristicas productivas de los hombres indfgenas y no indigenas que trabajan es del 72%. En otras palabras, sobre la base de las carac- teristicas observadas, la diferencia de ingresos entre los hombres indfgenas y no indigenas que trabajan se reduciria en un 72% si cada grupo estuviera dotado de las mismas caracteristicas de generaci6n de ingresos. Una considerable propor- ci6n de la diferencia de ingresos disminuirfa si se incrementaran la escolaridad de los trabajadores indigenas y otras variables relacionadas con el capital humano. La diferencia restante del 28% en los ingresos "no tiene explicaci6n" y refleja errores de medicion y factores no tornados en cuenta, tales como las disparidades en la capacidad, la calidad de la educacion, la participacion en la fuerza laboral, la cultura y la discriminaci6n en el mercado laboral. Por 10 tanto, la discrimina- ci6n solo podria representar el 28% de la diferencia global de ingresos entre los trabajadores indigenas y no indigenas en el mercado laboral urbano de Bolivia. En Guatemala, sin embargo, alrededor de la mitad de la diferencia global de in- gresos entre los trabajadores indigenas y no indigenas no se debe a las caracteris- ticas productivas. En consecuencia, hasta un 50% de la diferencia global podrfa deberse a discriminaci6n contra la poblacion indigena que trabaja. En Mexico y en el Peru, la proporci6n de la diferencia global de ingresos que se debe a las ca- racterfsticas productivas de los individuos es del 50%. Afortunadamente, existe un potencial no aprovechado; ello es evidente, por ejemplo, en el caso de Bolivia, donde el nivel de educaci6n de la poblacion se ha incrementado nipidamente en las ultimas decadas. EI nivel promedio de educa- cion de los hombres indigenas ha aumentado en forma constante a 10 largo del tiempo, observandose un marcado incremento en el caso de las personas nacidas en 1959 y posteriormente. En el caso de las mujeres indigenas, el incremento es aun mas espectacular, particularmente cuando se trata de la poblacion posterior a la revoluci6n de 1952. Los resultados estadisticos muestran que al equipararse las caracterfsticas en materia de capital humano desaparecerfa gran parte de la dife- rencia de ingresos entre los trabajadores indigenas y no indfgenas. Ello representa xxii Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Larina una considerable esperanza para el futuro. Sin embargo, queda el interrogante de como mejorar la capacidad productiva de la poblacion indfgena. Una soluci6n obvia es incrementar el nivel de educaci6n. El conocimiento de la poblacion indfgena puede contribuir a determinar la ubi- cacion de nuevas escuelas, identificando aquellas en las que el rendimiento es de- ficiente y -si corresponde y existe la demanda- proporcionando educacion bilingiie. La evidente fuerte influencia de la educacion en la disminucion de la po- breza y el incremento de los ingresos laborales, especial mente en las zonas indf- genas, indica la necesidad de concentrarse en un mayor acceso a la educaci6n como importante aspecto de desarrollo con beneficios socioeconomicos signifi- cativos y a largo plazo. Uno de los metodos que con frecuencia se han sefialado para mejorar el acceso a la educacion entre las poblaciones indfgenas es la edu- caci6n bilingiie. La participaci6n de las poblaciones indfgenas puede contribuir al mejora- miento del disefio y la ejecucion de proyectos de desarrollo. En primer lugar, las partes interesadas deben ponerse de acuerdo acerca de 10 que debe hacerse. Es ne- cesario establecer desde un principio el objetivo de la intervencion. l,Es este la re- forma? l,Y en tal caso, que significa la reforma? l,En el caso de las poblaciones indfgenas, el objetivo es la asimilacion, la integracion y la eliminacion de la cul- tura indfgena? l,O la preservaci6n de la cultura indfgena a traves de polfticas des- tinadas a fomentar la participacion de las poblaciones indigenas? En el caso de la educacion, la falta de una participaci6n significativa de la poblacion indigena po- drfa traducirse en una grave perdida de la cultura y las lenguas nativas. Otras consideraciones importantes son asimismo los aspectos institucionales relacionados con el funcionamiento de los mercados laborales. Hasta cierto punto, los indfgenas perciben menores ingresos y muestran una mayor incidencia de pobreza porque se encuentran atrapados en el sector secundario de la econo- mfa. Esta informacion puede resultar titi! para la creacion de esquemas apropia- dos de generacion de empleos. Si bien muchos trabajadores pobres y no pobres pueden situarse en el sector informal de la economia, la ubicacion de los indige- nas pobres en este sector reviste particular importancia. Esla informacion indica un sector apropiado en el que se puede focalizar cualquier estrategia de reducci6n de la pobreza. Los grupos indigenas padecen de graves problemas de salud. Un conoci- miento mas detail ado acerca de las poblaciones indfgenas puede contribuir al di- sefio de intervenciones de salud en la regi6n. En Bolivia. las poblaciones indige- nas muestran una mayor probabilidad que las poblaciones no indfgenas de haber estado enfermas 0 lesionadas en el mes anterior. Existe una mayor tendencia a que las personas indigenas tengan incapacidades que sean 10 suficientemente gra- ves como para impedirles trabajar por espacio de mas de una semana. Ademas, existe una menor probabilidad de que los indigenas procuren ayuda medica en caso de enfermedad. En el Perti, los indigenas tienen mas probabilidades de enfermarse que los no indfgenas, pero menos probabilidades de consultar a un medico. Quiza como con- Resumen xxiii secuencia de padecer de mala salud desde un principio, 0 como resultado de no buscar tratamiento, la duraci6n y la gravedad de las enfermedades son mayores entre las poblaciones indigenas. La proporci6n de indfgenas hospitalizados es casi el doble de la de la poblaci6n hispanohablante. Si bien el costo promedio de la hospitalizacion y de los medicamentos es menor para los indfgenas, solo el 57% de ellos compran medicamentos en caso de enfermedad, en comparacion con el 81 % en el caso de la poblacion no indfgena. EI acceso a la atenci6n medica de las mujeres embarazadas es indispensable para la preservacion de la vida de la madre y el desarrollo saludable del nino. En Bolivia, las mujeres indfgenas se encuentran en una posicion apreciablemente in- ferior con respecto a la atencion materna integral. Sorprendentemente, si bien es menos probable que los pobres reciban atencion profesional en un establecimiento medico durante el parto, los programas focalizados eficazmente a traves de clfni- cas publicas han conducido en la pnictica a tasas mas altas en el caso de ciertos procedimientos de atencion preventiva de la salud ---como la vacunacion contra el tctanos- en el caso de las mujeres pobres que entre las mujeres no pobres. Una conclusion muy importante es que la educacion tiene un notable efecto en la reduccion de los niveles de fecundidad en las zonas urbanas de Bolivia. Lo que es mas importante, el origen etnico y los niveles de ingreso de las unidades fami- Hares no estan asociados significativamente con la fecundidad cuando se tiene en cuenta la educacion. Ello denota que el comportamiento en materia de fecundidad no constituye un dato cultural insuperable, sino mas bien que es susceptible al cam- bio a traves de intervenciones de politica como un mayor acceso a la educacion. Los resultados presentados en este estudio indican que si los responsables de la formulacion de polfticas se concentran en la equiparacion de las caracterfsticas en materia de capital humano --es decir, asegurando que las personas indigenas puedan obtener mayor escolaridad, capacitacion y servicios de salud- desapare- ceria gran parte de la diferencia de ingresos entre los indigenas y los no indige- nas. Ello a su vez contribuiria a aliviar la pobreza en grandes segmentos de la po- blaci6n latinoamericana. Investigaciones futuras En la labor futura en materia de etnicidad y condiciones socioecon6micas, de- berfa asignarse prioridad al vinculo entre el trabajo empirico y cualitativo. No se cuenta con estudios empfricos acerca de la situaci6n socioecon6mica de las po- blaciones indigenas de America Latina. Entre los aspectos importantes que deben abordarse figuran la definicion de la poblaci6n considerada como objetivo, la so- lucion del problema de la escasez de datos y el diseno de metodologias apropia- das de investigaci6n. Para identificar a la poblacion de referencia en este estudio, fue necesario ha- cerIo mediante encuestas que proporcionan un solo indicador. Sin embargo, 10 que verdaderamente se necesita son indicadores multiples, como se utilizan en los censos de los Estados Unidos y Canada. Es necesario contar con la gama total de xxiv Las poblaciones indigenas y la pohreza en America Latina indicadores, incluidos el lenguaje, la propia identificaci6n y autopercepci6n, la ubicaci6n 0 concentraci6n geografica, los antecedentes raciales y, posiblemente, la forma de vestir (como en el censo de Guatemala de 1993). Es preciso contar con mejores datos para que en el futuro los investigadores puedan realizar analisis mas profundos e incIuir a un mayor numero de paises. Ademas, deben realizarse investigaciones longitudinales, es decir, debe procu- rarse responder a ciertas preguntas. "l,Cual era el nivel de discriminaci6n hace 10, 20 y 30 afios?" "lCual sera dicho nivel dentro de 5, 10615 ados?" "l,Cuales fue- ron los efectos de los programas y politicas anteriores?" "lCuales seran los efec- tos de los program as y polfticas actuales?" Un proyecto futuro de investigaci6n sobre la poblaci6n indfgena deberia com- binar el enfoque cuantitativo adoptado en este caso con un anaIisis cualitativo, como seria el enfoque de investigacion de participacion-observacion (0 evalua- cion participatoria de la pobreza). La idea es combinar extensos estudios empiri- cos con trabajo de campo y tecnicas de microencuestas. Por ejemplo, si se com- prueba que los indfgenas en las ciudades de Bolivia estan trabajando por cuenta propia y ganan menos que 10 no indfgenas con el mismo nivel de educacion, sena necesario realizar entrevistas en profundidad con esos grupos para indagar las ra- zones de la discrepancia en los ingresos. Sin estos datos cualitativos, las razones probables de la discrepancia, ya sea la raza, el acceso a la capacitacion y los va- lores culturales, son simplemente especulativas. Tales diferencias sofisticadas son diffciles de evaluar utilizando solo amHisis empfricos, que general mente se basan en conjuntos de datos imperfectos. Muchos grupos indfgenas que viven en las zonas urbanas mantienen vfnculos mutuamente ventajosos con las comunidades rurales. Constantemente se inter- . cambian recursos entre la ciudad y el campo. Esta transferencia de recursos es im- portante y no siempre se capta adecuadamente en los datos de las encuestas de hogares. Las complejas redes sociales solo pueden examinarse mediante un en- foque cualitativo de investigacion. EI ejercicio de investigaci6n participatoria puede incIuir un examen de las redes informales de protecci6n. 1 Introducci6n George Psacharopoulos y Harry Anthony Patrinos Las poblaciones indigenas de America Latina viven en condiciones de extrema pobreza. Si bien este hecho puede ser del dominio publico, este estudio consti- tuye un intento inicial de documentar la situacion socioecon6mica de las pobla- ciones indigenas utilizando datos empiricos de fuentes provenientes de encuestas nacionales. Se aplican tecnicas econ6micas est:indar, y al mismo tiempo se tienen en cuenta importantes diferencias culturales y de comportamiento entre los dis- tintos grupos etnolingiiisticos. Objetivo del estudio Es un hecho conocido que los pueblos indigenas de todo el mundo se encuentran en una situaci6n economica y social inferior a la de la poblaci6n no indigena de un pais. Sin embargo, no existe mucha documentaci6n acerca de la situaci6n exacta de dichas poblaciones. En 10 que se refiere a America Latina, es dificil obtener estimaciones confiables sobre la poblacion indigena (vease mas abajo) y 10 mismo resulta casi imposible en el caso de los indicadores confiables de la pobreza. Tal documentaci6n proporcionaria la informacion fundamental para contribuir al disefio de estrategias para la reduccion de la pobreza. La etnicidad esta fntimamente asociada a la pobreza y a una situacion de des- ventaja en muchos paises en desarrollo, y en consecuencia constituye un impor- tante desafio comprender la forma, la medida y las circunstancias en que se pro- duce esta vinculacion (Klitgaard 1991 :200; Birdsall y Sabot 1991). Ademas, el problema debe considerarse a la luz de la posibilidad de que las desigualdades etnicas esten afectadas por las politic as publicas en materia de educaci6n, empIeo, infraestructura, mercados y accion afirmativa. EI presente estudio se concentra principalmente en este desaffo. Los objetivos son: 1. determinar la extension de la pobreza entre las poblaciones indfgenas de America Latina; 2 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina 2. comparar las condiciones de vida de la poblacion indigena con las de la poblacion no indfgena; 3. examinar las diferencias en el nivel de educacion y de ocupacion entre las poblaciones indigenas y no indigenas; 4. estimar que parte de la diferencia entre los ingresos de los trabajadores indigenas y no indigenas no puede explicarse a traves de las diferencias en sus respectivas caracteristicas productivas, y 5. examinar las comprobaciones con el fin de formular propuestas de politic a que puedan contribuir al alivio de la pobreza, teniendo en cuenta la dimen- sion indigena, y recomendando aspectos que merecen ulterior investigacion. Los trabajos anteriores realizados sobre los pueblos indigenas de America Latina y el Caribe se han concentrado en aspectos relacionados con el derecho y la posesion de la tierra y el medio ambiente (Wali y Davis 1992; Davis 1993; Hicks y colaboradores 1990). En cambio, el objetivo del presente estudio es investigar empfricamente la situacion socioeconomic a de la poblacion indfgena de las Americas e identificar sus correlaciones con la pobreza. La labor que hasta ahora se ha lIevado a cabo en este campo apunta hacia la necesidad de un mayor numero de amilisis en profundidad sobre las condiciones de vida de las poblacio- nes indfgenas de America Latina. Ademas, se verificaran las hipotesis acerca de la situacion de las poblaciones indigenas en las Americas. A continuacion se enu- meran las areas especificas de investigacion. El objetivo final del estudio es asistir en el diseno de actividades destinadas a aliviar la pobreza en America Latina y el Caribe. Los resultados pueden utilizarse en las evaluaciones de la pobreza par paises, y pueden contribuir a la creacion de mecanismos de generacion de empleo. Es mucho 10 que puede aprenderse del exa- men empirico de las diferencias interetnicas de educaci6n e ingresos, cuyos resul- tados pueden ser utilizados par los responsables de la formulacion de politic as. En materia de salud, el proyecto contribuye a ampliar nuestro conocimiento de los aspectos relacionados con la fecundidad, la mortalidad infantil y el cambio demo- grafico. En cuanto a la educacion, los resultados del anilisis pueden contribuir a la planificacion de la construcci6n de escuelas ayudando a determinar donde se deben focalizar las poblaciones indigenas y en que medida puede hacerse esto. La focalizacion de las actividades tambien puede mejorarse teniendo un mayor cono- cimiento acerca del desempeno escolar de los ninos indigenas, incluso su progreso por edades y grados, asi como las tasas de repeticion y de desercion. EI problema Las poblaciones indfgenas de America Latina descienden de cientos de grupos etnicos amerindios que vivian en todo el hemisferio antes de la conquista espa- nola. Los pueblos indigenas son etnica, cultural 0 social mente diferentes de la sociedad politicamente dominante. Si bien el espectro etnico latinoamericano es muy diverso, en este estudio -por necesidad- en su mayor parte se caracteriza lntroducci6n 3 a la poblaci6n de la regi6n en dos amplios grupos: indfgenas y no indigenas. Estos dos grupos no representan comunidades homogeneas; ambos incluyen una diver- sidad de culturas, identidades, lenguas, tradiciones y creencias. Ademas, algunas comunidades indfgenas se hallan en mejor situaci6n que otras, y algunas estan mas integradas que otras. El estudio de la situaci6n socioeconomica de las poblaciones indigenas consti- tuye un acontecimiento auspicioso. La Asamblea General de las Naciones Unidas declar6 el ano 1993 Aiio Intemacional de las Poblaciones Indigenas del Mundo. Las instituciones multilaterales de desarrollo han comenzado a concentrarse en las poblaciones indigenas. El Banco Interamericano de Desarrollo ha establecido un Fondo Indfgena con el objeto de respaldar los procesos de autodesarrollo de los pueblos, las comunidades y las organizaciones indfgenas de America Latina. El Banco Mundial ha formulado recientemente una politica relacionada con los pueblos indigenas, convirtiendose en la primera organizaci6n multilateral que adopta una politica de este tipo. La primera organizaci6n intemacional que co- menz6 a examinar los aspectos relacionados con las poblaciones indigenas es la Organizaci6n Intemacional del Trabajo (OlT), que en 1921 encargo una serie de estudios sobre trabajadores indfgenas (Cycon 1991: 781). La OlT publico el pri- mer compendio en el que se investigan las poblaciones indigenas de todo el mundo y se resumen las diversas medidas nacionales e intemacionales adoptadas para respaldarlas (OIT 1949, 1953) Y en 1953 cre6 el Programa de la Region Andina, destin ado a contribuir a mejorar las condiciones de vida de las poblacio- nes indigenas de Bolivia, Peru y Ecuador (y posteriormente las de Colombia, Chile y Argentina), con miras a integrarlas en sus respectivas comunidades nacio- nales (Rens 1961, 1963). La situaci6n socioeconomica de las poblaciones indigenas de America del Norte ha sido descrita como similar a la de los paises menos desarrollados, pero "destilada, concentrada y aumentada" (Hagen 1962: 471). Si ella es asi, entonces la deplorable situacion de las poblaciones indigenas de los paises menos desarro- llados es adn peor. En muchos paises, debido a una diversidad de factores, entre eUos la lengua, la falta de prestacion de servicios sociales, la ubicaci6n geogra- fica y la discriminacion, el hecho de ser indfgena esta asociado, entre otras cosas, con la pobreza extrema y el analfabetismo (veanse, por ejemplo, Kelley 1988; Stephen y Weame 1984; del Aguila 1987). Este es particularmente el caso en zonas rurales aisladas (FIDA 1992). Las fuentes indican que los indfgenas de todo el mundo tienen menos escolaridad y se concentran en empleos de menor remu- neraci6n con menores oportunidades de progresar, en comparacion con los no indigenas. Ademas, existe una menor probabilidad de que los indigenas esten empleados en el sector publico, del que con frecuencia se yen excluidos por la falta de educaci6n. En los Estados Unidos, la tasa de deserci6n escolar en el nivel secundario de 10 indfgenas es el doble del promedio nacional, mientras que en Guatemala se estima que el analfabetismo en la poblacion rural indfgena alcanza a mas del 80% (Waggoner 1991; del Aguila 1987; Burger 1987). En un reciente informe del UNICEF, Los Niiios de las Americas (Colombia 1992), se indica que en gran medida los niiios indigenas sufren las consecuencias 4 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina de la discriminacion contra sus padres. Muchos mueren por la falta de agua lim- pia, alimentos 0 atenci6n de la salud. En algunas comunidades bolivianas, uno de cada tres indfgenas muere en la ninez. Con frecuencia la vida de los sobrevivien- tes es dificil, con escasas posibilidades de estudiar en su lengua nativa y/o de verse respaldados por sus tradiciones nativas. Las poblaciones indfgenas tienen elevadas tasas de mortalidad materna e infantil, al tiempo que en los ninos se han observado altas tasas de desercion y una incidencia alarmantemente elevada de desnutrici6n. El informe continua diciendo que con frecuencia los gobiernos pro- mueven la asimilaci6n de las poblaciones indfgenas sobre la base de que sus dife- rencias culturales obstaculizan su desarrollo. Con la modernizaci6n, sin embargo, con frecuencia no se logra un mejor nivel de vida. Las poblaciones indfgenas se yen obligadas a abandonar su lengua, junto con sus conocimientos de botanic a y ecologfa, sin recibir nada a cambio (UNICEF 1992: 38). EI modelo occidental de desarrollo considera a las culturas tradicionales como pobres, de manera que los esfuerzos derivados de este arquetipo se concentran en el mejoramiento de los niveles de vida (Brascoupe 1992; Bodley 1990). Ello se basa en la ideo log fa de que para ser desarrolladas, todas las culturas deben lograr un cierto nivel de adquisicion material. Existe la creencia de que las culturas tri- bales no pueden satisfacer las necesidades materiales de sus integrantes. Algunos sostienen que todos los pueblos comparten el deseo de 10 que se define como riqueza, prosperidad y progreso material. Otms, se cree, tienen diferentes cultu- ras solo porque aun no se han visto expuestos a las alternativas tecnologicas supe- riores ofrecidas por la civilizaci6n industrial. Este razonamiento presenta el problema de que los valores materialistas de la civilizaci6n industrial no son valores culturales universales. Las poblaciones indf- genas son diferentes, y el hecho de tomar en cuenta esta consideraci6n significa no imponer valores no indfgenas. Es posible aprender de los pueblos indfgenas en aspectos tales como el medio ambiente y el desarrollo sostenible, como se sugiere en el informe de la Comision Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Madrid, 1988), Nuestro futuro comun (Informe Brundtland). Cualquier intento por mejorar la situacion de las poblaciones indigenas debe basarse en su propia experiencia y costumbres tradicionales. Tambien existen numerosos ejemplos de pueblos indfgenas que han logrado dominar y utilizar la tecnologia para beneficiar a sus comunidades de acuerdo con sus preferencias culturales. Por ejemplo, los cree de Canada son propietarios y operan una empresa aerea; los aborfgenes de Australia transmiten programas de television en su lengua; los indios blackfoot de los Estados Unidos crearon la pri- mera institucion financiera indigena; los pueblos de la cordillera de las Filipinas administran sus propios proyectos de desarrollo, y los shuar han producido pro- gramas radiales educacionales desde 1972 en la region amazonica del Ecuador (Burger 1990: 148). Los ejemplos de empresas indfgenas autoadministradas de produccion de artesanfas en el Ecuador, Mexico y Panama que gozan de gran prosperi dad demuestran que los valores indigenas son compatibles con el exito comercial sin asimilacion 0 dependencia con respecto a la cultura dominante (Stephen 1991). Introducci6n 5 En el capitulo siguiente se presenta un examen de los trabajos sobre el tema. Estos incluyen las obras IIevadas a cabo a nivel internacional sobre etnicidad y diferencias socioecon6micas, seguidas de un examen de la bibliograffa norteame- ricana acerca de las caracterfsticas sodoecon6micas de las poblaciones indfgenas. Se incluye asimismo un breve examen de la labor empiric a realizada en torno a las poblaciones indfgenas de Australia y Nueva Zelandia, por la calidad y la rele- vanda de tales estudios. EI examen se completa con una visi6n general de la bibliografia latinoamericana sobre los pueblos indigenas. En el capitulo 3 se pre- senta un panorama general del mimero y la situaci6n de las poblaciones indfge- nas de America Latina, utilizando los censos y otras fuentes publicadas. En el capitulo 4 se presenta la metodologia que se aplica al trabajo empirico, una des- cripci6n de los datos que se analizan, las definiciones utilizadas, las areas de ami- lis is y las hipotesis verificadas. En los capftulos 5 a 8 se presentan los resultados del anaJisis empirico de las encuestas de hogares como estudios sobre Bolivia, Guatemala, Mexico y Peru. En la conclusion, capitulo 9, se resumen los resulta- dos, se analizan las ensefianzas recogidas del amilisis y se presenta una serie de aspectos prioritarios para investigaci6n futura. 2 EI costo de la etnicidad: Examen internacional Harry Anthony Patrinos En muchos paises existen diversos grupos etnicos con niveles muy diferentes de oportunidades educacionales y economicas. En la bibliografia sobre el desarrollo se ha reconocido cada vez mas la concentracion etnica de la pobreza (vease, por ejemplo, Klitgaard 1991). La relaci6n que existe entre la etnicidad y la desigual- dad econ6mica en los paises en desarrollo se ha puesto de relieve en los ultimos aiios (vease, por ejemplo Birdsall y Sabot 1991). Los amilisis empfricos de las diferencias etnicas en los ingresos se concentraron en el pasado en las diferencias entre blancos y negros en los Estados Unidos. Algunos investigadores han exami- nado las experiencias de otros grupos etnicos, pero se han emprendido muchas menos investigaciones acerca de los grupos etnicos en los paises en desarrollo. Es muy escasa la investigacion que se ha llevado a cabo sobre las diferentes experien- cias econ6micas de las poblaciones indigenas dentro de una sociedad, pero como veremos en el breve resumen que sigue, el volumen de obra'l al respecto esta aumentando. En muchos paises del mundo, el hecho de pertenecer a una minorfa etnica 0 racial representa un "cos to"; en los pocos paises en que la situaci6n de la poblaci6n indfgena ha sido investigada, se ha estimado un costa considerable en tenninos de ingresos, pobreza y desarrollo social. En consecuencia, es muy impor- tante considerar la etnicidad en las discusiones acerca del desarrollo economico. Perspectiva global La investigacion empiric a sobre las diferencias economicas entre blancos y negros comenz6 a principios de los afios sesenta. Siegel (1965) estima el "costo" de ser negro en los Estados Unidos. Si bien gran parte de la diferencia de ingre- sos se debe a la ocupacion, la calidad de la educacion y el nivel de instruccion, la equiparacion de tales caracterfsticas no conduciria a la igualdad de los ingresos. 7 8 Las poblaciones ind(genas y la pohreza en America Latina Despues de tomar en cuenta las caracterfsticas que fomentan la productividad, alrededor de las dos quintas partes de la diferencia en los ingresos laborales pro- medio entre blancos y negros es el "costo" de ser negro en los Estados Unidos. Smith y Welch (1997) presentan datos que indican que las diferencias de ingre- sos entre blancos y negros estan reduciendose a 10 largo del tiempo y que en algun momenta se producira la paridad. Estan lograndose adelantos, particularmente en el caso de los jovenes educados que ingresan al mere ado laboral. Los autores observan que la mayor escolaridad constituye una importante causa de igualdad en los ingresos laborales, 10 que tiende a respaldar la teoria del capital humano. Ademas, Smith (1984) present a datos que sefialan que en la medida en que el capital humano de los negros se incrementa en relaci6n con el de los trabajado- res blancos, tam bien aumentan sus ingresos laborales relativos. Si bien no se niega la existencia de discriminacion en el mercado laboral, esta generalmente se produce en las primeras etapas de la carrera de una persona. Smith (1984) res- palda la hip6tesis original de Becker (1971) de que las diferencias salariales etni- cas constituyen un fenomeno de desequilibrio a corto plazo. Esta explicaci6n, sin embargo, ha sido criticada porque no logra explicar las diferencias persistentes en los ingresos laborales entre blancos y no blancos. Darity (1982) examina las principales teodas economicas que se proponen expli- car las diferencias etnicas en los ingresos laborales, y conc1uye que estas son inadecuadas, poniendo en tela de juicio el principal supuesto de tales teorfas, de que las diferencias en los ingresos se deben a la menor productividad de los no blancos. Los datos demuestran que los no blancos con caracterfsticas y medicio- nes de la "productividad" similares no reciben salarios iguales que los blancos (Darity 1982). Mas recientemente, los investigadores documentan una ampliacion de la bre- cha de ingresos laborales y empleo entre blancos y negros entre los hombres j6- venes en los Estados Unidos, que abarca el perfodo de mediados de los afios se- tema hasta los afios ochenta. Las brechas de ingresos laborales se incrementaron principalmente entre los graduados universitarios. Las razones de este fenomeno incluyen cambios en la demanda, la disminuci6n del salario minimo real, la menor afiliacion de la fuerza laboral a los sindicatos, la creciente oferta de gra- duados negros y la mayor criminalidad entre quienes abandonan la escuela secun- daria (Bound y Freeman 1992). La proporci6n de asalariados negros que reciben mas de US$35.000 disminuyo un 22% durante los afios ochenta. Se ha observa- do un incremento en el numero de negros en situacion de pobreza, asi como un aumento en la incidencia de la pobreza entre los negros empleados, que tambien se presenta entre quienes tienen de cuatro a mas afios de estudios universitarios. El crecimiento del empleo de baja remuneracion para los negros es mas pronun- ciado en el caso de los hombres de 25 a 34 afios de edad (Harrison y Gorham 1992). En un estudio de los diferentes grupos etnicos, incluidos los hispanos, amerindios, asiaticos y diferentes grupos etnicos blancos, Farley (1990) llega a la conclusion de que los negros constituyen el grupo mas desfavoreddo en terminos de ingresos laborales, educacion y, a traves de la descomposicion de las diferen- cias, rendimiento en fundon de las caracterfsticas. En la muestra, solo los ame- El costo de la etnicidad 9 rindios, los vietnamitas (principalmnte nacidos en el exterior) y los puertorrique- fios se aproximan a la situaci6n de desventaja de los negros. Otros investigadores han examinado la desigualdad econ6mica entre los blan- cos y otros grupos etnicos en los Estados Unidos. Hirschman y Wong (1984) han comprobado que la educaci6n explica gran parte de la diferencia en los ingresos laborales entre blancos e hispanos. La igualdad en los anos de escolaridad entre estos grupos no eliminaria totalmente la brecha, pero sin embargo es esta la varia- ble que tiene el mayor impacto en la desigualdad en comparaci6n con todas las demas variables analizadas. Wong (1982) estudia el "costo" de ser asiatico en los Estados Unidos y encuentra una apreciable desiguaJdad cuando se examinan fac- tores tales como la situaci6n generacional, el numero de MOS de educaci6n cur- sados y la situaci6n de empleo. Los estadounidenses de origen japones y filipino han logrado la paridad en los ingresos laborales con los blancos cuando se dan tasas iguales de educaci6n y otras caracteristicas personales. Aun as!, el "costo" de ser asiatico sigue siendo considerable; por ejemplo un estadounidense de ori- gen chino no puede pretender ganar tanto como un anglosaj6n con la misma situaci6n generacional, afios de educaci6n cursados y nivel general de experien- cia (Wong 1982: 76). Reimers (1983) examina la diferencia de ingresos entre hombres blancos, negros e hispanicos. Senala que gran parte de la diferencia entre los blancos y los puertorriquenos, negros, centro y sudamericanos y otros hombres hispanicos se debe abrumadoramente a la discriminaci6n, mientras que gran parte de la diferen- cia entre los blancos y los hombres cubanos y mexicano-americanos no se debe a la discriminaci6n. Tambien se han examinado las diferencias etnicas y socioecon6micas en otros paises. Knight y Sabot (1982) investigan las diferencias de ingresos por origen etnico y genero en Tanzania. El analisis de descomposici6n revela que los dife- renciales brutos etnicos en los ingresos laborales se deben principalmente a la dis- criminaci6n en los salarios y el empleo (vease tambien Armitage y Sabot 1991). Bigsten (1988) analiza la raza y la desigualdad durante un periodo prolongado (1914-1976) en Kenya. Este trabajo documenta la forma en que la participaci6n de los africanos en el ingreso nacional evolucion6 a 10 largo del tiempo, incrementan- dose a medida que decreci6 la discriminacion contra ellos. Los analisis de des com- posicion indican que la desigualdad debida a la que existe entre los distintos gru- pos etnicos alcanzo su nivel maximo en 1936 y luego se redujo gradualmente. A 10 largo del tiempo tambien se han estimado los datos de una menor discri- minaci6n contra los negros y otros grupos no blancos en Sudafrica. Moll (1992) estima las funciones de ingresos laborales de los blancos y las personas "de color" utilizando datos correspondientes a 1970 y 1980, Y descompone la diferen- cia de ingresos laborales brutos en componentes "explicados" y "no explicados". Tambien estima el efecto de la discriminacion en el trabajo, 0 sea la representa- cion relativa de los diferentes grupos etnicos en detem1inados empleos. Se de- tecta a 10 largo del tiempo una disminuci6n de la discriminaci6n, en particular en beneficio de la cohorte mas joven de trabajadores. Lachman y Berenson (1992) examinan la distribuci6n interracial del ingreso y observan que la desigualdad de 10 Las pobfaciones indfgenas y fa pohreza en America Latina ingresos en Sudafrica se debe abrumadoramente a las diferencias de ingresos entre las razas. La discriminacion contra los negros (africanos) en Sudafrica tambicn se ha investigado en tcrminos nuts macroeconomicos. Lundahl (1992) sostiene que la segregacion racial en Sudafrica culmino en un estrangulamiento de las habilida- des en el sector manufacturero que actu6 como freno ala expansi6n ulterior de la economia. Dicho estrangulamiento se produjo como resultado del hecho de que un numero demasiado grande de trabajos calificados estaban reservados para los blancos y que el sistema educacional impedfa a la mayorfa de la poblaci6n com- petir por los cargos de mayor nivel. La discriminaci6n por castas en el mercado laboral de la India ha sido exami- nada empfricamente (Banerjee y Knight 1985; Bhattacherjee 1985; Dhesi y Singh 1989). Banerjee y Knight (1985) descomponen la diferencia salarial bruta entre castas "registradas" y "no registradas" en sus componentes "explicados" y la discriminaci6n en materia de salarios y empleos. L1egan a la conclusi6n de que existe discriminaci6n, y de que esta se refleja en la asignaci6n de empleos a las castas regislradas que pasan a ocupar inicialmente empleos mal remunerados y sin futuro. Poston y Shu (1987) describen la composici6n demografica y socioecon6mica de las minorfas ctnicas chinas. Las minorfas etnicas comprenden alrededor del 7% de la poblaci6n total. Si bien la mayor parte de los grupos estan asimilados a la sociedad general dominada por los grupos Han, en algunos casos aun se ob- serva una falta de adelanto socioecon6mico. En la bibliografia aparecen tambicn varias evaluaciones de los efectos socia- economic os de la Nueva PoJitica Economica (NPE) de Malasia, que en los anos setenta tuvo por objeto superar las desventajas del principal grupo etnico, los bumiputra (veanse. por ejemplo, Klitgaard y Katz 1983; Hirschman 1983). Tam- bien se ha examinado la discriminaci6n inversa en la educaci6n superior, como parte de una politic a destinada a promover los intereses de los bumiputra frente a los chinos y los indios. Tzannatos (1991) advierte que tales poJfticas no han redu- cido la desigualdad y que en el proceso se ha perjudicado a los pobres. Con res- pecto al nivel primario y secundario, sin embargo, en un estudio reciente de Hammer, Cercone y Nabi (1992) se demuestra que el gasto en educaci6n publica ha side progresivo durante las dos dCcadas de la NPE. EI estudio confirma que los ninos malayos asisten a la escuela a tasas significativamente superiores que los chinos, indios y otras razas. En un importante estudio sobre la pobreza en Ma- lasia, Anand comprueba que la mayor parte de la pobreza no se debe al origen etnico, sino que alrededor del 90% de la desigualdad en Malasia se debe a las grandes discrepancias en los ingresos dentro de cada grupo racial (Anand 1977). En Japan tambien existen desigualdades etnicas, y se han examinado las desventajas educacionales y socioeconomicas de las poblaciones minoritarias japonesas. Estas incluyen la minorfa burakumin y ainu, que constituye la pobla- ci6n indfgena de Japon (Shimahara 1984; Hawkins 1983). Existe una gran bre- cha entre los niveles de vida de los ainu y el resto de la poblaci6n. Por ejemplo, casi el 7% de los ainu dependen de los pagos de la seguridad social, proporcion Et costo de ta etnicidad 11 que es muy superior a la del resto de la poblaci6n, con s610 un 1% (Takaaki 1987: 147). Semyonov (1986) descompone las brechas socioecon6micas entre los trabaja- dores arabes no ciudadanos y los ciudadanos israelies empleados en IsraeL Si bien la edad y la educaci6n pueden explicar gran parte de la segregaci6n de los arabes en el extrema inferior de la escala ocupacional, estos factores no pueden explicar plenamente sus men ores ingresos. En Brasil, las diferencias salariales entre los hombres blancos y no blancos subsisten despues de tomar en cuenta la educaci6n y una estimaci6n de la expe- riencia (Webster y Dwyer 1988). De hecho, la brecha de ingresos entre ambos grupos se amplia con la mayor escolaridad. Silva (1985) estima que existe un costo significativo de ser no blanco, independientemente de que se trate de mula- tos 0 negros; los no blanc os sufren la misma discriminaci6n en Brasil en relaci6n con los blancos. El volumen cada vez mayor de trabajos llevados a cabo a nivel intemacional sobre diferencias socioecon6micas etnicas y raciales confirm a 10 que se ha com- probado en los estudios realizados en los Estados Unidos: que la etnicidad y la raza constituyen factores importantes. En todas las regiones del mundo, los gru- pos minoritarios etnicos y raciales tienen niveles muy diferentes de oportunidades educacionales y econ6micas. En muchos casos existe una concentraci6n etnica (0 racial) de la pobreza. En muchos paises del mundo esta realizandose un mimero cada vez mayor de estos amilisis empfricos de las diferencias socioecon6micas. Las poblaciones indigenas de America del Norte Sin duda, los soci610gos y economistas que han explorado la situaci6n de los ame- rindios en los Estados Unidos son los que han prestado mas atenci6n a las desven- tajas socioecon6micas de las poblaciones indfgenas (veanse Gwartney y Long 1978; Trosper 1980; Sandefur y Scott 1983; Sandefur 1986; Sandefur y Sakamoto 1988; Snipp y Sandefur 1988a; Chiswick 1988; Snipp 1988; Sandefur y colabora- dores 1989; Sandefur y Pahari 1989). Sin embargo, existen muy pocas investiga- ciones empfricas sobre las desigualdades entre las poblaciones indfgenas y no indi- genas en los Estados Unidos y Canada. En consecuencia, es poco 10 que se sabe acerca de la situaci6n socioecon6mica de las poblaciones indfgenas y de las res- puestas de politic a necesarias para mejorar la situaci6n relativa de dichas pobla- ciones en el mercado laboral. Los estudios disponibles analizados aqui indican que los diferenciales observados se deben a la discriminaci6n en el mercado laboral y a los menores niveles de dotaci6n de capital humano. La experiencia de las pobla- ciones indigenas en los Estados Unidos y Canada, sin embargo, indica divergen- cias en las respuestas de politica con respecto al papel de la inversi6n en capital humano y otras acciones. Existen varias diferencias en el comportamiento econ6mico entre las poblacio- nes indfgenas y no indigenas, much as de las cuales no se captan u observan facil- mente. Ello se toma evidente cuando se procuran analizar importantes hechos 12 Las en America Latina econ6micos como el "desempleo". El problema de la medici6n del desempleo entre las poblaciones indfgenas es analizado por Kleinfeld y Kruse (1982), que sostienen que las mediciones esHindar del desempleo no toman adecuadamente en cuenta las actividades de busqueda de trabajo de los nativos americanos. Muchos indigenas de los Estados Unidos no buscan activamente trabajo porque saben que este no esta disponible. Muchos de ellos abandonan voluntariamente el mercado laboral por obligaciones comunitarias y familiares. Para tomar en cuenta estos y otros factores, la Oficina de Asuntos Indigenas de los Estados Unidos sostiene que todos los adultos sin un empleo remunerado estan desempleados, proporcio- nando asi estimaciones de las tasas de desempleo que varian entre el 50% y el 80%. Sin embargo, estas son sobrestimaciones; una cuantificaci6n precisa del desempleo entre las poblaciones indigenas solo puede determinarse a traves de encuestas especialmente disenadas para descubrir las razones por las que no se trabaja 0 no se busca trabajo. En la mayor parte de las encuestas sobre la fuerza lab oral por 10 general no se pregunta a los indigenas si prefieren la participacion intermitente en la economia salarial, y muchos indfgenas no declaran abierta- mente que 10 prefieren por temor a ser clasificadas como personas que no desean trabajar. No obstante, es preciso contar con estadisticas sobre el efecto de los tra- bajadores intermitentes. Kleinfeld y Kruse (1982) presentan los resultados de estudios destinados a estimar adecuadamente el desempleo indigena. Snipp y Sandefur (1988a) examinan los efectos de la residencia en zonas metropolitanas sobre los ingresos laborales de amerindios y nativos de Alaska. Los resultados indican que los ingresos laborales de los amerindios metropolita- nos son marcadamente superiores a los de los amerindios no metropolitanos, pero que los ingresos laborales de los no metropolitanos que emigran a las zonas metropolitanas no son muy superiores a los de aquellos que permanecen en las zonas no metropolitanas. La diferencia en los ingresos de los amerindios metro- politanos y no metropolitanos se debe a las mayores oportunidades que existen en las zonas metropolitanas y a la interaccion que existe entre estas oportunidades y los mayores niveles de capital humano de los amerindios metropolitanos (vease tambien Sandefur 1986). Los residentes urbanos ganan mas que los residentes rurales, pero la ventaja de trabajar en las zonas urbanas es men or de 10 que creen muchos responsables de la formulacion de poHticas, y los beneficios a corto plazo resultan insignificantes (Snipp y Sandefur 1988b). Sandefur y Jeon (1991) exa- minan la tasa de migraci6n interestatal de amerindios y otros grupos minoritarios en los Estados Unidos a 10 largo del tiempo (I 960-1980) para verificar si estan convergiendo con las tasas de migracion de los blancos. Advierten algunos indi- cios de convergencia, 10 que es congruente con el punto de vista de que los gru- pos minoritarios estan obteniendo acceso a los mere ados laborales nacionales. Sandefur y Sakamoto (1988) Began a la conclusion de que las diferencias en el tamano de las unidades familiares son importantes para explicar las diferencias de ingresos entre los amerindios y no amerindios. Entre las unidades familiares encabezadas por mujeres, el tamano de la unidad familiar representa una mayor proporcion de la diferencia de ingresos entre blancos y negros que la diferencia entre amerindios y blancos. La educacion de los padres es mas importante que la costo de fa etnicidad 13 estructura familiar para tomar en cuenta las diferencias en la escolaridad entre blancos y amerindios (Sandefur y colaboradores 1989). En el mismo estudio se obscrva que la estructura familiar y la educacion de los padres son igualmente importantes para justificar las diferencias entre blancos y negros. Los amerindios que viven en zonas tradicionales y en las reservaciones muestran una mayor pro- babilidad de ser pobres que los amerindios que viven en otras zonas; la mayor mejoria se ha observado entre los que viven fuera de las zonas tradicionales (Sandefur y Pahari 1989: 209). Se han publicado numerosos estudios sobre los determinantes de los ingresos laborales de los trabajadores indigenas y las diferencias con la poblacion blanca de los Estados Unidos. En su amilisis, Gwartney y Long (1978) examinan las diferencias de ingresos laborales entre amerindios y blancos en 1959 y 1969. En 1959, los ingresos laborales de los amerindios como proporcion de los ingresos laborales de los blancos eran de 0,67. La descomposicion de las diferencias de ingresos laborales indica que las caracterfsticas personales explican el 57% de la diferencia bruta de ingresos laborales; el 43% restante "no tiene explicaci6n". Esta situacion no es demasiado diferente de la registrada en 1969, cuando la dife- rencia global de ingresos laborales era de 0,68, y la proporcion debida a las carac- terfsticas person ales alcanzaba aI58,3%, mientras que eI41,7% permanecfa "sin explicaci6n". Esta falta de mejoramiento se produjo a pesar de un incremento en las caracterfsticas educacionales de los amerindios durante esa decada. Trosper (1980) ha comprobado que el rendimiento de la educacion que los amerindios reciben es inferior al de los blancos y que las diferencias en las caracterislicas explican alrededor de la mitad de la diferencia promedio de ingresos laborales entre blancos y amerindios. Chiswick (1988) tambien examina el rendimiento de la escolaridad y del numero de anos de educacion cursados por los amerindios en los Estados U nidos, junto con otros grupos etnicos/raciales, utilizando datos co- rrespondientes a los afios setenta. En general, aquellos grupos etnicos con pocos afios de educacion cursados tambi6n tienen un bajo rendimiento de la escolaridad; las poblaciones indfgenas tienen los niveles mas bajos de progreso escolar y de rendimiento de la escolaridad. Por el contrario, Sandefur y Scott (1983) han determinado que los amerindios tienen un rendimiento mas favorable de las variables de capital humane que los blancos. Sin embargo, los amerindios present an un menor numero de esas varia- bles, 10 que indica que la discriminacion se produce en una etapa anterior de sus vidas. Aun asi, de acuerdo con estos autores, gran parte de la diferencia de ingre- sos laborales entre los amerindios y los blancos desaparecerfa si los amerindios contaran con el mismo capital humane y las mismas caracterfsticas regionales y de empleo que los blancos. De hecho, en 1976 alrededor del 75% de la diferen- cia en los ingresos laborales entre amerindios y blancos en los Estados Unidos se debi6 a las caracteristicas personales (Sandefur y Scott 1983: 63). Una porci6n relativamente reducida de la diferencia brut a observada se debi6 a 10 que puede c1asificarse como discriminaci6n en el mercado laboral. Mas recientemente, el mejoramiento del numero de afios de educaci6n cursa- dos tiene un impacto significatvo sobre la reducci6n de la desventaja de los ame- 14 Las en America Latina rindios en materia de ingresos laborales. EI incremento porcentual en los ingre- sos laborales que resultarfa si las caracterfsticas educacionales de los amerindios fuesen iguales a las de los hombres blancos seria el siguiente: en 1959, 20%; en 1969, 15,7%, y en 1979, 7,7% (Sandefur y Pahari 1989: 214). Se calcula que el incremento porcentual en los ingresos laborales que resultarfa si las caracterfsti- cas de los hombres amerindios mostraran el mismo "rendimiento" que las de los hombres blancos seria el siguiente: en 1959, 45,1%; en 1969, 35,8%, y en 1979, 13,4% (Sandefur y Pahari 1989: 215). Los resultados apuntan a que la reduccion en la desigualdad de los ingresos laborales entre 1959 y 1979 se debio a la dismi- nucion del efecto negativo de ser amerindio sobre la estructura de ingresos labo- rales a 10 largo del tiempo en los Estados Unidos. En un estudio en que se utili- zan datos del censo de 1980 de los Estados Unidos, Snipp (1988) comprueba que la totalidad de la diferencia de ingresos laborales entre indigenas y no indfgenas se explica por las caracterfsticas de productividad. Existen pocas investigaciones sobre los ingresos de los indfgenas en Canada, aunque existe una fuerte preocupacion sobre las disparidades educacionales y de ingresos. La diferencia bruta de ingresos laborales entre los aborfgenes y no abo- rigenes en Canada es grande (Hull 1987: 128-129; Armstrong y colaboradores 1990) y existe segregaci6n ocupacional, en virtud de Ia cualla poblaci6n trabaja- dora indigena se concentra en ocupaciones de bajas calificaciones y bajos sala- rios (Lautard 1982). Hawthorn (1967: 103) advierte la existencia de una correla- cion positiva entre los anos de escolaridad y el ingreso per capita de las reservas (asentamientos comunitarios indfgenas oficiales) en los afios sesenta (v ease un analisis en Deprez 1973). Si bien se han publicado pocas investigaciones sobre los efectos de la educa- cion y otras caracterfsticas favorables a la productividad sobre la estructura de ingresos laborales de los aborigenes, la bibliografla existente senala que los atri- butos de capital humano tienen un efecto considerable sobre la estructura de ingresos laborales de las poblaciones indfgenas. Clatworthy (1981a) observa que la educacion tiene un efecto positivo sobre la participacion de los aborfgenes en la fuerza laboral. La educacion muestra una elevada correlacion con el adelanto ocupacional, pero este efecto es grande solo en el caso de aquellas personas que completan 11 0 mas afios de escolaridad. Los datos tam bien indican que la esco- laridad postsecundaria conduce a mayores ingresos laborales (Clatworthy 1981 a: 24). La educaci6n tiene un efecto positivo especialmente marcado en las tasas de participacion aborigen femenina en la fuerza laboral (Clatworthy 1981b). De los datos se deduce la existencia de un "doble mercado laboral" y de segmentacion del mercado laboral (Clatworthy 1981 a, 1981 c). En un estudio sobre las caracte- rfsticas etnicas y el genero, Gerber (1990) documenta el reducido numero de afios de educacion cursados por las mujeres indigenas en Canada. Los investigadores han presentado resultados de sus estudios de los mercados laborales del norte de Canada (Stabler 1989, 1990; Kuo 1976). Stabler (1989) procura determinar la me did a en que las personas nativas de los Territorios del Noroeste contimlan participando en el sector tradicional, y verificar si existe un perfodo de espera para obtener un empleo en la economia modema. Utilizando la El costo de fa etnicidad 15 metodologfa del doble mercado laboral, el autor observa que en el caso de muchos indfgena'> la participaci6n en actividades tradicionales constituye una forma de mantenerse ocupados mientras esperan un empleo en la economfa modema. El grado de discriminacion contra los indfgenas en el sector primario es elevado. Para los nativos, sin embargo, los mayores niveles de educacion conlle- van una considerable reducci6n de la discriminaci6n. En el primer estudio de su tipo lIevado a cabo sobre los aborfgenes de Canada -aunque se concentra en una alejada zona septentrional de los territorios cana- dienses- Kuo (1976) utiliza datos correspondientes a 1970 para estimar el efecto de la educacion sobre los ingresos laborales de los aborfgenes. En esa epoca, los ingresos laborales de los aborfgenes representaban un 16% a 46% de los percibi- dos por los trabajadores blancos y el nivel de escolaridad de la poblaci6n abori- gen era de dos a seis ailos, en comparacion con mas de nueve alios para la po- blaci6n trabajadora blanca. Kuo (1976) compara los resultados con los ingresos laborales de los trabajadores blancos en la zona y comprueba que la mayor parte de la diferencia de ingresos laborales entre los trabajadores blancos y aborfgenes (amerindios, metis e inuit) se debe a la educacion, la edad, la duracion del empleo, el tamalio del mercado laboral y el estado civil. S610 un 13% a un 16% de la diferencia bruta se debe a factores "sin explicacion". En el primer estudio nacional sobre el tema, Patrinos y Sakellariou (1992, 1993) utilizan la encuesta de la actividad del mercado laboral canadiense de 1986 para descomponer la diferencia de ingresos laborales entre los trabajadores abo- rfgenes y no aborfgenes que viven fuera de las reservas en el Canada. En esa epoca los ingresos de los aborfgenes representaban alrededor del 80% de los ingresos de los trabajadores no aborfgenes y las diferencias de escolaridad eran solo de un ano, es decir de 11,9 y 12,9 para los trabajadorees aborigenes y no abo- rigenes, respectivamente. Si se incluyen en el analisis los trabajadores de jomada completa y jomada parcial, la porcion de la diferencia bruta de ingresos labora- les debida a las caracterlsticas productivas es del 17% (Patrinos y Sakellariou 1993). La diferencia restante en salarios, del 83%, no esta justificada y se atribuye a factores no medidos como la dicriminaci6n. Cuando el analisis se limita a los trabajadores de jomada completa, la porcion de esta diferencia que se debe a las caracterfsticas productivas aumenta al 4 I % (Patrinos y Sakellariou 1992). Una de las explicaciones que se da para la gran diferencia que hay en las diferencias de ingresos laborales entre los empleados de jomada completa y parcial es que los aborigenes que trabajan en jomada parcial pueden estar ocupados en trabajos de baja remuneracion y productividad y sin porvenir (Patrinos y Sakellariou 1993). AI mismo tiempo, los aborigenes que trabajan en jomada parcial pueden ser "trabajadores con metas definidas" 0 personas "tradicionales" que solo per- manecen en la fuerza laboral el tiempo necesario para obtener una suma fija y predeterminada de salarios (Patrinos y Sakellariou 1992, 1993). Este breve examen de los estudios norteamericanos sobre las diferencias socioecon6micas entre indigenas y no indfgenas seilala que la discriminacion, 0 el componente "sin explicacion", se incrementa a medida que aumenta el nivel educacional de los aborfgenes en Canada, pero que 10 mismo no ocurre en el caso 16 Las pobfaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina de los amerindios en los Estados Unidos. En este ultimo pais, los datos hacen notar que el efecto de ser indfgena disminuye a 10 largo del tiempo; del mismo modo, la porcion "sin explicaci6n" de la diferencia es relativamente menor. Si se comparan los resultados recientes con el estudio realizado en los aoos setenta en los Territorios del Noroeste, la discriminacion parece haberse incrementado en Canada a 10 largo del tiempo. El componente "sin explicaci6n" de la diferencia de ingresos laborales es mayor para los indigenas en Canada que para los indfge- nas en los Estados Unidos. Las poblaciones indigenas de Nueva Zelandia y Australia Las poblaciones indigenas de otros paises del mundo tambien han sido objeto de estudios, aunque existen pocas investigaciones empiric as sobre este tema. Una notable excepci6n son las investigaciones relacionadas con los maorfes de Nueva Zelandia y los aborigenes de Australia. Los estudios empiricos basados en las poblaciones aborigenes de Australia y Nueva Zelandia revisten importancia y relevancia, ya que ofrecen informacion sobre la experiencia de las poblaciones indigenas en la fuerza laboral no indigena. Brosnan (1984) examina la diferencia de ingresos laborales entre la poblacion nativa de Nueva Zelandia, los maorfes y la poblacion blanca no nativa. La edad y la educacion representan solo una pequeoa parte de la diferencia global de ingresos laborales (17%); el resto se debe a factores asociados con el hecho de ser indfgena. Los maorfes registran un menor rendimiento de las inversiones en esco- laridad y tienen una menor escolaridad. Brosnan y Hill (1983) examinan las dife- rencias de ingresos laborales entre hombres y mujeres maorles y no maories, as! como la segregacion en el trabajo. Confirman que los maories perciben menores ingresos laborales, aunque esta diferencia varia significativamente de acuerdo con las distintas ocupaciones que se han examinado. La segregaci6n en el tra- bajo constituye un factor importante que explica las considerables diferencias de ingresos laborales entre las poblaciones maorfes y no maorfes. Tambien se ha estudiado la situacion economic a de la poblaci6n aborigen de Australia (Miller 1989; Iunankar y Kapuscinski 1991a; 1991b; Welch 1988), as! como las tasas diferenciales de desempleo entre j6venes aborfgenes y no aborfge- nes en el mercado laboral australiano (Miller 1989). Las tasas de desempleo de los j6venes aborfgenes son tres veces superiores al promedio correspondiente a los j6venes no aborfgenes (vease tambien Iunankar y Kapuscinski 1991a, b). lnduso teniendo en cuenta la educaci6n, la edad y otros factores -tales como la situaci6n familiar, los ninos, y la ubicaci6n- se estima que Ia tasa de desempleo de los jovenes aborfgenes es alrededor de dos y media veces superior a la de otros grupos (Miller 1989: 48). La descomposici6n de las tasas diferenciales de desem- pleo revela que s610 una reducida porci6n se debe a diferencias en las habilida- des comercializables entre ambos grupos (Miller 1989: 50), En un estudio de los ingresos de los aborigenes en que se utili zan datos del censo de 1976, Treadgold (1980) advierte que su ingreso per capita es aproxima- Ef costo de fa etnicidad 17 damente la mitad del de la poblaci6n australiana en su totalidad. Aunque la pobla- ci6n aborigen es mas joven y tiene mas hijos, su ingreso medio equivale a menos de dos terceras partes del de los no aborigenes, incluso en el caso de las personas de mas de 15 anos de edad. Asimismo, un gran mlmero de aborigenes estan de- sempleados 0 no pertenecen a la fuerza laboral y enfrentan otras desventajas ocu- pacionales y educacionales (Treadgold 1980). Las poblaciones indigenas de America Latina Existen pocos analisis empiricos sobre la situaci6n socioecon6mica de las pobla- ciones indfgenas de America Latina. En esta secci6n se recurre a la bibliograffa disponible sobre la pobreza, la desigualdad y los indicadores sociales, en cuanto se refieren a las poblaciones indigenas. Las poblaciones indigenas, etnicas y tribales constituyen una porcion signifi- cativa de los pobres mrales (FIDA 1992). Estos gmpos viven en la periferia en zonas marginales, y con frecuencia carecen de tierras. En America Latina, las poblaciones indigenas representan alrededor del 27% de la poblacion mral (FIDA 1992: 49). EI trazado de un mapa de la pobreza rural documenta que en 11 de 18 casos (paises), la poblaci6n indfgena figura entre los principales gmpos de los pobres rurales (FIDA 1992: 98-102). Antes de la revoluci6n de 1944, la mana de obra indigena migrante en Guate- mala se reclutaba mediante una diversidad de tecnicas coercitivas que inclufan la conscripcion de mana de obra (mandamientos), la servidumbre por deudas y, despues de la abolici6n de esta en 1936, la legislaci6n restrictiva de la va- gancia (Swetnam 1989). Si bien las poblaciones indigenas ya no enfrentan ta- les formas institucionalizadas de discriminaci6n, sus desventajas en materia de capital humano son graves, y representan una considerable barrera a la com- petencia en el mercado laboral sobre una base igualitaria con la poblaci6n no indfgena. Tarnbien se ha documentado la alienaci6n funcional y educacional de las poblaciones indigenas. La mayor parte de los indigenas aun utilizan su lengua nativa y no pueden comunicarse en espanoL Por ejemplo, el 70% de los bolivia- nos de las zonas mrales se comunica s610 en quechua 0 aimara (FIDA 1992). En las zonas mrales del Peru, donde la mayor parte de la poblaci6n es indfgena, el 70% de mas de cinco anos de edad que hablan quechua nunca ha asistido a la escuela, en comparaci6n con s610 el 40% en el caso de los pemanos no indigenas (Hernandez 1988: 126). En Argentina, el 56% de los mapuches no asiste a la escuela, en comparaci6n con el 7% en el caso de la poblaci6n no indfgena (Hernandez 1988: 125). En un estudio sobre la vinculacion que existe entre la educacion, el ingreso y el hecho de ser indigena en Guatemala y Bolivia se determina que los indigenas tienen niveles muy inferiores de escolaridad, perciben menos ingresos y registran tasas menores de rendimiento de la escolaridad que los no indigenas (Psacha- ropoulos 1993). Kelley (1988) analiza el "costo de ser indio" en las zonas mrales 18 Las UUI"t:,W en America Latina de Bolivia, utilizando una encuesta realizada en 1966 entre alrededor de 1.000 unidades familiares encabezadas por hombres. Descompone el diferencial entre indfgenas y no indfgenas en terminos de educaci6n, ocupacion e ingresos. Utilizando informacion sobre la educacion y la ocupacion del padre y del hijo, Kelley concluye que la diferencia global (entre el 95% yell 00%) se debe a com- ponentes de "clase" (antecedentes familiares, educacion y ocupacion). En otras palabras, la equiparaci6n de los antecedents familiares y de capital humano de las personas se traduciria en una virtual eliminaci6n de las desigualdades socioeco- nomic as basadas en el origen indfgena. El efecto de ser indfgena se tuvo en cuenta en un estudio de la educacion y los ingresos en el Peru utilizando datos de los censos de 1961 y 1972. Toledo (Car- noy 1979) observa que si bien el porcentaje de la fuerza laboral que habla que- chua y aimara disminuy6, su ingreso relativo se incremento sustancialmente. Los resultados de las funciones logarftmicas de ingresos laborales para los dos perio- dos revelan una disminucion considerable en la desventaja asociada con el hecho de hablar una lengua nativa a 10 largo del tiempo. Aun existen, sin embargo, muchos aspectos desconocidos acerca de la activi- dad laboral de los indigenas, especialmente de los que residen en zonas rurales. Las actividades productivas pero no remuneradas de los indfgenas que viven y trabajan en comunidades rurales en pafses como el Peru y Guatemala con fre- cuencia se consideran equivocadamente como desempleo 0 subempleo (Swetnam 1989; Brush 1977). Muchos campesinos, como los que viven en la meseta de Guatemala, participan en una diversidad de actividades que proporcionan ingre- sos y beneficios, aunque estas no son f:kilmente observables en los datos agrega- dos correspondientes a las unidades familiares (v ease el recuadro 2.1). En los Andes septentrionales peruanos, los campesinos participan en muchas tareas ade- m.b de las agrfcolas que Bevan a cabo diariamente. Tales tareas incluyen la cons- trucci6n y el mantenimiento de viviendas, actividades distributivas de comercio e intercambio, producci6n de artesanias, recolecci6n de lena y proyectos de tra- bajo comunitario (Brush 1977: 77). Los campesinos aparentemente ociosos en muchos casos estan dedicados de Heno en numerosas actividades, aunque estas no sean taciles de categorizar. Esta circunstancia ha hecho que algunos observa- dores escribieran acerca del "empleo encubierto" (Swetnam 1980). Los ninos de padres indfgenas nacen con muchas desventajas socioeconomi- cas, y no pueden equipararse a sus companeros no indfgenas. En un estudio del rendimiento escolar de los ninos en Guatemala y Bolivia, Patrinos y Psacharo- poulos (1992) encuentran que los ninos indfgenas tienen una mayor probabilidad de repetir los grados en la escuela primaria. Rojas (1991) informa que el hecho de ser no blanco afecta significativamente el desempeiio educacional en Guate- mala (vease tambien Lourie 1982). Se presentan resultados similares en un estu- dio que utiliza datos del Peru (Patrinos y Psacharopoulos 1993). EI hecho de ser indigena y campesino constituye la mejor variable predictiva de la repetici6n de grados en el caso de los estudiantes peruanos de escuela primaria. Los estudios tam bien documentan la deplorable situaci6n de las poblaciones indigenas en terminos de fecundidad y mortalidad infantil. Los niveles de fecundi- EI casto de la etnicidad 19 Recuadro 2.1: La educaci6n indigena y el medio ambiente Las investigaciones realizadas sobre la vinculaci6n que existe entre el capital humane y el medio ambiente concluyen que la escolaridad reduce la deforesta- ci6n tropical. Las estimaciones convenciona1es de las tasas sociales del rendi- miento de Ja escolaridad rural ignoran estas externalidades positivas, subesti- mando de esta manera los beneficios que perciben las poblaciones indigenas. Las investigaciones reaJizadas recientemente sobre los indios sumu de Nica- ragua ilustran las formas en que la escolaridad promueve la conservacion. Los indios sumu con educacion formal que hablan el idioma de la sociedad en general se han convenido en los mejores defensores de sus comunidades forestales. Varios program as de desarrollo llevados a cabo en la zona se inicia- ron mediante los esfuerzos de un grupo de indios sumu instruidos. La educacion reduce la dependencia de las poblaciones rurales indfgenas con respecto al bosque a traves de tres canales indirectos: incrementa la capacidad de los forrageadores para abandonar el campo; mejora el uso de las tierras agri- colas mediante la adopcion de nuevas tecnologias y la mejor aplicacion de las antiguas tecnologias, y reduce el tamano de las familias. La educacion ayuda a los indios sumu en sus esfuerzos por obtener empleos no agricolas. Les proporciona las credenciales necesarias, aumenta su capaci- dad para obtener informacion acerca del mercado laboral, y aumenta su poder de negociaci6n incrementando su capacidad para hablar espano!. La migracion estimulada por la educaci6n contribuye a la conservaci6n forestal en el largo plazo, pero a corto plazo puede perjudicar a las zonas rurales si los ingresos provenientes de remesas 0 los mayores salarios de quienes permanecen en esas zonas se utilizan para adquirir ciertos productos forestales (madera y ani males de caza) y/o se invierten con el fin de aclarar tierras forestales para la ganaderia. Sin embargo, con una adecuada planificacion, la mayor cantidad de riqueza puede invertirse sin ramificaciones ambientales. Otra ventaja importante de la educacion, particularmente para las poblacio- nes indfgenas. se observa en el sector agricola. Numerosos estudios senalan que la educaci6n beneficia a los agricultores. La escolaridad no s610 produce habilidades cognoscitivas que hacen mas facil que los agricultores busquen, en- cuentren y administren informacion acerca de las tecnologias agricolas, sino que tam bien les ayuda a administrar mas adecuadamente sus insumos, obtener mayores precios por sus productos, pagar menores precios por sus insumos y enfrentar mas adecuadamente los aspectos politicos y legales. A largo plazo, la modernizacion agricola contribuye a la conservaci6n forestal. Por ejemplo, el mayor uso de fertilizantes se observa en aquellas naciones con tasas menores de deforestaci6n. Estos resultados tambien se verifican a traves de datos etno- graficos sobre los indios sumu. Las repercusiones a largo plazo de la educaci6n son positivas y no excIusi- vas del mercado laboral. En las palabras de un sacerdote sumu: "la educacion es para eJ futuro, no para el presente". Fuente: Godoy 1992. dad de las mujeres indigenas tienden a ser superiores a los de las mujeres no indi- genas, por varias razones. Las parejas indfgenas prefieren tener familias mas numerosas que el promedio (Rosenhouse 1992). Si bien las disparidades en el 20 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina ingreso entre los grupos indfgenas y no indigenas pueden constituir parte de la razon de este efecto, los estudios antropologicos han documentado diferencias cul- turales acerca del valor de los hijos (Mondloch 1979). Sin embargo, el conoci- miento y el uso de metodos anticonceptivos modernos es considerablemente infe- rior entre las poblaciones indfgenas que entre las poblaciones rurales 0 la poblacion total (Rosenhouse 1992). Esta escasa prevalencia de anticonceptivos se correla- ciona con un bajo nivel de instruccion, ellimitado acceso a la atenci6n medica en el parto y las elevadas tasas de mortalidad infantil. Collins (1983) vincula las deci- siones reproductivas de los pueblos aimaras que habitan el altiplano peruano a fac- tores econ6micos, cuIturales y ambientales. Tfpicamente, los aimaras tienen fami- lias de cinco personas, con hijos cada tres anos. Las actividades laborales, incluido el trabajo domestico y la atencion de los ninos, se distribuyen entre toda la fami- lia, asigmindose tare as especfficas a los ninos de acuerdo con su edad y su orden de nacimiento, 10 que permite a los padres concentrarse en actividades mas pro- ductivas. De esta manera, las decisiones sobre fecundidad equilibran la necesidad del insumo laboral de los ninos con el deseo de mitigar el riesgo de un mayor mlmero de hijos que el que la capacidad productiva de la familia puede afrontar. En general, las poblaciones indigenas tienen tasas de mortalidad mucho mayo- res que los promedios nacionales en la mayor parte de los paises. Ello se observa especialmente en el caso de aquellos paises en los que 1a poblacion indigena representa una elevada proporcion de la poblacion total. En el Peru, la tasa de mortalidad infantil nacional es de 169 por 1.000 nacidos vivos, en comparacion con 269 por 1.000 nacidos vivos en el caso de la poblacion indfgena (Masferrer 1983: 600). En Bolivia, la tasa nacional de mortalidad de ninos menores de cinco anos de edad por 1.000 nacidos vivos es de 122 para los hispanohablantes, pero de 186 para las personas que hablan lenguas indigenas (Instituto de Desarrollo de Recursos 1989). En Guatemala, la mortalidad de ninos de menos de cinco anos de edad por 1.000 nacidos vivos es de 120 para los ladinos y de 142 en el caso de las poblaciones indfgenas (Instituto de Desarrollo de Recursos 1987). En cuanto a los servicios de atencion de la salud, las poblaciones indfgenas enfrentan los problemas de un acceso desigual y los efectos de Ia discriminacion (Naciones Unidas 1983). El acceso desiguaI es el resultado de tres factores prin- cipales: el aislamiento general de muchas comunidades indigenas; los desequili- brios generalizados en la asignacion de personal y servicios medicos, que favore- cen a las zonas urbanas, mientras que la mayor parte de la poblacion indigena vive en zonas rurales; y la pobreza general de las poblaciones indfgenas, que Ii- mita su capacidad para pagar servicios adecuados. En Guatemala, al nivel nacio- nal, existen 1,6 camas de hospital por cada 1.000 personas, mientras que solo hay 0,4 camas por cada 1.000 indfgenas (Masferrer 1983: 602). La emigracion estacional tiene graves consecuencias en cuanto ala transmisi6n de enfermedades dentro de las comunidades indigenas. Richards (1987) estudia una comunidad guatemalteca maya del altiplano y un efecto circular entre la ele- vada susceptibilidad a las enfermedades debidas a la pobreza y la desnutricion, y la elevada tasa de transmision de enfermedades resultante de la emigracion esta- donal de personas que procuran complementar los ingresos familiares. El costo de la etnicidad 21 Scott (1992) tiene en cuenta el origen indigena en su estudio sobre los ingresos laborales de hombres y mujeres y la participacion en el mercado laboral en Boli- via. Esta autora comprueba que las mujeres que no hablan espanol tienen una me- nor tasa de participacion en la fuerza laboral. Se considera que la actual situacion socioeconomica desfavorecida de todas las mujeres en Bolivia es el resultado de la conquista europea, antes de la cual se piensa que las mujeres tenlan igualdad con los hombres (Galvez Barrera 1980). Sin embargo, algunos investigadores no de- tectan indicios de discriminacion. Entre los aimaras de Bolivia, la contribucion economica y el valor del trabajo de ambos generos son iguales (Collins 1983). La educacion bilingiie parece ofrecer una solucion al problema de la repeti- cion, la desercion y el bajo nivel de instruccion entre los ninos indfgenas. Ba- sandose en el exito logrado en la utilizacion de promotores bilingties en 1965 durante el programa de castellanizaci6n, Guatemala establecio un program a na- cional de educacion bilingiie (Morren 1988). Desde 1979, el Gobiemo de Gua- temala y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Intemacional han trabajado conjuntamente con el fin de mejorar la calidad de la educacion de la poblacion indfgena. Historicamente, los ninos mayas han tenido menos acceso a la educacion, aunque representan la mitad de la poblacion en edad escolar. El pro- grama nacional fue adaptado y traducido a cuatro lenguas mayas desde eI nivel preescolar hasta eI cuarto grado. EI gobiemo instituyo el uso de la lengua maya en la educacion primaria, y creo el Programa Nacional de Educacion Bilingiie (PRONEBI). Mediante el mismo se imparte instruccion culturalmente relevante en espanol y maya. Este programa ha dado como resultado un aumento de la com- prension de los estudiantes, y ha reducido las tasas de fracaso, repeticion y deser- cion. EI program a completo se apIica en 400 escuelas, y en otras 400 se utiliza el program a preprimario. En la actualidad beneficia a 85.000 estudiantes, y sera adaptado a otras cuatro lenguas mayas con el objeto de aplicarse en 900 escuelas adicionales. EI exito del PRONEBI puede juzgarse a traves de los indicadores derivados de las evaluaciones. Las tasas de asistencia y de desercion y las promociones han mejorado en comparacion con un grupo de control de ninos mayas a quienes solo se les imparte ensenanza en espano!. El proyecto de educaci6n bilingiie ha ejer- cido un impacto significativo sobre las tasas de promocion, que en 1983 fueron mas de un 9 por ciento superiores en el caso de los estudiantes bilingiies en com- paracion con el grupo de control durante el primer grado (Townsend y Newman 1985). Los estudiantes del program a reciben mejores calificaciones en todas las materias, incIuido el dominio del espanol (Morren 1988: 365). Estos resultados confirman las comprobaciones de otros investigadores (Modiano 1973; Dutcher 1982) que sostienen que la ventaja de la educaci6n bilingiie reside en ensenar a los estudiantes en su lengua nativa junto con la ensefianza formal del espafiol como segundo idioma. La educacion bilingiie tambien cuenta con el respaldo de los padres de los ninos indigenas (Richards y Richards 1990). Carvajal y Morris (1989/1990) analizan datos del PRONEBI de 1986 en 297 comunidades y de un cuestionario presentado a las mismas comunidades, y encuentran notables diferencias entre los grupos indfgenas con respecto al grado 22 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina de repetici6n y deserci6n, que van del 30% al 46% en el caso de las tasas de repe- tici6n, y del 6% al 16% en las tasas de desercion. Los autores procuran explicar las diferencias mediante el uso de las caracteristicas y diferencias socioeconomi- cas de las comunidades entre los grupos indigenas, y Ilegan a la conclusion de que el bilingiiismo reduce las tasas de desercion y de repeticion de grados. La educacion bilingiie tambien ha resultado exitosa en otros paises latinoame- ricanos. EI enfoque bilingiie produce mejores resultados en los examenes de comprension de lectura (Modiano 1973; Dutcher 1982; Miller 1982). Es decir, la comprensi6n de textos es mayor en el caso de aquellos alumnos que han estudiado en escuelas bilingiies en las que aprenden primero a leer en su lengua nativa y luego transfieren su capacidad de lectura al segundo idioma (espanol). Estos son los resultados de un estudio clasico realizado por Modiano (1973), que desempen6 un papel fundamental en la preparacion de los materiales necesarios para propor- cionar educacion bilingiie en Mexico (Miller 1982: 80 I), donde el sistema escolar indfgena abarca a cerca de 600.000 estudiantes de nivel primario (Direcci6n General de Educaci6n Indigena (DGEI) 1993). Los ninos de las escuelas monolin- giies en espanol aprendieron a leer en su segundo idiom a al mismo tiempo que aprendfan a utilizar dicho segundo idioma. Esta doble carga es probablemente la causa de su menor desempeno en las pruebas de lectura (Dutcher 1982: 25). La educaci6n en la lengua vemacula tambien mejora y desarrolla la capacidad nativa de los estudiantes para aprender una segunda lengua en el Ecuador (Davis 1981: 240). Sin tomar partido en el debate acerca de la polftica lingiiistica, cabe mencio- nar que algunos proponen ensenar a los estudiantes en su primera lengua porque la capacidad adquirida en una lengua puede transferirse a otras, y el desarrollo de esas habilidades resulta mas faci! en la lengua nativa del estudiante (Dutcher 1982). Otros sostienen que ensenar a los estudiantes en su primera lengua los co- loca en desventaja en cuanto a sus ulteriores posibilidades educacionales. Por otra parte, no esta claro si los ninos indigenas, que viven principalmente en zonas rura- les, tienen una desventaja educacional como consecuencia del idioma en el que han recibido la instruccion, 0 debido a la insuficiencia de las inversiones en insta- laciones fisicas en aulas escolares (Heyneman 1979). La emigracion constituye un importante aspecto de la vida en Guatemala. Parkyn (1989) estudia el efecto del contacto cultural prolongado entre los ladinos y los indigenas de Guatemala. Las poblaciones indfgenas que se trasladan a los centros urbanos comienzan a identificarse con los ladinos, y la identificacion se convierte en un aspecto de clase social mas que de origen indfgena. En el estu- dio, los factores identificados que se relacionan con el cambio son: la estructura familiar, los aspectos econ6micos y laborales, las politicas gubemamentales, las telecomunicaciones y los viajes, la educacion y la religion. Un panorama general de la migraci6n intema en Guatemala revela conside- rabies diferencias entre las poblaciones indigenas y no indigenas (Micklin 1990). En su totalidad, las mujeres emigran mas que los hombres, y las poblaciones no indigenas mas que la'i indigenas. En su mayorfa los migrantes son j6venes, mujeres y no indfgenas, y su motivaci6n en general son las oportunidades de empleo. Exislen, sin embargo, casos de migraci6n forzada: el terremoto de 1976, la guerra, los militares, las rebeliones y los traslados obligatorios por el Estado El costo de la etnicidad 23 durante epocas de guerra, que afectan principalmente a las poblaciones indigenas (Micklin 1990). Tambien se han estudiado las migraciones intemas en otros paises latinoame- ricanos (Preston 1987; Silvers 1980). Preston (1987) examina las experiencias migratorias de cinco comunidades indfgenas y mestizas en el altiplano del Ecua- dor, estudiando la migracion rural-rural, rural-urbana y de retorno. Las com pro- baciones revelan que los migrantes tienen un nivel mas alto de educacion que los no migrantes y que la migracion no constituye un fenomeno unidireccional. En su encuesta sobre la distribucion de los ingresos rurales en el Ecuador, Luzuriaga y Zuvekas (1983) incluyen un amplio examen de estudios de caso por regiones que abarca los niveles de vida de un gran mlmero de poblaciones indf- genas. Mas de la mitad de los estudios examinan la medida en que cambio la situacion de los trabajadores agrfcolas campesinos como resultado de la Ley de Reforma Agraria de 1964. Las reformas reemplazaron el sistema de trabajo del huasipungo, en el cual el trabajo de los campesinos en grandes haciendas es inter- cambiado por el uso de pequefias parcelas de subsistencia (vease de Villalobos y Monares 1990). Las reformas formalizaron un sistema de salarios y mana de obra y un program a de redistribucion de tierras. Sin embargo, las asignaciones inade- cuadas de subsistencia obligaron a los agricultores a recurrir al trabajo migrato- rio estacional. En su encuesta, Luzuriaga y Zuvekas (1983) incluyen informes sobre las trans- ferencias voluntarias de parcelas a las poblaciones indfgenas antes de la reforma (Barsky 1978), sobre los salarios y la situacion economica antes de las reformas (Crespi 1986), y sobre los cambios en los salarios y la mana de obra despues de la reforma en diversas regiones y haciendas (Arcos y Marchan 1978; Saenz Andrade 1978; Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonizacion (IERAC), Instituto Ecuatoriano de Antropologfa y Geografia (lEAG) y Junta Nacional de Planificaci6n (JUNAPLA) 1965; Comite Interamericano de Desarrollo Agricola (CIDA) 1965; Banco Central del Ecuador (BCE) y Fondo de Desarrollo del Sector Rural Marginal (FODERUMA) 1978). Si bien se incluye alguna informa- cion sobre el mejoramiento de los niveles de vida de las poblaciones indigenas despues de la reforma (Ecuador, Grupo de Evaluacion 1977), en muchos otros estudios se indica que hubo una disminucion de los niveles de vida despues de la reforma (Paredes Barros 1967; Martinez y Dubly 1967-68; Granja 1977; Brownrigg 1972). Otros estudios mencionados por Luzuriaga y Zuvekas (1983) se concentran en el empleo y los niveles de vida de la poblacion ecuatoriana indigena no agricola. Casagrande (1974) informa acerca de seis comunidades andinas y proporciona datos sobre la mana de obra migratoria y la industria del tejido para el comercio turfstico. En un estudio anterior (Beghin 1964) se informa sobre las poblaciones de habla quechua en la region de Napo que viven en situacion de peonaje por deu- das. En el estudio de PREDESUR (Programa Regional para el Desarrollo del Sur del Ecuador) (1978) se examina el desglose de los sistemas tradicionales entre 350 familias shuar a medida que incremento la incidencia del empleo asalariado. Walter (1976) informa sobre efectos similares entre los integrantes de la comuni- dad indigena "cerrada" de subsistencia en Carabuela al incrementarse el mimero 24 Las UUlllu.etu'''t:j inrifopnn., en America Latina de hombres jovenes dedicados al trabajo asalariado. Cornell University (1965, 1966) llevo a cllbo dos estudios antropologicos con informacion sobre empleo y salarios entre los nativos mas pobres del Ecuador en la region dellago Colta. En uno de los pocos estudios que contienen informacion sobre las condiciones de vida a 10 largo del tiempo, Beals (1952, 1966) examina el empleo y los salarios de una comunidad indfgena en las afueras de Quito. Advierte que si bien los nive- les de vida mejoraron a 10 largo del tiempo, la comunidad estaba experimentando "una creciente desintegraci6n social" (Luzuriaga y Zuvekas 1983: 108). Los mismos autores (1983) tambicn examinan estudios que se concentran en la discriminacion contra los indfgenas en el Ecuador. Pearse (1975) y Villavicencio (1973) comparan los niveles de vida y examinan la discriminaci6n contra las poblaciones indfgenas en la regi6n de Otavalo. Whitten (1976) comprueba una creciente incidencia de la discriminaci6n y, como resultado de la mayor actividad econ6mica asociada con la exploracion petrolera en la region de Puyo, perturba- ciones en la cultura y la forma de vida indfgenas. Conclusion Este breve examen indica que existen relativamente pocas investigaciones empf- ric as sobre la situacion socioeconomica de las poblaciones indigenas de America Latina, especial mente cuando se la compara con la abundante bibliografia sobre la etnicidad y la situacion socioeconomica en los paises desarrollados. E1 volu- men reducido aunque en aumento de estudios sobre las diferencias socioecono- micas entre las poblaciones indigenas y no indfgenas de America del Norte re- sulta particularmente interesante e informativo. Los resultados de los amilisis de las diferencias socioeconomicas entre los pueblos indfgenas y no indfgenas de Canada y los Estados Unidos ponen de relieve la divergencia en las respuestas de poiftica, 10 que sugiere que en America Latina es preciso adoptar un enfoque individual por paises. EI examen tam bien demuestra la importancia que reviste la necesidad de tomar en cuenta los aspectos etnicos. Tambien indica algunos aspectos prioritarios de investigacion que se procura abordar en los capitulos que siguen. Estos incluyen la estimacion de la magnitud de la pobreza entre 1a poblaci6n indigena de America Latina. Ademas, las condi- ciones de vida de la poblaci6n indigena se comparan con las de la poblacion no indigena. Asimismo se examinan las diferencias basicas en materia de capital humano entre las poblaciones indigenas y no indfgenas, asi como las diferencias en los logros en materia de trabajo. La estimaci6n y la descomposici6n de las diferencias de ingresos laborales permiten la formulaci6n de respuestas apropia- das de politic a, como se pone de manifesto en este estudio. En el capitulo siguiente se presenta un panorama general del mimero y la situa- ci6n de las poblaciones indfgenas de America Latina, utilizando censos y otras obras publicadas. A ella Ie sigue una presentaci6n de los resultados obtenidos del anaiisis empirico. 3 Magnitud de fa pobfacion indigena Mary Lisbeth Gonzalez En este trabajo se utilizan datos sobre censos y otras fuentes publicadas con el fin de proporcionar un panorama general de la poblacion indigena de America Latina. Esta informacion contiene el tamafio y la ubicacion de la poblacion, las caracterfsticas etnolingtiisticas, el analfabetismo y la escolaridad. EI capitulo co- mienza con un examen de las definiciones operativas de las poblaciones indige- nas y analiza las limitaciones de las fuentes disponibles de informacion. Aunque el espectro etnico latinoamericano es muy diverso, en este capitulo se categoriza a la poblacion de la region en dos amplios grupos: poblaciones indfge- nas y no indigenas. Estos dos grupos no representan comunidades homogeneas; ambos incluyen una diversidad de culturas, identidades, lenguas, tradiciones, reli- giones y creencias. Ademas, algunas comunidades indfgenas se encuentran en mejor situacion que otras, y algunas estan mas integradas que otras. Sin embargo, los datos disponibles agregan la informacion --en su mayor parte- entre los gru- pos indigenas. Los censos y las encuestas de hog ares proporcionan informacion sobre las poblaciones indfgenas en general, sin diferenciar entre comunidades. Definiciones operativas de la poblacion indigena Con frecuencia, el termino "grupo etnico" se utiliza informalmente, y de forma similar, la definicion de "poblaci6n indfgena" no es siempre clara. Desde una perspectiva mas amplia, el concepto de grupos etnicos se relaciona con la lengua, la cultura y el territorio; los estudios sobre etnicidad se han concentrado en la autoidentificaci6n, la conciencia etnica y la solidaridad. Un grupo etnico consti- tuye un grupo reconociblemente diferente de personas dentro de una sociedad mas amplia (Urban y Shezer 1992: 5). Algunos autores sefialan que el concepto de "etnicidad" comprende dos factores. Los miembros de un grupo pueden com- partir caracteristicas ffsicas, religion, lengua y concentraci6n demografica en una 25 26 Las UUlnUlCW,""" en America Latina detenninada regi6n. Tarnbien pueden com partir un sentido de solidaridad y podrfan estar en contacto con otros grupos dentro de la sociedad (Segal 1979). La tarea principal cuando se define un grupo etnico es identificar su singularidad, 0 sea detenninar su identidad y su lengua. Un grupo etnico asimismo se define como un grupo de personas que se percibe a sf mismo como que mantiene en comtin un conjunto de tradiciones no compartidas por los otros grupos con los cuales est a en contacto. Los grupos etnicos comparten una lengua comtin, asf como valores culturales, religi6n e identidad comunes. Un grupo etnico puede definirse como "una colectividad social que se reproduce a sf misma, identifica- da por mitos de origen com tin y por ciertas caracterfsticas de identificaci6n" (Smith 1990: 152). Esta definici6n comprende dos partes: los individuos deben identificarse como miembros del grupo etnico, y el grupo etnico puede ser iden- tificado externarnente por miembros de otros grupos. El recuadro 3.1 presenta una lista de variables que pueden utilizarse para definir a un grupo etnico. Existe cierta fluidez en el concepto de ser indfgena. Dos individuos con una herencia comtin y la misma lengua materna pueden identificarse como parte de distintos grupos etnicos (ladinos e indios en Guatemala; cholos e indios en el Peru). El concepto tarnpoco es in mutable a 10 largo del tiempo. Los hijos de padres indfgenas podrfan no considerarse indfgenas. La autoidentificaci6n puede cambiar a 10 largo del tiempo, aun dentro de una misma generaci6n. Durante los anos ochenta, en los Estados Unidos se experiment6 un resurgimiento de indivi- duos que reconocian sus origenes indfgenas (Snipp 1989). EI cambio en la pro- porci6n de la poblaci6n que afinna tener origen indfgena aument6 demasiado como para deberse enleramente a factores demograticos. Las poblaciones indigenas descienden de los habitantes precolombinos. Se han identificado diferentes tipos de tribus indfgenas (Medina 1977b). Las tribus "ais- ladas" son las que manti en en escaso contacto con el mundo exterior. Las de "con- tacto intennitente" son aquellas que se encuentran en las regiones que comienzan a ser alcanzadas por la sociedad no indfgena. Por su parte, las tribus de "contacto Recuadro 3.1: Caracterlsticas de los grupos indfgenas Origen geognifico comun Raza Lengua Religion, fe Tradiciones, valores y simbolos Literatura, musica y folklore Nutrici6n Organizaciones sociales y politic as Sentido intemo de diferenciacion Percepci6n extema de diferenciaci6n Territorio y sistemas de produccion compartidos Fuente: Snipp 1989: 38-39. Magnitud de la poblacion ind£gena 27 pennanente" son aquellas que han perdido su autonomia sociocultural y depen- den de la economfa que las rodea, pero que mantienen su estilo de vida tradicional compatible con su nueva situaci6n. Por ultimo, las tribus "integradas" son las que se han mezclado con la poblaci6n nacional y que en general se encuentran confi- nadas a partes de sus antiguos territorios, pero que estan comp1etamente despo- sefdas de sus tierras. La falta de una sola definici6n operativa para e1 tennino "poblacion indigena" constituye un importante problema para los investigadores. La relacion hist6rica que algunos grupos indigenas latinoamericanos han mantenido con el Estado y la sociedad dominante ha originado problemas para la definicion del concepto. En algunos pafses como Peru, Guatemala y Bolivia, los conceptos de indio, indfgena y mestizo se han convertido en tenninos sociales en vez de conceptos "etnicos" (Marner 1970). En Bolivia, por ejemplo, los tenninos campesinado y campesino no se adaptan facilmente al concepto tradicional de la palabra en el uso comtin; en cambio, han reemplazado a los tenninos indio y poblaci6n indigena (Hahn 1991). En 1969, el Presidente peruano Velasco anuncio una ley de reforma agraria, inspirada en la ley de 1952 promulgada en Bolivia, que "declara que los antiguos indios y anteriores indigenas seran de aqui en adelante campesinos" (Alverson 1979). Segun Smith (1990), 10 mismo ha ocurrido en Guatemala, donde el Estado siempre ha tratado a la poblacion indfgena como una clase, aunque la poblaci6n indigena raramente ha actuado con conciencia de clase. En una definicion amplia, los campesinos constituyen los trabajadores agrico- las que mantienen una posici6n subordinada en un orden econ6mico y politico jenirquico (Colburn 1989). E1 estab1ecimiento de sistemas coloniales de trabajo como la encomienda, la mita, el repartimiento y el cuatequil explica el uso del tennino indigena como la definici6n de una clase social y ocupaci6n, que basic a- mente define al campesinado. Durante la epoca colonial, los espafioles controla- ban la tierra y eJ trabajo; expropiaron territorios indigenas y crearon una fuerza labora1 indfgena sin tierra. Despues del perfodo independentista, America Latina se convirti6 en un producto socioeconomico y politico creado por la fusion de dos sistemas altamente estructurados --el ancien regime y la sociedad espanola-los cuales integran complejas estructuras sociales, etnicas y de castas. Con 500 anos de his tori a y particulannente con el impacto social y politico del siglo actual, el espectro sociallatinoamericano es aun mas complicado en la actualidad. Las cla- ses sociales y los elementos etnicos todavia estan interrelacionados. En varios paises los grupos indigenas son campesinos, pero no todos los campesinos son indigenas, y no todos los indigenas son campesinos. El uso de un concepto etnico para definir la ocupaci6n 0 clase social limita la perspectiva analftica y restringe la capacidad para comprender que existen indigenas dentro de todos los sectores de las poblaciones rurales, campesinas, pobres y urbanas. En muchos sentidos, la poblaci6n indfgena latinoamericana es diversa. Klein (1982) demuestra que en Bolivia existen importantes diferencias entre los grupos del altiplano y las tierras bajas. Existen abundantes datos sobre la diversidad cul- tural: Klein describe en detalle las diferencias historicas entre la civilizaci6n de Tiahuanaco y los reinos aimara (Klein 1982). Si bien la perspectiva multietnica 28 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina proporciona un anaIisis mas exacto, causa algunos problemas en tenninos de la investigacion social. En primer lugar, no se dispone de datos integrales; en se- gundo lugar, la recopilacion de dichos datos requiere una gran inversion de recur- SOS, y en tercer lugar, la inclusion de la totalidad de las culturas e identidades re- presenta una tarea abrumadora. Sin embargo, la tarea no solo incluye la definicion de los indigenas, sino tam- bien la definicion de un indicador operativo 0 un conjunto de indicadores para identificarlos en los censos y las encuestas (Centro Latinoamericano de Demo- graffa (CELADE) 1992). Los enfoques que se han utilizado en algunos paises lati- noamericanos incluyen: lengua, autopercepcion y concentracion geografica. El idioma, junto con la unidad etnica y la divisi6n de poder y recursos, consti- tuye un factor casi invariable para detenninar si las personas se identifican con un estado 0 grupo mas que con otro (Sagarin y Moneymaker 1979: 20). Las Na- ciones Unidas sostienen que el idioma, especialmente la lengua nativa, constitu- ye una variable clave para identificar a los grupos etnicos; el supuesto implicito es que las diferencias idiomaticas tienden a persistir salvo que haya ocurrido la integracion social (Shyrock y colaboradores 1976). EI idioma constituye un indi- cador confiable -dado el fuerte sentido de identidad de los grupos indfgenas, afinnado en gran parte por el uso de la lengua (Brascoupe 1992)- que tambien se considera el indicador mas importante de la etnicidad a 10 largo del tiempo (Modiano 1988: 314). EI significado social de los idiomas incluye mas que un c6digo lingtiistico; cualquier idioma puede tener un valor social de clara singula- ridad y de identificacion con otros (Urban y Sherzer 1992: 308). Funciona como punto de referencia de un grupo social y de una comunidad etnica. EI idioma, y particulannente la lengua nativa, constituye la "expresi6n mas adecuada de la individualidad espiritual" (Sagarin y Moneymaker 1979: 19). En la mayor parte de las sociedades la lengua nativa puede utilizarse como indicador operativo de la etnicidad. especialmente en las zonas con un amplio espectro de grupos etni- cos expuestos a entomos biIingiies. El idioma espanol y la cuItura iberica constituyen los sistemas "dominantes" en America Latina, pero coexisten con otros sistemas lingiifsticos y culturales (Plaza 1990: 377). Aunque la coexistencia no es siempre pacifica (Munzel 1973; Urban y Sherzer 1992), algunos grupos etnicos han desarrollado un nive! de inte- gracion social tan elevado que desaparecen las diferencias lingiiisticas y, a veces, incluso las diferencias cuIturales. Los garifunas de la costa atlantica de Honduras proporcionan un ejemplo de integracion idiomatica. Estos descendientes de pue- blos de Africa hablan un idioma amerindio. Los descendientes africanos del valle de Chota en el Ecuador han adoptado muchas caracterfsticas culturales andinas (Gnerre 1990). Los indfgenas que viven en el territorio Kulta en Bolivia son un ejemplo extraordinario de integracion cultural. Estas comunidades han incorpo- rado tan completamente en su cultura el "sistema fiesta-cargo" establecido por las autoridades coloniales espanolas, que en la actualidad 10 reinterpretan como una tradicion cultural indigena en vez de un leg ado colonial (Urban y Sherzer 1992: 10 I-103). Sin embargo, existen otros grupos indigenas que preservan sus patro- nes culturales precolombinos porque nunca fueron activamente colonizados. Los Magnitud de la poblaci6n indfgena 29 shuar del Ecuador, los tukanoam del nordeste de la Amazonia y los kunas de Panama son ejemplos de grupos cuyas formas culturales son la continuaci6n de patrones anteriores al contacto con los europeos (Urban y Sherzer 1992: 3). Considerando que se ha determinado que el "idioma" constituye un indicador clave para identificar la etnicidad y las poblaciones indigenas, los paises latino- americanos han utiJizado dos aspectos del problema del idioma. El primero se concentra en la lengua nativa, y el segundo en la capacidad para hablar un idioma indfgena (vease el cuadro 3.1). Aunque el uso de estos aspectos proporciona informaci6n estadistica util, el usa de ambas formas puede resultar en una identi- ficaci6n incompleta porque es probable que se excluya a los descendientes indi- genas cuyo idioma actual es el espanol, clasificandolos como hispanohablantes monolingiies. Ademas, la amplia variaci6n en la formulaci6n del tema del idioma a veces dificulta las comparaciones nacionales e intemacionales. Por ejemplo, en 1972, en el censo peruano se preguntaba: ""Cual es su lengua materna?". Sin embargo, en el censo de 1981 la pregunta era: "i,Habla usted un idioma indigena?". El Paraguay elimino el tema del idioma porque el guarani. "el idioma nacional", 10 habla un extenso grupo de personas no indfgenas. El metodo de autoidentificaci6n 0 autopercepcion para definir a la poblacion de referencia ha sido utilizado en Guatemala, Colombia, Paraguay y Venezuela. Todos estos pafses, con la excepci6n de Guatemala, 10 han aplicado en comb i- naci6n con el enfoque geografico. EI enfoque de autopercepci6n tiene la ventaja de que soslaya el tema de la habilidad idiomatica, permite a los individuos ele- gir y no requiere pruebas especiales 0 investigaciones geneal6gicas para de- terminar si un individuo es indfgena (Snipp 1989: 36). Sin embargo, se cree que este metoda puede conducir a una subestimacion, especialmente cuando en el formulario se pregunta "i,Es usted indfgena?". La discriminaci6n y el prejuicio social en una sociedad pueden hacer que las personas nieguen cualquier afilia- ci6n con sus origenes nativos (CELADE 1992). Tambien existe la posibilidad de que algunos individuos crean que recibiran beneficios sociales especiales al declararse indigenas. EI tercer metoda de identificaci6n utiliza la ubicacion 0 concentracion geogra- fica de la poblacion indigena. En la practica, este metoda general mente se emplea cuando la poblacion indigena esta concentrada en determinados territorios, 0 en Cuadro 3.1: EI problema lingiiistico en el trabajo de investigacion en America Latina Pregunta sobre el idioma Problemas de definicion Lengua vernacula Puede excluir a descendienles indfgenas que declaran al espanol como su lengua vernacuJa. Capacidad para hablar un idioma indfgena Puede excluir a personas indigenas que no hablan un idioma indfgena 0 que niegan conocerlo. 30 en America Latina paises que tienen reservaciones indigenas. Tambien se utiliza conjuntamente con preguntas sobre autopercepcion 0 identidad lingiiistica. Los beneficios de este enfoque son que evita temas individuales de identidad y problemas de medicion y toma en cuenta los valores y las oportunidades de la comunidad. Un importante problema de este metodo es que algunos no indigenas pueden ser clasificados como indfgenas y viceversa. El cuadro 3.2 presenta algunos de los diferentes enfoques de identificacion utilizados en los paises latinoamericanos. Dependiendo del pais, las estimaciones de la poblacion indigena estan deter- minadas por individuos que i) identifican su lengua nativa como un idioma indf- gena 0 hablan un idioma indigena, ii) se identifican como indigenas y/o, iii) viven en un territorio indigena, una reservacion 0 zona en la cual se concentran geogra- ficamente indfgenas. Fuentes de informacion El segundo problema importante en el amilisis de la informacion sobre poblacio- nes indigenas es la disponibilidad de datos y la falta de un sistema estandar de clasificacion estadistica. Aunque algunos paises latinoamericanos tienen grandes poblaciones indigenas, no todos han recopilado informacion sobre las mismas. Todos los paises latinoamericanos, excepto el Uruguay y los paises insulares del Caribe, tienen habitantes indigenas; en total, aunque las estimaciones varian, existen aproximadamente 34 millones de indigenas, 0 sea alrededor del 8% de la poblacion total de la region (Gnerre 1990), pero solo nueve paises cuentan con un Cuadro 3.2: Algunas definiciones de la etnicidad utilizadas en America Latina Pais Fuentes Definicion de etnicidad Bolivia Censo (1976) y encuesta de vivienda (1988) Idioma hablado Colombia Censo (1973. 1985) AUIopercepcion y ubicacion geognifica Guatemala Censo (1973, 1981) Autopercepci6n Honduras Censo (1988) Idioma hablado Mexico Censo (1988, 1990) Idioma habJado Panama Censo (1980, 1990) Idioma hablado Paraguay Censo nacional (1981) y censos indfgenas (1982) Ubicaci6n geografica y autopercepcion Peru Censo (1972) Lengua materna Censo (1981) Idioma hablado Venezuela Censo nacional (1981) y censos indigenas (1982) Ubicacion geogrMica y autopercepci6n Fuente: CELADE 1992. Magnitud de ta poblaci6n indfgena 31 censo y/o encuestas de hogares que contienen informacion sobre la poblacion indigena (cuadro 3.2). EI Centro Latinoamericano de Demograffa (CELADE) publico recientemente un boletfn demografico que incluye informacion sobre poblaciones indigenas recabada de censos y encuestas nacionales de hogares de nueve paises latinoame- ricanos. Esta pUblicacion contiene informacion muy uti! utilizada en este estudio en combinacion con otras fuentes con el fin de proporcionar un panorama gene- ral estadistico de las poblaciones indigenas de America Latina. Las estimaciones de la poblacion indigena latinoamericana varian significati- vamente de acuerdo con la fuente de informaci6n utilizada. Los cuadros 3.3 y 3.4 proporcionan ejemplos de estas variaciones. Por ejempio, en Honduras, el censo de 1988 estima que la poblacion indigena es de 48.789 personas, mientras que segun otras fuentes llega a 110.000 personas (cuadro 3.4). EI InstilUto Indigenista Latinoamericano declara que en los afios setenta, la poblaci6n indigena del Peru Cuadro 3.3: Estimaciones de la pohlaci6n indigena de America Latina, decada de 1970 Datos del censo Estimaciones alternativas Numero de Poreentaje de la Nllmero de Poreentaje de la Pars indfgenas poblaei6n total indigenas poblaci6n total Argentina 350.000 1.0 Bolivia 2.514.851 65,0 4.900.000 71,0 Brasil 300.000 0,2 Chile 1.000.000 8,0 Colombia 318.425 1,5 600.000 2,0 Dominica 2.000 2,0 Ecuador 4.100.000 43,0 El Salvador 400.000 7,0 Guatemala 2.260.024 43,7 5.300.000 66,0 Honduras 700.000 15,0 Jamaica 48.000 2,0 Mexico 3.111.415 8,0 12.000.000 14,0 Nicaragua 16.000 5,0 Panama 93.809 4,8 14.000 6,0 Paraguay 100.000 3,0 Peru 3.467.140 30,5 9.300.000 47,0 Puerto Rico 72.000 2,0 Venezuela 400.000 2,0 . . No se dispone de datos. Fuente: CELADE 1992; vadas fuentes citadas en Jordan Pando 1990. 32 Las !J(JI}UJ',lI"''''S fa nnl)I'I':'Q en America Latina era de 9.300.000 personas, mientras que el censo de 1972 la estimaba en 3.467.140 (cuadro 3.3). El censo peruano de 1981 calculaba que la poblacion indfgena alcanzaba a 3.626.944 personas, en tanto que segun otras fuentes era de 9.100.000 (cuadro 3.4). Tamaiio y ubicacion de la poblacion En esta seccion se presenta un panorama general de las poblaciones indigenas en terminos de su tamano y ubicacion, las caracterfsticas etnolingiiisticas, el analfa- betismo y la escolaridad. A pesar del limitado alcance y las caracteristicas de la informacion de que se dispone, en esta seccion se indica que los indfgenas representan una gran propor- ci6n de la poblaci6n de algunos paises latinoamericanos. Tambien seiiala que los indfgenas son pobres, en el sentido de que las comunidades indigenas estan loca- Cuadro 3.4: Estimaciones de la poblacion indjgena de America Latina, decada de 1980 Datos del censo Estimaciones alternativas Numerode Porcentaje de la N1JmerO de Porcenfaje de la Pais indigenas poblaci6n total indigenas poblaci6n total Argentina 360,000 1.1 Belke 27.000 14,7 Bolivia 2.754,000 54,0 4,150,000 56,8 Brasil 225,000 0,2 Chile 550.000 4,2 Colombia 225.830 0,8 300.000 0,9 Costa Rica 26.000 0,9 Ecuador 3.100.000 29,5 El Salvador 1.000 0,02 Guatemala 2.536.523 42,0 3.900.000 43,8 Honduras 48.789 1,3 110.000 2,1 Mexico 5.181.038 9,0 12.000.000 14,2 Nicaragua 48.000 L2 Panama 72.615 4.0 99.000 4,1 Paraguay 18.317 1,2 80.000 1,9 Peru 3.626.944 24.8 9.100.000 40,8 Venezuela 140.562 0,9 150.000 0.8 .. No se dispone de datos. Fuente: CELADE 1992; vadas fUentes citadas en Gnerre 1990. IYtll"fTLlIUU dela nof)lar'ujn 33 lizadas principalmente en zonas rurales y tienen elevadas tasas de analfabetismo. Durante los afios ochenta, mas del 50%, el 40% y el 25% de la poblacion boli- viana, guatemalteca y peruana, respectivamente, estaba considerada como indf- gena. En Bolivia y Guatemala, aproximadamente el 80% de los indfgenas eran habit antes rurales, y en el Peru ese porcentaje alcanzaba a150%, La mayor parte de los indfgenas de Bolivia son descendientes de quechuas y aimaras y viven en zonas rurales. En 1988, el 56% de la poblacion de mas de cinco afios de edad, y el 71 % de la poblacion rural era indigena (cuadro 3.5). La mayor parte de los indigenas de Guatemala son de ascendencia maya. En 1973, e144% de la poblacion guatemalteca era indfgena, mientras que el censo de 1981 estimaba que la poblacion indigena alcanzaba al 41 %. La poblacion indf- gena como proporcion de la poblacion total ha decrecido a 10 largo del tiempo. Segun el censo de 1921, los indfgenas comprendian e165% de la poblacion total, porcentaje que habfa disminuido al 54% para 1950 (vease el cuadro 3.6). Las ele- vadas tasas de mortalidad infantil y las tasas brutas de mortalidad podrfan expli- car este fenomeno, aunque algunos autores argumentan que el actual sistema de clasificacion guatemalteco, basado en la autopercepcion en vez de la ascenden- cia, causa una subestimacion (Smith 1992). En terminos de distribucion geografica, en 1973 el 77% de la poblacion no indigena vivia en zonas urbanas, en comparacion con solo el 23% de la poblacion indigena. La concentracion de poblaciones indfgenas en las zonas rurales es Cuadro 3.5: Poblacion boliviana de mas de cinco aDOS de edad por origen etnico y region, 1988 (porcentajes) Region lndfgena No ind[gena Total 56 44 Urbana 41 59 Rural 71 29 Fuente: CELADE 1992: 33-35. Cuadro 3.6: Poblacion indigena de Guatemala, 1921-81 Alio Porcentaje de /a pob/acion 1921 65 1940 56 1950 54 1973 44 1981 42 Fuente: OPS 1990, 34 en America Latina mayor que en las zonas urbanas; en 1973 y en 1981, alrededor del 50% de la poblacion rural era indigena (vease el cuadro 3.7). Aunque historicamente el Peru ha tenido una significativa poblacion indigena, los actuales datos demognificos informan que aproximadamente el 30% de la poblaci6n es indfgena. En el siglo XV, la poblaci6n indigena del Peru era de 6 a 10 mill ones de personas, y se redujo entre un 50% y un 75% durante el siglo siguiente (Alverson 1979: 375). En 1972, e132% de la poblacion peruana era indi- gena; en 1981, el 27% se identificaba como indigena. La mayoria de los habitan- tes indfgenas vive en la Sierra, una zona pobre tradicionalmente conocida como La mancha india (Alverson 1979: 372). Los datos de los censos de 1972 y 1981 informan que aproximadamente el 50% de la poblaci6n rural era indfgena y que alrededor del 80% de la poblaci6n urbana era no indfgena (vease el cuadro 3.8). En 1981, s610 el 35% de las personas que hablaban un idioma indigena en el Peru eran monolingiles y e165% eran bilingiles. La mayoria de las personas bilin- giles (el 88%) vivian en zonas urbanas, mientras que los monolingUes (eI52%) residian en regiones rurales (vease el cuadro 3.9). En terminos absolutos, Mexico tiene la poblaci6n indigena mas grande del continente. Segun eJ Instituto Nacional de Antropologfa c Historia (INAH), en 1980,429 municipios registraron las densidades mas altas de poblacion indigena; 217 de estos municipios se encontraban en Oaxaca, 74 en Yucatan, 43 en Puebla, 33 en Veracruz y 26 en Chiapas (INAH 1987). Sin embargo, esta poblacion ha estado decreciendo. EI censo de 1930 informaba que el 14% de la poblaci6n Cuadro 3.7: Poblacion de Guatemala por origen etnico y region, 1973 y 1981 (porcentajes) No indfgena lndfgena Poblacion 1973 1981 1973 1981 Total 56 59 44 41 Urbana 77 75 23 25 Rural 45 50 55 50 Fuente: CELADE 1992: 51. 59. Cuadro 3.8: Poblacion del Peru por origen etnico y region, 1972 y 1981 (porcentajes) No indigena lndigena Region 1972 1981 1972 1981 Total 68 73 32 27 Urbana 81 83 19 17 Rural 50 55 50 45 Fuente: CELADE 1992: 105-107, Ill-ll3. Magnitud de fa poblaci6n indtgena 35 Cuadro 3.9: Poblaci6n indigena bilingiie y monolingiie en el Peru, por regiones, 1981 (porcentajes) ---.------------~ Region Bilingiie Monolingiie Total 65 3S Urbana 88 12 Rural 48 S2 Fuente: CELADE 1992: 111-113. mexicana era indigena; este porcentaje decrecio al 10% en 1950, y al 8% para 1990 (vease el cuadro 3.10). Los datos censales muestran que en 1990 el 80% de los mexicanos indigenas eran bilingiies y e116% eran monolingiies, en comparacion con el 71 % y eI23%, respectivamente, en 1980 (cuadro 3.11). Caracteristicas etnolingiiisticas Existen aproximadamente 400 diferentes idiomas indigenas en America Latina, y cada pais tiene entre 7 y 200 idiomas. Uruguay es el tinico pais del continente que es totalmente de habla espanola (vease el cuadro 3.12). Los principales centros de poblacion indigena se encuentran en Guatemala, Mexico, Bolivia, Ecuador y Peru. Algunos paises han declarado a un idioma indi- gena como segundo idioma nacionaL En 1975, el Peru declaro que el espaiiol es el idioma "dominante" y el quechua el idioma "oficial" (Centro de Lingiiistica Aplicada y Banco Mundial 1975). La Constituci6n paraguaya de 1967 declar6 que el guarani era el idioma "nacional", y la Constituci6n de 1992 10 proclamo un idioma "oficial". En el Paraguay, hablan el guarani los indigenas y los no indi- genas. Este pais constituye una excepci6n en America Latina, en el cual el gua- rani florece junto con el espaiiol, a pesar de la virtual desaparicion de la cultura Cuadro 3.10: Poblaciones indigenas de Mexico, 1930-90 Ano Porcentaje de la poblacion total 1930 14 1950 !O 1970 7 1980 !O 1990 8 Fuente; Instituto Nacional de Estadfstica, Geograffa e Informatica (lNEGI) 1992a, b; Instituto Nacional de Antropologia e Historia (INAH) 1987. 36 Las pobfaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina Cuadro 3.11: Indigenas de Mexico de mas de 5 aiios de edad, por idiomas, 1980-90 (porcentajes) Poblacion hldfgena 1980 1990 Bilingtie 71 80 Monolingtie 23 16 No especificado 6 4 Fuente: INEGI 1992b: 22-24. amerindia (Urban y Sherzer 1992: 308). La re1acion paraguaya entre idioma y cultura muestra una dicotomia, ya que el idioma dominante sigue siendo el gua- rani, mientras que el resto de las instituciones sociales dominantes son hispanicas (Hanratty 1990: 63). En Bolivia, en 1987 el Secretario de Educacion y Asuntos Culturales aprobo el reconocimiento del tupi-guaranf como un idioma nacional Cuadro 3.12: Diversidad Iinguistica en America Latina Hablados Numero de por 10.000 Pals idiomas personas 0 mas Argentina 23 9 Belice 9 8 Bolivia 38 7 Brasil 208 7 Chile 7 2 Colombia 78 7 Costa Rica II 3 Ecuador 23 9 EI Salvador 4 4 Guatemala 26 15 Honduras 10 4 Mexico 72 37 Nicaragua 9 4 Panama 6 3 Paraguay 21 5 Peru 85 27 Uruguay Venezuela 40 5 Fuente: SIL 1988 para Belice. Costa Rica. EI Salvador. Guatemala. Honduras. Nicaragua y Panama; Hornberger 1992: 191 para todos los demas. Magnitud de La pob/acion ind£gena 37 junto con el espanol, el quechua y el aimara, y su inclusion en el programa aca- demico en todos los niveles educacionales en las zonas urbanas y rurales con grandes concentraciones de tupi-guaranies (Zolezzi y Riester 1987). Bolivia es un pais multilingiie y multietnico que alberga a mas de 30 idiomas indigenas dentro de sus fronteras. Los principales idiomas indigenas son versio- nes del quechua y el aimara (vease el cuadro 3.13). Tambien existen otras fami- lias lingiiisticas como por ejemplo arauaco, chapacura, uru-chipaya, matacomaca, panoa y tupi, y alin se hablan algunos idiomas preincaicos como uru y puquina (Summer Institute of Linguistics (SIL) 1988; Klein 1982). En el altiplano occi- dental de los Andes orientales se habla aimara; tambien se hablan dos versiones de quechua, y existen varias variantes del idioma guarani (SIL 1988). La region oriental de Bolivia abarca mas de la mitad del territorio nacional; incluye partes de la Amazonia, el Chaco y una zona conocida como las zonas de transicion. En esta region existen aproximadamente 30 idiomas, 26 de los cuales pertenecen a 9 familias lingtiisticas bien identificadas, y el resto son de origen desconocido (Zolezzi y Riester 1987). Entre esos grupos, existen 16 comunida- des izoceno-guaranies que emigraron del Paraguay al departamento de Santa Cruz durante el siglo XV. Pertenecen a la familia lingtiistica tupi-guarani. Dependiendo de la fuente, en Guatemala existen entre 20 y 30 idiomas indigenas (Richards y Richards 1990). La mayor parte pertenecen a las lenguas maya, xinca (de origen desconocido) y garffuna 0 caribe (Tujab 1987). La mayoria de los idio- mas los hablan poblaciones monolingties (veanse los cuadros 3.14 y 3.15). Las migraciones intemas desde el altiplano hasta las plantaciones de la costa ayudaron a desarrollar diferentes versiones del idioma quiche (SIL 1992). EI alto grado de interaccion economica entre las comunidades indigenas ha generado un proceso dinamico de intercambio lingtiistico, dandole a Guatemala una diversi- dad de familias lingtiisticas e idiomas (Richards y Richards 1990). A pesar de la amplia diversidad lingiiistica, los idiomas mayas constituyen los "idiomas de comunicaci6n intraetnica" (Richards y Richards 1990: 50). Existen tres regiones lingiiisticas maya 0 mam: occidental, meridional y septentrionaL La divergencia y variedad que existen dentro del idioma se explican por las caracteristicas to- pograficas del pais, que podrian haber causado el aislamiento de los indige- nas de habla mam (Richards y Richards 1990: 28). Los idiomas mam y quiche (K'iche'an) en una epoca estuvieron lingiiisticamente relacionados. Su separa- Cuadro 3.13: Distribucion Iingiiistica de la poblacion indigena de Bolivia, decada de 1980 Porcentaje de fa Idioma pobfaci6n indigena total Quechua 39 Aimara 24 Guarani Fuente: SIL 1988: 86-88. 38 Las en America Latina Cuadro 3.14: Distribucion lingtiistica de la poblacion indigena de Guatemala, decada de 1980 Porcentaje de fa Jdioma poblaci6n indfgena total Quiche 15 Cakchiquel 10 Mam (maya) 8 Tzutujil 2 Achi 2 Pokoman Fuente: SIL 1988: 61-65. Cuadro 3.15: Distribuci6n lingtiistica de la poblaci6n indigena de Guatemala, decada de 1970 100.0000 mas 50,000-100.000 10,000-50.000 Menos de 10.000 hab/antes hab/antes hab/antes hablantes Quiche Pokomchf lacalteco Mopan Mam Kanjobal Chort! Tectiteco Cakchiquel Pokoman Acateco Uspanteco Kekchf Ixil Aguacateco Escapulteco Tzutujil Garffuna 0 Caribe Sipacapense ltza Lacandon Xinca Fuente: Tujab 1987: 530. cion se produjo hace mas de 1.500 aiios y la separacion dentro del idioma mam hace 400 aiios. Las diferencias entre quienes hablan mam entraiian caracterfsticas culturales y Iingiiisticas tan grandes que con frecuencia resulta diffcilla comuni- cacion entre quienes hablan maya y mam. En contraste, las divisiones entre quie- nes hablan quiche, cakchiquel (Kaqchiquel) y quechi (Kekchi) son diferencias fonologicas y de lexico menores (Richards y Richards 1990: 28). En el Peru existen mas de 30 diferentes idiomas indfgenas. Las principales familias idiomatic as son arauaco, aimara, cahuapana, harakmbet, huitotoa, jiva- roa, panoa y quechua. La mayor parte de los indfgenas hablan diferentes versio- nes de quechua, que esta difundido en todo el Peru (cuadro 3.16). En el sudeste, este y norte del departamento de Ancash se habla la version ancash del quechua. En la provincia de Cayloma, en el departamento de Arequipa, se habla quechua arequipa. En el sudoeste de Ayacucho se habla quechua ayacucho 0 cahnka. Tambien existen otras versiones de quechua que se hablan en diferentes regiones. Magnitud de la poblaci6n indigena 39 Cuadro 3.16: Distribuci()D lingiiistica de la poblacion indigena del Peru, decada de 1980 -- .. ------------~------------------- Porcentaje de la Idioma poblacion indfgena total Quechua 30 Aimara 22 Fuente: SIL 1988. En Mexico, las principales familias lingiiisticas son algonkian, hokan, maya, mixe-zoque, mixteca y otopame. Existen 56 diferentes idiomas indfgenas en Mexico. Segun el censo de 1990, el 23% de los indfgenas hablan nahuatl, el 14% maya y el 7% mixteca y zapoteca (vease el cuadro 3.17). Segun el INAR, apro- ximadamente el 90% de los idiomas indigenas se hablan en Oaxaca, Yucatan, Puebla, Veracruz y Chiapas (INAR 1987). Alfabetismo y caracteristicas educacionales Las Naciones Unidas definen el alfabetismo como la habilidad de una persona para leer y escribir una frase corta y simple (Shylock y colaboradores 1976: 182). Las tasas de analfabetismo proporcionan una aproximacion del nivel socioecon6- mico del pais y, si se miden por subcategorias de la poblacion, pueden proporcio- nar infonnaci6n basica para comparar un segmento de la poblaci6n con otro. Por ejemplo, un analisis transversal entre la etnicidad y la educacion puede utilizarse Cuadro 3.17: Distribuci6n Iingiiistica de la poblaci6n indigena de Mexico, 1990 -.-~--------------- Porcentaje de La Idioma pobLacion indfgena total Nahuatl 23 Maya 14 Mixteca 7 Zapoteca 7 Otomi 5 Tzeltal 5 Tzotzil 4 Totonaca 4 Mazateca 3 Chol 2 Mazahua 2 Fuente: !NEGI 1991: 26-27. 40 Las poblaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina como indicador de las oportunidades educacionales diferenciales de grupos indi- genas y no indigenas. En algunos palses, las variaciones entre los dos grupos pueden ser tan signifi- cativas 0 incluso mas reveJadoras que una comparacion entre paises. Por ejem- plo, en Colombia, durante los an os setenta, solo el 21 % de los no indigenas eran analfabetas, mientras que el 45% de la poblacion indigena era analfabeta. En Bolivia, en los anos ochenta, la tasa de analfabetismo entre los no indfgenas era del 14%, mientras que el analfabetismo entre la poblacion indfgena alcanzaba al 24%. En Panama, el nivel de analfabetismo tambien varia significativamente. En los anos ochenta, la tasa de analfabetismo entre los no indfgenas era del 14% y del 62% entre los indigenas (vease el cuadro 3.18). La tasa global de analfabetismo entre los indigenas en Bolivia oculta las gran- des diferencias en las tasas de personas bilingues y monolingues. En 1976 y 1988, el 98% de los indigenas monolingues eran analfabetos. En contraste, el 14% de los indfgenas bilingues eran analfabetos en 1976 y solo el 12% 10 era en 1988 (v ease el cuadro 3.19). En las zonas urbanas, en 1988 la tasa de analfabetismo entre los indigenas monolingues era del 97%, del 10% entre las personas de habla espanola, y el 9% entre la poblacion bilingue. En las zonas rurales, la tasa de analfabetismo de los indfgenas monolingues era del 93%, del 22% entre las personas de habla espanola y del 15% entre los individuos bilingues (v ease el cuadro 3.20). La diferencia entre las tasas de analfabetismo de las dos principales comunida- des de habla indfgena es insignificante. En 1988, dicha tasa era del 93% entre las personas monolingues de habla quechua y del 95% entre las personas monolingOes de habla aimara. Las diferencias de genero tambien eran insignificantes. En 1988 la tasa de analfabetismo entre las mujeres quechuas era del 95% y entre las muje- res aimara, del 96%. Entre los hombres quechuas, la tasa de analfabetismo alcan- zaba aI98%, y entre los hombres aimara, a194% (vease el cuadro 3.21). Cuadro 3.18: Tasas de analfabetismo por origen etnico y pais, decadas de 1970 y 1980 (porcentajes) Alios setenta Alios ochenta Pais No indigenas lndigenas No indfgenas lndfgenas Bolivia 23 42 14 24 Colombia 21 46 16 45 Guatemala 46 87 40 79 Panama 21 14 62 Paraguay 20 13 70 Peru 30 50 .. No se dispone de datos. Fuente: CELADE 1992. Magnitud de la poblacion indfgena 41 Cuadro 3.19: Tasas de analfabetismo de la poblacion indigena de Bolivia, 1976 y 1988 (porcentajes) Poblacion (de 5 aflOS y mas) 1976 1988 General 42 24 MonolingUe 98 94 Bilingiie 14 12 Fuente: CELADE 1992: 32,36. Cuadro 3.20: Tasas de analfabetismo por idioma y region en Bolivia, 1988 (porcentajes) Poblacion (de 5 aiios y mas) Urbana Rural Indigena monolingUe 97 93 BilingUe 9 15 De habla espanola 10 22 Fuente: CELADE 1992: 36. Cuadro 3.21: Tasas de analfabetismo de la poblacion indigena monolingiie de Bolivia por idioma y genero, 1988 (porcentajes) Poblacion (de 5 aiios y mas) Quechua Aimara Otros Total 93 9S 29 Hombres 89 94 42 Mujeres 95 96 22 Fuente: CELADE 1992: 36. Las desigualdades entre los grupos indfgenas y no indfgenas se reflejan en la acumulacion de capital humano. En Guatemala, las diferencias en las tasas de analfabetismo entre los indfgenas y los no indfgenas son grandes. En 1973, la tasa de analfabetismo indfgena era del 87% y del 46% para el grupo no indfgena. En 1981, las diferencias eran tan notables como en 1973: casi e180% de la pobla- cion indfgena era analfabeta, en contraste con el 40% en el caso de los no indi- genas. Ademas, las desigualdades se evidencian tanto en las zonas urbanas como en las rurales. El cuadro 3.22 muestra que las tasas de analfabetismo de los dos grupos difieren significativamente entre regiones. En las zonas urbanas, el 62% 42 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Cuadro 3.22: Tasas de analfabetismo en Guatemala por origen etnico y region, poblacion de 30 aiios y mas, 1973 y 1981 (porcentajes) No indigenas lndigenas Region 1973 1981 1973 1981 Total 46 40 87 79 Urbana 27 22 72 62 Rural 67 55 89 83 Fuente: CELADE 1992: 53, 62. de los indigenas eran analfabetos. mientras que solo el 22% de los no indigenas 10 eran. En el Peru. el nivel de analfabetismo tarn bien difiere significativarnente entre las poblaciones indigenas y no indigenas. En 1972, la poblacion no indfgena tenfa una tasa de analfabetismo del 22%, mientras que el 50% de los indfgenas eran analfabetos. Las tasas de analfabetismo por genero revelan una distribucion de- sigual de la educacion entre los indigenas. Mientras que el 65% de las mujeres indfgenas eran analfabetas. los hombres indfgenas registraban una tasa de solo el 35%. En las zonas rurales. si bien se encontraron elevadas tasas de analfabetismo entre todas las mujeres, las diferencias eran mas significativas dentro de la pobla- cion indfgena por genero; la tasa para las mujeres indigenas era del 74%, mien- tras que los hombres indfgenas mostraban una tasa del 44% (vease el cuadro 3.23). Es decir que tarnbien en el Peru las desigualdades de capital humano entre los grupos indigenas y no indigenas son grandes. El censo mexicano no incluye informacion sobre el analfabetismo indigena. Sin embargo, las estadfsticas del censo muestran que durante las ultimas decadas se incremento el acceso a la educacion. La tasa nacional de analfabetismo decre- cio del 26% en 1970 al 12% en 1990. A pesar de este mejoramiento general, los estados con elevada concentracion de poblaciones indigenas como Oaxaca y Chiapas aun experimentan altas tasas de analfabetismo. Segun el censo de 1970, Cuadro 3.23: Tasas de analfabetismo en eI Peru por origen etnico, genero y region, 1972 (porcentajes) No indigenas lndigenas Region Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total 22 17 26 50 35 65 Urbana 14 II 16 31 17 46 Rural 42 32 52 60 44 74 Fuente: CELADE 1992: 108-110. Magnitud de La pobLacion indfgena 43 Oaxaca registr6 la tasa mas alta de analfabetismo, del 46%. En 1990, la tasa nacional de analfabetismo era del 12% y Oaxaca registr6 una tasa del 28%,0 sea mas del doble de la tasa nacional. En 1970, e145% de la poblacion de Chiapas de 15 afios y mas era analfabeta, y el 30% 10 era en 1990. A pesar de este mejora- miento, la tasa de Chiapas era el doble de la proporcion nacional de analfabetismo (vease el cuadro 3.24). Conclusion Este capitulo pone de relieve la naturaleza multietnica y muItilingiie de algunas de las poblaciones indfgenas de America Latina. Existen aproximadamente 400 diferentes idiom as en el continente, y cada pais tiene entre 7 y 200 idiomas. Si bien muchos indigenas son biIingiies, otros son monolingiies en su lengua nativa. Algunos idiomas indigenas extensamente hablados han sido reconocidos como idiomas nacionales u oficiales, como en Bolivia, Paraguay y Peril. A pesar de este reconocimiento, los indigenas registran mayores niveles de analfabetismo que los no indigenas. Esta es una de las desigualdades que se docu- mentan en este informe utilizando los datos disponibles. Si bien se utilizan muchas fuentes para recopilar la informacion presentada, la obtenci6n de datos confiables y coherentes sigue constituyendo un problema. Es preciso contar con mejores datos para perfeccionar el analisis de la situacion socioeconomica de las poblaciones indigenas. El desaffo es definir un conjunto de indicadores operativos con el fin de iden- tificar con exactitud a los indfgenas en los censos y en las encuestas. Los paises latinoamericanos, en combinacion con las organizaciones indigenas y los organ is- mos especializados, deben revisar los censos estadounidenses y canadienses con el fin de emplear algunos de los indicadores utilizados por estas fuentes. En vez de depender enteramente de un indicador para definir a las poblaciones indigenas, Cuadro 3.24: Tasas de analfabetismo en Mexico por estado, poblacion de 15 anos y mas, 1970 y 1990 (porcentajes) Estado 1970 1990 Mexico 26 12 Chiapas 45 30 Hidalgo 42 21 Campeche 25 15 Oaxaca 46 28 Quintana Roo 26 12 Yucatan 27 16 Fuente: INEGI 1992b: 33. 44 Las en America Latina debe utilizarse una combinacion de indicadores. El uso de una gama de indicado- res entre los paises, inclusive el idioma, la autoidentificacion, la ubicacion geo- gnifica, los antecedentes y la vestimenta, entre otros, presentaria un panorama mas completo, confiable y exacto de las poblaciones indfgenas de la region. Sin embargo, de los datos analizados aquf se deduce que existe una fuerte rela- cion entre el hecho de ser indigena y la pobreza y la desigualdad. Los indfgenas se concentran en las zonas rurales, tienen bajos niveles de capital humano y las diferencias entre los grupos indfgenas y no indfgenas son considerables. El capi- tulo tambien sefiala que es importante tomar en cuenta la etnicidad. La relacion entre el hecho de ser indfgena y la pobreza y la desigualdad se investiga en forma mas detallada en los siguientes capftulos utilizando datos individuales de un micronivel mayor. 4 Metodos y datos Harry Anthony Patrinos Al emprender investigaciones sobre etnicidad y desarrollo socioeconomico, se requiere desde un principio definir la poblacion considerada como objetivo, de- cidir los metodos de investigacion que se aplicanin y resolver el problema de la escasez de datos. En este estudio se ha adoptado un enfoque empirico, utilizando datos de nivel micro obtenidos de encuestas de hogares realizadas en cuatro pai- ses de America Latina. En los capftulos siguientes se examina la vinculacion que existe entre el hecho de ser indigena y la pobreza y la desigualdad. En este capitulo se describen las fuentes de datos utilizadas, se analizan las definiciones operativas, se examinan los modelos estadisticos y se presentan las hipotesis que se verifican directa e indirectamente. Encuestas de hogares y definiciones Aunque en muchos paises de la region la poblacion indigena alcanza una magni- tud considerable, en pocos paises se incluyen en las encuestas de hog ares 0 de po- blacion activa preguntas orientadas a identificar las caracteristicas etnolingiiisti- cas de los individuos. En algunos casos, los paises recopilan dicha informacion en los censos pero no recopilan datos sobre las caracterfsticas del ingreso. En otros paises se realizan censos indigenas por separado, pero en estos casos es di- ffcil efectuar comparaciones con la poblacion no indigena. En cualquier caso, no se dispone de datos brutos provenientes de censos, aunque en el capftulo 3 se re- sume el material de antecedentes que ha sido publicado. Si bien habrfa sido preferible abarcar a un mayor numero de palses en el amili- sis empirico, las limitaciones de los datos exigen que se concentre la atencion en los paises para los cuales existen encuestas de hogares que proporcionan informa- cion sobre las caracterfsticas etnolingiifsticas y en los cuales la poblacion indigena es suficientemente numerosa, tanto en cifras absolutas como en proporcion al total 45 46 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina de la poblacion del pais. Por esta razon, el analisis se limita a cuatro paises: Bolivia, Guatemala, Mexico y Peru. Habria sido preferible incluir al Ecuador, pais con una gran poblacion indigena, pero no existe para este pais una encuesta de hogares que incluya datos etnolingiifsticos. En el censo realizado recientemente en el Ecuador se obtuvo informacion sobre la lengua, pero no se incluyo el ingreso. Los indfgenas sostienen que solo ellos tienen el derecho de definir que es ser indfgena. Sin embargo, es necesario adoptar una 0 varias definiciones operativas para llevar a cabo el estudio. Por 10 tanto, se han adoptado tres enfoques para identificar la poblacion de referencia teniendo en cuenta la naturaleza de los datos disponibles. Los tres metodos comprenden i) la lengua hablada, ii) la percepcion que el individuo tenga de si mismo y iii) la concentracion geograficalla lengua hablada (vease el recuadro 4.1). Las cuatro encuestas utilizadas difieren en cuanto a la cobertura y la metodo- logfa para definir la poblacion de referenda. En la encuesta de Bolivia quedan comprendidos los centros urbanos con 10.000 0 mas habitantes, mientras que las Recuadro 4.1: Encuestas de hogares y definiciones Bolivia: Encuesta lntegrada de Hogares (EIH) realizada por el Instituto Nacional de Estadistica, 1989 EI origen ctnico del individuo se detennina a partir de la respuesta ala siguiente pregunta: iQue idioma(s) habla habitualmente? Guatemala: Encuesta Nacional Socio-Demografica (ENSD) realizada por el Instituto Nacional de Estadistica, 1989 EI origen ctnico del individuo se detennina a partir de la res- puesta a la siguiente pregunta: ;,Es indigena? Peru: Encuesta Nacional de Niveles de Vida, realizada por el Instituto Cuanto para el Banco Mundial, 1991 (Encuesta de niveles de vida en el Peru) EI origen ctnleo del individuo se detennina a partir de la res- puesta a la siguiente pregunta: ;,eual es fa lengua materna? lQuC idioma habla? Mexico: Encuesta Nacional de lngreso-Gasto de los Hogares (ENIGH) realizada por el Instituto Nacional de Estadlstica, Geograffa e Infonnatica, 1989 EI origen etnico del individuo se detennina segun la concentra- cion geografica de la poblaci6n indfgena a nivel de los munici- pios tomando como base el censo de 1990. El porcentaje de per- sonas de lengua indfgena en cada municipio se equipar6 con los municipios incluidos en la encuesta de 1989. Mhodos datos 47 otras encuestas abarcan todo el pais. En el caso de Bolivia, los datos provienen de la Encuesta lntegrada de Hogares (ElR), realizada en noviembre de 1989 por el Instituto Nacional de Estadfstica (INE). La encuesta abarca 37.864 personas que viven en centros urbanos con una poblacion de 10.000 habitantes 0 mas. La muestra de indigenas se determino teniendo en cuenta la lengua que la persona habla habitualmente. Es posible distinguir entre las personas monolingiles y las personas bilingiles (que hablan el espanol y la lengua indfgena). Solo el 1,2% de la muestra habla exclusivamente la lengua indigena, en tanto que el 26,4% es bilingile (habla el espanol y una lengua indfgena, como el aimara, el quechua 0 el guarani). En 10 que respecta al Peru, se utilizan los datos de la Encuesta Nacional de Niveles de Vida, realizada en octubre y noviembre de 1991 por el lnstituto Cuanto. Este es uno de los estudios del Banco Mundial sobre la medicion de los niveles de vida; esta basado en la metodologia para la medicion de los niveles de vida y se 10 conoce comtinmente como Encuesta de niveles de vida en el Peru, de 1991. La encuesta abarca alrededor de 11.500 personas y ofrece informacion sobre las viviendas familiares, las caracteristicas demognificas y los individuos. Lamentablemente, debido a las dificiles circunstancias politicas imperantes cuando se realizo la encuesta, algunas regiones del Peru han quedado excluidas. Esta en- cuesta abarca unidades familiares de cuatro regiones: Lima, la Costa urbana, la Sierra rural y la Sierra urbana. La Costa rural, la totalidad de la Selva (que incluye la Amazona) y algunas areas de la Sierra rural eran inaccesibles. Ademas, debido a razones de seguridad, no se incluyeron en la encuesta las granjas pequenas ni las unidades familiares de las zonas mas alejadas. En consecuencia, los datos ob- tenidos en la region de la Sierra, y en la Sierra norte en particular, describen una poblacion que habita en las ciudades 0 cerca de las ciudades. En consecuencia, la encuesta abarca solo alrededor de tres cuartas partes de la poblacion peru ana y, por 10 tanto, no es representativa de la totalidad del pais. Con base en la informa- cion obtenida en la encuesta sobre niveles de vida, los individuos se clasifican como indfgenas si hablan el quechua, el aimara u otra lengua indigena. La esti- macion que se obtiene como resultado es que la poblacion indigena representa el 11,3% de la poblacion total del Peru. La poblacion que habla quechua constituye la mayorfa (63%), mientras que la poblacion que habla aimara representa e137% restante. En esta encuesta solo es posible identificar ala poblacion indfgena mo- nolingile 0 hispanohablante. Dado que los individuos se autoidentifican con una 0 varias lenguas especificas, podrfa ocurrir que en el amilisis parte de la poblacion indfgena se clasifique como monolingiie hispanohablante debido a que los individuos ocultan su origen indi- gena 0 no hablan otra lengua distinta del espanol. No obstante, este problema no reviste la gravedad que podrfa asignarsele en un primer analisis. Es posible que las personas que eligen identificarse solo como hispanohablantes esten mas integra- das en la sociedad de habla espanola que aquellas que aun hablan habitualmente una lengua indfgena. Suele sostenerse que el numero de habitantes indfgenas dis- minuira con el tiempo a medida que se produzca su socializacion a traves de la ex- pansion de la educacion escolar en espano!. Esta afirmacion no siempre es correcta 48 Las pohfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina debido ados razones. En primer lugar, la probabilidad de que los nifios indfgenas asistan aclases dictadas solamente en espanol es baja. Las tasas de desercion de la escuela primaria y las tasas de repeticion son mas altas en el caso de los nifios in- dfgenas (Patrinos y Psacharopoulos 1992; Hahn 1991; Lopez y D'Emilio 1992). En segundo lugar, la tasa de analfabetismo entre la poblacion indfgena casi duplica la de la poblacion no indigena, 10 cual !leva a pensar que la ensefianza en espafiol no tendra un fuerte efecto de socializacion (CELADE 1992). Los datos sobre Guatemala analizados en este estudio provienen de la Encuesta Nacional Socio-Demografica (ENSD 1989). Esta encuesta fue realizada por el Instituto N acional de Estadfstica en 1989 (entre abril y julio) y abarco 9.270 uni- dades familiares integradas por 33.262 personas de diez afios de edad 0 mas. Los datos recogidos se refieren tanto a unidades familiares como a los individuos. Los datos sobre las unidades familiares proporcionan informacion sobre los indi- cadores sociodemograficos, entre los que se incluyen el numero de personas que integran eI hogar, la existencia de servicios sanitarios, de agua y electricidad, y la ubicacion regional. En 10 que respecta a los individuos, se incluyen datos sobre edad, nivel de educacion, ingresos, fuentes del ingreso, empleo y origen indigena. Para identificar a Ja poblacion indfgena se utiliza el metodo de autoseleccion, ba- sado en la percepci6n que el individuo tiene de sf mismo, ya que la determinaci6n se basa en la pregunta: lEs usted indfgena? Aunque este metodo aparentemente es mas ex acto, puede dar lugar a una subestimaci6n (0 sobrestimacion) si los pre- juicios sociales existentes en una determinada sociedad Bevan aJ individuo a negar su origen (0 si algunas personas creen que recibinin beneficios sociales es- peciales si declaran ser indfgenas). Los datos sobre Mexico provienen de la encuesta realizada en (el tercer trimes- tre de) 1989 por el Instituto Nacional de Estadistica, Geografia e Informatica (INEGI), denominada Encuesta Nacional de lngreso-Gasto de los Hogares. La encuesta abarca 11.545 unidades familiares y contiene 57.332 observaciones in- dividuales. Desde el punto de vista geografico abarca cada uno de los 31 estados mexicanos en los que estan representados 260 municipios y el distrito federal. Cada unidad familiar se identifica de acuerdo con el estado y el municipio en el que est a ubicada. La medicion del ingreso se determina segun el ingreso familiar e individual declarado, incluyendo en la medicion eI valor monetario imputado de determinados ingresos en especie. Aunque la encuesta contiene una gran can- tidad de datos utiles, entre los que se cuentan indicadores sobre ingresos, educa- cion y empleo, no incluye una variable para determinar el origen indigena de los individuos. Para suplir esta carencia, las cifras publicadas del censo de 1990 sobre porcentajes y numero de habitantes de lengua indfgena por estado y muni- cipio se combinan con los datos de la encuesta de hogares de 1989. EI conjunto de datos originales se amplia mediante la inclusion de variables en las que que- dan comprendidas la concentraci6n de la poblaci6n indigena por estado y muni- cipio a niveI individual. Por 10 tanto, en lugar de saber si cada individuo es indf- gena, 10 que se conoce es la probabilidad de que un individuo sea indigena, que corresponde al porcentaje de poblacion indigena registrado en el estado 0 muni- cipio de residencia. Examinando las caracterfsticas estadisticas de los habitantes Mbodos datos 49 al nivel de estado 0 municipio y conociendo el porcentaje de la poblacion indf- gena en cada estado 0 municipio, se puede trazar un perfil general descriptivo de la poblacion indfgena y no indfgena. Para examinar las diferentes medias entre las distintas categorfas, la muestra mexicana se divide en grupos correspondientes a los estados y municipios te- niendo en cuenta el porcentaje de poblacion indfgena. Por ejemplo, se calcula el ingreso medio de las personas que han concIuido el cicIo de educacion secundaria en los municipios con una poblacion indigena menor del 30% del total. comparado con el de las personas con educacion secundaria que viven en municipios con una poblacion indigena igual 0 superior al 30%. Los valores porcentuales que se utili- zan para dividir los datos se eligen teniendo en cuenta el numero de observacio- nes disponibles. Dado que la gran mayorfa de los municipios solo incIuye una pe- queiia poblacion indigena (en promedio el porcentaje de poblacion indfgena en los municipios es de 6,2), se procura por todos los medios que las submuestras, agru- padas segun el porcentaje de poblaci6n indfgena, incluyan un numero adecuado de observaciones para poder realizar un amllisis exacto. Se considera que una media es exacta cuando se bas a en un minimo de 30 observaciones (McClave y Benson 1991). Esta limitacion asegura una mayor probabilidad de que haya una distribu- cion normal entre las observaciones que dan por resultado el puntaje medio. Aunque el 30% de la poblaci6n no representa una mayorfa, sl representa una parte significativa. Se realizan otras pruebas con diferentes niveles porcentuales para corroborar que las tendencias observadas entre los niveles medios por debajo y por encima de una concentracion de 30% de poblacion indfgena sean uniformes para todos los niveles porcentuales. Ademas, el objeto no es analizar los municipios "indigenas", sino analizar que caracterfsticas poseen los municipios de diversos grados de concentracion indigena, y deducir todas las correlaciones observables entre la concentraci6n de poblacion indigena y la situacion socioeconomica. Debido ala metodologia que se acaba de describir, para simplificar, los terminos "indigena" y "no indigena" se refieren a los municipios de Mexico donde el por- centaje de poblacion indfgena es superior 0 inferior a determinados niveles porcen- tuales de poblacion indigena. Por ejemplo, si la muestra se divide en dos submues- tras (municipios con menos del 30% de poblaci6n indfgena y municipios con 30% o mas de poblacion indfgena), el terminG "no indigena " se refiere a la primera sub- muestra y el terminG "indfgena" a la segunda. Esta simplificaci6n evita tener que repetir en cada caso los niveles porcentuales. Aunque la mayor parte de las sub- muestras de municipios se ha creado tomando como base una concentracion del 30%, ocasionalmente se utiliza un porcentaje distinto. EI nivel porcentual utilizado se indica explicitamente 0 se incIuye en el cuadro 0 grafico que acompaiia al texto. Campos de analisis EI analisis de la pobreza comprende el perfil de los pobres y la elaboracion de es- timaciones globales de las tasas de pobreza de la poblacion indfgena y no indf- gena. Se presentan tasas de pobreza basadas en determinadas caracterfsticas con 50 Las pobfaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina el objeto de identificar mas adecuadamente las correlaciones de la pobreza. Se es- tima el Indice de pobreza per capita, que es la proporcion de la poblacion con in- gresos inferiores a la linea de pobreza (Ravallion 1992). Se examinan el numero de aiios de educacion cursados y las diferencias de in- gresos laborales entre los trabajadores indfgenas y no indfgenas, y se estiman las diferencias de rendimiento de las inversiones en capital humano. Asimismo, se utilizan tecnicas teoricas y aplicadas de uso general para determinar empfrica- mente los componentes de la diferencia de salarios brutos que puede explicarse por atributos que elevan la productividad y los que obedecen a factores "no ex- plicados" y a la discriminacion en eI mercado laboral. Se tienen en cuenta los efectos duales que tienen en la pobreza el genero y el hecho de ser indfgena. Por ejemplo, en 10 que respecta al mimero de anos de edu- caci6n cursados y el nivel de ingresos laborales, se intent a efectuar comparacio- nes entre la poblacion indfgena masculina y femenina y entre las mujeres indige- nas y no indfgenas. Se considera que los efectos dellenguaje, la identidad y 1a concentraci6n geo- gnifica en 10 que toca a la poblacion indigena, as! como los prejuicios sociales que afectan a esta poblacion, se manifiestan en la experiencia de los ninos en 10 que respecta al m.imero de aiios de educacion cursados y el rendimiento escolar y a las actividades extraescolares. Por esta raz6n, se incluye un analisis de las acti- vidades de los ninos. En el analisis se consideran el mimero de aiios de educaci6n cursados y el rendimiento escolar, asf como el trabajo infantil. EI rendimiento es- colar puede ser deficiente debido al origen indigena 0 a los antecedentes familia- res. La diferencia de rendimiento escolar de los ninos puede tener su origen en la inversion efectuada por los padres en capital humano generado en el hogar. Normalmente, los ninos de hogares form ados por personas con altos niveles de escolaridad, con pocos hermanos con los deb an repartirse el tiempo de los padres y otros recursos familiares, y cuya madre tenga una menor probabilidad de traba- jar, tienen un mejor rendimiento en la escuela (Chiswick 1988). Analogamente, los ninos indfgenas tienen una mayor probabilidad de integrar la fuerza laboral debido a la pobreza 0 a ciertos valores indfgenas. Principales explicaciones de las diferencias etnicas socioecon6micas Se han verificado implicita y explicitamente diversas hipotesis con respecto al papel de la etnicidad en la sociedad. Entre dichas hip6tesis cabe citar la teoda del capital humano, las teorfas sobre la discriminaci6n, las hipotesis institucionales, las teorias basadas en la situacion socioeconomica/los antecedentes familiares, las teorfas de colonialismo interno, las teorias culturales Ctrabajadores con metas definidas") y los valores indigenas/caminos hacia el desarrollo. La significativa y positiva relacion entre el capital humano y el nive! de ingre- sos laborales se encuentra ampliamente documentada en la bibliograffa (v ease un analisis de los trabajos sobre este tema en Psacharopoulos y Woodhall 1985). La explicacion que suele darse, en consonancia con el enfoque basado en el capital Metodos datos 51 humano, es que la escolaridad mejora la productividad individual, 10 cual, a su vez, permite lograr un mayor ingreso laboral individuaL La ventaja de la pobla- ci6n de mayor nivel de educaci6n frente a la de menor nivel de educaci6n en 10 que se refiere a los ingresos esta sujeta a las leyes de la oferta y la demanda: a medida que aumenta elmimero de personas con estudios, su ventaja en la obten- cion de ingresos decrece y las exigencias mfnimas para determinados trabajos se intensifican paralelamente al aumento de la oferta relativa (Schultz 1961; Mincer 1974; Becker 1975). La hip6tesis que debe verificarse en este caso es que la po- blacion indfgena aIcanza un menor nivel de escolaridad y, por 10 tanto, recibe me- nores ingresos laborales. Los indicadores de escolaridad incluyen los afios de es- tudios y los niveles alcanzados. Otros indicadores del capital humano son la experiencia en el mercado laboral y el estado de salud. Las hip6tesis institucionales hacen hincapie en la importancia central del fun- cionamiento de los mercados de trabajo (Doeringer y Piore 1972). En esta linea de pensamiento, las teorfas sobre la segmentacion del mercado de trabajo consi- deran que este mercado se divide en un sector primario, de alta productividad y altos salarios, y un sector secundario, de baja productividad y bajos salarios. Los individuos que se encuentran en el mercado de trabajo secundario se ven confi- nados a ese sector, y existen barreras que les impiden pasar a integrar el mercado de trabajo primario, donde la productividad y los salarios son altos (Camoy 1980). Segun esta hipotesis, la poblacion indfgena recibe menores ingresos laborales y tiene una mayor incidencia de pobreza debido a que se halla confinada al sector secundario de la economia. Los indicadores fundamentales en este caso son el rendimiento de la escolaridad y el empleo en el sector informal. Las teorias sobre el colonialismo intemo, que se han aplicado a la poblacion indfgena de todas las regiones del mundo, incluidos Australia (WeIch 1988), los Estados Unidos (Jensen 1984; Jorgenson 1977; Jacobson 1984), Mexico (van Ginneken 1980), Ecuador (Burgos Guevara 1970), Peru (van den Berghe 1992) y Viet Nam (Evans 1992), postulan que el colonialismo puede existir dentro de una nacion-estado cuando un grupo domina a una nacion que antes era independiente, dentro de las propias fronteras. En tales casos, se crea una economia dual, con un doble sistema en 10 que respecta a los salarios y el mercado laboraL Tambien se dan las condiciones del trabajo "no libre", la estructura ocupacional es dual al igual que las escalas de salarios, y las ocupaciones mejor remuneradas se reser- van para la poblacion no indfgena. La poblacion indigena suele desempefiar la funcion de mana de obra de reserva. La pobreza, el menor nivel de vida, las me- nores expectativas y la falta de conocimiento de las leyes laborales posiblemente sean solo algunas de las razones por las cuales la poblacion activa indigena ac- cede a vender su trabajo a un precio muy bajo. Ademas, en algunos casos, los tra- bajadores indfgenas desean regresar a sus hogares para reencontrarse con sus fa- milias y, por 10 tanto, pueden estar dispuestos a tolerar la discriminacion y los bajos salarios para facilitar su reincorporacion (de manera similar a 10 que 80S- tiene la teoria de los trabajadores "con metas definidas"; vease mas adelante). La hip6tesis de la "selecci6n" sostiene que, en general, los empleadores pagan salarios mas altos a las personas con mayor nivel de educacion porque utilizan el 52 Las pobfaciones indf,r;enas y fa pobreza en America Latina nivel de escolaridad como representaci6n de otras caracteristicas que "seiialan" que individuos pueden ser mas productivos. Por consiguiente, no es el contenido de la educaci6n que se ha recibido 10 que hace que estos individuos sean mas pro- ductivos, sino que los aiios de escolaridad demuestran a los empleadores cuales de los individuos que podrfan contratar son los mas productivos, dado que los mas capaces alcanzaran niveles mas altos de escolaridad (Arrow 1973). La hip6- tesis en este caso es que los indigenas perciben menores ingresos laborales por- que son seleccionados tomando como base el numero de aiios de escolaridad, que reflejan sus caracterfsticas etnolingiHsticas. Otro indicador fundamental podria ser e] empleo en el sector publico. Otras explicaciones de los resultados tienen en cuenta la productividad de la es- colaridad. Es decir, dado el mismo nivel de escolaridad y el mismo nivel de ca- pacidad, pueden obtenerse distintos resultados debido a la aplicaci6n de las "ap- titudes" en el mercado laboral. Las aptitudes individuales pueden desarrollarse dentro y fuera de la escuela. Las variaciones de las tasas de rendimiento de la es- colaridad entre los distintos grupos se derivan de diferencias en la capacidad para convertir el proceso de instrucci6n esco]ar en ingresos (Chiswick 1988: 590). Esto puede ser consecuencia de las inversiones realizadas por los padres en los com- ponentes de la calidad de la educaci6n del nino generados en el hogar. aunque tambien puede explicarse por muchas otras razones. Parece ser que los integran- tes de los grupos etnicos con mayor exito tienen padres con mayores niveles de escolaridad, menos hermanos con quienes deben competir por el tiempo de los pa- dres y otros recursos familiares, y madres con menor probabilidad de trabajar cuando los nifios son pequefios (Chiswick 1988). Asimismo. la relaci6n positiva entre el nivel de instrucci6n de distintas generaciones refleja la transmisi6n inter- generacional del patrimonio humano. En el caso de la poblaci6n indigena, si los padres han logrado un bajo nivel de escolaridad y de otras formas de capital hu- mano, ello se reflejara en la adquisici6n de capital humane de los hijos. Una menor acumulaci6n de capital humane se traducira en menores ingresos laborales relativos y una mayor incidencia de la pobreza. Una hip6tesis similar postula que las diferencias obedecen a los antecedentes de clase mas que a la discriminaci6n (est a hipotesis ha sido verificada en 10 que respecta a Bolivia por Kelley (1988) y suele sostenerse que es aplicable al caso del Brasil, aunque no se ha verificado; vease Webster y Dwyer 1988; Silva 1985). En otras palabras, las grandes diferen- cias entre los grupos etnicos podrfan obedecer al funcionamiento natural de las fuerzas econ6micas mas que a la discriminaci6n. Segun esta hip6tesis, el bagaje socioeconomico de un individuo en 10 que respecta a ingreso familiar, educaci6n y ocupacion del padre y de la madre, constituye un factor mas importante en la determinaci6n de su situaci6n socioeconomica actual que el origen etnico. Obviamente, los diferentes resultados pueden atribuirse ala discriminaci6n lisa y lIana de determinados grupos etnicos, minoritarios 0 indfgenas. La discrimina- ci6n en perjuicio de grupos etnicos puede afectar negativamente el acceso del in- dividuo a la instrucci6n escolar, la calidad de la instruccion escolar que el indivi- duo recibe y los resultados que obtiene en el mercado de trabajo. Esta situaci6n lleva a niveles mas bajos de escoJaridad, menor rendimiento de la escolaridad, Metodos datos 53 menores ingresos laborales y, en definitiva, mayores niveles de pobreza. Becker (1971), en su importante estudio sobre la discriminaci6n, trata de explicar la se- gregaci6n en el ambito laboral. Becker postula que las diferencias se deben a las "preferencias" personales en 10 que respecta a la discriminaci6n contra los otros participantes en el mercado laboral. Tambien preve que las fuerzas competitivas que ope ran en la economfa producen, con el tiempo, una eliminaci6n paulatina de la discriminaci6n sal aria!. Por 10 tanto, segun esta teorla, las diferencias de ingre- sos laborales de los distintos grupos etnicos constituyen una situaci6n de corto plazo 0 de "desequilibrio" que en definitiva desaparecera en la medida en que al- gunos empleados prefieran las ganancias a los prejuicios. Sin embargo, esta ex- plicaci6n ha sido objeto de critic as debido a que no adara las persistentes dife- rencias en los niveles de ingresos laborales entre los blancos y los no blancos en los Estados Unidos (Darity 1982). Para verificar la discriminaci6n es necesario neutralizar los efectos de las diferencias en la productividad de los distintos gru- pos etnicos, de modo que toda diferencia de ingresos restante una vez equipara- das las caracteristicas de productividad pase a ser una estimaci6n del "limite su- perior" de la discriminaci6n en el mercado laboral (vease mas adelante una exposici6n detallada de esta metodologfa). Una teoria relacionada con la precedente, pero que se origina en otra disciplina social, la teoria de la asimilaci6n 0 la hip6tesis de la industrializaci6n, es la teo- ria sociol6gica dasica de las relaciones etnicas. Esta teoda sostiene que las divi- siones basadas en el origen racial 0 etnico iran desapareciendo a largo plazo en las sociedades modemas. Se supone que este resultado es reflejo de la organiza- ci6n industrial modema, en la cualla movilidad social se basa en el status adqui- ride mas que en el status atribuido (Hirschman 1983). Conocidas tambien como teorias de la aculturaci6n, estas teorias preven que los criterios "tradicionales", en los que se basa la desigualdad, estan siendo reemplazados por criterios raciona- les 0 legales, y que los criterios "particularizados" estan siendo reemplazados por criterios "universalistas" como la educaci6n y la capacidad (Weber 1947; Parsons 1954). De esto se infiere que la importancia del origen racial y etnico disminuira a medida que se desarrolle la sociedad. Sin embargo, existe un considerable cu- mulo de datos que prueban que la desigualdad €Stnica es persistente en muchos pafses. EI metoda para verificar estas hipotesis es similar al mencionado anterior- mente en 10 que respecta a la discriminacion econ6mica. Se sostiene que la poblacion indigena "tradicional" asignani menor importan- cia a la fuerza laboral y la utilizani solamente para lograr un objetivo especifico a corto plazo, por ejemplo, a fin de obtener el dinero necesario para financiar el alejamiento del mercado de trabajo durante un perfodo prolongado. A estos indi- viduos se los ha denominado trabajadores "con metas definidas": trabajan solo en la medida necesaria para obtener una suma fija en salarios (Sandefur y Scott 1983: 49). Entre las razones que se esgrimen para explicar este comportamiento se induyen el deseo de trabajar a su propio ritmo y la importancia de los lazos de parentesco y comunidad en las sociedades amerindias. Los amerindios tradicio- nales se yen a sl mismos como miembros de la comunidad en primer lugar, y ac- tuan impulsados mas por el bien de la comunidad que por un afan de realizacion 54 Las poblaciones indfgenas y fa pohreza en America Latina personaL Cabe esperar que esta caracterfstica tenga un efecto negativo en la per- manencia en la fuerza laboral y, en ultima instancia, en los salarios. No obstante, cabe esperar asimismo que el nivel de educaci6n conduzca a una disminuci6n de las actividades tradicionales (Stabler 1990: 58). Muchos aimaras que viven ac- tualmente en medios urbanos mantienen lazos mutuamente beneficiosos con las comunidades rurales (Hardman 1981: 3). Los indfgenas que viven en las ciuda- des normalmente mantienen vinculos con el medio rural y conservan la propie- dad de sus tierras (Saavedra 1981 :21). La poblacion aimara asigna gran valor a la educaci6n, 10 cual se entrelaza con sus valores tradicionales de individualismo, trabajo arduo y progreso de la comunidad y del individuo (Hardman 1981:6). Sin embargo, la competencia abierta y la autoexpresion categoric a no forman parte de la cultura aimara (Saavedra 1981: 27). La teona de los trabajadores "con metas definidas" fue desarrollada a partir del amilisis del comportamiento laboral de los campesinos y ha sido aplicada a los in- digenas americanos. Se sostiene que los trabajadores agrfcolas pueden trabajar mas horas 0 trabajar mas intensamente, 0 ambas cosas. Tratan de obtener una produc- cion suficiente para satisfacer sus necesidades basicas. Dado que el tipo de trabajo que realizan suele ser fatigoso, solo se esfuerzan hasta el punto en que el aumento de la produccion se ve sobrepasado por el fastidio que causa el trabajo adicional. Se llega a una situacion general de equilibrio entre el grado de satisfacci6n de las necesidades familiares y el nivel de esfuerzo que requiere el trabajo (Chayanov 1966). Es posible que los campesinos se fijen como meta un determinado nivel de ingreso. Una vez alcanzado ese nivel, comienzan a gastar en recreacion y esparci- miento. Por 10 tanto, las intervenciones encaminadas a elevar el ingreso podrfan dar como resultado s610 un aumento de la cantidad gastada con esos fines. Entre los amerindios han persistido los valores tradicionales de la comunidad. Antes de su contacto con los europeos, estos valores inclufan la actividad empre- sarial, que fue reprimida por los inmigrantes europeos. Cuando resurgio este es- pfritu empresarial en America del Norte, estuvo mas basado en la comunidad que en el individuo (Hagen 1968). Ello se debe a la importancia que las poblaciones indigenas asignan al sistema de parentesco, 0 comuneros en America Latina (FIDA 1992). La seguridad economica y el bienestar se logran en cierta medida a traves de relaciones de intercambio basadas en el parentesco, tales como la ins- titucion del compadrazgo (Collins 1983). No obstante, la mayona de las teorias predicen que a largo plazo la discrimi- naci6n desaparecera en la sociedad por diversas razones, entre ellas la ineficien- cia que trae aparejada la discriminaci6n desde la perspectiva de los empleadores que actuan movidos por el deseo de aumentar al maximo las ganancias, el pro- ceso de asimilacion de los grupos etnicos y la equiparaci6n que lograran los gru- pos etnicos en cuanto a sus caracteristicas productivas, como la educacion, la ca- pacitacion y la experiencia. EI libre mercado y el acceso a una educacion de buena calidad seguramente daran paso con el tiempo a un menor grade de discri- minacion. Sin embargo, la segmentacion de los mercados laborales, resultante, entre otros factores, de las diferencias etnicas y lingtiisticas, puede limitar el fun- cionamiento de las fuerzas de la competencia que tienden a esa equiparacion. Mitodos datos 55 Metodologja Son numerosas las definiciones de pobreza y los indicadores de pobreza resultan- tes, y existe un considerable grado de desacuerdo en cuanto a cmiles son los mas relevantes. No obstante, este estudio, aI centrarse en Ia dimension indigena, se basa en una metodologfa estandar y trata de evitar los problemas metodologicos y teoricos que conUeva la determinacion de una linea de pobreza. Para tratar de analizar la existencia y las correlaciones de la pobreza absoluta, se utiliza una lfnea de pobreza, que constituye una medida que separa a los pobres de los no po- bres. Las personas cuyos ingresos se sittian por debajo de dicha linea son pobres, y aqueIlas cuyos ingresos se situan por encima de la linea son "no pobres". Siguiendo el uso convencional, se utilizan dos lineas de pobreza, la linea de po- breza "superior" y la "inferior". Estas lfneas indican los limites entre los pobres y los muy pobres, respectivamente. Denominaremos "linea de pobreza extrema" a la linea de pobreza inferior. La pobreza absoluta se refiere a la situaci6n de un individuo 0 una familia en relacion con una linea de pobreza cuyo valor real es fijo en el tiempo. La lfnea de pobreza absoluta se calcula a partir del costa de una canasta de consumo minimo, basada en los alimentos necesarios para una ingestion calorica recomendada. Seguidamente, se agrega a la linea de pobreza una suma para las necesidades ba- sicas adem as de los alimentos, teniendo en cuenta los patrones de consumo de los sectores pobres (CEPAL 1991). En el analisis de paises que se realiza en este estudio se utiliza una definicion de la pobreza basada en el ingreso, segun la cual se clasifica como pobres a las personas que viven en unidades familiares cuyo ingreso per capita es inferior a una norma determinada. No en todas las encuestas se solicito informacion sobre el consumo 0 sobre los gastos. En un an:Hisis de la pobreza en America Latina realizado recientemente (Psacharopoulos y colaboradores 1992) se utiliza una ll- nea uniforme de pobreza de US$60 por persona por mes en dolares basados en la paridad de poder adquisitivo (PPA) de 1985 siguiendo el enfoque adoptado en el I nforme sobre el Desarrollo M undial 1990 (Banco Mundial 1990). En lugar de tratar de formular una nueva determinacion estandar de la pobreza, en este estu- dio se emplea esta misma linea de pobreza de US$60 basados en la PPA para los cuatro pafses incluidos en el analisis. Tambien se utiliza una linea de pobreza ex- trema de US$30 por persona por mes en d61ares de 1985 basados en la PPA. Si bien se entiende que cada pais puede adoptar una determinacion diferente de la pobreza, el razonamiento en que se basa la eleccion de las lfneas de pobreza no tiene por objeto establecer una norma definitiva para determinar el nivel de po- breza. En todo caso, todas las lfneas de pobreza son en cierto grado arbitrarias. Mas bien, el interes en este estudio es analizar la pobreza en America Latina en el contexto del origen indigena, y la fijacion de una linea de pobreza de US$60 basados en la PPA por persona por mes sirve como punto de delimitacion eficaz para evaluar la pobreza en su relacion con los grupos indfgenas y no indigenas. (Veanse en Psacharopoulos y colaboradores 1992 las Hneas de pobreza utilizadas en cada pais en moneda nacional.) 56 Las ntJl1Im"/t>J'p< la nntlrp"fl en America Latina En la mayoria de las eneuestas de hogares realizadas en los paises en desarrollo el nivel de ingresos declarado es, en cierto grado, inferior al real, 10 eual tiende a redueir el nivel de ingresos en la totalidad de la distribuci6n, aunque no neeesaria- mente de manera unifonne, Lamentablemente, es diffcil evaluar y corregir esta subestimaci6n del ingreso; por otra parte, el propio proceso de ajuste del ingreso puede introducir nuevos sesgos en el amilisis de la pobreza. Sin embargo, las es- tadfsticas sobre la pobreza absoluta reflejan la intersecci6n de la distribuci6n del ingreso con una nonna ex6gena, por ejemplo, una linea de pobreza, Dado que el valor de la linea de pobreza se detennina independientemente del nivel de ingre- sos del pais, la declaraci6n de un nivel de ingresos inferior al real puede hacer que la linea de pobreza intersecte la distribuci6n del ingreso en un punto mucho mas alto que el punto de intersecci6n que se observaria si no se declarara un nivel de ingreso mas bajo que el real. Como resultado, la estimaci6n de la pobreza presenta un mareado sesgo en sentido ascendente. Por 10 tanto, los datos sobre el ingreso utilizados en los analisis de la pobreza que se presentan en este estudio se han ajustado para equipararlos con las cifras pertinentes de las cuentas nacionales. Generalmente, las cuentas nacionales estan sujetas a un sistema de cotejo para 10- grar que sean 10 mas exactas posible. Si bien estas cifras pueden contener errores, en general representan los datos mas exactos disponibles sobre cada pais. Por las razones expuestas, los datos de las encuestas tienden a ser menos eonfiables para estimar el ingreso nacional total. aunque son mas utHes que los datos de las cuen- tas nacionales para realizar microanalisis de los datos de ingreso (Altimir 1987). La metodologfa seguida en este estudio es identic a a la utilizada en un trabajo re- ciente sobre la pobreza y la distribuci6n del ingreso en America Latina (Psacha- ropoulos y colaboradores 1992) y se halla descrita detalladamente en dicho tra- bajo. En este estudio se utili zan las line as de pobreza para examinar las difereneias en el bienestar socioecon6mico de la poblaci6n indfgena y no indigena. Si bien resulta Util e infonnativo obtener un perfil descriptivo de los pobres, dieho perfil se basa s610 en unas poeas categorias de las variables independientes que entran en juego en la explicaci6n de la medici6n de la pobreza. Para realizar una investigaci6n mas exhaustiva de los faetores detenninantes de la pobreza, se utiliza un modelo de variables multiples para estandarizar los multiples factores que influyen simuItaneamente en la probabilidad de que una persona sea pobre. Se estima un modelo logaritmico, desde que la incidencia de la pobreza es una variable dicot6mica. El modelo se utiliza para captar los principales factores de- tenninantes de la pobreza a nivel individual. EI modelo expresa la probabilidad (P) de ser pobre como una funci6n de divers as caracteristicas (X), como la edu- caci6n, el empleo y el hecho de ser indfgena. p (4.1 ) Los coeficientes declarados son derivadas parciales que indican la varia- ci6n de la probabilidad de ser pobre, en relaci6n con la variaci6n de una de Mhodos datos 57 las variables independientes en una sola unidad, siendo ~ el coeficiente logaritmico: iJP (4.2) ~;P(l- P) ax; En las diversas secciones de este estudio se utilizan modelos logaritmicos si- milares para evaluar las detemlinantes de variables tales como la participaci6n en la educaci6n y el trabajo de menores. La diferencia entre los resultados indica el nivel de desigualdad y de pobreza derivado del hecho de ser indigena. La mayor incidencia de la pobreza, el menor numero de anos de escolaridad y el menor nivel de ingresos laborales reflejan, en cierto sentido, el "costo" de ser indfgena en cada sociedad. Es neeesario neutrali- zar los efectos de los numerosos faetores que influyen en los divers os indieado- res del bienestar antes de estimar en que grado la diferencia entre la poblaci6n indfgena y la poblaci6n no indfgena obedece a earacterfsticas detemlinadas por la polftica oficial y a caracteristicas individuales que no pueden modificarse. En otras palabras, el problema reside en ealcular en que medida la diferencia en los resultados esta "explicada" y en que grado "no esta explicada", 10 cual representa el nivel potencial de discriminacion en una sociedad. En 10 que respecta a la diferencia de ingresos laborales, el uso de un analisis de regresi6n de variables multiples pemlite la simulacion de distintos resultados y la deseomposicion de las diferencias brutas. EI metoda de descomposicion, la tec- nica para analizar las diferencias de ingresos laborales, se popularizo en la litera- tura economica a traves de los trabajos de Oaxaca (1973) y Blinder (1973). Ya habfa sido utilizado en la sociologfa (Siegel 1965; Duncan 1968), y antes aun en la demografia (Kitagawa 1955). Aunque en la literatura economica se utilizo por primera vez para analizar los detemlinantes de las diferencias de ingresos labora- les entre los hombres y las mujeres, la tecnica de descomposicion se ha utilizado desde entonces para analizar las diferencias de ingresos laborales entre diferentes grupos etnicos y entre el sector publico y el sector privado, y las diferencias de ingresos laborales basados en los antecedentes socioecon6micos, para verificar la hipotesis de selecci6n y la eficacia de un programa de capacitacion practica en el empleo. La mayor parte de los analisis se ha centrado en los paises desarrollados, aunque existen algunos estudios dedicados a las nadones en desarrollo (Psacha- ropoulos y Tzannatos 1992; Birdsall y Sabot 1991). EI procedimiento estandar para analizar los factores detemlinantes de las dife- rencias de ingresos laborales entre dos grupos consiste en ajustar las dos ecuacio- nes siguientes, 0 fundones de ingresos laborales, para los miembros del grupo economicamente dominante que estan empleados y para los del grupo marginal que se encuentran empleados: (4.3) Ln~ (4.4) Metodos datos 59 generadoras de ingresos que posee cada grupo (Xn -X) evaluadas con la estruc- tura de remuneraciones de los trabajadores no indfgenas (bn ) y, por el otro, la parte atribuible a diferencias en los rendimientos (bn -bi) que redben los trabaja- dores no indfgenas e indfgenas por las mismas caracterfsticas generadoras de in- gresos (X). Suele considerarse que este ultimo componente refleja la discrimina- cion sal aria!' En terminos economicos, la discriminacion se refiere a diferencias en los resultados economicos entre los grupos que no pueden explicarse ni por las aptitudes ni por las caracterfsticas productivas de estos grupos (Schultz 1991). Este metodo, aunque es esclarecedor ya que permite determinar el grado de dis- criminacion en el mercado laboral, no nos permite determinar los orfgenes de la discriminacion. La discriminacion en el mercado laboral puede ser directa, e in- Huir en los ingresos laborales, el nivel de ocupacion y el acceso a la capacitacion, o indirecta, cuando es el resultado de desigualdades en la educaci6n y el desarro- llo de las aptitudes (Chiswick 1987). El uso de funciones de ingresos laborales para estimar la discriminacion signi- fica que siempre se presentani el problema de las variables omitidas. Este tipo de problema relacionado con los datos significa que el componente "no explicado" no es s610 una medida de la discriminacion, sino tambien una medida de nuestra ignorancia (Filer 1983:84). Es debido a los factores omitidos y no observados que se considera que el componente "no explicado" es una estimacion del "limite su- perior" de la discriminacion salarial en el mercado de trabajo. Entre las variables omitidas a las que cabe esperar que se deb a, en parte, el componente "no expli- cado" se cuentan la calidad del trabajo, la permanencia en el mercado laboral, la falta de capacitacion especffica, la interrupdon de la carrera laboral, las prefe- rencias y la personalidad (Hill 1979; Goldin y Polachek 1987; Polachek 1975; Mincer y Polachek 1974, 1978; Filer 1983). Tambien existen datos que lIevan a pensar que gran parte de la discriminacion en perjuicio del grupo minoritario se debe ala segregaci6n ocupadonal; es decir, la "concentraci6n" del grupo mino- ritario en ciertas ocupaciones con salarios bajos y que ofrecen pocas posibilida- des de ascenso. Por supuesto, esto lIeva a pensar que ha tenido lugar una discri- minaci6n previa. por ejemplo, la falta de acceso a los empleos, la capacitaci6n, la escolaridad, etc. Los resultados de varios estudios han demostrado que cuanto mayor es el numero de variables utilizadas para neutralizar los efectos de las di- ferencias en los factores relacionados con la productividad, menor es la brecha de ingresos laborales ajustada por la productividad (el componente "no explicado") en relaci6n con la diferencia no ajustada. Sin embargo, aun cuando se utilice una extensa lista de variables de control, en la mayor parte de los estudios se obtiene una brecha residual que se atribuye a la discriminaci6n. Cuando la brecha se re- duce acero, ello se debe normalmente a la inclusion de variables de control cuyos valores en sf pueden reflejar una discriminacion previa (Gunderson 1989:51). Conclusion En los estudios de paises especfficos que se presentan a continuacion, los resul- tados obtenidos se evaluan mediante las hipotesis resefiadas precedentemente. 60 Las poblaciones ind£genas y fa pobreza en America Latina Los resultados de las investigaciones basadas en pafses en desarrollo indican que con el tiempo se erradicani la discriminaci6n. Son escasos los estudios en los que se han analizado estos temas en sociedades menos desarrolladas, en las cuales te6ricamente, es mas probable que exista discriminaci6n debido a la naturaleza del mercado y a las grandes diferencias lingliisticas y etnicas que no se han disi- pado con la educaci6n escolar (Kelley 1988: 400). EI hecho de que las poblacio- nes indigenas se hayan mantenido separadas a pesar de la aplicaci6n, durante si- glos, de politicas de asimilaci6n y a los niveles cada vez mayores de escolaridad y de migraci6n rural-urbana, para mencionar s610 unos pocos factores, refleja la insuficiencia de la mayoria de las teorias. El presente estudio pretende fomentar una mayor comprensi6n de la etnicidad y del hecho de ser indigena en los pafses menos desarrollados a traves del debate te6rico y de la presentaci6n de un pano- rama socioecon6mico de la importancia que reviste el hecho de ser indfgena en America Latina en un momento en que la reducci6n de la pobreza es cruciaL En el presente estudio tambien se indican algunos campos de investigaci6n futura a los que deberia asignarse prioridad. 5 Zonas urbanas de Bolivia Bill Wood y Harry Anthony Patrinos Se ha descrito a Bolivia como "Ia mas india de las republic as americanas" y como una sociedad creada por "conquistas imperiales y adaptaciones aut6ctona" (Klein 1982: vii). La mayor parte de la poblaci6n indigena es de ascendencia quechua y aimara y vive en las zonas rurales. El resto pertenece a diferentes tribus y reside en la selva y las tierras bajas, y ha optado por no incorporarse al resto de la vida del pais. Antes de la llegada de los espafioles, la region que actual mente se conoce como Bolivia estaba dominada por el imperio inca. Los espanoles utilizaron la mana de obra de la poblaci6n indigena para extraer los minerales preciosos del pais. Las instituciones anteriores al contacto con los europeos fueron adaptadas por los es- pafioles para beneficiarlos en sus esfuerzos por utilizar la mana de obra indigena. Despues de la independencia, Simon Bolfvar promulg6 diversos decretos desti- nados a mejorar la situaci6n de las poblaciones indigenas, aunque estos decretos debieron ser reiterados muchas veces hasta alrededor de 1945 (Medina 1977a). La revoluci6n boliviana de 1952 modifie6 significativamente el orden tradicional del pals y la situaci6n de los habitantes de origen indigena. Uno de los cambios mas notables fue la abolici6n del trabajo forzado (Serafino 1991). Cada grupo indigena tiene su propio lenguaje y su cultura caracterfstiea. Los integrantes de estos grupos hablan espanol como segundo idioma 0 no 10 hablan. EI 5% de la poblaci6n de ascendencia espanola domina econ6mica, cultural y politieamente el pais, y una gran proporci6n de la poblaci6n es de origen mixto, descendiente de indigenas y espanoles. Si bien la mayor parte de la poblaci6n indfgena de Bolivia reside en zonas ru- rales, en este capitulo se utilizan los datos a nivel individual de una amplia encuesta de hogares llevada a cabo en las zonas urbanas de Bolivia en 1989, para examinar y comparar la situaci6n socioecon6mica de las poblaciones indigenas y no indigenas. Tambien se exploran aspectos relacionados con la pobreza, la edu- caci6n, el empleo, la salud y la poblaci6n. Este capitulo tiene por finalidad docu- mentar las diferencias en estos importantes aspectos, con el fin de comprender 61 62 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina mejor las condiciones y las desventajas que afectan a las poblaciones indfgenas y no indfgenas. Se estiman los determinantes de la pobreza y se simulan los efectos de los cam- bios en las caracteristicas individuales. En el capitulo se determina que las va- riables influidas por las polfticas, tales como la escolaridad y la creaci6n de em- pleos, constituyen importantes factores que pueden dar lugar a una significativa reducci6n de los niveles de pobreza. Asimismo, la diferencia global de los ingre- sos laborales entre trabajadores indfgenas y no indfgenas se descompone en sus componentes "explicados" y "no explicados". Se advierte que la equiparaci6n de las caracteristicas de generaci6n de ingresos estimularian la productividad de la poblaci6n indigena en sus actividades de mercado y ajenas al mercado, y tendrian por consecuencia una considerable reducci6n de las desigualdades que se obser- van en Bolivia en materia de ingresos laborales. EI amilisis se concentra en las personas que hablan lenguas indigenas y no indi- genas. Los que hablan lenguas indfgenas abarcan personas monolingues y bilin- gOes (espanol y lenguas indigenas). En algunos casos, como consecuencia del tamafio insuficiente de la muestra, se ha agrupado a los que hablan lenguas indf- genas y que son monolingues y bilingues. En toda America Latina existe una elevada desigualdad en los ingresos, y Bolivia no constituye una excepci6n. La quinta parte inferior de la distribuci6n de los ingresos urban os percibe s610 el 3,5% del ingreso total, mientras que la quinta parte superior percibe el 57,5% (Psacharopoulos y colaboradores 1992). Las personas de origen indigena estan representados en forma desproporcionada en los niveles mas bajos de ingresos. Mientras que el 28% de la poblacion urbana habla por 10 menos una lengua indfgena, represent a el 38% del quintil inferior y menos del 17% del quintil superior. La desigualdad en los ingresos constituye mas bien un problema entre grupos que dentro de los diferentes grupos. Si bien el indice de Gini es de 0,524 para la totalidad de la poblaci6n urbana boliviana, es de 0,527 en el caso de la poblaci6n no indfgena y solamente de 0,479 para la poblaci6n indfgena. Magnitud de la pobreza Medido por el ingreso per capita, Bolivia es uno de los paises mas pobres de America Latina. En la siguiente secci6n se evalua la magnitud de la pobreza en el pais, y su distribuci6n por poblaciones indigenas y no indigenas. El nivel de pobreza utilizado en este capitulo es de US$60 por persona por mes basados en la paridad del poder adquisitivo (PPA) de 1985, que se aplica en todo el estudio. El nivel de extrema pobreza es de US$30 basados en la PPA por persona por meso lncidencia de fa pobreza y diferencias interetnicas de ingresos La incidencia de la pobreza entre las personas que hablan por 10 menos una len- gua indfgena es mucho mayor que en el caso de los que son monolingues en - - -Zonas urbanas de Bolivia -- 63 espanol (cuadro 5.l). Si bien la tasa global de pobreza urbana es del 52,6%, la incidencia de la pobreza entre las poblaciones indigenas es 15 puntos por- centuales mayor que entre sus contrapartes no indigenas. La incidencia de la extrema pobreza es media vez mayor entre las personas indigenas que entre las no indfgenas. En el cuadro 5.2 se muestra la distribuci6n de las categorias de pobreza entre grupos etnicos. Los indfgenas estan sobrerrepresentados entre los pobres y los extremadamente pobres en relaci6n con su participaci6n en la poblaci6n, mien- tras que los que son monolingiies en espanol ocupan una posici6n desproporcio- nada entre los no pobres. Tanto la incidencia como la distribuci6n de la pobreza son indicio de la dispa- ridad en los niveles de ingreso que se da entre los grupos etnicos. La magnitud de esta disparidad es aparente en el cuadro 5.3. En promedio, los indigenas tienen un ingreso per capita inferior a las dos terceras partes del ingreso de las personas no indigenas. Perfil de la pobreza Si bien los niveles de pobreza son elevados en Bolivia, los indicadores sociales muestran un panorama aun mas desalentador de la cali dad de vida que prevalece en el pais. Aspectos demograficos Las desigualdades etnicas y la pobreza denotan patrones demograficos caracteris- ticos en las zonas urbanas de Bolivia. Como era de esperarse, la geograffa desem- pena un pape\ importante: algunas regiones tienen una mayor concentraci6n de poblaciones indigenas y pobreza que otras. Ademas, las distribuciones de la len- gua hablada por edad y sexo indican la evoluci6n de los aspectos demograficos Cuadro 5.1: Incidencia de Ja pobreza por origen etnico (porcentajes) lndfgenas No Monolingues Bilingiies indfgenas Todos N No pobres 26.5 36,3 51.9 47.4 13.999 Pobres 73,5 63.7 48,1 52.6 15.971 Extremadamente pobres 37,1 29.2 19,8 22,5 6.780 Indice de la brecha de pobreza 30,1 2I.3 23,7 Indice FGT P2 18,3 12.6 14,2 Fuente: EIH 1989. 64 Las poblaciones indtgenas y la pobreza en America Latina Cuadro 5.2: Distribucion de las categorias de pobreza por origen etnico (porcentajes) lndfgenas No Categor{a Monolingiies Bilingiies indigenas Todos N Todos 1,2 26.4 72,3 100,0 29.970 No pobres 0,6 20,2 79,1 100,0 13.999 Pobres 1,8 32,0 66,2 100,0 15.971 Extremadamente pobres 2,0 34,3 63,7 100,0 6.780 Fuente: EIH 1989. de la etnicidad. Las mujeres y las personas de mayor edad estan representadas en forma desproporcionada entre quienes no hablan espafioL Ello refleja la tenden- cia a que los niiios y los hombres que trabajan aprendan espaiiol, ya sea en la escuela 0 en ellugar de trabajo. En el cuadro 5.4 se muestra un perfil de etnicidad y pobreza en ocho departa- mentos (Pando no esta incluido en la encuesta). En total, el 27,7% de la pobla- ci6n urbana esta clasificado como indigena. La zona del altiplano incluye los departamentos de Oruro, La Paz y Potosi, todos los cuales tienen elevadas con- centraciones de poblaciones indigenas. El territorio de los valles comprende Chuquisaca, Cochabamba y Tarija. Los dos primeros tienen concentraciones rela- tivamente elevadas de indigenas, mientras que estos constituyen una minoria mas reducida en las zonas urbanas de Tarija. La regi6n de los llanos incluye a Beni y Santa Cruz; en estos dos departamentos la poblaci6n indigena es pequefia en rela- cion con el promedio nacional. De acuerdo con los resultados de la encuesta, mas de la mitad de la poblaci6n indfgena urbana puede hallarse en el departamento de La Paz, y cerca de una cuarta parte en Cochabamba. Les siguen Oruro, Potosi y Chuquisaca con 8%, 7% y 5% de la poblaci6n indfgena urbana, respectivamente. La ultima columna de la derecha del cuadro 5.4 muestra la distribucion de la poblaci6n urbana, junto con Cuadro 5.3: Niveles medios de ingreso per capita (Bolivianos par persona par mes) lndfgenas Categoria Monolingiies Bilingues No indfgenas Todos Todos 76,7 99,9 154,4 139,0 No pobres 175,2 193,8 252,5 240,1 Pobres 44,7 46,4 48.7 47,9 Extremadamente pobres 27,6 25,8 26,0 26,0 Fuente: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 65 Cuadro 5.4: Distribuci6n de la pobJaci6n urbana boliviana por regiones (porcentajes) lndigenas Region Monolingues Bilingues No indfgenas Poblacion urbana Nacional 1,2 26,4 72,3 100,0 La Paz (Altiplano) 1,6 37,6 60,8 38,1 No pobre 1,1 29,0 70,0 41,6 Pobre 2,0 43,7 54,3 58,4 Extremadamente pobre 1,9 45,0 53,1 26,8 Oruw (Altiplano) 1,3 24,0 74,7 8,7 Nopobre 1,1 24,6 74,3 29,1 Pobre 1.4 23,7 74,9 70,9 Extremadamente pobre 1,4 23,7 74,9 36,5 Potosi (Altiplano) 4,1 34,8 61,1 4,8 No pobre 1,2 25,4 73,5 27,2 Pobre 5,2 38,3 56,5 72,8 Extremadamente pobre 6,2 42,8 51,1 39,0 Cochabamba (Valles) 0,1 36,0 63,0 17,0 No pobre 0,7 33,6 65,7 51,6 Pobre 1,3 38,6 60,1 48,4 Extremadamente pobre 1,0 36,6 62,4 18,0 Chuquisaca (Valles) 2,9 29,S 67,6 3,9 No pobre 1,2 26,0 72,8 46,9 Pobre 4,4 32,6 63,0 53,1 Extremadamente pobre 6,8 29,3 63,9 21,2 Tarija (Valles) 0,2 6,7 93,1 2,5 No pobre 0,0 6,5 93,S 45,8 Pobre 0,4 6,9 92,8 54,2 Extremadamente pobre 0,6 6,9 92,S 24,1 Beni (Llanos) 0,0 1,3 98,7 2,8 No pobre 0,0 1,8 98,2 57,7 Pobre 0,0 0,7 99,3 42,3 Extremadamente pobre 0,0 0,5 92,8 13,8 Santa Cruz (Llanos) 0,2 4,0 95,8 22,3 No pobre 0,1 3,7 96,2 64,8 Pobre 0,3 4,6 95,1 35,2 Extremadamente pobre 0,5 6,8 92,8 10,6 Fuente: EIH 1989. los porcentajes correspondientes a no pobres/ pobres/ extremadamente pobres en cada departamento, En todos los departamentos, excepto en Beni y Oruro, el por- centaje de la poblacion indigena que es pobre excede la participacion global de la poblaci6n indigena en la poblacion total. Un porcentaje desproporcionadamente elevado de la pobreza urbana se concentra entre los grupos indigenas, particular- mente en los departamentos del altiplano de La Paz y Potosi. 66 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Del cuadro 5.5 se desprende que la estructura de la poblacion por edades es diferente entre los grupos no indigenas que entre los indfgenas. La cohorte indf- gena es de edad mucho mas avanzada que su contraparte no indfgena. Ello es par- ticulannente cierto en el caso de los indfgenas monolingiies. La fuerte correlacion que existe entre la edad y el conocimiento del espanol pone de relieve la tenden- cia a que los jovenes hayan aprendido espanol en algun punto de sus vidas. Por 10 menos en el contexto urbano, los datos sugieren que un mayor numero de ninos con padres indigenas estan aprendiendo solo espanol, y es menos probable que los integrantes de cada generacion sepan una lengua indfgena que sus padres. Una importante advertencia a proposito del cuadro 5.5 es que las poblaciones indfge- nas monolingiies y bilingiies son fundamentalmente diferentes. Las primeras son de edad mucho mas avanzada y, como se vera en la proxima seccion, en su mayor parte femeninas. Es importante tener en cuenta estas diferencias cuando se pro- ceda a interpretar el analisis de este capitulo. Si bien la distribucion por genero de la poblacion urbana es aproximadamente igual para los hombres y mujeres en los grupos indfgenas biIingiies y los que solo hablan espanol, la cohorte de indigenas monolingties es femenina en una mayo- ria abrumadora (cuadro 5.6). Ademas, la mitad de las unidades familiares cuyos jefes son indigenas monolingiies estan encabezadas por mujeres. Tambien es mas probable que las unidades familiares mas pobres en cada una de las agrupaciones etnicas esten encabezadas por una mujer. Existe una clara correlacion entre el estado civil y la lengua hablada entre indi- viduos de 15 anos de edad 0 mas (cuadro 5.7). Ya sea por razones culturales, sociales 0 economicas, es mas probable que los adultos indfgenas monolingties esten casados, mientras que entre los adultos que solo hablan el espanol ocurre 10 contrario. En el caso de los jefes de unidades familiares, sin embargo, existen pocas diferencias entre los indfgenas bilingties y los monolingiies en espano!. Et hecho de que entre los jefes de unidades familiares indfgenas monolingiies sean mucho menor el mlmero de casados se debe en parte al elevado numero de viu- Cuadro 5.5: Edad media de los integrantes y jefes de unidades familia res (aiios) Indigenas Grupo de poblaci6n Monolingiies Bilingiies No indfgenas Todos Individuos 50,5 33,9 24,4 27,2 No pobres 49,2 35,7 26.3 28,3 Pobres 50,9 32,9 22,4 26,3 Extremadamente pobres 50,3 33,0 22,4 26,6 Jefes de unidades familiares 55,9 44,0 42,2 43,2 No pobres 52,9 43,7 42,0 42,6 Pobres 56,7 44,2 42,6 43,7 Extremadamente pobres 57,5 45,3 44.6 45,3 Fuente: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 67 Cuadro 5.6: Genero de los integrantes y jefes de unidades familiares (porcentaje femenino) Indigenas Grupo de poblaci6n Monolingiies Bilingiies No indigenas rodos Toda la poblaci6n 79,1 52,8 51,1 51,9 Jefes de unidades familiares 49,9 IS,! 15,9 16,1 Nopobres 47,6 14,0 13,4 13.8 Pobres 51,1 15,8 19,5 18,5 Extremadamente pobres 53,0 18,2 24,0 21,8 Fuente: EIR 1989. das en esta categorfa. Para la totalidad de la poblacion, se observa una ligera ten- dencia a que las personas mas pobres no esten casadas. El tamafio de las unidades familiares es mayor en la cohorte indigena que en el grupo no indigena (cuadro 5.8). Tambien se observa una tendencia a que las unida- des familiares mas pobres sean mas grandes, aunque la diferencia entre el tamafio de las unidades familiares pobres y extremadamente pobres es insignificante. Educacion El nivel de instruccion constituye un importante factor que afecta los ingresos laborales de las personas y su capacidad para contribuir al nivel general de ingre- sos de la unidad familiar. Si bien la reladon que existe entre la educacion y los ingresos laborales se explorara en mayor detalle posteriormente en este capitulo, a continuad6n se presenta un panorama general de los niveles de escolaridad entre grupos etnicos y de ingresos. Cuadro 5.7: Estado civil de los integrantes y jefes de unidades familiares de 15 alios de edad y mas (porcentaje de casados) Indfgenas Grupo de poblaci6n Monolingiies Bilingues No indfgenas rodos Individuos 69,1 68,5 51,S 57,2 No pobres 71,6 67,8 54,0 57,5 Pobres 68,2 68,9 48,2 56,9 Extremadamente pobres 70,7 67,7 46,5 56,1 Jefes de unidades famiIiares 47,2 79,6 79,0 78,7 No pobres 55,0 78,4 80,1 79,4 Pobres 45,2 80,3 77,5 78,0 Extremadamente pobres 45,4 77,2 73,8 74,8 Fuente: EIR 1989. 68 Las pobfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina Cuadro 5.8: Tamano medio de las unidades familiares (numero de personas) Unidad familiar lndigenas No indfgenas Todos Todas las unidades familiares 4,9 4,7 4,8 No pobres 4,3 4,4 4,4 Pobres 5,3 5,2 5,2 Extremadamente pobres 5,4 5,1 5,2 Fuente: EIH 1989, En el cuadro 5.9 se muestran los afios medios de escolaridad para los indivi- duos de 18 aDOS de edad y mas. Tambien se incluyen cifras correspondientes a mujeres y jefes de unidades familiares. Existe una clara correlacion entre los aDOS de educacion cursados y el origen indfgena, y entre los afios de educacion cursados y la categorfa de pobreza. Esto confirma la tendencia bien documen- tada, de que las personas con men os educacion ganen menos que sus contrapar- tes mas instruidas. En promedio, los indfgenas tienen tres afios menos de esco- laridad que los no indfgenas. La diferencia es aun mas grande en el caso de las mujeres indfgenas, 10 que sugiere que ellas constituyen el grupo mas desfavore- cido de la sociedad boliviana. Es interesante sefialar que el numero promedio de aDOS de escolaridad de los jefes de unidades familiares es algo inferior que el correspondiente a todos los adultos. Es muy probable que esto se deba a la mayor edad media de los jefes de unidades familiares, cuyos afios escolares transcurrieron en una epoca en que habfa menos acceso a la educacion y en que se permanecia matriculado menos tiempo que en el caso de sus contrapartes mas jovenes. Cuadro 5.9: Anos medios de escolaridad Indfgenas Poblaci6n de 18 ailos y mas Monolingues Bilingiies No indigenas Todos Toda la poblaci6n 0,4 6,5 9,7 8,4 No pobres 0,6 7,5 10,2 9,4 Pobres 0.3 5,8 8,9 7.3 Extremadamente pobres 0,3 5,5 8,7 7,0 Mujeres 0,3 5,5 9,1 7,7 No pobres 0,4 6,5 9.7 8,8 Pobres 0,2 4,9 8,3 6,6 Extremadamente pobres 0,2 4,6 8,1 6,2 Jefes de unidades familiares 0,6 6,6 9,5 8,2 No pobres 0,8 7,7 10,4 9,5 Pobres 0,6 5,8 8,3 6,9 Extremadamente pobres 0,6 5,6 8,2 6,6 Fuente: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 69 Varios factores intervienen en la disparidad entre indigenas y no indfgenas en cuanto a los niveles de escolaridad. En primer lugar, la elevada edad media de la cohorte indigena monolingiie y la escasez de educaci6n bilingiie en Bolivia hacen que resulte probable que este grupo pase poco tiempo en la escuela precisamente porque no hablan la lengua en la que se imparte la instrucci6n. Ni un solo indivi- duo del grupo indigena monolingiie complet6 el cicIo de educaci6n primaria. En segundo lugar, quienes provienen de familias mas pobres con frecuencia aban- donan la escuela antes que sus compafieros que estan en mejor situaci6n eco- n6mica, con el fin de contribuir al ingreso familiar. Por ultimo, aunque ella no puede observarse a partir de los datos, el menor acceso de los grupos indigenas a la educaci6n puede constituir un factor en el menor numero de afios de educaci6n cursados. Los determinantes del numero de afios de educaci6n cursados se exa- minan con mayor profundidad mas adelante en este capitulo. En general, las personas que no han asistido a la escuela se encuentran en una situaci6n de gran desventaja en cuanto a empleo, ingresos laborales, salud y bien- estar. Con frecuencia en este grupo el analfabetismo es elevado, aunque el anal- fabetismo y la falta de asistencia a la escuela no son sin6nimos. En el cuadro 5.10 se muestra el porcentaje de personas y jefes de unidades familiares que no han asistido a la escuela. La disparidad que se observa entre los grupos indigenas y no indigenas es notable. La cohorte indfgena bilingiie muestra una tasa de falta de escolaridad mas de tres veces superior a la de sus contrapartes no indfgenas. Esta discrepancia constituye una fuerte indicaci6n de que la educaci6n basica no esta beneficiando a los diferentes grupos etnicos en forma equitativa. Ademas, la tasa muy elevada de falta de escolaridad de los indfgenas monolingties obedece a la barrera adicional causada por los problemas de comunicaci6n idiomatica. No es de extrafiar que el porcentaje de personas sin escolaridad sea mayor entre los grupos mas pobres que entre los que se encuentran en mejor situaci6n econ6mica. Como ocurre en el caso de los afios medios de escolaridad, la incidencia de la falta de asistencia a la escuela es aproximadamente la misma en el caso de los Cuadro 5.10: Incidencia de la falta de escolaridad (porcentajes) lndfgenas Poblacion de 15 aiios y mas Monolingues Bilinglles No indigenas Todos Toda 1a pob1aci6n 77,9 11,0 2.8 6,6 No pobres 68,3 7,9 2,3 4,2 Pobres 81,0 12,9 3,5 9,1 Extremadamente pobres 81,3 14.2 3,9 10,5 Jefes de unidades familiares 67,7 to,s 2.8 6,9 No pobres 56,5 7,7 2,0 4,1 Pobres 70,5 12,3 3,4 9,7 Extremadamente pobres 74,0 13,1 2,9 10,2 Fuente: EIH 1989. 70 Las pobfaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina jefes de unidades familiares que en el de todos los adultos, tanto en las categorfas indfgenas bilingiles como en las monolingiles en espafiol. En el cuadro 5.11 se muestra la distribuci6n del nivel educacional por genero y origen etnico. Un mayor porcentaje de mujeres no han completado la educaci6n primaria, mientras que un mayor porcentaje de hombres muestra una mayor pro- babilidad de haber completado la educaci6n primaria, secundaria 0 universitaria. La mayor parte de los hombres y mujeres indfgenas no han completado la educa- ci6n primaria, 10 que indica que entre estos grupos el analfabetismo puede ser ele- vado. Un porcentaje muy alto de hombres no indigenas tienen educaci6n univer- sitaria (11 %), mientras que una elevada proporci6n de mujeres no indigenas han completado la educaci6n primaria y sec un daria, en comparaci6n con los hombres y mujeres indfgenas. La relacion que existe entre los aiios de educaci6n cursados y el origen indi- gena por cohorte de nacimiento se destaca en el grafico 5.1. Dicho grafico mues- tra que el nivel promedio de escolaridad de los hombres no indigenas se incre- mento hasta la cohorte de 1949-53, despues de la cual disminuy6 el ritmo del incremento. En el caso de las mujeres no indigenas, el nivel de escolaridad aument6 en todas las cohortes nacidas en el periodo 1959-63. EI nivel promedio de escolaridad de los hombres indigenas aument6 constantemente a 10 largo del tiempo, con un marcado incremento en el caso de los nacidos en 1959 0 poste- riormente. En el caso de las mujeres indfgenas, el incremento es aun mas notable, particularmente en las cohortes posteriores a la revoluci6n de 1952, nacidas durante 1949-53 y 1954-58, aunque la brecha entre los sexos es mayor entre los indigenas. Ello es indicativo del considerable incremento de las inversiones en educacion y en los niveles de matricuJa como parte de las metas de reform a social de Ja revoluci6n de 1952 ( Kelly y Klein 1981). Los datos anteriores reflejan los cambios en Ja distribucion de los afios de edu- cacion cursados en los casos de las cohortes de edad sucesivas. Un mayor porcen- Cuadro 5.11: Distribucion de los anos de educaci6n, por genero y origen etnico (porcentajes) Genero y educaci6n Indfgenas No ind(genas Todos Hombres (de 15 aiios y mas) 100,0 100,0 100,0 Primaria incompleta 51,3 23,2 32,5 Primaria 23,7 30,6 28,3 Secundaria 21,1 35.0 30,4 Universitaria 3.9 11,2 8,8 Mujeres (de 15 aiios y mas) 100,0 100,0 100,0 Primaria incompleta 69,2 32,1 44.3 Primaria 14,8 29,6 24,5 Secundaria 14,6 35,5 28.2 U niversitaria 1,4 3,8 3,0 Fuente: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 71 Grafico 5.1: ADOS de educaci6n cursados, por origen etnico y cohorte de nacimiento Alios de escolaridad 12 9 ,. 6 .. - _... ..... " " ," Hombres -,' indlgenas .. - - - - 3 .,. " " Mujeres indlgenas o Antes de 1939 1939-48 1949-53 1954-58 1959-63 1964-68 Cohorte de nacimiento Fuente: EIH 1989. taje de mujeres y de indfgenas estan completando un mayor numero de afios de educaci6n que en el pasado. EI cuadro 5.12 contiene datos sobre las diferencias actuales de escolaridad entre grupos etnicos, comparando los niveles de matricula de estudiantes. Los nifios no indigenas de 6 a 18 afios de edad aun tienen una pro- babilidad mucho mayor de estar matriculados en escuelas que los nifios indfgenas. Emp/eo En la mayor parte de las unidades familiares, la fuente principal de ingreso es el obtenido en el mercado laboral. El examen de las caracteristicas de empleo en las Cuadro 5.12: Niveles de matricula de estudiantes (porcentajes) Estudiantes de 6 a 18 aliOS Indfgenas No indfflenas Todos Matriculados 82,9 92,2 90.9 No pobres 76,3 91,5 90,2 Pobres 85,1 92,8 91,4 Exrremadamente pobres 87.5 92,1 91,2 Fuente: EIH 1989. 72 Las pobfaciones indEgenas y fa pobreza en America Latina distintas categorias etnicas y de ingresos pone de relieve las importantes diferen- cias que causan desigualdades socioeconomicas. Como la cohorte de indfgenas monolingiies es demognlficamente muy diferente de los otros dos grupos debido a una fuerte concentracion de mujeres de mayor edad, no es estrictamente com- parable y debe analizarse con cautela. EI cuadro 5.13 muestra un panorama general de la situacion de empleo, des- glosada en origen indigena y grupos de ingresos. Un mayor porcentaje de todos los indfgenas participan en la fuerza laboral, y un menor porcentaje de la cohorte indigena en la fuerza laboral esta desempleada. Las personas bilingiies tienen una mayor probabilidad de con tar con un segundo empleo y trabajan mas horas por semana que sus contrapartes no indfgenas. Sin embargo, los ingresos laborales de los trabajadores indigenas bilingiies son menos de dos terceras partes inferlores a los de las personas no indigenas. Cuadro 5.13: Situacion de empJeo lndfgenas Grupos de poblaci6n Monolingiies Bilingiies No indfgenas Todos Personas que trabajan (%) 45,3 57,9 41,2 46,1 No pobres 61,3 71,3 49,6 54.5 Pobres 40,0 49,9 31,4 38,1 Extremadamente pobres 36.5 41,4 24,2 31,0 Jefes de unidades familiares que trabajan (%) 69,2 82,2 82,8 82,4 No pobres 77,4 91,5 90,4 90,7 Pobres 67,0 76,3 72,0 73,9 Extremadamente pobres 55,8 65,2 54,3 60.1 Personas que tienen dos emp1eos (%) 5,3 7,3 6,9 7,0 No pobres 6,5 8,9 8,4 8,5 Pobres 4,7 5,8 4,1 4,9 Extremadamenle pobres 4.1 3,5 4,7 2,4 Total de horas trabajadas por semana 46,2 49,0 48,4 48,6 No pobres 45,3 49,4 48,4 48,6 Pobres 46,7 48,7 48,3 48,5 Extremadamente pobres 48,0 49,1 47,3 48,2 Ingreso laboral individual medio a 189,4 308,5 479,3 413,5 No pobres 285,8 444,8 620,7 566.8 Pobres 128,6 186.9 200,6 192,8 EXlremadamente pobres 102,1 136,4 132,1 133,5 Tasa de desempleo (%)b 4,5 7,6 9,0 8,4 No pobres 5,7 3,1 5,3 4,6 Pobres 3,8 11,1 15.2 13,1 Extremadamente pobres 6,1 17,9 22,0 19,6 a. En bolivianos por mes. b. No empleados, pero que buscaban trabajo durante eI perfodo de referencia. Fuente: EIH 1989. -------------------Zonas urbanas de Bolivia 73 En consecuencia, no debe sorprender que exista una fuerte correlacion entre la pobreza y la situacion de empleo a los niveles individual y de jefes de unidades familiares. Por definicion, el mayor ingreso proveniente del empleo reduce la probabilidad de que el ingreso familiar per capita disminuya por debajo del um- bral de pobreza. En forma similar, para quienes tienen un segundo empleo es menor la probabilidad de caer en las categorias de pobres y extremadamente pobres que para quienes tienen un solo empleo. Sin embargo, menos del 10% de la poblacion activa en cualquier categoria etnica 0 de ingresos tiene un segundo empleo. Es interesante sefialar que el numero de horas trabajadas es homogeneo entre todos los grupos de ingresos en el caso de aquellas personas que esHin empleadas. Dado que el 38% de los pobres y el 74% de los jefes de unidades familiares pobres estan trabajando, existe un numero significativo de "pobres que trabajan" que no pueden mantener su ingreso familiar per capita por encima del umbral de pobreza a pesar de trabajar activamente. En el cuadro 5.14 se muestra la distribucion de los trabajadores entre las dis- tintas categorias de empleo en el caso de los grupos indfgenas y no indigenas. Aproximadamente la mitad de los indfgenas trabajan por cuenta propia, mientras que la mayor parte de los no indigenas trabajan como empleados. En el cuadro 5.15 se muestra la relacion que existe entre el origen indigena, la pobreza y el empleo en el sector informal I. Con frecuencia, las personas que tra- bajan en el sector informal carecen de calificaciones, tales como una educacion y un adiestramiento suficientes, que les permitan encontrar empleo en el sector for- maL Dado que estas calificaciones son menos comunes entre las personas indfge- nas y los pobres, no debe sorprender que estas personas comprendan una parte relativamente grande del sector informaL Sin embargo, los jefes de unidades familiares tienen una probabilidad menor de estar empleados en el sector infor- mal que otros miembros de la familia. Cuadro 5.14: Distribucion de las categorias de empleo por origen etnico y pobreza (porcentajes) Indigenas Categoria de empleo Monolingiies Bilingiies No ind(genas Todos Empleado 20,0 38,4 53,6 47,7 Trabajadores por cuenta propia 65.3 48,5 30,4 37,4 Empleador 1,6 2,1 2,7 2,5 Otras 13,1 11,0 13,3 12,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,1 Nota: Los totales se dan en cifras redondas, 10 que explica las diferencias que pueda haber en las sumas. Fuente.· EIH 1989. 74 Las en America Latina Cuadro 5.15: Empleo en el sector informal por origen etnico y grupos de ingresos (porcentajes) lnd{genas Grupo de poblaci6n Monolingues Bilingues No indfgenas Todos Toda 1a poblaci6n 84,8 66,7 52,2 57,9 No pobre 89,1 65,9 49,0 54,2 Pobre 82,5 67,5 58,1 62,9 Extremadamente pobre 76,8 68,0 61,3 65,1 Jefes de unidades familiares 75,0 56,7 43,2 49,0 No pobres 72,9 56,1 39,5 44,7 Pobres 75,7 57,2 50,0 54,2 Extremadamente pobres 61,9 57,0 51,1 54,7 Fuente: EIH 1989, Salud EI cuadro 5.16 muestra un panorama de Ia situacion general de salud de la poblacion urbana de Bolivia. En promedio, los grupos indfgenas tienen una mayor probabilidad que la cohorte no indfgena de haber estado enfermos olesio- nados en el mes anterior. Entre los indfgenas se observa una mayor tendencia a que sus incapacidades sean 10 suficientemente severas como para impedirles tra- bajar por espacio de mas de una semana. Ademas, los indfgenas tienen menos probabilidades de buscar ayuda medica en caso de enfermedad. Ambos grupos tienen igual probabilidad de recibir alguna forma de medicacion por sus proble- mas de salud. Con respecto a una importante medida preventiva, la tasa de vacu- nacion contra la fiebre amarilla es el doble entre los no indfgenas que entre los indfgenas. EI acceso a la atencion medica de las mujeres embarazadas es esencial para Ia preservacion de Ia vida de Ia madre y el desarrollo saludable de los hijos. El cua- dro 5.17 muestra que las mujeres indfgenas se hallan en una posici6n considera- blemente inferior con respecto a muchos insumos importantes de salud para un ciclo seguro de embarazo. Sorprendentemente, mientras que las pobres tienen una menor posibilidad de recibir atenci6n profesional en un establecimiento medico, los programas efectivamente focalizados a traves de clfnicas publicas han indu- cido a una mayor tasa de prestaci6n de ciertos procedimientos preventivos de salud para las mujeres pobres. Aun asi, las actividades de extension para las mu- jeres indfgenas son considerablemente menores. EI cuadro 5.18 indica la fuerte correlacion que existe entre el origen indigena y las elevadas tasas de fecundidad/mortalidad infantil. Las mujeres indigenas tie- nen mas hijos y sufren una mayor mortalidad infantil que las mujeres no indfge- nas. Sin embargo, la muestra de indfgenas monolingties tiene mucha mas edad Zonas urbanas de Bolivia 75 Cuadro 5.16: Situacion general de salud (porcentaje afectado) lnd£genas Grupo de poblacion Monolingues Bilingues No indfgenas Todos Enfennos 0 lesionados (en los ullimos 30 dias) 38,8 20,5 14,3 16,2 No pobres 40,1 17,9 13,7 14,7 Pobres 38,4 21,9 15,0 17,6 Extremadamente pobres 44,5 22,8 16,0 18,9 [mposibilitados de trabajar por 7 dias 10,7 7,0 4,5 5,3 No pobres 13,2 6,6 4.2 4,8 Pobres 9.9 7,3 4,9 5,7 Extremadamente pobres 12,6 8,1 5,2 6,4 Que han recibido atenci6n medica cuando estan enfennos 41,2 57,2 66,0 62,4 Nopobres 38,0 65,9 70,9 69,1 Pobres 42.3 53,2 61,2 57,3 Extremadamente pobres 44,4 50,5 59,4 55,0 Que han recibido medicamentos cuando estan enfennos 89,0 95,2 94,6 94,9 No pobres 66,2 96,0 93,9 94,1 Pobres 95,9 94,8 95,4 95,2 Extremadamente pobres 100,0 94,0 92,6 93,4 Vacunados conlm la fiebre amarilla 8,4 18,9 36,3 31,4 No pobres 7,9 21,5 43,0 38,4 Pobres 8,5 17,5 29,1 25,0 Extremadamente pobres 6,6 14,9 25,8 2\,7 Fuente: EIH 1989, que las otras, y en consecuencia deberfa interpretarse con cautela, ya que en nin- guna de las tres cohortes se ha corregido el sesgo de truncaci6n. Las mujeres pobres tam bien tienen tasas de fecundidad y de mortalidad infantil superiores al promedio, EI conocimiento y el uso de la terapia de rehidrataci6n oral (TRO) constituyen importantes medios por los cuales los padres pueden prevenir la muerte de sus hijos, ya que las enfermedades diarreicas constituyen una de las principales cau- sas de muerte entre los ninos. Como puede verse en el cuadro 5.19, un mayor por- centaje de adultos no indfgenas tienen conocimientos acerca del uso de la TRO; los adultos no pobres tambien estan mejor inform ados acerca de la TRO. Esta superposici6n se debe a los aftos de educaci6n cursados por estos grupos, ya que los conocimientos para suministrar la TRO con frecuencia se difunden a traves de programas comunitarios de salud y material impreso cuya comprensi6n puede requerir cierto nivel de educaci6n basica. Sin embargo, entre quienes conocen 76 Las c nn/l/iJl ',m'lPO en America Latina Cuadro 5.17: Indicadores de la atencion materna lndicador lndfgenas No indfgenas Todos Numero de visitas prenatales (media) 4,0 4,7 4,5 No pobres 3,7 5,0 4,7 Pobres 4,2 4,4 4,3 Extremadamente pobres 4,0 4,0 4,0 Parto en hospitallcHnica (%) 50,2 78,1 67,0 No pobres 72,2 81,0 78,6 Pobres 42,5 75,7 59,8 Extremadamente pobres 33,4 78,4 54,5 Parto con ayuda de medico/enfermera/partera (%) 67,0 93,2 82,8 No pobres 86,3 98,3 95,1 Pobres 60,2 88.9 75,2 Extremadamente pobres 48,6 90,5 68,2 Ingestion de hierro durante el embarazo (%) 39,8 50,8 47,6 No pobres 36,5 58,6 53,6 Pobres 41,2 40,8 41,2 Extremadamente pobres 44.0 33,4 37,6 Vacunacion contra el tt~tanos (lomas) (%) 40,0 49,9 46,6 No pobres 39,2 47,9 45,7 Pobres 40.4 52.4 47,5 Extremadamente pobres 38,4 48,6 44,1 Fuente: EIH 1989. estos procedimientos, los adultos indfgenas bilingiies mas pobres registran el mayor grado de utilizaci6n real de la TRO con sus hijos, 10 que podria ser indi- cativo de las condiciones de salud que prevalecen en ese grupo. Vivienda y consumo En el cuadro 5.20 se presenta un desglose de las caracterfsticas de vivienda y de propiedad de la vivienda. Dado su mayor ingreso per capita, no resulta sorpren- dente que las unidades familiares encabezadas por personas que s610 hablan es- panol tengan un mayor mlmero de habitaciones y mas habitaciones per capita que aquellas encabezadas por personas que s610 hablan una lengua indigena; 10 mismo ocurre en el caso de los no pobres en relaci6n con los pobres. Es intere- sante sefialar que entre los indfgenas hay muchos mas propietarios de viviendas. Sin embargo, este hecho dice poco acerca de la calidad de la vivienda. que puede ser inferior en el caso del grupo indfgena. Esta posibilidad guarda relaci6n con la menor tasa de conexi ones de alcantarillado en las unidades familiares indigenas. y la menor prevalencia de letrinas en las mismas. Una importante comprobaci6n es la prevalencia sustancialmente superior de propiedad de la tierra entre las poblaciones indigenas. Ello podria indicar que la poblaci6n indfgena urbana man- tiene vfnculos con las zonas rurales a traves de la continua propiedad de la tierra. Zonas urbanas de Bolivia 77 ------~----------------~--------------- Cuadro 5.18: N6mero medio de niiios nacidos, muertos y actualmente vivos por mujer de 13 aiios 0 mas Indfgenas Monolingues Bilingues No indfgenas Todos Nacimientos vivos 6,0 4,5 3,6 4,0 Nopobres 5,7 3,9 3,2 3,5 Pobres 6,1 4,8 4,0 4,5 Extremadamente pobres 6,1 5,1 4,2 4,7 Hijos muertos 1,7 0,9 0,4 0,7 No pobres 1,6 0,8 0,3 0,5 Pobres 1,7 0,9 0,6 0,8 Extremadamente pobres 1,6 1,0 0,5 0,8 Hijos vivos actualmente 4,3 3,6 3,1 3,3 No pobres 4,1 3,1 2,9 3,0 Pobres 4,4 3,8 3,5 3,7 Extremadamente pobres 4,5 4,1 3,6 3,9 Fuente: EIH 1989. Determinantes de la pobreza En el cuadro 5,21 se muestran los resultados de un modelo utilizado para estimar los determinantes de la pobreza. El modelo asigna una probabilidad basica de ser pobre igual al 45,8%, que luego se modifica de acuerdo con las caracterfsticas personales incluidas en el modelo. Por ejemplo, gozar de buena salud disminuye la probabilidad de ser pobre en un 5,3%, mientras que cada hijo adicional incre- menta dicha probabilidad en un 6,3%. No resulta sorprendente que el factor de mas peso que contribuye a una mayor probabilidad de ser pobre es el hecho de vivir en una unidad familiar cuyo jefe Cuadro 5.19: Conocimiento de la terapia de rehidratacion oral (TRO) entre los adultos (porcentajes) Poblaci6n adulta ind{genas No indfgenas Todos Conocen Ja TRO (%) 51,7 65.8 61,9 No pobres 56,0 71,3 68,2 Pobres 50,0 61,1 57,4 Extremadamente pobres 48,8 60,3 56,1 Han utilizado la TRO (%) 77,5 74,7 75,3 No pobres 71,1 72,7 72,4 Pobres 80,6 76,8 77,9 Extremadamente pobres 82,0 78,1 79,4 Fuente: EIH 1989, 78 Las ron"'fl,e,n,npo en America Latina Cuadro 5.20: Caracteristicas y propiedad de la vivienda Caraeter/sticas lndfgenas No indfgenas Todos Habitaciones por unidad familiar 2,9 3,2 3,1 No pobres 3,3 3,5 3,4 Pobres 2,7 2,8 2,7 Extremadamente pobres 2,5 2,8 2,7 Habitaciones per capita 0,72 0,82 0,78 No pobres 0,89 0,92 0,91 Pobres 0,61 0,68 0,64 Extremadamente pobres 0,60 0,78 0,68 Porcentaje de propietarios 62,5 57,4 59,5 No pobres 64,5 60,0 61,4 Pobres 61,2 53,7 57,5 Extremadamente pobres 62,6 55,0 59,2 Porcentaje de propietarios de tierra 26,7 19,0 22.1 No pobres 28,4 21,7 23,8 Pobres 25,6 15,0 20,4 Extremadamente pobres 21,5 16,3 19,2 Porcentaje con alcantarillado/drenaje 52,4 78,0 67,5 No pobres 64,9 85,9 79,4 Pobres 44,6 66,8 55,5 Extremadamente pobres 42.2 65,5 52,7 Porcentaje con letrinas 50,0 63,3 57,8 No pobres 60,8 70,0 67,] Pobres 43,3 53,7 48,4 Extremadamente pobres 42,0 56,3 48,4 Fuente: EIH 1989. esta desempleado, es decir, que no trabaja pero que ha estado buscando trabajo durante e! penodo de referenda. Dado que en este analisis la pobreza se define en fund6n del nivel del ingreso per capita por unidad familiar, la situaci6n de empleo de los principales integrantes de la unidad familiar que obtienen ingresos afectani profundamente el nivel del bienestar familiar. El segundo factor de importancia asociado con la probabilidad de ser pobre es el mimero de habitacio- nes per capita. Ello tampoco resulta sorprendente, dado que con frecuencia el espacio adicio- nal de vivienda es una funci6n de la riqueza. Pero el tercer factor mas importante en el modelo es el hecho de ser indigena. Las personas indfgenas tienen una probabilidad del 16% mas de ser pobres que sus contrapartes no indfgenas. La probabilidad de ser pobres es mayor en el caso de los estudiantes, y cada hijo adi- cional incrementa tambien la probabilidad de que una persona sea pobre. EI nivel de escolaridad de los integrantes y del jefe de la unidad familiar tiene un fuerte impacto sobre el hecho de no ser pobre. Otms factores que incrementan la posibilidad de no ser pobre son la buena salud, el numero de habitaciones per capita y el hecho de vivir en una unidad familiar cuyo jefe es hombre 0 de mayor edad. En el cuadro 5,22 pueden verse los resultados de un modelo similar que uti- Zonas urbanas de Bolivia 79 ----~ Cuadro 5.21: Determinantes de la pobreza para todos los individuos Variable independiente Coeficiente Media Efecto marginal Constante 1,8323 Estudiantes 0,2706 0,445 0,0676 (8,7) Escolaridad -0,0282 7,032 -0,0070 (7,6) Indfgenas 0,6408 0,276 0,1602 (18,8) Buena salud (variable ficticia 0, I) -0,2130 0,843 -0,0532 (buena salud segiin el declarante) (5,4) Niimero de hijos 0,2506 3,360 0,0626 (28,2) Edad del jefe de la unidad familiar -0,0204 42,571 -0,0051 (13,6) Unidad familiar encabezada por un hombre -0,5229 0,891 -0,1307 (10,9) Educaci6n del jefe de la unidad familiar -0,0727 8,241 -0,0182 ( 19,6) Jefe de la unidad familiar desempleado 1,7928 0,050 0,4482 (22,3) Habitaciones per capita -1,1620 0,645 -0,2905 (26,8) Media de la variable dependiente 0,458 Chi cuadrado 29.819,2 Nota: Todos los coeficientes son estadistkamente significativos al nivel del 1% 0 mas. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. La muestra estii constituida por 25.986 individuos. Fuente: EIH 1989. liza solamente los jefes de unidades familiares. Los resultados son muy similares a los del modelo anterior, En el cuadro 5,23 puede verse una simulaci6n de la probabilidad de que el jefe de la unidad familiar sea pobre de acuerdo con caracteristicas aisladas, Para todas las caracteristicas, la probabilidad de ser pobre es menor en el caso de las unida- des familiares cuyo jefe no es indfgena que en el caso contrario. Las caracteristi- cas de capital humano influyen notablemente en la probabilidad de ser pobre, La mayor escolaridad conduce a una nipida reducci6n de la pobreza. EI hecho de estar empleado y ser saludable tambien se asocia con una menor pobreza, Efectos del genero y el origen etnico sobre los aDOS de educacion cursados De la encuesta se generaron dos submuestras para evaluar los efectos del genero y del hecho de ser indigena sobre el numero de afios de educaci6n cursados. La pri- 80 Las en America Latina Cuadro 5.22: Determinantes de la pobreza, jefes de unidades familiares Variable independiente Coe/iciente Media EJecto marginal Constante 2,9720 Edad -0,0181 43,171 -0,0045 (7,5) Hombre -0,2313 0,837 -0,0578 (3,0) Escolaridad -0,0801 8,205 -0,0200 {I 2,9) Indfgena 0,6709 0,412 0,1520 (11,0) Integrante de la fuerza laboral -2,0172 0,876 -0,5043 (19,2) Buena salud (variable ficticia 0, I) -0,2783 0,769 -0,0696 (buena salud segun el declarante) (4,4) Numero de hijos 0,2758 2,582 0,0689 (16,1) Habitaciones per capita 0,2758 0,773 -0,0967 (7,4) Media de la variable independiente 0,743 Chi cuadrado 8.560,9 Nota: Todos los coeficientes son estadfsticamente significativos aI nivel del 1%0 mas. Las cifra, entre parentesis son coeficientes I. La muestra consiste de 6,991 individuos. Fuente: EIH 1989. mera comprendi6 a todos los individuos de mas de 15 afios de edad y que no asis- tian a la escuela. La segunda comprendi6 a todos los j6venes, independientemente del nivel de escolaridad, de 7 a 14 afios de edad. El mimero de afios de educaci6n curs ados se midi6 en afios promedio y por nivel de terminaci6n de los estudios. Submuestra de adultos En el cuadro 5.24 se presentan los resultados de un modelo de regresi6n de mini- mos cuadrados ordinarios (MCO) en el que se estiman los determinantes del numero de afios de educaci6n cursados, y un modelo de regresi6n logistica, que estima la probabilidad de haber abandonado la escuela primaria. Ambos modelos se basan en la submuestra de adultos y s610 utilizan tres variables explicativas: edad, genero y el hecho de ser indfgena. Las tres variables son estadfsticamente significativas. Los afios de escolaridad se ven afectados adversamente por la edad, 10 que indica que los adultos mas j6venes han recibido mas an os de educaci6n que los de mayor edad. Este hecho no es sorprendente, dado que acceso a la educaci6n aument6 en las ultimas decadas. El hecho de ser hombre incrementa el numero de Zonas - - - - - - - urbanas de Bolivia 81 Cuadro 5.23: Probabilidad de que el jefe de la unidad familiar sea pobre, por caracteristicas seleccionadas (porcentajes) Caracterfstica Global 1ndi!lena No indi!lena Jefe de la unidad familiar 50,0 58,8 43,8 Hombre 49,1 57,9 42,8 Mujer 54,8 63,4 68,6 Aiios de escolaridad 0 65,9 73,4 60,0 6 54,4 63,0 48,2 12 42,5 51,3 36,5 16 34,9 43,4 29,4 Integrante de la fuerza laboral 43,8 52,7 37,7 No integrante de la fuerza laboral 85,4 89,3 63,9 Saludable 48,4 57,3 42,2 No saludable 78,2 84,2 73,1 Fuente: Calculado a panir del cuadro 5.22. afios de educaci6n cursados en 1,44 afios en promedio, despues de neutralizar el efecto de la edad y del hecho de ser indfgena. Este hecho se asocia a una desven- taja de casi tres afios de educaci6n curs ados. La probabilidad de haber abandonado la escuela primaria es dicot6mica: se completaron 0 no exitosamente los seis afios de escolaridad. Los factores asocia- dos con el hecho de no haber comptetado la escuela primaria son similares a los relacionados con el mlmero de afios de educaci6n cursados. Los individuos de mayor edad tienen una menor probabilidad de haber abandonado la escuela sin completar los seis afios, Los hombres tienen una mayor probabilidad de haber completado la educaci6n primaria, y el hecho de ser indfgena esta fuertemente asociado con el hecho de no haber completado la escuela primaria. Cuando se neutraliza el efecto de la edad y el genero. las personas indigenas tienen un 30% mas de probabilidad de no haber completado la escuela primaria que sus contra- partes no indigenas. En el cuadro 5.25 pueden verse las estimaciones simuladas de la probabilidad pronosticada de no completar la escuela primaria por edades, genero y origen indfgena. La probabilidad de haber cursado menos de seis aiios de escuela se incrementa con la edad. Como era de esperarse, las mujeres muestran una mayor probabilidad de abandonar la escuela que los hombres, y las personas indfgenas muestran una menor probabilidad de completar la escuela primaria que sus con- trapartes no indigenas. Los hombres no indigenas de 15 afios de edad muestran la menor probabilidad de no completar la escuela primaria: 10%. En el otro ex- tremo, las mujeres indigenas de 50 afios de edad tienen una probabilidad superior al 80% de no haber terrninado seis afios de escuela. Es interesante observar que los resultados muestran que las mujeres no indfgenas presentan una mayor tasa 82 Las en America Latina Cuadro 5.24: Determinantes del numero de aDOS de educacion, submuestra de adultos Variable dependiente Media de la Aiios de Desercion de la variable escolaridad escuela primaria Variable independiente independiente (MeO) (logaritmo) Edad 34,7 -0,071 0,011 (40,4) (43,8) Hombre 46,8 1,442 -0,148 (26,7) (19,8) Indfgena 33,9 -2,850 0,307 (49,0) (40,4) Constante 11,190 -0,559 Media de la variable dependiente 8,5 0,388 N 22.348 22.348 R2/Chi cuadrado 0,205 5.077,8 Nota: Todos los coeficientes son estadfsticamente significativos al nivel dell % 0 mas. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Fuente: EIH, 1989. de terminaci6n de la escuela primaria que los hombres indigenas, 10 que indica que los factores que obstaculizan el adelanto escolar son mayores para los hom- bres indfgenas que para las mujeres. Con respecto al numero de anos de educa- cion cursados, la combinacion de estos factores indica que las mujeres indfgenas son las que se encuentran en situaci6n de mas desventaja en las zonas urbanas de Bolivia. Cuadro 5.25: Probabilidad de no haber completado el nivel escolar primario, submuestra de adultos (porcentajes) Hombres Mujeres £dad lndfgenas No indigenas indigenas No indfgenas 15 29,3 10,2 43,6 17,5 20 34,5 12,6 49,6 21,3 25 40,1 15,6 55,6 25,6 30 46,0 19,0 61,4 30,4 40 58,0 27,5 72,1 41,5 50 69,1 38,0 80,7 53,4 Fuente: CaIculado a partir del cuadro 5.24. ----------------------------------------Zonas urbanas de Bolivia 83 Submuestra de j6venes Se espera que las aptitudes y el mlmero de anos de educaci6n cursados por los padres se reflejen en la escolaridad y otras caracteristicas de capital humano de sus hijos. La submuestra de j6venes de 7 a 14 afios de edad se analiza para deter- minar los factores mas relevantes asociados con un mayor mlmero de afios de educaci6n cursados y de asistencia escolar de las personas en edad escolar. En el cuadro 5.26 se muestran los afios medios de escolaridad por origen etnico y genero para todas las personas de 7 a 14 afios de edad que estan actualmente matriculadas en las escuelas. La muestra indica que los nifios no indigenas reci- ben mas educacion que los indigenas, independientemente del genero. En el cuadro 5.27 se muestran los resultados de un analisis de regresion minimo cuadratica en el que se evahian los determinantes del numero de afios cursados en una submuestra de j6venes que asisten a la escuela. Como era de esperarse, la edad tiene un efecto muy marcado sobre el numero de afios cursados de los ninos boli- vianos. Pero a diferencia de 10 que ocurre en el caso de la muestra de adultos, el genero constituye un factor insignificante para explicar el numero de afios curs a- dos por los jovenes bolivianos. Debe destacarse, sin embargo, el fuerte efecto negativo que el origen etnico tiene sobre el numero de alios de educaci6n cursa- dos. Ello pone de relieve la importancia relativamente mayor del origen etnico sobre el genero para explicar los niveles actuales del numero de afios de educaci6n cursados, por 10 menos para la muestra de jovenes que asisten a la escuela. Existen otros factores que son tambien significativos para explicar el numero de anos de educaci6n cursados. La ubicaci6n geografica puede ser importante: los jovenes que viven en los departamentos de Cochabamba y Chuquisaca, en la region de los valles, muestran en promedio mas afios de escolaridad que los jove- nes que viven en La paz, mientras que los que residen en Beni muestran un pro- medio inferior. Los antecedentes familiares, determinados por la escolaridad de la madre, tienen un efecto positivo y significativo sobre el nivel de educaci6n que reciben los hijos. EI ingreso familiar es una variable explicativa insignificante. Sin embargo, otros indicadores de la riqueza muestran un impacto significativo sobre el numero de afios de educaci6n curs ados de los j6venes: el numero de her- manos tiene un efecto negativo, mientras que el numero de habitaciones en la uni- dad familiar, la existencia de agua corriente y de una cocina tienen efectos po- sitivos sobre el numero de alios cursados. El hecho de que el jefe de la unidad Cuadro 5.26: ADOS medios de escolaridad por origen ctnico y genero, submuestra de j6venes que asisten a la escuela J6venes de 7 a 14 aflOS lndfgenas No indigenas Todos TOOos los j6venes matriculados 4,06 4.27 4,25 Hombres 4.01 4,32 4,29 Mujeres 4.10 4,22 4.21 Fuente: ElH 1989. 84 Las en America Latina Cuadro 5.27: Determinantes del numero de aDOS de educaci6n, submuestra de j6venes que asisten a la escuela Variable independiente Media de la variable Coejiciente Constante -5,124 Edad 10,240 0,859 (151,9) Hombres 0,508 0,003* (0,1) Educacion de la madre 7,328 0,031 (8,5) Indigena 0,101 -0,202 (4,7) Numero de hermanos 4,003 --0,034 (4,3) Numero de habitaciones 3,125 0,047 (6,8) Agua corriente 0,467 0,090 (3,3) Cocina 0,796 0,124 (3,8) Departamento Oruro 0,990 0,153 (3,4) POtOSI 0,046 0,090* (1,5) Cochabamba 0,166 0,234 (6,4) Chuquisaca 0,032 0,205 (2,8) Tarija 0,024 0,038* (0,5) Beni 0,032 --0,242 (3,3) Santa Cruz 0,238 0,074 (2,2) Escuela privada 0,245 0,155 (4,4) Ingreso familiar 708,477 0,000 (0,4) Hombre jefe de hogar 0,913 0,133 (3,0) R2 0,813 Nota: La variable dependiente es el numero de anos de educacion. Todos los coeficientes son es- tadfsticamente significativos al nivel del 5% 0 mas, excepto en los casos indicados por un asterisco. Las cifras entre parentesis son coeficientes f. La muestra consiste de 5.616 individuos. Fuente: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 85 familiar sea un hombre tambien tiene un efecto positivo sobre el numero de anos cursados, as! como la asistencia a una escuela privada. Mientras que el anlliisis anterior evalua las caracteristicas y los determinantes de la escolaridad de los jovenes que se encuentran matriculados en las escuelas, el analisis que sigue examina aquellas caracteristicas que diferencian a los jove- nes que asisten a la escuela de aquellos que no 10 hacen. En el cuadro 5.28 pue- den verse las caracteristicas globales de la asistencia escolar por origen etnico y genero para toda la submuestra de individuos de 7 a 14 afios de edad. Observese la elevada tasa de participacion global, que refleja el hecho de que la muestra es urbana. En general, la tasa de participaci6n es ligeramente superior entre los hom- bres, observandose que un mayor porcentaje de jovenes no indigenas que de j6ve- nes indfgenas asisten a la escuela. Entre los j6venes no indfgenas, los hombres y las mujeres participan en forma igual. Con respecto a los ninos indigenas, los varones asisten ala escuela con mayor frecuencia que las mujeres. En el cuadro 5.29 se muestran los resultados de un analisis de regresion logfs- tica en el que se estiman los determinantes de la participaci6n en la escuela de la totalidad de la submuestra de j6venes. La edad tiene un fuerte efecto negati- vo sobre la participacion. Ello es de esperarse, ya que los ninos de mayor edad muestran una mayor probabilidad de involucrarse en otras actividades, como la participaci6n en el mercado laboral. A diferencia del numero de afios de educaci6n cursados, el genero es significativo en 10 que respecta a la participacion; si todas las demas variables se mantienen constantes, es mas probable que los varones esten matriculados en las escuelas. Sin embargo, el factor mas importante para de- terminar la participaci6n en las escuelas es el origen etnico: es considerablemente menos probable que los ninos indigenas esten matriculados en las escuelas. En el cuadro 5.30 pueden verse las estimaciones simuladas de la probabilidad pronosticada de no estar matriculados en las escuelas por genero y origen etnico, basadas en el modelo presentado en el cuadro 5.29. Los hombres no indigenas muestran una tasa de matricula superior a la de cualquier otro grupo, siguiendole de cerca las mujeres no indfgenas. Los j6venes indfgenas muestran una tasa de participaci6n apreciablemente inferior. La menor probabilidad pronosticada de matricula escolar corresponde a las ninas indfgenas, reflejando nuevamente la situacion de desventaja en que se encuentran las mujeres indfgenas en relacion con todos los otros grupos de la sociedad boliviana urbana. Cuadro 5.28: Matricula escolar por origen etnico y genero, totalidad de Ja submuestra de jovenes (porcentajes) Jovenes de 7 a 14 aflos lndfgenas No indigenas Todos Todos 90,4 97,2 96,2 Hombres 92,6 97,1 96,5 Mujeres 88,5 97,2 95,9 -----.---~--. Fuente: EIH 1989. 86 Las Dol,}la,01O,~les en America Latina Cuadro 5.29: Determinantes de la participacion escolar, totalidad de la submuestra de jovenes Variable independiente Media de la variable Coejiciente del ejecto marginal Constante 0,152 Edad 10.353 -0,006 (6,4) Hombre 0,507 0,013 (3,1) Escolaridad de la madre 7.241 0,003 (3,8) !ndigena 0,110 -0,053 (8,8) Numero de herrnanos 3,858 0,002 (l,9) Numero de habitaciones 3,233 0,002* (1,5) Agua corriente 0,475 0,007* 0,4) Cocina 0,796 0,032 (6,5) Deparlamento Oruro 0,094 -0,004* (0,4) POtOSI 0,046 0,014* (l,0) Cochabamba 0,167 -0,007* (1,0) Chuquisaca 0,032 0,008* (0,5) Tarija 0,024 -0,033 (2,2) Beni 0,035 -0,040 (3,6) Santa Cruz 0,244 -0,032 (7,5) Ingreso familiar 1.977,948 0,000* (1,2) Hombre jefe de unidad familiar 0,892 0,012 (1,6) Media de la variable dependiente 0,969 Chi cuadrado 1.626,3 Nota: La variable dependiente es el mimero de aiios de educaci6n, Todos los coeficientes son es- tadfsticamente significativos al nivel del 5% 0 mas, exceplo en los casos indicados con un aslerisco. Las cifras entre parenlesis son coeficienles t. La mueslra consisle de 6.924 individuos. Fue11le: EIH 1989. Zonas urbanas de Bolivia 87 Cuadro 5.30: Probabilidad pronosticada de matricula en la escuela, niiios de 7 a 14 aiios de edad (porcentajes) lndigenas No indixenas rodas Todos 86,6 97,4 96,9 Hombres 89,0 97,9 97,5 Mujeres 83,8 96.8 96.1 Fuente: Calculado a partir del cuadro 5.29. Educacion e ingresos laborales: hombres En esta secci6n se realiza un ammsis de los anos de educacion cursados y las dife- rencias de ingresos laborales utilizando una submuestra de hombres empleados en el mercado de trabajo. Luego se evahian las tasas diferenciales del rendimiento de la escolaridad asociado con caracterfsticas especfficas. Las diferencias en los ingresos medios del mercado laboral entre hombres trabajadores indfgenas y no indfgenas se descomponen en factores "explicados" y "no explicados", teniendo en cuenta las diferencias en las caracterfsticas economicas, sociales y demognifi- cas. EI componente de factores "explicados" se refiere a la parte de las diferen- cias en los ingresos laborales atribuibles a variaciones en las caracterfsticas que incrementan la productividad entre grupos etnicos, mientras que el componente "no explicado" es generalmente atribuido a la discriminacion en el mercado de trabajo y a otros factores no observados. El amHisis exduye a las mujeres empleadas en el mercado laboraL Ello se debe a que las mujeres con frecuencia se ven sujetas a discriminacion por raz6n de su genero, y su inclusion en consecuencia sesgaria un analisis que procura concen- trarse en la discriminacion debida al hecho de ser indigena. Los detenninantes de los ingresos laborales de las mujeres en el mercado de trabajo boliviano se explo- ran en una seccion posterior de este capitulo. En el cuadro 5.31 puede verse un perfil de las caracteristicas relevantes de la submuestra segun categorias etnicas. Los trabajadores indigenas comprenden el 37% de la poblacion de la submuestra; mas de la mitad de este grupo vive en La Paz, mientras que un 22% adicional vive en Cochabamba. Los miembros indfge- nas de la fuerza laboral tienen un promedio de 7,5 anos de escolaridad, y casi la mitad de elIos han completado la educacion primaria. Los trabajadores monolingiies en espanol tienen una educaci6n considerable- mente superior. Mas de las dos terceras partes han completado por 10 menos el nivel primario, y practicamente la mitad ha asistido a la escuela secundaria 0 a niveles superiores. Un mayor porcentaje de las personas que solo hablan espanol tiene educacion universitaria (15%) en comparacion con los que hablan lenguas indigenas (4%). Ademas, las personas que solo hablan espanol muestran un pro- medio de 2,5 mas anos mas de escolaridad, y ganan casi tres cuartas partes mas que sus contrapartes indigenas. 88 Las poblaciones indfgenas y La pobreza en America Latina Cuadro 5.31: Medias de las variables de Ja muestra, hombres empleados Variable Indigenas No ind[fienas Todos Ingresos laborales (bolivianos por mes) 359,44 591,37 505,40 Logaritmo natural de los ingresos laborales 5,55 5,91 5,78 Experiencia (anos) 25,12 19,90 21,84 Edad (anos) 38,54 36,04 36,96 Logaritmo de las horas trabajadas 3,93 3.90 3,91 Indlgena 0,37 Buena salud (variable ficticia 0,1) (buena salud segiin el declarante) 0,81 0,84 0,83 Casados 0,86 0,75 0,79 Escolaridad (anos) 7,41 10,13 9,12 Nivel de educacion (%) Primaria incompleta 0,54 0,28 0,37 Primaria 0,22 0,24 0,23 Secundaria 0,20 0.34 0,29 Universitaria 0,04 0,15 0,11 Departamento (%) LaPaz 0,54 0,29 0,38 Oruro 0,08 0,08 0,08 PotOSI 0,06 0,03 0,04 Cochabamba 0,22 0,13 0,16 Chuquisaca 0,04 0,03 0,Q4 Tarija 0,01 0,Q4 0,03 Beni 0,00 0,04 0,03 Santa Cruz 0,05 0,35 0,24 Catefioria de ocupaci6n (%) Obrero 0,20 0,18 0,18 Empleado 0,35 0,47 0,43 Cuenta propia 0,40 0,28 0,32 Empleador 0,04 0,06 0,06 Olros Om om om Fuente: EIH 1989. Dado que los trabajadores indigenas tienen mas edad y menos afios de escola- ridad, cuentan con un mayor mlmero de aiios de experiencia potencial en el mer- cado laboral, calculada sustrayendo 6 de la diferencia entre la edad y los afios de escolaridad (edad - escolaridad - seis), Un elevado porcentaje de los hombres indfgenas que integran la fuerza laboral trabajan por cuenta propia, en relacion con Ia poblacion no indigena, al tiempo que un menor mlmero de trabajadores indigenas son empleados asalariados, empleadores 0 profesionales. Por ultimo, los integrantes de la cohorte indfgena tienen una mayor probabilidad de estar casados, mientras que la cohorte no indfgena es ligeramente mas saludable que los grupos indfgenas de trabajadores. Zonas urbanas de Bolivia 89 -------~---------- Determinantes de los ingresos del mercado laboral para los hombres En el cuadro 5.32 se muestran los resultados tras estimar las funciones de ingre- sos laborales para trabajadores indigenas y no indigenas, asi como para la tot ali- dad de la poblaci6n. La variable dependiente es el logaritmo natural de los ingre- sos en el mercado laboral. Existe un efecto negativo significativo sobre los ingresos del mercado laboral asociado con el hecho de ser indfgena. Si se examinan separadamente los determi- nantes de los ingresos laborales para trabajadores indfgenas y no indigenas, el ren- dimiento promedio de la escolaridad es mayor en casi 3 puntos porcentuales para los hombres no indigenas que para los hombres indigenas. De igual forma, los tra- bajadores no indigenas muestran un mayor rendimiento de su experiencia en el mercado laboral. La buena salud es mucho mas beneficiosa entre los trabajadores indigenas, mientras que el rendimiento del numero de horas trabajadas por semana es 8 puntos porcentuales mayor en el caso de los trabajadores no indigenas. Descomposicion de los ingresos del mercado laboral Utilizando las funciones de ingresos laborales estimadas y presentadas en el cua- dro 5.32, se descompone la diferencia global de ingresos laborales entre hombres trabajadores indigenas y hombres trabajadores no indigenas utilizando la recnica indicada en el capitulo 4. Los resultados de la descomposici6n se muestran en el cuadro 5.33. La parte de la diferencia global de ingresos debida a disparidades en las caracteristicas productivas de los hombres trabajadores indfgenas y no indfgenas es del 71,7%. En otras palabras, sobre la base de las variables incIuidas en el cuadro 5.32, la diferencia de ingresos laborales entre hombres trabajadores indigenas y no indi- genas se reducirfa un 71,7 % si cada grupo estuviera dotado de las mismas carac- teristicas productivas. La diferencia restante del 28,3% en los ingresos laborales es "no explicada" y refleja errores de medici6n y factores no tenidos en cuenta como las disparidades en la capacidad, la calidad de la educaci6n, la participaci6n en la fuerza laboral, la cultura y la discriminaci6n en el mercado laboral. Por 10 tanto, la discriminaci6n podrfa representar tanto como el 28% de la diferencia global de ingresos laborales entre trabajadores indigenas y no indigenas en el mercado laboral urbano de Bolivia. En el cuadro 5.34 puede verse la contribuci6n de las variables individuales a la diferencia global de ingresos laborales entre trabajadores indigenas y no indige- nas. Las cifras positivas indican una ventaja en favor de los trabajadores no indi- genas, mientras que las negativas indican una ventaja en favor de los trabajadores indigenas. Con respecto a la dotaci6n de caracteristicas especificas, gran parte de la ventaja de los trabajadores no indigenas en materia de ingresos laborales puede explicarse por tres factores: el numero de afios de educaci6n cursados, su residen- cia en Santa Cruz y la mayor remuneraci6n de quienes trabajan por cuenta propia. En cuanto a las discrepancias "no explicadas" en las estructuras de remunera- ciones, el rendimiento de la educaci6n, la experiencia y las horas trabajadas son 90 Las nrJi"ln.~lrJ,''''''· in~/io.7nfl. en America Latina Cuadro 5.32: Determinantes de los ingresos laborales, hombres empleados Variable independiente Indfgenas No indigenas Todos Constante 4.372 3,758 4,047 Escolaridad 0,057 0,086 0,075 (14.1 ) (23,7) (27,8) Experiencia 0.027 0.045 0.038 (6,8) (13,3) (15,0) Experiencia al cuadrado -0,0003 -0,0006 -0,0005 (5,2) (9,8) (II, I) Logaritmo de las horas trabajadas 0,154 0,238 0,208 (3,5) (6,5) (7,3) Indfgenas -0,129 (5,8) Buena salud (variable ficticia 0, I) O,OSI 0,070 0,081 (buena salud segun el declarante) (2,2) (2,l) (3,3) Casados 0,294 0,239 0,270 (6,0) (6,9) (9,6) Departamento Oruro -0,079* -0,269 -0,203 (1,5) (5,7) (5,7) Potosi -0,156 -0,139 -0,149 (2,6) (2,0) (3,2) Cochabamba 0,141 0,120 0,121 (3,9) (3,0) (4,4) Chuquisaca 0,151 -0,020* 0,062* (2,2) (0,3) (l,2) Tarija -0,028* -0,024* -0,045* (0,2) (0,4) (0,8) Beni 1,032 0,318 0,312 (2,S) (5,1) (53) Santa Cruz 0,392 0,402 0,384 (5,7) (13,0) (14,7) Categoria de ocupacion Trabajador -0,672 -0,788 -0,765 (8,6) (13,7) (16,7) Empleado -0,673 -0,628 -0,669 (9,0) (12,6) (16,3) Cuenta p£Opia -0,607 -0,499 -0,572 (8,1) (9,4) (13,3) Ot£Os -1,196 -1,102 -1,153 (8,5) (6,9) {I 1,0) N 2.394 4.070 6.464 R2 0,201 0,328 0,310 R2 ajustado 0,195 0,325 0,308 Nota: La variable dependiente es ellogaritmo natural de los ingresos laborales. Todos los coefi- dentes son estadisticamente significativos al nivel del 5% 0 mas. excepto en los casos indicados por un asterisco. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Fuente: EIH 1989, Zonas urbanas de Bolivia 91 Cuadro 5.33: Desventaja de los trabajadores indigenas en materia de ingresos laborales y su descomposici6n Manto alribuido a: Ingresos laborales de los Diferencia trabajadores ind(genas global Dotacion Eslructura salarial Brecha (en bolivianos corrientes) 232,0 166,0 66,0 Como porcentaje de la diferencia global 100,0 71,7 28,3 Como porcentaje de los ingresos laborales de los trabajadores no indigenas 60,7 43,5 \7,2 Fuente: Calculado a partir del cuadro 5.32. mayores para los trabajadores no indfgenas. Es decir, para el mismo nivel de escolaridad, experiencia y horas trabajadas, los trabajadores indigenas perciben siempre una remuneraci6n menor que la de sus contrapartes no indfgenas. La unica ventaja apreciable que los trabajadores indigenas tienen en tt~rminos de la estructura de remuneraci6n se debe a la gran magnitud del termino constante. Educaci6n e ingresos laborales: mujeres Como se menciona anteriormente, el analisis de la discriminaci6n en el mercado laboral debida al origen etnico probablemente estaria sesgado si se incluyeran ambos sexos, porque con frecuencia la discriminaci6n se basa en el genero, inde- pendientemente del origen etnico. Ademas, las mujeres enfrentan diferentes as- pectos que los hombres en sus decisiones acerca de incorporarse al mercado labo- ral, y en que capacidad hacerlo, Ello ocurre porque existe una mayor probabilidad de que la crianza de los hijos, el trabajo domestico y otros factores culturales hagan que sea mas factible que las mujeres, mas que los hombres, se mantengan al margen de la fuerza laboral. Cuando las mujeres ingresan a la fuerza de trabajo, pueden verse mas inclinadas a trabajar en el sector informal con el fin de contar con la flexibilidad necesaria para satisfacer otras responsabilidades, a pesar de las menores remuneraciones que prevalecen en dicho mercado. Por otra parte, tam- bien pueden verse obligadas a ingresar al sector informal como consecuencia de la discriminaci6n que existe en el sector formal. Debido a la complejidad de estos aspectos en esta secci6n se evaluan los deter- minantes de los ingresos laborales de las mujeres en forma separada de los de los hombres. El analisis se basa en la submuestra de mujeres de 15 alios de edad y mas empleadas en la fuerza laboral en el momento de la encuesta. En el cuadro 5.35 puede verse un perfil de las caracteristicas relevantes de la submuestra de acuerdo con las categorfas etnicas. EI 38% de las mujeres que trabajan en Bolivia son indfgenas, y en promedio las mujeres indigenas tienen casi cuatro afios mas de edad que sus contrapartes no indigenas. Las mujeres indfgenas empleadas en la fuerza laboral tienen 5,3 afios 92 en America Latina Cuadro 5.34: Contribuci6n de cada variable a la diferencia global Contrihucion de cada variahle a la diferencia (Iogarirmico) de Contrihuci6n como porcentaje ingresos lahorales del total de la diferencia de ingresos lahorales Estructura de Dotaci6n remuneraciones Estructura Variable hn(XII Xi) XJb n h) Dotaci6n salarial Constante 0,00000 -0,61412 0,00 -171,06 Escolaridad 0.23227 0,20954 64,70 58,37 Experiencia -0,08092 0,66431 -22,54 61,38 Logatitmo de las horas trabajadas -0,00618 0,33049 -1,72 92,06 Buena salud 0,00231 -0,00893 0,64 -2,49 Casado -0,02457 -0,04783 -6,85 -13,32 Departamento Oruro -0,00027 -0,01540 -0,08 -4,29 POtosI 0,00376 0,00103 1,05 0.29 Cochabamba -0,01054 -0,00458 -2,94 -1,28 Chuquisaca -0,00027 -0,00575 -0,07 -1,60 Tarija -0,00067 0,00004 -0,19 O,QI Beni 0,01304 -0,00071 3,63 -0,20 Santa Cruz 0,12288 0,00040 34,23 0,11 Categorfa de ocupacion Trabajador 0,01734 -0,02299 4,83 -6.40 Empleado -0,07851 0,01591 -21,87 4,43 Cuenta propia 0.06041 0,04293 16,83 11,96 Otros 0,00881 0,00131 2,46 0,37 Total 0,25887 0,10173 71,66 28,34 Global 0,35900 100,0 Fuente: Calculado a partir del cuadro 5.32. de escolaridad, y menos de un 30% de ellas ha completado la escuela primaria, En contraste, el 65% del grupo no indigena ha completado su educacion prima- ria, Ademas, las mujeres no indigenas tienen casi cuatro anos mas de escolaridad, y ganan cerca de un 50% mas que sus contrapartes indfgenas, La mayor edad promedio y el menor mimero de afios de escolaridad de las mujeres indigenas significa que tienen un mayor mlmero potencial de afios de experiencia en el mercado laboral. Un porcentaje muy elevado de mujeres indi- genas trabajan por cuenta propia, en comparacion con el grupo no indfgena, mientras que relativamente pocas son empleadas asalariadas 0 empleadoras, Por ultimo, la cohorte no indfgena es ligeramente mas saludable, mientras que las mujeres indigenas empleadas tienen una mayor probabilidad de estar casadas en comparacion con el grupo de trabajadoras no indigenas, Zonas urbanas de Bolivia 93 ----~----------------------------.--~-------- Cuadro 5.35: Medias de las variables de la muestra, mujeres empleadas Variable Indfgenas No indfgenas Todos Ingresos laborales por ocupacion" Global 224,51 333,91 291,91 Trabajadora 169.06 246,47 221,22 Empleada 225,56 333,73 312.29 Trabajadora par cuenta propia 243,77 375,07 307,00 Empleadora 435,07 933,57 831,08 Otras 121,01 166,07 149,74 Logaritmo natural de los ingresos laborales 5,02 5,39 5,25 Experiencia (afios) 25,68 17,89 20,87 Edad (allOS) 36,97 33,14 34,61 Logaritmo de las horas trabajadas 3,76 3,77 3,77 Ind{genas (%) 100 0 38 Buena salud (%) 76 81 79 Casadas (%) 72 59 64 Escolaridad (allos) 5,31 9,26 7.74 Nivel de educacion (%) Primaria incompleta 71 35 49 Primaria 12 20 17 Secundaria 15 38 29 Universitaria 2 7 5 Categorfa de ocupacion (%) Trabajadora 2 2 2 Empleada 17 42 33 Trabajadora pOT cuenta propia 67 39 50 Empleadora I 2 I Otras 13 15 14 a. Los ingresos laborales estlin expresados en bolivianos par meso Fuente: EIH 1989. Determinantes de los ingresos del mercado {aboral para las mujeres En el cuadro 5.36 se muestran las estimaciones de la funcion de ingresos labora- les. El efecto de la eseolaridad, la experiencia y las horas trabajadas sobre los ingresos laborales es mayor en el easo de las mujeres no indigenas. EI modelo ampliado que figura en la columna de la extrema derecha muestra que existe un fuerte efeeto negativo sobre los ingresos laborales asociado con el heeho de ser indigena. Las mujeres indigenas ganan mucho menos que las no indfgenas, expe- rimentan un rendimiento muy bajo de las earacterfstieas productivas, el esfuerzo del trabajo y la experiencia, y poseen niveles muy bajos de capital humano. Todos estos datos dan motivo para creer que las mujeres indigenas constituyen la porcion mas desfavoreeida de la sociedad boliviana urbana. 94 Las en America Latina Cuadro 5.36: Determinantes de los ingresos laborales, mujeres empleadas No Todos Todas Variable lndfgenas indigenas (estlindar ) (ampliado) Constante 3,1664 2,7454 3,0214 3,4996 Escolaridad 0,0666 0,0843 0,0774 0,0751 (12,6) (20,6) (24, 1) (20,0) Experiencia 0,0342 0,0418 0,0398 0,0315 (6,1) (10,0) (12,4) (9,4) Experiencia al cuadrado -0.0004 -0,0004 -0,0004 -0,0003 (3,7) (4,8) (6,8) (5,2) Logaritmo de las horas trabajadas 0,2468 0,3493 0,3006 0,3208 (5,7) (9, I) (10,5) (11,5) Indigenas -0,1180 (4,0) Buena salud (variable ficticia 0, I) 0,1088 (buena salud segun el declarante) (3,7) Casadas 0,0402* ( 1,4) Categorfa de ocupacion Trabajadora -0,8431 (6,5) Empleada -0,6827 (6,6) Trabajadora por cuenta propia -0,5480 (5,2) Olras -0,9321 (8,4) Departamento Oruro -0,2442 (5,0) Potosi -0,2487 (4,3) Cochabamba 0,1128 (3,4) Chuquisaca -0,0190* (0,3) Tarija -0,1113* (1,4) Beni 0,2963 (3,9) Santa Cruz 0,3450 ( \0,0) 0,100 0,165 0,173 0,238 N 1.661 2,675 4.336 4.336 Nota: Todas las variables son significativas al nivel del 1% 0 mas, excepto en los casos indica- dos por un asterisco. Las cifras entre pm'entesis son cocficienles t. Fuente: E1H 1989. Zonas urhanas de Bolivia 95 Fecundidad, educacion y participacion femenina en la fuerza laboral En esta seccion final se examinan la fee undid ad y la mortalidad infantil en el con- texto de la participacion femenina en la fuerza laboral. El papel de la etnicidad se incluye como un factor que condiciona las preferencias en cuanto al tamano de la familia y, en consecuencia, como un factor que influye sobre el tamano real de la familia. Despues de evaluar los factores asociados con la demanda de hijos, se explora la relacion que existe entre la fecundidad, la educacion y el empleo. La submuestra de este analisis est a constituida por todas las mujeres en union con un conyuge presente en la unidad familiar en el momento de realizarse la encuesta. Se incluye informacion sobre la mujer y su conyuge, asf como varias variables al nivel de la unidad familiar. La variable de fecundidad es simplemente el numero de hijos nacidos en toda la vida de la mujer. La mortalidad de infantes y de ninos se define como la diferencia entre el numero de hijos que ha tenido una mujer durante toda su vida y el mimero de hijos vivos en el momento de rea- lizarse la encuesta. En el cuadro 5.37 se muestra un perfil de las caracterfsticas relevantes de la submuestra. Estos resultados difieren en cierta medida de los presentados en el cuadro 5.18, ya que el primer cuadro se basa en todas las mujeres de 13 anos de edad 0 mas independientemente de la presencia de un conyuge. EI numero pro- medio de hijos que ha tenido una mujer durante toda su vida (incluidas las de todas las edades) es de 4,13, mientras que el nivel medio de muertes de infantes y/o ninos por mujer es de 0,62. Las tres cuartas partes de las mujeres tienen menos de 45 anos de edad. EI numero promedio de afios de educacion cursados de todas las mujeres es de 7 anos. Como puede verse en el cuadro, el 63% de las mujeres son hispanohablantes, el 34% son indfgenas bilingues y el 3% son indf- genas monolingues. En general, los maridos son 4 aiios mayores que sus conyu- ges. y han cursado 1,6 afios adicionales de educaci6n. El ingreso medio de las unidades familiares es de 690 bolivianos por mes, en su mayor parte constituidos por los ingresos laborales del marido, mientras que las mujeres que trabajan contribuyen un promedio de 258 bolivianos a traves de sus propios ingresos laborales. Si bien menos de la mitad de las mujeres en union conyugal participan en el mere ado laboral, aquellas que trabajan pasan un prome- dio de 42 horas semanales en sus trabajos. La tasa de desempleo entre las muje- res que participan en la fuerza laboral es del 6%, y solo una tercera parte de las mujeres que trabajan estan amparadas por la seguridad socia!. Fecundidad y mortalidad infanti! Uno de los inconvenientes de utilizar la fecundidad acumulativa es que trunca la historia de fecundidad de las mujeres que aun se encuentran en sus afios reproduc- tivos. Lo mismo ocurre con respecto a la mortalidad infanti!. Ademas, las medi- das acumulativas no nos dicen mucho acerca de la oportunidad de los nacimien- tos 0 las muertes. En consecuencia, se han realizado analisis separados para mujeres de 45 aiios y mas jovenes, y para mujeres de mas de 45 anos de edad, que 96 Las nm1f(l,('lf),/1('S en America Latina Cuadro 5.37: Medias y desviaciones eshlndar de las variables de la muestra, mujeres en union con un conyuge presente Variable Media Desviaci6n estandar Todas las mujeres (~ 6,043) Edad (anos) 37,9 12,1 45 aDos 0 menos (%) 76,0 43,0 46 anos 0 mas ('Yo) 24,0 43,0 Anos de escolaridad 7,0 4,7 Indigenas monolingties (%) 3,0 17,0 Indfgenas bilingties (%) 34,0 47,0 Hispanohablantes (%) 63,0 48,0 Fecundidad 4,13 2,6 Mortalidad infantil 0,62 13 Participacion en la fuerza laboral 0,48 50,0 Caracterfsticas del marido Edad 41,9 13,0 Anos de escolaridad 8,6 4,6 Ingresos laborales (bolivianos por mes) 465,4 953,0 Caracterfsticas de la unidad familiar Ingreso de la unidad familiar (bolivianos por mes) 689,8 1.154,7 Numero de personas 5,3 2,0 Numero de hijos 2,8 1,8 Mujeres que trabajan (N 2,740) Horas por dia 7,1 3.5 Dfas por semana 5.1 2,1 Horas por semana 41,9 25,2 Ingresos laborales (bolivianos por mes) 258,1 333,0 Cobertura de la seguridad social (%) 33,0 46,0 En bI1squeda de trabajo ('Yo) 6,0 26.0 Fuente: EIH 1989, se considera que han completado su cicIo reproductivo, EI amilisis separado de los dos grupos contribuye a identificar algunos de los efectos del periodo y la cohorte. La situacion ideal serfa contar con historias completas de nacimientos, con el fin de analizar las tendencias en materia de fecundidad por cohortes y perfodos. Altemativamente, los datos de la cohorte de mas edad podrian utilizarse para pre- decir la fecundidad completa de la cohorte mas joven; sin embargo ello probable- mente estarfa sesgado, dado que el considerable incremento de la escolaridad observado entre las mujeres en las tiltimas dos decadas ha modificado sus prefe- rend as con respecto a los hijos, Debido a estas fuentes potenciales de error, el ana- lisis de la cohorte mas joven utiliza controles de edad (edad y edad al cuadrado) para contrarrestar posibles diferencias de edad en los patrones de fecundidad, En el cuadro 5.38 se presentan las tasas medias de fecundidad (hijos nacidos durante toda la vida) y de mortalidad (hijos muertos) por mujer para los dos gru- pos de edad de acuerdo con su origen etnico, nivel educacional y Iugar de resi- Zonas urhanas de Bolivia 97 Cuadro 5.38: Fecundidad media y mortalidad infantil por caracteristicas socioeconomicas, mujeres en union con un conyuge presente De 15 a 45 alios De mas de 45 alios Caracteristicas Fecundidad Mortalidad Fecundidad Mortalidad Grupo etnico Hispanohablantes 3,3 0,3 5.3 0,7 Indigenas bilingiies 4,1 0,6 6,0 1,4 lndigenas monolingties 5,5 \,1 6,5 1,8 IS ivel de educaci6n "ling una educaci6n 5,5 1,3 6,4 1,7 Deserci6n de la escuela primaria 4,6 0,8 6,5 1,5 Primaria completada 4,0 0,5 5,9 0,9 Deserci6n de la escuela secundaria 3,4 0,3 5.1 0,6 Secundaria complelada 2,5 0,1 4.1 0.4 Deserci6n de la universidad 2,6 0,1 4,3 0,4 Universidad completada 2.4 0,\ 4,2 0,2 Departamento e ingreso medio de las unidades familiares por mesa LaPaz 619 3,5 0,4 5.1 0.9 Oruro 552 4.3 0.8 6,8 1,8 PotOSI 496 4,5 0,9 6.8 2,1 Cochabamba 713 3,3 0,3 6,0 1,1 Chuquisaca 602 3,6 0,4 5,9 0,9 Tarija 564 3,6 0,3 5,9 1,0 Beni 1,034 4,2 0,5 7.1 1,3 Santa Cruz 876 3,5 0.4 5,9 1,0 Total 3,6 0,5 5,7 I,J a. En boliv janos. Fuente: EIH 1989. dencia. De las 6.043 parejas de la submuestra, el 76% de las mujeres se encuen- tran en las edades reproductivas de 15 a 45 afios, mientras que e124% tienen mas de 45 afios y por consiguiente han completado su fecundidad en el momento de realizarse la encuesta. En el momenta de realizarse las entrevistas, las mujeres de mas de 45 afios habian dado a luz a un promedio de 5,7 hijos durante sus afios reproductivos. En este grupo, murieron un promedio de I, I hijos por mujer. EI numero medio de hijos nacidos durante toda la vida a mujeres de 45 afios 0 menos fue de 3,6, con un promedio de 0,5 muertes de hijos por mujer. Es evidente que las entrevistadas indigenas muestran niveles considerable- mente superiores de fecundidad que las entrevistadas no indigenas. En el caso de las mujeres con historias de fecundidad completa, la cohorte indfgena habfa dado a luz un promedio de casi un hijo mas que el grupo no indfgena. Esta diferencia se incrementa a casi dos hijos por mujer en el caso de aquellas en edad reproduc- tiva; sin embargo, la disparidad de los dos grupos se debe en parte al hecho de 98 Las poblaciones indtRenas y la pobreza en America Latina que las mujeres de origen indigena tienden a casarse mas j6venes. Los niveles de mortalidad infantil muestran patrones similares a los de fecundidad, y son consi- derablemente superiores entre las mujeres indigenas. Este hecho no es sorpren- dente, ya que las mujeres con mayores niveles de fecundidad tienen una mayor probabilidad de que muera un mayor mlmero absoluto de sus hijos; de hecho, con frecuencia los elevados niveles de mortalidad infantil constituyen un factor pri- mario que se traduce en elevados niveles de fecundidad, ya que las parejas pro- curan asegurar que un ntimero adecuado de hijos llegue con vida a la edad adulta. EI grafico 5.2 muestra la variaci6n en la fecundidad y la mortalidad infantil por origen etnico y nivel de educaci6n. Para las mujeres de todas las edades, se observa una fuerte correlaci6n entre el nivel de educaci6n y los niveles de fecundidad y de mortalidad infantil. La fecun- didad es mayor entre la cohorte de mujeres de mas edad por dos razones princi- pales. En primer lugar, como se sefial6 anterionnente, este grupo ha completado su cicIo reproductivo, mientras que el grupo mas joven aun puede tener hijos en el futuro. En segundo lugar, el conocimiento y la disponibilidad de medidas anti- concepti vas estaban probablemente menos difundidas cuando la cohorte de ma- yor edad se hallaba en sus mejores afios reproductivos; aunque el uso de moder- nos metodos anticonceptivos es aun reducido en Bolivia en comparaci6n con el resto de America Latina. En tercer lugar, las reducciones en la mortalidad infan- til pueden haber ejercido influencia sobre la tasa de fecundidad de las mujeres, ya que las parejas tienen una mayor seguridad de que un mayor numero de hijos sobrevivira hasta la edad adulta. Muchos de los factores presentados en el cuadro 5.38 estan interrelacionados y determinan conjuntamente el comportamiento observado en materia de fecun- didad. El cuadro 5.39 presenta los resultados de un modelo de regresi6n logfstica simple que evalua los factores asociados con la fecundidad. Se realizaron regre- siones separadas para mujeres de mayor y menor edad con el fin de tomar en cuenta las historias truncadas de fecundidad de estas tiltimas. La variable depen- diente es el mimero total de nacimientos vivos por mujer. Las variables indepen- dientes tienen los siguientes prop6sitos: los niveles de educaci6n de la mujer y de su marido captan las preferencias diferenciales de fecundidad; la edad y su cua- drado reflejan las diferencias biol6gicas; el ingreso evaltia el efecto del ingreso sobre el comportamiento en materia de fecundidad, y el origen etnico capta las posibles diferencias culturales relacionadas con el tamano preferido de la familia. Se evalua la situaci6n de indfgenas monolingties y bilingiies utilizando como grupo de comparaci6n a las mujeres no indfgenas. La educaci6n muestra el efecto mas fuerte en la reducci6n de la fecundidad en ambos grupos de edades. Sin embargo, el nivel de educaci6n del marido, aunque es altamente significativo, tiene menos de la mitad del impacto en la reducci6n de la fecundidad que el nivel de educaci6n de la mujer. Lo que es mas importante, el origen etnico y los niveles de ingreso de las unidades familiares no estan aso- ciados en fonna significativa con la fecundidad cuando en la regresi6n se neutra- liza el efecto de la educaci6n. Ello implica que el comportamiento en materia de fecundidad no constituye un dato cultural insuperable, sino que es susceptible a Zonas urbanas de Bolivia 99 Grafico 5.2: Fecundidad y mortalidad infantil para mujeres de mas de 45 aDOS de edad, por origen etnico y educacion Hijos nacidos durante toda la vida 7 6 5 4 3 No indigenas Meslizas Indigenas Ninguna Primaria Secundaria Universitaria I I Grupo alnico Nivel de educacion Hijos fallecidos 2,0 1,5 1,0 0,5 o No indigenas Mestizas Indigenas Ninguna Primaria Secundaria Universitaria Grupo alnico Nivel de educacion Fuente: EIH 1989. 100 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Cuadro 5.39: Determinantes de fa fecundidad, mujeres en union con un conyuge presente Variable 45 aiios 0 men as 46 arias 0 mas Conslante -1,758 6,691 Educaci6n de la mujer -D,135 -D,146 04,3) (5,5) Educaci6n del marido -D,055 -D,050 (5,8) (2,0) Edad 0,289 (8,2) Edad al cuadrado -D.002 (4,2) Indigenas monolingiies 0,015* -D,043* (O,l) (0.1) Indfgenas bilingties -D,080* 0,203* (1,3) (1,2) Ingreso de la unidad familiar (miles de bolivianos) 0,005* 0,058* (0,2) (0,6) 0,370 0,089 N 4.370 1.400 Nota: La variable dependiente es el numero de nacimientos vivos durante toda la vida de una mujer. Las cifras entre parentesis son coeficientes I. Todas las variables son significativas al nivel del 1% 0 mas, excepto en los casos indicados con un asterisco. Fuente. EIH 1989. cambios a traves de intervenciones basadas en politicas, como el mayor acceso a la educaci6n. EI cuadro 5.40 presenta los resultados de un modelo similar acerca de los determinantes de la mortalidad infantiL F ecundidad, escolaridad y participacion femenina en la fuerza laboral En el cuadro 5.41 se observan las caracterfsticas medias de las mujeres que traba- jan y las mujeres que no trabajan en la submuestra. Las mujeres que trabajan muestran apenas una ventaja de un afio en materia de educaci6n sobre las mujeres que no trabajan. Es interesante sefialar que las mujeres que trabajan tienen en pro- medio el mismo numero de hijos que las que no 10 hacen. El ingreso medio pro- veniente del empleo del marido es aproximadamente el mismo en cada grupo; por 10 tanto, como consecuencia de sus propios ingresos laborales, las mujeres que tra- bajan pertenecen a unidades familiares que tienen ingresos significativamente mayores. Por ultimo, la incidencia de las mujeres indigenas entre las que trabajan es la mitad de la de las que no trabajan. El gnifico 5.3 muestra la participaci6n femenina en la fuerza laboral y los ingresos por origen etnico y nivel de educaci6n. Zonas urbanas de Bolivia 101 Cuadro 5.40: Determinantes de la mortalidad infantil, mujeres en union con un conyuge presente Variable 45 alios 0 menos 46 alios y mas - - - - -.. ~--. Constante 0,078 1,832 Educaci6n de la mujer -0.045 -0,056 (9,0) (3,7) Educaci6n del marido -0,021 -0,045 (4,1 ) (3,2) Edad 0,027 -0,005* (12,7) (0,8) Indfgenas monolingties 0,152* 0,340 (1,3) (1,8) Indfgenas bilingties 0,093 0,362 (2.9) (3.7) Ingreso de la unidad familiar 0,004* -0,007* (miles de bolivianos) (0,3) (1,1) R2 0.137 0.106 N 4.370 1.400 Nota: La variable dependiente es el m:imero de hijos que han muerto par mujer. La submuestra esta integrada par mujeres en union con un conyuge presente. Las cifras entre parentesis son coefi- dentes t. Todas las variables son signitlcativas al nive! de) I % a mas, excepto en los casos que se in- dican con un asterisco. Fuente: ElH 1989. En el cuadro 5.42 se muestran los resultados de un modelo logaritmico que procura captar los principales determinantes de la participacion femenina en la fuerza laboraL La variable independiente incluye los alios de escolaridad, la edad, el mlmero de hijos, el origen etnico, el hecho de ser estudiante y el ingreso de la unidad familiar. El amHisis se ha restringido a mujeres de 20 a 60 alios de edad; las mujeres de menos edad pueden no haberse encontrado en posicion de incor- porarse a la fuerza laboral, mientras que la mujeres de mas de 60 afios pueden mostrar inactividad en materia de empleo simplemente porque estan retiradas. La probabilidad basica de que una mujer participe en la fuerza laboral es del 51 %. Este porcentaje se modifica de acuerdo con su dotacion de caracteristicas identificadas. Cada alio adicional de escolaridad incrementa en 0,60 puntos por- centuales la probabilidad de participar en la fuerza laboral, mientras que cada hijo adicional disminuye esta probabilidad en 2,02 puntos porcentuales. Sin embargo, una importante comprobacion es que, cuando se neutralizan los efectos de la edu- cacion y el ingreso de la unidad familiar, el hecho de ser indigena bilingiie esta asociado fuerte y significativamente con una mayor tasa de participacion de la mujer en la fuerza laboraL Sin embargo, se ha demostrado que las mujeres indf- genas tienen menos educacion que cualquier otro gmpo. Esta situacion desventa- josa respecto al mimero de alios de educaci6n cursados por parte de las mujeres 102 Las nIJlJUU"II),rJ'" en America Latina Cuadro 5.41: Caracteristicas de las mujeres que trabajan y que no trabajan, en union con un conyuge presente Caracterlstica Trabajan No trabajan Edad media 37,6 38,3 Escolaridad media (afios) 7,4 6,7 Numero de hijos en la unidad familiar 2,8 2,8 Ingreso medio del marido (bolivianos por mes) 469,5 461.7 Ingreso medio de la unidad familiar (bolivianos por mes) 807,5 582,8 Indigenas (%) 2,0 4,0 No indigenas (%) 56,0 60,0 Tamafio de la muestra 2.878 3.165 Fuente: EIH 1989. indfgenas urbanas representa una clara ineficiencia en el desarrollo del potencial productivo dentro de la sociedad boliviana. Conclusion Las comprobaciones de este capitulo indican que una parte desproporcionada de los indfgenas son pobres en relacion con la poblacion total. Incluso despues de neutralizar el efecto del numero de afios de educacion cursados, los indigenas tie- nen una probabilidad de 16 puntos porcentuales mayor de ser pobres que las no in- digenas. Ademas, los niveles medios de ingreso per capita para el grupo indfgena son menos de dos terceras partes de los correspondientes al grupo no indfgena, En este capitulo tambicn se demuestra que los responsables de la formulaci6n de politic as cuentan con un considerable margen para mejorar la situaci6n de las poblaciones indigenas. Ello se debe a que los factores de capital humano, como la educacion, son muy importantes para mejorar el ingreso de los trabajadores indfgenas y reducir las desigualdades. Por ejemplo, el analisis de descomposicion detaIl ado de los diferenciales de ingreso muestra que en el caso de la muestra de hombres, la dotaci6n de las caracterfsticas evaluadas representa eI 72% de la dis- paridad entre los ingresos de los indigenas y los no indfgenas. Los factores "no explicados" como las variaciones en la capacidad, la calidad de la educacion, la participacion en la fuerza laboral, la cultura y la discriminacion en eI mercado laboral representan el 28% restante de la brecha en los ingresos. De esta manera, es posible reducir gran parte de la diferencia de ingresos laborales entre los dis- tintos grupos etnicos reduciendo la brecha de educacion entre las poblaciones indigenas y no indfgenas. De las caracterfsticas personaies medidas en este amilisis, el mayor numero de afios de educacion cursados constituye eI principal factor que justifica los mayo- Zonas urbanas de Bolivia 103 Grat'ico 5.3: Participacion femenina en la fuerza laboral e ingresos laborales, por origen etnico y educacion Participaci6n en la fuerza laboral (%) 80 73,6 70 60 50 40 30 No indfgenas Meslizas Indfgenas Ninguna Primaria Secundaria Universilaria ! I Grupo alnico Nivel de educaci6n Ingresos (bolivianos por mes) 800 723 700 600 500 400 300 214 200 No indfgenas Meslizas Indigenas Ninguna Primaria Secundaria Universilaria ! I Grupo alnico Nivel de educaci6n Fuente: EIH 1989. 104 Las n()Jlff1l"lni~P< fJfJn'-"7(1 en America Latina Cuadro 5.42: Participacion femenina en la fuerza laboral, mujeres de 20 a 60 aDOS de edad Coeficiente Media de EJecto Variahle logaritmico la variahle marginal Con stante -5,913 Escolaridad (anos) 0,024 7,1 0,60 (3,3) Edad 0,303 37,1 7,57 (12,0) Edad al cuadrado -0,0038 1.442,5 -0,09 (11,3) Numero de hijos -0,081 3,1 -2,02 (5,5) indigenas monolinglies -0,283* 0,026 -7,07 (1,3) lndigenas bil inglies 0,378 0,396 9,44 (5,9) Estudiantes 0,438 0,024 10,94 (2, I) Ingreso de la unidad familiar 0,0002 722,5 0,00 (5,6) Chi cuadrado 194,3 Probabilidad media 0,513 Nota: Todos los coeficientes son significativos al nivel del 5% 0 mas, excepto en los casos indi- cados con un asterisco. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. La muestra consiste de 4.813 individuos. Fuente: EIH 1989. res ingresos laborales de los hombres no indigenas, representando cerca de las dos terceras partes de la diferencia total. Los hombres no indfgenas que partici- pan en la fuerza laboral tienen en promedio casi tres aiios mas de escolaridad que sus contrapartes indigenas, mientras que la disparidad entre las mujeres indfgenas y no indfgenas es de cerca de cuatro mos. Ademas, el rendimiento de la esco1a- ridad es considerablemente superior para ambos sexos en el caso de la poblaci6n no indfgena. Estas comprobaciones indican que el incremento de los niveles de escolaridad de la poblacion indfgena constituye un importante paso para incrementar sus ingresos, 10 que a su vez reducira la elevada incidencia de pobreza que 1a afecta. Kelley (1988), uti1izando una muestra boliviana rural de mediados de los alios sesenta, llega a la conclusion de que la mayor parte, si no toda, de la desventaja que enfrentan los hombres indfgenas desapareceria si se igualaran las diferencias en capital humano y antecedentes familiares. Los resultados del presente analisis muestran que si bien el adelanto en las zonas urbanas modemas no seria tan apre- Zonas urban as de Bolivia 105 ciable como el hallado por Kelley, una gran parte de la diferencia de ingresos desaparecerfa si los trabajadores indfgenas poseyeran niveles iguales de capital humano y otros atributos. Pero la investigaci6n acerca de los detenninantes del mimero de afios de edu- caci6n cursados muestra que el hecho de ser indfgena esta fuertemente asociado con un menor nivel de escolaridad, induso cuando se neutraliza el efecto del ingreso familiar y el nivel de educaci6n de la madre. Ello se observa en el caso de los adultos y los jovenes que actualmente asisten a las escuelas. Con respecto a los indfgenas en la fuerza laboral, mas de la mitad de los hombres y mas de las dos terceras partes de las mujeres no han completado la educaci6n primaria, en comparacion con alrededor de una tercera parte en el caso de los no indfgenas que no han completado la educaci6n primaria. De hecho, la asociacion negativa entre el hecho de ser indfgena y el mimero de afios de educaci6n cursados es mayor que entre el genero y el ntimero de afios de educaci6n cursados. Las mujeres indige- nas constituyen el grupo mas desfavorecido con respecto a la escolaridad, y por consiguiente con respecto a los ingresos laborales. Resulta interesante sefialar, sin embargo, que las mujeres indfgenas bilinglies muestran una mayor probabilidad que las no indfgenas de participar en la fuerza laboral. Por 10 tanto, existe una necesidad de programas educacionales destin ados a incrementar la participacion y las tasas de tenninaci6n escolar de los indfgenas, en especial de las mujeres. Esta meta puede lograrse a traves de la educaci6n bilin- glie. La misma podrfa constituir un medio eficaz no s610 para aumentar los nive- les de matrfcula, sino tambien para incrementar el rendimiento de la educaci6n entre los grupos indfgenas, mejorando la cali dad de la ensefianza que reciben. Sin embargo, la mayor educaci6n no s610 afecta los ingresos laborales. Los niveles de fecundidad y de mortalidad infantil disminuyen significativamente como consecuencia de la mayor educaci6n del padre y de la madre. La menor fecundidad, a su vez, esta asociada con una mayor participaci6n de las mujeres en la fuerza laboral, 10 que refleja un efecto indirecto de la educaci6n sobre los ingresos laborales. La educaci6n ejerce el efecto mas importante sobre la reduc- ci6n de la fecundidad en ambos grupos de edades. Mas importante aun es el hecho de que la etnicidad y los niveles de ingresos de las unidades familiares no estan significativamente asociados a la fecundidad cuando se neutraliza el efecto de la educaci6n. Ello implica que el comportamiento en materia de fecundidad no constituye un dato cultural insuperable, sino que es susceptible de ser modifi- cado a traves de intervenciones basadas en politicas, tales como un mayor acceso a la educaci6n. El incremento del ntimero de afios de educaci6n cursados no constituye el tinico medio a traves del cual pueden mejorarse las condiciones de vida de este grupo. Igualmente importantes son el mejoramiento de su acceso a los servicios de atenci6n de la salud y planificaci6n familiar, asi como el aumento de la de- manda de pobres indfgenas y no indfgenas en el mercado laboral. Sin embargo, como 10 ha demostrado este analisis, la educacion constituye una variable de po- Utica altamente relevante para reducir las disparidades que existen entre las po- blaciones indigenas y no indigenas. En el caso de las preferencias en materia de 106 Las poblaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina fecundidad y tamano de la familia, el efecto de la educaci6n es 10 suficientemente fuerte como para atenuar e incluso anular los efectos de las diferencias culturales entre las personas indfgenas y no indfgenas. Nota 1. Para los propositos de este analisis. un trabajador se clasifica como perteneciente al sector informal si las condiciones de su empleo satisfacen uno de los cuatro criterios siguientes: i) si es propietario de su negocio y emplea a menos de cinco personas, ii) si tra- baja por cuenta propia y no es un profesional, iii) si es empleado en una empresa privada de pequefia escala que emplea a menos de cinco trabajadores. 0 iv) si pertenece a otra cate- gona como la de servicio domestico, trabajo familiar u otro trabajo no remunerado. 6 Guatemala Diane Steele La fonna de vida de las poblaciones indigenas de Guatemala no ha cambiado considerablemente desde la conquista espanola hace mas de 400 ailos. En la tra- dicion maya, se espera que una persona produzca suficientes alimentos y sustento para mantener a la familia y satisfacer las obligaciones comunitarias. La acumu- laci6n de bienes no es admirada; se percibe que el exceso ha sido adquirido a tra- ves del robo, la codicia 0 la brujeria. Se asigna un alto valor al trabajo esforzado, especialmente el cultivo de la tierra, que se considera que produce a una vida en la que se satisfacen las necesidades basicas, y cualquier superavit se dedica a ac- tividades comunitarias. EI terreno que se trabaja representa un imponante vinculo con la tierra, un elemento clave de la cosmologia maya, y el hecho de trabajar la tierra se asocia con un sentido de comunidad (Goldin 1992). Antes de la Uegada de los espafioles, los pueblos indfgenas no eran "propieta- rios" de la tierra en el sentido occidental; por 10 menos parte de todas las tierras cultivables eran comunitarias. Las familias cultivaban parcelas para satisfacer sus necesidades y las de la comunidad. DespU!!s de la dominaci6n espanola, las po- blaciones indigenas se resistieron a demostrar la propiedad de sus tierras y con frecuencia no registraron titulos de propiedad. Ello facilit6 que los forasteros ob- tuvieran la posesi6n de esas tierras y desplazaran a las poblaciones indfgenas. Si bien se realizaron algunos esfuerzos por resistirse, la respuesta mas habitual fue retirarse a las tierras mas altas. Incluso en los anos ochenta, muchos indfgenas no posefan titulo de las tierras que trabajaban (Nyrop 1983). Se produjo un cambio de ocupaci6n cuando las poblaciones indigenas se vie- ron forzadas a recurrir al trabajo asalariado al no poder satisfacer sus necesidades con parcelas agrfcolas cada vez mas reducidas. Desde hace mucho tiempo la eco- nomia de Guatemala se ha basado en la mana de obra provista por la poblacion indigena. Los metodos legales para obligar a los indigenas a trabajar comenzaron en el siglo XVI, con la instituci6n de la encomienda, que transferfa a un indivi- duo el derecho que correspondfa a la corona de cobrar tributos. Las poblaciones 107 108 Las en America Latina indfgenas estuvieron incluidas en las concesiones y el encomendero gozaba de pleno dominio sobre las mismas (Handy 1984). Diversas medidas adicionales se aplicaron basta ya comenzado el siglo XX, cuando se sancionaron las teyes sobre vagancia, que requerfan que los campesinos sin tierras trabajaran basta 100 dias por ano en las plantaciones. En la actualidad pocas familias indfgenas podrfan sobrevivir sin el ingreso proveniente del trabajo migratorio estacional. Ademas, como las poblaciones indfgenas fueron desplazadas totalmente de la tierra, se de- dicaron a nuevas ocupaciones: como trabajadores asalariados, maestros, comer- ciantes, 0 a las actividades turisticas. En este capitulo se utilizan datos provenientes de una reciente encuesta nacio- nal de bogares realizada en Guatemala, la Encuesta Nacional Socio-Demografica (ENSD 1989), con el fin de examinar la pobreza, la educaci6n, el trabajo infan- til, la ocupaci6n y los ingresos. Los analisis comparan y contrastan la situaci6n de las poblaciones indfgenas con las de las poblaciones no indfgenas. Se muestra que las variables de capital bumano como la escolaridad constituyen importantes factores que pueden utiIizarse para incrementar los ingresos laborales y reducir la brecba entre los trabajadores indigenas y no indigenas. Distribucion de la poblacion La poblacion de Guatemala es aproximadamente un 36% indigena y un 64% no indigena (ENSD 1989). En este caso la identificaci6n como indfgena no incluye referencias a la observancia de tradiciones culturales bistoricas, el becbo de ba- blar una lengua nativa 0 de usar vestimentas tradicionales. En cambio, se pre- gunlo a los entrevistados si eran indigenas. La parte indigena de la poblaci6n ba ido decreciendo a 10 largo del tiempo; de acuerdo con el censo de 1981, la pobla- cion era un 42% indigena y un 58% ladinos; el censo de 1950 indicaba que el 54% de la poblaci6n era indigena, mientras que el censo de 1940 seiialaba que la poblaci6n indigena alcanzaba al 55,7% del total, y en 1921 dicho porcentaje era del 64,8% (OPS 1990; Whetten 1961). En su mayor parte, las poblaciones indfgenas viven en las zonas rurales; segun la ENSD 1989, dicba proporci6n alcanzaba al 80%. Si bien el termino rural no es sin6nimo de agricola, la principal actividad econ6mica es la agricultura. Ademas, las poblaciones indfgenas tienden a vivir en las regiones montaiiosas menos ac- cesibles de Guatemala. Estos factores desempeiian un importante papel en la de- terminacion del nivel de educacion, el nivel de ingresos y la accesibilidad a los servicios de salud. Segun la ENSD 1989, las poblaciones indfgenas y no indfgenas de Guatemala son similares en su distribuci6n por generos (vease el cuadro 6.1), y tambien 10 es la distribucion por edades. Las poblaciones indigenas viven principalmente en zonas rurales, mientras que las no indigenas tienen la misma probabilidad de vivir en zonas urbanas que rurales. Entre las personas de 15 aiios de edad y mas, la mayor parte de los guatemal- tecos estan casados 0 viven en union (vease el cuadro 6.2). Las mujeres no indf- Guatemala J09 ------------------~---------- Cuadro 6.1: Distribucion demografica de la muestra Caracteristicas lndigenas No indigenas Hombres (%) 48,0 48,2 Edad promedio (anos) 30,1 30,6 Urbana (%) 19,6 47,0 Fuente: EI'iSD 1989, genas tienen mayor probabilidad de estar separadas 0 divorciadas, y las mujeres indigenas una mayor probabilidad de ser viudas. En Guatemala, las unidades familiares generalmente estan encabezadas por pa- rejas casadas; mas del 80% de las unidades familiares indigenas y no indigenas estan encabezadas por parejas (vease el cuadro 6.3). Las unidades familiares no indigenas tienen una probabilidad ligeramente mayor de estar encabezadas por una sola persona, ya sean hombres 0 mujeres. Incidencia de la pobreza En general, la poblaci6n de Guatemala es pobre. En 1989, el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de los ingresos, era de 0,60 y la participaci6n en el in- greso del 20% inferior de la poblaci6n era de s610 un 2,1 %. La desigualdad en los ingresos se increment6 en general durante los afios ochenta, y entre las poblacio- nes indfgenas en particular (Psacharopoulos y colaboradores, 1992). De hecho, la probabi1idad de que un trabajador indfgena pertenezca al 20% inferior de la dis- tribuci6n de ingresos se incremento del 10,1 % al 14,4% entre 1986 y 1989. En consecuencia, la desigualdad y la pobreza afectan a las poblaciones indigenas mas que a las no indfgenas. Cuadro 6.2: Distribuci6n por estado civil, personas de 15 aDOS 0 mas (porcentajes) lndigenas No indfgenas Estado civil Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Solteros 23,2 26,5 20.2 29,7 34.3 25,4 Casados/en union 68,6 70,9 66,7 60,4 61,5 59,4 Separados/ divorciados 2,0 0,8 3,0 4,7 1.9 7,2 Viudos/viudas 6.2 1,9 10,1 5,3 2,3 8.0 Fuente: ENSD 1989, 110 Las en America Latina Cuadro 6.3: Estado civil de los jefes de unidades familiares (porcentajes) Pareja Mujer con Hombre con casada conyuge ausenfe conyuge ausente Indfgenas 85,3 10,7 4,0 No indfgenas 80,3 13,8 5,9 Nota: "Casado" se refiere al jefe de la unidad familiar, ya sea hombre 0 mujer, que declararon estar casados 0 viven en uni6n. "C6nyuge ausente" incluye la posibilidad de que el c6nyuge haya muerto. Fuente: ENSD 1989. Distribucion intenftnica del ingreso La distribucion de los ingresos en Guatemala es extremadamente desigual, y se cree que ha empeorado a 10 largo de los anos ochenta. Las poblaciones indfgenas se encuentran principalmente en los quintiles mas bajos de ingresos. La mitad de todos los indfgenas figuran en los dos quintiles mas bajos, en comparacion con la mitad de los no indigenas, que figuran en los dos quintiles superiores (Psacha- ropoulos y colaboradores, 1992). Dentro de los quintiles, los ingresos promedio son inferiores en el caso de los indigenas que de los no indigenas. En el quintil inferior, el ingreso promedio de los indfgenas representa el 89% de los no indfgenas, mientras que en el quintil su- perior el ingreso promedio de los indfgenas alcanza solo al 68% del de los no in- dfgenas. Cabe destacar que las diferencias entre los grupos etnicos en los tres quintiles inferiores son muy pequenas (Psacharopoulos y colaboradores, 1992). lncidencia de fa pobreza par origen etnico EI nivel de pobreza utilizado en este capitulo es congruente con la cifra de U$60 por persona por mes en base a la paridad del poder adquisitivo (PPA) de 1985 y se aplica en todo ellibro. El nivel de extrema pobreza es de U$30 PPA por per- sona por meso La mayor parte de la poblacion de Guatemala es pobre: el 66% de todas las unidades familiares se encuentran por debajo del nivel de pobreza, y el 38% esta por debajo del nivel de extrema pobreza (ENSD 1989). La poblaciones indigenas son, sin embargo, desproporcionadamente pobres. En el cuadro 6.4 puede verse que el 87% de todas las unidades familiares indigenas se encuentran por debajo del nivel de pobreza y el 61 % por debajo del nivel de extrema pobreza. El ingreso promedio per capita de las unidades familiares se calcula dividiendo el ingreso total de la unidad familiar por el numero de personas que viven en la misma (excluidas las personas de servicio). En el caso de las unidades familiares indfgenas, dicho ingreso a1canza a una tercera parte del que corresponde a las uni- dades famiIiares no indigenas. Guatemala J1J Cuadro 6.4: Unidades familiares situadas por debajo del nivel de pobreza y otros indices de pobreza Indigenas No indf,::enas Total Pm debajo del nivel de pobreza (%) 86,6 53,9 65,6 Pm debajo del niveJ de extrema pobreza (%) 61,0 25,3 38,1 Ingreso promedio per capita de las unidades familiares (quetzales por mes) 34,35 111,34 83,78 Indice agregado de la hrecha de pobreza 55,7 26,9 37.4 Indice FOT P2 40,9 16,8 25,S Nota: En 1989, en el momenta de realizarse la encuesta, 34,35 quetzales equivalian aproximada- mente a U$ 12,36. Puente: ENSD 1989. Las familias con ingresos inferiores a la lfnea de pobreza perciben una mayor proporcion de su ingreso total de fuentes distintas de su empleo primario que las familias no pobres. EI ingreso proveniente del empleo primario se ve comple- mentado por el proveniente de empleos adicionales, transferencias y pagos en es- pecie. Las familias indfgenas que se encuentran por debajo del nivel de pobreza dependen de los pagos en especie para satisfacer hasta una cuarta parte del in- greso mensual total (vease el cuadro 6.5). Ademas, dependen de empleos secun- darios para cubrir hasta el 10% de su ingreso mensuaL Las familias no indigenas, independientemente del nivel de pobreza, perciben una mayor proporcion del ingreso mensual de su empleo primario. La dependen- cia con respecto a los pagos en especie es mayor entre las familias que se encuen- Cuadro 6.5: Fuentes del ingreso familiar (porcentajes del total) POl'debajo del nivel POI' debajo del Tipo de in,::reso de extrema pobreza nivel de pobreza No pobres Total lndigenas Empleo primario 62,6 67,6 82,5 69,6 Empleo secundario 10,7 9,4 5,7 8,9 Pension 0,4 0,4 I, I 0,5 Transferencias 2,1 2,1 3,1 2.2 En especie 24,2 20,5 7,6 J8,8 No indigenas Empleo primario 72,0 79,5 86,4 82.6 Empleo secundario 7,2 4,4 1,9 3.3 Pension 2,0 1,8 2,2 2,0 Transferencia 5,2 5,1 5,7 5,4 En especie 13,7 9,2 3,8 6,8 Puente: ENSD 1989. 112 Las fa nnl'rp:w en America Latina tran par debajo del nivel de extrema pobreza, pero en el caso de las familias no indfgenas el porcentaje del ingreso total proveniente de los pagos en especie es s610 la mitad del correspondiente a las familias indfgenas. EI ingreso proveniente de transferencias es mas importante como parte del in- greso de las familias no indfgenas que de las familias indigenas. Entre el 5 y el 6% del ingreso total no indfgena proviene de transferencias. Si se eIiminara del in- greso mensual el ingreso proveniente de transferencias, un 5% adicional de quie- nes se definen como no pobres caerfa debajo del nivel de pobreza. Ello tendrfa s610 un reducido efecto sobre la clasificaci6n global de familias por nivel de po- breza. La clasificaci6n de las familias indfgenas por nivel de pobreza cambia s610 un 1% si se elimina el ingreso por transferencias; la clasificaci6n de las familias no indfgenas cambia casi un 3% en los niveles de pobreza y de extrema pobreza. Distribuci6n de los servicios publieos En Guatemala, la mayor parte de la poblaci6n carece de acceso a servicios publi- cos como agua corriente, saneamiento y electricidad, aunque en las zonas urba- nas dichos servicios no estan tan limitados como en las rurales. En el cuadro 6.6 puede verse la presencia de servicios en todas las unidades familiares. Menos de una tercera parte de todas las unidades familiares indigenas cuenta con agua co- rriente para su uso exclusivo, en comparaci6n con casi la mitad en el caso de Cuadro 6.6: Servicios public os, totalidad de las unidades familiares (porcentajes) Indi!(enas No indfgenas Servicio Total Urhanas Rurales Total Urbanas Rurales Agua Uso exclusivo 30,9 44,4 27,4 48,2 61,4 36,1 Uso compartido 4,4 14.7 1,8 13,7 22,4 5,7 Fuente publica 19,3 22,9 18,5 7,2 4,6 9,5 Pozo 16,1 5,8 18,7 15.5 4,1 25,9 Rio, lago 0 manantial 25,8 4,5 31,2 9,9 0,8 18,2 OtTOs 3,5 7.7 2,4 5,6 6,6 4,6 Serl'icios sanitarios Instalaciones privadas 4,7 17,8 1,3 27,1 48,9 7,2 Instalaciones compartidas 2,5 9.5 0,8 10,1 17,9 2,8 Lavabo publico 3,1 13,0 0,6 6,3 9,6 3.3 Pozo 23,3 28,4 22,0 23,6 16,4 30,2 Letrina 20,9 14,3 22,5 11,4 3,9 18,2 Ninguno 45,6 17,0 52,8 21,6 3.3 38,2 Electricidad Sf 25,4 65,6 15,1 63,4 91,8 37,5 No 74,6 34,4 84,9 36,6 8,2 62,5 Fuente: ENSD 1989. Guatemala 113 las unidades familiares no indigenas. La mitad de las unidades familiares indige- nas carece de servicios sanitarios, y tres cuartas partes de ellas no cuentan con electricidad. Debido a que la mayoria de las unidades familiares indigenas se encuentran por debajo del nivel de pobreza, la existencia de servicios publicos en las unidades familiares indigenas pobres es virtualmente identica a la que se observa en todas las unidades familiares indigenas (vease el cuadro 6.7). Las unidades familiares pobres no indigenas se diferencian de todas las unidades familiares no indigenas en que cuentan con menos servicios domiciliarios. Las unidades familiares indigenas son propietarias de sus hogares en mayor proporcion que las no indigenas: el 84% son propietarias en comparacion con s610 un 66% en el caso de las unidades familiares no indfgenas (v ease el cuadro 6.8). En las zonas urbanas se mantiene la ventaja indigena: el 74% de las unida- des familiares indigenas urbanas son propietarias de sus hogares, en comparacion con el 58% de las unidades familiares urbanas no indigenas. La ventaja tambien se mantiene entre las unidades familiares pobres. Por ejemplo, el 84% de las uni- dades familiares indigenas pobres son propietarias de sus hogares, en compara- cion con s610 el 69% en el caso de las unidades familiares no indigenas. Si bien un mayor numero de unidades familiares indfgenas son propietarias de los hogares en que viven, dichos hogares son mas pequeiios que aquellos de las Cuadro 6.7: Servicios publicos en unidades familiares situadas por debajo del nivel de pobreza (porcentajes) lndfgenas No indigenas Servicio Total Urbanas Rurales Total Urbana!! Rurales Agua Uso exc1usivo 29,0 41,0 26,2 38,5 51,3 30,7 Uso compartido 4,2 13,8 1,9 11,5 22,7 4,6 Fuente publica 20,4 26,1 19,0 9,6 7,7 10,8 Pozo 16,2 6.0 18,6 18,8 6,4 26,4 Rio, lago 0 manantial 27,0 5,2 32,2 14,8 1,5 23,0 Otros 3,2 7,7 2,1 6.8 10,5 4,5 Servicios sanitarios Instalaciones privadas 3,2 13,2 0,7 13,0 30,4 2,4 Instalaciones compartidas 2.1 7,7 0,7 8,5 18,8 2,2 Lavabo publico 2,9 13.2 0,4 5,8 12,2 1.8 Pozo 22,9 30,9 21,0 28,2 25,6 29,7 Letrina 21,2 15,9 22,5 13,3 6,5 17,5 Ninguno 47.8 \9,2 54,6 31,3 6,6 46,4 Electricidad Sf 22,2 60,7 12,9 50,0 85,4 28.3 No 77,8 39,3 87,1 50,0 14,6 71,7 Fuente: ENSD 1989, 114 Las en America Latina Cuadro 6.8: Propiedad de la vivienda Ni~mero promedio de habitaciones Propiedad de la vivienda (%) Total Dormitorios Todas las unidades familiares Indigenas Total 83,6 2,2 1,3 Urbanas 73,9 2,5 1.5 Rurales 86,1 2,1 1.3 No indigenas Total 65,9 2,8 1.6 Urbanas 57,7 3,3 1,8 Rurales 73,5 2,4 1,4 Unidadesfamiliares por debajo del /livel de pobreza Indfgenas Total 84,4 2,l 1,3 Urbanas 75,6 2,3 1,4 Rurales 86,5 2,0 1,2 No indfgenas Total 69,1 2,4 1,4 Urbanas 55,9 2,6 L5 Rurales 77,1 2.2 I,3 Fuente: ENSD 1989. unidades familiares no indfgenas. El numero promedio de habitaciones en una unidad familiar indfgena es de 2,2 en comparacion con 2,8 en el caso de las uni- dades no indigenas. Se carece de informacion sobre la calidad de los hogares. La Encuesta Nacional Socio-Demognifica contiene informacion sobre dos medidas adicionales que pueden utilizarse para describir el nivel de servicios ba- sicos en las unidades familiares: la presencia de una cocina y el tipo de combus- tible utilizado para cocinar. En general y en las zonas rurales, las unidades fami- liares indigenas muestran la misma probabilidad que las unidades familiares no indfgenas de tener dentro de la unidad una habitacion en la cual se preparan las comidas (vease el cuadro 6,9). Sin embargo, las unidades familiares indigenas de- penden en su gran mayorfa de la leila como principal combustible para cocinar. Las unidades familiares no indfgenas tambien usan lena como combustible, pero tienen mucho mayor acceso al propano. Las unidades familiares indigenas pobres no exhiben grandes diferencias con respecto a todas las unidades familiares indfgenas. Ello se debe a que la mayorfa Guatemala I 15 Cuadro 6.9: Cocinas y combustibles para cocinar (porcentajes) Vbicaeion de la eocina Combustible para cocinar Dentro de la casa Fuera de la casa Lena Propano Todas las unidades famWares Indfgenas Total 69,3 30,7 96,6 2,2 Urbanas 69.5 30,S 87,0 9,3 Rurales 69,1 30,9 99,0 0,5 No indigenas Total 74,4 25,6 62,8 31.7 Urbanas 85,2 14,8 34,S 56.5 Rurales 64,6 35,4 88.7 8,9 Vnidadesfamiliares por debajo del nivel de pohreza Indigenas Total 69,4 30,6 98,4 1,0 Urbanas 66,6 33,4 94.1 3,8 Rurales 70,1 29,9 99,4 0,3 No indfgenas Total 68,4 31.6 81,2 15,4 Urbanas 78.5 21,5 56,8 35,8 Rurales 62,1 37,9 96,2 2,8 Fuente: ENSD 1989. de las unidades familiares indfgenas son pobres. Las unidades familiares pobres no indfgenas tambien son similares a las unidades no indigenas, excepto en el uso del propano como combustible para cocinar (vease el cuadro 6.9). Educaci6n Uno de los principales desafios que enfrenta Guatemala es la forma de superar el bajo nivel de afios de educacion cursados de su poblacion economicamente ac- tiva. EUo se traduce en una baja productividad y en una elevada concentraci6n de trabajadores en las ocupaciones que requieren escasas aptitudes. En el caso de las poblaciones indigenas la situaci6n es especialmente grave. Los problemas inhe- rentes al sistema de educaci6n guatemalteco se ven complicados en el caso de estas poblaciones por su presunta incapacidad para hablar espaiiol y por su inca- 116 Las nm11Q,':Wi'1eX en America Latina pacidad para sufragar los costas directos (vestimenta, zapatos, Iibros, matricula y transporte) a indirectos (ingresos sacrificados de los hijos) necesarios para enviar a los hijos a la escuela. Nivel de educaci6n EI gnifico 6.1 presenta el nivel de educaci6n de la poblaci6n guatemalteca. Las poblaciones indfgenas muestran niveles inferiores de educaci6n que las poblacio- nes no indfgenas: el 60% de los indfgenas carecen de educaci6n. Para aquellos que la tienen, la vasta mayorfa nunca va mas alla de la escuela primaria. Entre los indigenas, los hombres logran mayores niveles de educaci6n que las mujeres: mientras que la mitad de los hombres indfgenas carece de educaci6n, dicha pro- porci6n alcanza a las tres cuartas partes en el caso de las mujeres (v ease el gra- fico 6.2). Los niveles de educaci6n son superiores para los no indfgenas que para los indfgenas y los perfiles correspondientes a los hombres y mujeres no indige- nas son mas similares (vease el gnifico 6.3). Gratico 6.1: Distribuci6n de la educaci6n por origen etnico (porcentajes) 70r------------------------------------------------, 60 50 1-................. --........................................................... . 40 1-••••••.••••••..••••..••..••••••••.••...••••••••........•••••..........•• 30 1-••••••••.........••.••••.....•••••.•••••....••••••••••••••.••••••••••• 20 10 o Ninguna Primaria Secundaria Universitaria Educaci6n • Indigenas D No indigenas Fuente: ENSD 1989. Guatemala 117 Grafico 6.2: Distribuci6n de la educaci6n indigena (porcentajes) 80.----------------------------------------------. 60 f··············~ "'" .••.•.....•.....••............•.••.....•.......•............•....... ··············1 40 ........................................................................ 20 ,..•.......•.•.....................•........•....•........ Ninguna Primaria Secundaria Universitaria Educaci6n • Hombres D Mujeres Fuente: ENSD 1989. Alios de escolaridad En promedio, las poblaciones indigenas muestran solo 1,3 afios de escolaridad, en comparaci6n con 4,2 afios en el caso de los no indfgenas. El mimero de aiios promedio de escolaridad de los hombres indigenas es de 1,8 afios, y de las muje- res de 0,9 afios. Los hombres no indfgenas registran un promedio de 4,5 afios de escolaridad, y las mujeres no indigenas, de 4,0 afios de escolaridad. En el cuadro 6.10 se detalla el numero de afios promedio de escolaridad por genero y origen etnico. Tanto en el caso de las poblaciones indfgenas como de las no indfgenas, los hombres tienen un mayor nivel de educacion que las mujeres, pero las muje- res no indfgenas tienen en promedio mas educacion que los hombres indfgenas. Los afios promedio de escolaridad alcanzan un maximo en el grupo de 14 a 19 afios de edad en el caso de los indigenas, y de 20 a 24 afios de edad en el caso de los no indigenas. Los anruisis de regresion de minimos cuadrados ordinarios realizados separa- damente para la poblacion en edad escolar (de lOa 18 afios) y la poblacion adulta 118 Las pobtaciones indigenas y ta pobreza en America Latina Grafico 6.3: Distribuci6n de la educaci6n en la poblaci6n no indigena (porcentajes) 60 50 ...........••.•••..........•••.......... f - J••••••.•••••••••••••••••••••••••••••••••••• _•••••••••••••• 40 ....... _ _ _._._._-_ .. _ . .... .. .. .... _.. _................ -...................•...........•....-\ 30 20 10 o Ninguna Primaria Secundaria Universitaria Educaci6n • Hombres o Mujeres Fuente: ENSD 1989. (de 19 afios y mas) sefialan los efectos del genero, la edad y el origen etnico sobre los afios de escolaridad (vease el cuadro 6_11). El hecho de ser hombre incre- menta la escolaridad promedio en ambos grupos de edad, y dicho promedio se in- crementa casi un ano en el caso del grupo de adultos. EI hecho de ser indfgena disminuye los anos promedio de escolaridad en dos anos para los ninos en edad escolar y en mas de tres anos en el caso de los adultos. La edad constituye una caracterfstica positiva para el grupo en edad escolar y una caracteristica negativa en el caso del grupo de adult os. Estos resultados indican una mejoria en el acceso a la educaci6n de las cohortes mas j6venes a 10 largo del tiempo, especialmente en el caso de los indfgenas. Un analisis mas detallado se llev6 a cabo para los ninos de 10 a 14 afios de edad que se hallaban en la escuela en el momento de realizarse la encuesta, y que tenian por 10 menos un ano de educaci6n. Este analisis incluye mas caracterfsticas perso- nales que pueden influir sobre la educaci6n de los ninos. Estas influencias adicio- nales incluyen aquellas que indican la situaci6n econ6mica de la unidad familiar, el empleo de los padres y el nivel de educaci6n de la madre (vease el cuadro 6.12). Como en los amilisis anteriores, la edad constituye una caracterfstica positiva y el hecho de ser indfgena una caracteristica negativa en la determinaci6n del Guatemala 119 Cuadro 6.10: Alios promedio de escolaridad Indigenas No indigenas Grupo de edad Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Global 1,3 1.8 0,9 4,2 4,5 4,0 10-13 1,4 1.6 1,2 2,8 2,9 2,8 14-19 2,4 2,9 1,8 5,1 5,2 4,9 20-24 1,9 2,7 1,3 5,7 6,2 5,4 25-29 1,5 2,3 0,9 5,3 5,7 5,2 30-34 1,2 1,9 0,6 5,1 5,5 4,7 35-39 0,9 1,5 0,4 4,1 4,5 3,9 40-44 0,7 1,0 0,4 3,7 4,4 3,2 45-49 0,6 0,9 0,3 3,2 3,6 2,8 50-54 0,4 0,7 0,2 3,0 3,2 2,7 55-59 0,4 0,8 0,2 2,9 3,3 2,5 60 alios 0 mas 0,3 0,5 0,1 2,1 2,4 2,0 Fuente: ENSD 1989. mlmero de afios que un estudiante asiste a la escuela. EI mlmero de hermanos tambien constituye una caracterfstica negativa: cuanto mayor sea dicho mimero, menor es la probabilidad de que un estudiante permanezca en la escuela. Las tres variables que representan la ocupacion del padre y la variable que denota que el jefe de la unidad familiar es un hombre constituyen caracterfsticas negativas. La escolaridad de la madre es una caracterfstica positiva congruente con los diversos Cuadro 6.11: Determinantes de los anos de escolaridad Edad escolar Adultos (/0-/8 aiios) (19 aiios 0 mas) Constante -1,264 6,354 Hombres 0,413 0.865 (9,1) (17,7) Indigenas -2,002 -3,213 (42,6) (62,8) Edad 0,362 -0,064 (40,7) (40,8) R2 0,25 0,21 N 10.888 22.373 Nota: Las cifras entre parente sis son coeticientes t. Todos los coeficientes son significativos a1 nivel de O,QI. Fuente: ENSD 1989. 120 Las nnlJlm"I[)''I''.' en America Latina Cuadro 6.12: Determinantes de los aDOS de escolaridad, personas de 10 a 14 aDOS de edad C oeficienfe Constante -3,478 Hombre 0,016* (0,4) Indfgena -0,264 (5,3) Edad 0,556 (34,4) Numero de hermanos -{l,105 (6,9) Unidad familiar encabezada por un hombre -0,082* (1,3) Cocina en la casa -0,019* (0,4) Zona rural -0,393 (8,4) Escolaridad de la madre 0.174 (19,6) Ingreso total de la unidad familiar 0,000 (2,1) Numero de habitaciones en la cas a 0,120 (6,8) Ocupacion del padre Empleador -0,292 (2,2) Sector privado -0,142 (2,3) Trabajador por cuenta pro pia -0,233 (3,8) 0,50 Nota: Las cifras entre pan!ntesis son coeficientes t. Todos los coeficientes son significativos a1 nivel de 0,0 I, excepto en los casos indicados con un asterisco. E\ tamano de la muestra es de 2.892. Fuente: ENSD 1989. estudios que senalan que la mayor escolaridad de las mujeres tiene amplios efec- tos sobre la salud y el bienestar de sus familias. Asistencia a fa escuefa Los datos provenientes de la Encuesta Nacional Socio-Demognifica se limitan a la poblacion de 10 anos de edad y mas, pero indican que la tasa de asistencia a la Guatemala 121 escuela es menor en el caso de los nifios indigenas que en el de los no indfgenas. En el sistema educativo guatemalteco, los nifios idealmente asisten a la escuela primaria entre los 7 y los 12 afios de edad, y a la escuela secundaria entre las eda- des de 13 y 18 afios. La ensefianza secundaria se divide en tres afios de educaci6n basica y tres afios de educacion diversificada. La educaci6n es obligatoria para todas las personas de 5 a 15 afios. Entre los encuestados en edad escolar primaria (de 10 a 12 afios), el 57% de los nifios indfgenas y el 75% de los no indfgenas eran estudiantes. En el caso de los nifios de mas de 15 afios de edad, solo el 8% de los nifios indfgenas eran estudiantes, mientras que el 32% de los nifios no in- dfgenas 10 era (v ease el cuadro 6.13). En el caso de los encuestados en edad escolar, de 10 a 18 afios, es posible cal- cular la probabilidad de que sean estudiantes utilizando anilisis de regresi6n logistica. El proposito de este analisis es identificar los factores asociados con la probabilidad de asistir a la escuela. EI cuadro 6.14 informa los resultados de un analisis que tiene en cuenta las caracteristicas, entre elias el genero, el origen ct- nieo y la edad. Nuevamente, el hecho de ser hombre incrementa la probabilidad de asistir a la escuela. La edad tiene un efecto negativo y el hecho de ser indfgena tiene un fuerte efecto negativo. Las derivadas parciales que figuran en la ultima columna del cuadro 6.14 indi- can el efecto que cada variable tiene sobre la probabilidad de un individuo de asistir a la escuela. Por ejemplo, el hecho de ser hombre incrementa un 4,8% la probabilidad de asistir a la escuela, y el hecho de ser indigena disminuye dicha probabilidad en un 27%. Es po sible utilizar los resultados del amilisis logarftmico para predecir la pro- babilidad de asistir a la escuela respecto de cada caracteristica seleccionada. Las probabilidades se calculan variando una caracterfstica por vez, y manteniendo las otras variables constantes en sus niveles medios (v ease el cuadro 6.15). La probabilidad de asistir a la escuela es siempre menor en el caso de los estu- diantes indfgenas que en el de los no indfgenas, y siempre menor en el caso de las mujeres que en el de los hombres. La probabilidad de asistencia muestra un gran Cuadro 6.13: Niiios que asisten a la escuela como porcentaje del grupo de edad Grupo de edad Ind(f?enas No indfgenas 10-12 (primaria) 56,5 75,0 13-15 (secundaria-basica) 28,7 51,4 16-18 (secundaria-diversificada) 6,8 26,3 J<)-24 (universitaria) 1,5 5,6 Nota: Aunque los grupos de edad inc\uidos en el cuadro representan las edades en las cuales los estudiantes deberian estar en el nivel escolar indicado, debido a las elevadas tasas de repetici6n que se observan en Guatemala, es probable que los que son estudiantes no se encuenlren en el nivel que corresponde a su edad. Fuente: ENSD 1989. 122 Las lJOIJ/a,CIO,nes rna/penas en America Latina Cuadro 6.14: Probabilidad de asistencia a la escueta CoeJiciente Derivada parcial Constante 5,683 Hombre 0,192 0,048 (4,4) Indfgena -1,090 -0,270 (23,2) Edad -0,411 -0,101 (42,4) Chi cuadrado 2.691,9 Nola: Poblaci6n en edad escolar solamente, de 10 a 18 ailos. La variable dependiente es I si es estudiante. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Todos los coeficientes son significativos al nivel de 0,0 I. La muestra esta compuesta por 10.889 individuos. Fuente: ENSD 1989. incremento para los hombres indfgenas de 18 alios de edad, y para las mujeres in- digenas de 17 y 18 alios. Probabilidad de desercion de la escuela primaria Como se ha indicado, la mayor parte de la poblaci6n ha cursado la educacion pri- maria. Un niimero mucho mayor de no indfgenas que indfgenas tienen educaci6n secundaria y universitaria, pero solo un reducido porcentaje de la poblaci6n no in- digena tiene educaci6n secundaria. Cuadro 6.15: Probabilidad pronosticada de asistencia a la escueta (porcentajes) lndigenas No indfgenas Edad Hombres Mujeres Hombres Mujeres 10 67.8 63,4 86,2 83,8 II 58,2 53.4 80,6 77,3 12 48,0 43,2 76,3 69.4 13 38,0 33,6 64,6 60.1 14 28,9 25,1 54,7 49,9 15 21,2 18,2 44,4 39.8 16 15,2 12,8 34,7 30,5 17 10,6 89,0 26,1 22,5 18 72,8 60,8 18.9 16,2 Fuente: ENSD 1989. Guatemala 123 Utilizando un anaIisis de regresi6n logistica, es posible examinar la probabili- dad de que un individuo abandone la escuela primaria en funcion de determina- das caracteristicas, entre elias el genero, el origen etnico y la edad. En el cuadro 6.16 se muestran los resultados de un aOlilisis de individuos de 19 afios de edad y mas. Los nilios en edad escolar, de lOa 18 alios, que teoricamente aun podrian completar su educacion, y los adultos sin educaci6n fueron eliminados de los ana- lisis. Se considera que las personas han abandonado la escuela primaria si decla- ran que esta es el mayor nivel de educacion alcanzado y que han completado menos de seis alios en ese nivel. EI hecho de ser hombre disminuye ligeramente la probabilidad de abandonar la escuela, y la edad tiene un efecto ligeramente po- sitivo. Estos resultados estan de acuerdo con los resultados anteriores que mues- tran que los hombres tienen mas educacion, en promedio, y que hasta cierto punto la educaci6n se incrementa con la edad. El hecho de ser indigena incrementa la probabilidad de que un individuo abandone la escuela primaria en la edad media de la poblacion total para cada genero. Analfabetismo Los bajos niveles de educaci6n tambien son reflejo de las tasas de analfabetismo de la poblaci6n indfgena. En general, el 60% de todas los indfgenas son analfabe- tos, en comparaci6n con el 24% en el caso de los no indigenas. EI analfabetismo se define como aquellos encuestados que respondieron en forma negativa a la pregunta "l.Sabe leer y escribir una composicion, una historia, 0 un mensaje?" Existen grandes diferencias entre las tasas de analfabetismo por lugar de residen- cia. Tanto en el caso de las poblaciones indfgenas como no indigenas, la tasa de analfabetismo rural es muy superior a la urbana. El gr:ifico 6.4 muestra las tasas de analfabetismo por zonas de residencia. Cuadro 6.16: Probabilidad de desercion de la escuela primaria Coeficiente Derivada parcial Constante -1.035 Hombre -0,086 -0,034 (2,3) Indfgena 1,531 0,608 (28,0) Edad 0,026 0,010 08,7) Chi cuadrado 1.178,4 Nota: Poblaci6n adulta solamente, de 19 afios de edad 0 mas. La variable dependiente es I si han abandonado la escuela. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Todos los coeficientes son sig- nificativos al nivel de 0,01. EI tamafio de la muestra es de 22.373. Fuente: ENSD 1989. 124 Las pobfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina Grafieo 6.4: Analfabetismo por zona de residencia (porcentajes) 70r----------------------------------------------------, 60 r···'··············,··· ..·...... ··•··•··..····••·· ......·....·..·--............ 50 ........................................................... , 40 30 20 10 o Urbana Rural • Indigenas D No indigenas Fuente: ENSD 1989. Las tasas de analfabetismo de los indfgenas son men ores entre los j6venes, 10 que probablemente representa un mayor acceso a la educacion. Sin embargo, in- cluso entre los jovenes, las tasas de analfabetismo de la poblacion indfgena son su- periores a las de la poblacion no indfgena. En el cuadro 6.17 se detalla la tasa de analfabetismo por grupos de edad para las poblaciones indigenas y no indfgenas. Se realizo una regresion logistica para la poblacion adulta de 19 afios de edad y mas con el fin de examinar el efecto de las caracteristicas sobre la probabilidad de ser analfabeto. EI cuadro 6.18 presenta los resultados de dicha regresion. EI hecho de ser hombre tiene un fuerte efecto negativo. mientras que la edad tiene un ligero efecto positivo y el hecho de ser indigena, un fuerte efecto positivo. Trabajo de menores Como puede verse en el cuadro 6.13, solo el 57% de los ninos indigenas de 10 a 12 afios de edad y el 29% de los ninos indigenas de 13 a IS afios de edad asis- ten a la escuela. Si bien la fuerza laboral de Guatemala se analizara mas ade- lante tomando en cuenta a todos los individuos de 14 a 65 afios de edad, tam- Guatemala /25 Cuadro 6.17: Tasas de analfabetismo por grupos de edades (porcentajes) lndfgenas No indigenas Grupo de edad Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres 10-14 43.0 37,7 48.5 15,0 14,1 15,9 15-19 39,9 27,9 51,2 12,9 9.8 15,8 20-24 53,4 35,2 68,4 15,6 10,0 20,4 25-29 60,4 41,S 76.1 20,0 15,8 23,8 30-34 63,4 44,0 81,5 21,2 14,7 27,1 35-39 70,3 53,1 86,5 28,8 21.5 33,9 40-44 77,1 64,6 88,2 33,3 22,0 43,1 45-49 79,8 65,3 92,2 37,4 29,4 44,9 50-54 83.1 69,5 95,1 39,1 30,3 47,5 55-59 81,4 67,3 94,4 42,9 33,3 53.0 60-64 86.1 76,7 95,3 48,6 36,2 60,1 65-99 89,2 81,1 96,8 46,7 46,2 59,8 Fuente: ENSD 1989. bien es posible observar la situaci6n laboral de los niiios de 10 a 13 aiios. En la Encuesta Nacional Socio-Demognifica se informa que algunos de estos niiios estin empleados. Esta encuesta informa que el 9% de los nifios no indigenas y el 21 % de los niiios indigenas eshin empleados. La mayor parte de estos niiios estan empleados en la agricultura, sector en el que figura el 82% de los nifios indfgenas y el 73% de los niiios no indfgenas (ENSD 1989). Cuadro 6.18: Probabilidad de analfabetismo Coeficiente Derivada parcial Constante -2,116 Hombre -1.028 -0,248 (31,9) 1ndigena 1,951 0,471 (58,0) Edad 0,041 0,010 (39,0) Chi cuadrado 6,094,2 Nota: Poblaci6n adulta solamente, de 19 anos de edad 0 mas, La variable dependiente es 1 SI son analfabetos. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Todos los coeficientes son significativQs a1 /livel de 0,01. EI tamaiio de la muestra es de 22,373, Fuente: ENSD 1989, 126 Las nf),rllfl,rWnps en America Latina El cuadro 6.19 muestra las caracterfsticas de los ninos que trabajan, que con mayor frecuencia son varones y viven en zonas rurales. La edad promedio de los ninos indigenas y no indigenas que trabajan es de 12 mos. Los ninos no indigenas que trabajan se dividen en partes iguales entre los que no tienen educacion y los que cuentan con educacion primaria. En el caso de los ninos indigenas que trabajan, una tercera parte mas cae dentro de la primera ca- tegoria. Los ninos no indigenas que trabajan tienen ligeramente mas anos de esco- laridad que los ninos indfgenas que trabajan. Los ninos que trabajan, ya sean indigenas 0 no indigenas, muestran una proba- bilidad mucho mayor de vivir en una unidad familiar encabezada por una mujer que la poblacion en su totalidad (vease el cuadro 6.3). Ello es particularmente cierto en el caso de los ninos indigenas que trabajan. Los padres de ninos que tra- bajan tambien muestran menos afios de escolaridad que la poblacion en su totali- dad (vease el cuadro 6.10). La probabilidad de que un nifio este empleado en el futuro se calcula utilizando una regresion logistica. En el cuadro 6.20 se muestran los resultados de un anali- sis que estudia las caracterfsticas de los ninos y de sus padres. EI hecho de ser in- dfgena, varon, vivir en una zona rural y vivir en una unidad familiar encabezada por una mujer incrementa la probabilidad de que el nino trabaje. Las derivadas parciales indican que el hecho de ser hombre incrementa la probabilidad en un 24%. Los resultados tambien indican que cuanta mayor educacion tengan los pa- dres, menor sera la probabilidad de que el nino trabaje, y que las ninas tienen tam- bien una menor probabilidad de trabajar, 10 que les permite la oportunidad de asistir a la escuela. Al mismo tiempo, el efecto del hecho de ser indfgena sobre la probabilidad de que un nino trabaje es pequefia, del 4,5%. Cuadro 6.19: Caracteristicas de los niDos que trabajan Caracterfstica lndfgellos No illdfgenos Varones (%) 87.0 70,4 Zonas rurales (%) 89,8 76,9 Edad promedio (afios) 12.0 12,0 Nivel de educaci6n (%) Ninguna 57,3 48,2 Primaria 42.7 51,8 Afios promedio de escolaridad 1, I 1,6 Unidad familiar encabezada por una mujer (%) 22,3 15.3 Alios de escolaridad de la madre 0,6 1,4 Alios de escolaridad del padre 1,1 1.8 Noto: Nilios de 10 a 13 alios de edad solamente. Fuente: ENSD 1989. Guatemala 127 Cuadro 6.20: Probabilidad de que los niiios trabajen Coeficiente Derivada parcial Constante -9,936 Indfgena 0,375 0,045 (2,4) Hombre 1,958 0,236 (11,3) Edad 0,610 0,074 (8,5) Anos de escolaridad -0,254 -D,031 (3,7) Zonas rurales 0,315 0,038 (l,5) Unidad familiar encabezada por una mujer 0,476 0,057 (2,6) Anos de escolaridad de la madre -0.149 -0,018 (3,3) Anos de escolaridad del padre -0.061 -0.007 (I,D) Chi cuadrado 385,6 Nota: Ninos de IO a I3 alios de edad soIamente. La variable dependiente es I si estan empleados. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Todos los coeficientes son significativos al niveI de 0,0 I. EI tamano de la muestra es de 2.106. Fuente: ENSD 1989. Los resultados de este amilisis de regresion logistica se utilizan para predecir la probabilidad de que un nino trabaje en cada edad por genero y origen etnico. En estos ca1culos s610 se utilizan los valores de edad, genero y origen etnico. Todas las demas variables se mantienen constantes en sus valores medios. En el cuadro 6.21 se presentan los resultados del mismo. Cuadro 6.21: Probabilidad pronosticada de que los niiios trabajen (porcentajes) Indfgenas No indigenas Edad Hombres Mujeres Hombres Mujeres 10 17.7 3,0 12,9 2,0 11 28,4 5,3 21,4 3.7 12 42.2 9,3 33,4 6,6 13 57,4 15,9 48,0 11,5 Fuente: ENSD 1989. 128 Las nn.n/nr·UlnP en America Latina Las probabilidades pronosticadas son mayores para los nifios indigenas que para los no indfgenas, y las brechas se incrementan con cada afio de edad que transcurre. Tanto las nifias indigenas como las no indigenas muestran un notable aumento de la probabilidad entre las edades comprendidas entre los 12 y 13 anos. Los nifios indfgenas muestran una probabilidad del 57% de trabajar a los 13 OOos. ADOS de ocupacion La fuerza de trabajo de Guatemala esta constituida principalmente por hombres, entre ellos trabajadores indigenas y no indfgenas. En general, los trabajadores in- digenas i) tienen una mayor probabilidad que los no indigenas de trabajar por cuenta propia, ii) tienen una mayor probabilidad que los no indfgenas de tener mas que un empleo, y iii) ganan menos que los trabajadores no indfgenas. La mu- jeres indigenas trabajadoras laboran en promedio el menor mlmero de horas por semana, es decir, mas de 6 horas menos por semana que las mujeres no indfgenas (vease el cuadro 6.22). Cuadro 6.22: Caracteristicas seleccionadas de las personas que trabajan Caracterfstica lndfgenas No indfgenas Total empleados (%) 49.7 49,2 Hombres Porcentaje de la fuerza laboral total (%) 79,5 71,4 Que tienen mas que un empleo (%) 4.1 2,8 Que trabajan por cuenta propia (%) 46,7 25,8 Ingreso promedio IOdos los trabajadores (quetzales por mes) 87,30 250,56 lngreso promedio - sector formal (quetzales por mes) 88,26 253,85 Promedio de horas por semana 46,9 46,2 Mujeres Porcentaje de la fuerza laboraltotal (%) 20,4 28,6 Que (ienen mas de un empleo (%) 2.2 1,6 Que trabajan por cuenta propia (%) 47.1 28,4 Ingreso promedio-todas las trabajadoras (quetzales por mes) 51.54 206_81 Ingreso promedio-sector formal (quetzales por mes) 51.53 207,25 Promedio de horas por semana 35.8 42.1 Nota: Incluye entrevistados de 14 a 65 anos de edad. Fuente: ENSD 1989. Guatemala 129 Diferencias interetnicas de ocupaci6n Las diferencias en materia de pobreza se reflejan en la distribucion por ocupacio- nes (cuadro 6,23), La ocupacion mas comun, tanto entre los indfgenas como los no indigenas, es el trabajo agricola, aunque casi el doble de indfgenas estan em- pleados en la agricultura, en comparacion con los no indfgenas, Las artesanias --entre los que se incluyen los artesanos y otros trabajadores calificados- repre- sentan la ocupacion que Ie sigue, y la de vendedores ambulantes ocupa el tercer lugar, Como la fuerza laboral es predominantemente masculina, la distribuci6n de los hombres por principal ocupacion es igual a la distribucion globaL En el caso de las mujeres, tanto indfgenas como no indfgenas, sin embargo, la distribucion es diferente, Entre las mujeres trabajadoras indigenas, la ocupacion mas comun es la artesanfa, seguida del trabajo agricola y el de vendedoras ambulantes, Las dos ocupaciones mas comunes de las mujeres no indigenas son la de servicios personales y vendedoras ambulantes, ocupando las artesanfas el tercer lugar, Ingresos laborales Son muchos los factores que determinan los ingresos laborales de una persona: la ocupacion, la zona en la que vive, su nivel de educacion, el adiestramiento que recibe y los anos de experiencia, entre otros factores, En Guatemala, los indfge- nas con frecuencia cuentan con una dotacion mucho menor de esos factores, espe- Cuadro 6.23: Ocupacion principal (porcentajes) ----_. in de primer grado en las zonas indfgenas comple- tara su sexto alio de estudios (Modiano 1988). Sin embargo, en los casos en que existe un programa bilinglie en el primer grado, se han observado tasas aprecia- blemente menores de deserci6n y de repetici6n de grados. El informe sefiala ade- mas que el principal problema que enfrenta la educaci6n bilinglie es la falta de re- cursos para lograr 10 que se necesita, especialmente en 10 que se refiere a la produccion de materiales didacticos. Desde que este financiamiento depende del vigor econ6mico de la naci6n, que ha sido precario, es probable que el problema no se resuelva durante muchos alios (Modiano 1988). En cuanto a las aparentes disparidades de genero en el acceso a la educaci6n, en afios anteriores el sistema educacional ha beneficiado principalmente a la po- blaci6n mascuIina, y como de hecho las escuelas excIusivamente para varones han cafdo en desuso, aun existe una mayor demanda de educaci6n masculina. La persistencia de este sesgo de genero proviene principalmente de los valores cul- turales que inducen a las mujeres a cumplir papeles domesticos tradicionales, que en general no requieren demasiada educaci6n formal (Bensusan 1988). En un es- tudio reciente, en el que se examina el desempeno de los estudiantes en Mexico, se haU6 que a pesar de que las llifias y los nilios se encontraban representados en forma igual en la poblacion escolar (49% Y 51 % de la muestra, respectivamente), los varolles obtuvieroll mejores resultados que las nilias en todas las categorias examinadas (Palafox y colaboradores 1993). Determinantes de los ingresos laborales El examen de la pobreza y la educacioll que se efectua en las secciones allterio- res ilustra claramente la disparidad que existe entre los niveles de ingreso per ca- Mexico 159 pita y la dotacion de capital humano que se encuentran entre las zonas indigenas y no indfgenas. Sin embargo, las comparaciones del ingreso promedio y del nu- mero de anos de educacion cursados y las regresiones logfsticas dejan lugar a amilisis mas profundos de la determinacion y la variacion de los ingresos labora- les. En esta seccion se examinan los posibles determinantes de los ingresos labo- rales y se veri fica la discriminacion etnica en la estructura salarial. EI cuadro 7.12 muestra un examen mas detallado de los niveles promedio de ingresos laborales dentro de los distintos sectores, que es indicativo de una posi- ble discriminacion en el mercado laboral. Incluso dentro de los sectores de em- pleo, subsisten importantes disparidades en los niveles de ingresos laborales entre las zonas indigenas y no indfgenas. Como puede verse en el cuadro 7.12, con fre- cuencia las personas que estan empleadas en los municipios no indigenas ganan mas del doble que sus contrapartes en los municipios indigenas. Diferencias en los ingresos laborales Las diferencias aparentes entre los ingresos laborales de quienes viven en zonas indfgenas y no indigenas se examinan utilizando la tecnica de descomposicion descrita en el capitUlo 4. En la muestra, la variaci6n en los ingresos laborales deb ida a diferencias en las caracteristicas (dotacion) de capital humano se examinaran en primer lugar utili- zando funciones de ingresos laborales. Las variables independientes son los anos de escolaridad, los anos de po'sible experiencia en el mercado laboral (edad - es- colaridad - 6) y su transformacion (experiencia al cuadrado), las horas trabaja- das por semana y varias variables adicionales con posible significaci6n sobre los Cuadro 7.12: Salarios mensuales promedio en sectores seleccionados, por categorias de municipios -- ..• ~-- - -..- -..- - - - - - .. .------ Categorfa de municipio No indfgena lndigena Descripdon Sector (miles de pesos) (miles de pesos) Agricultura 1111 126,58 73,57 Silvicultura 1112 116,15 58,36 Construcci6n 5011 407.31 274,25 Alirnentos y bebidas 6210 113.58 53,66 Educaci6n publica 9212 641,47 413,84 Servicios dornesticos 9540 197.29 77,13 Nata: Todos los c6digos de sectores estan tornados de la Clasificacion Mexicana de Actividades Economicas y Producfos (CMAP). "No indfgena" se refiere a los rnunicipios en los cuales el porcen- taje indfgena es inferior al 30%. "Indigena" se refiere a los rnunicipios que son indfgenas en un 30% o mas. Fueme: INEGI 1989. 160 Las en America Latina niveles de ingresos laborales, como el genero y la participaci6n en sindicatos. La variable dependiente es ellogaritmo de los ingresos laborales mensuales. La primera columna de los coeficientes estimados en el cuadro 7.13 se basa en la totalidad de la muestra de adultos empleados. Los amilisis de regresi6n de esta muestra permiten la inclusion de una variable del canicter indfgena del munici- pio, que representa la probabilidad de ser indfgena. El coeficiente negativo esti- mado para esta variable indica que para cada porcentaje de poblaci6n indfgena dentro de un municipio (que incrementa la probabilidad de que un individuo sea indfgena), disminuye el logaritmo de los ingresos laborales del individuo en el municipio. Sin embargo, aunque ello indica una tendencia a que los ingresos la- borales sean menores en las zonas mas indfgenas, no revela que parte del ingreso entre las zonas mas y menos indfgenas se debe a diferencias en las caracterfsticas personales generadoras de ingresos 0 a causas "no explicadas" como la discrimi- naci6n. Para responder a esta pregunta se utiliza una tecnica de descomposicion. El cuadro 7.13 contiene las medias de las caracterfsticas de la funcion de ingre- sos laborales entre las dos categorias de municipios indfgenas. Los municipios con un mayor porcentaje de indfgenas experimentan no s610 menores ingresos la- borales medios, sino tam bien un menor porcentaje de aquellas caracterfsticas que supuestamente influyen positivamente sobre los ingresos laborales, con la excep- cion de la experiencia. Los aiios promedio de escolaridad son un 91 % mayores Cuadro 7.13: Caracterlsticas de la muestra de hombres trabajadores Concentracion indigena de los municipios Menos del 30% 30% a mas Caracterfstica M uestra total (menos indigena) (mas ind{gena) Logaritmo natural de los ingresos laborales 12,83 12,89 11,70 Aiios de escolaridad 7,15 7,34 3,83 Experiencia (anos) 20,51 20,27 24,66 Logaritmo natural de las horas Irabajadas 3,78 3,78 3,73 Casados (proporci6n) 0.61 0,61 0,62 Empleo (proporci6n) Trabajadores no agrfcolas 0,80 0,83 0,26 Trabajadores agrfcolas 0,16 0,14 0.54 Empleadores 0,004 0,003 0,Dl Sector informal (proporci6n) 0,04 om 0,19 Afiliaci6n a sindicatos (proporci6n) 0.23 0.23 0,13 Nota: La muestra esta circunscrita a hombres que perciben un ingreso positivo y que tienen 14 anos de edad 0 mas. Fuente: INEGI 1989. Mexico 161 en los municipios menos indigenas. Los niveles de experiencia son superiores en las zonas indfgenas, 10 cual es indicativo principalmente de los menores niveles de escolaridad debido a la construccion de la variable de experiencia. Los traba- jadores no agricola'> constituyen el 87% y los trabajadores agrfcolas solo el 10% del grupo "menos" indigena. En la submuestra "mas" indigena, el mimero de tra- bajadores agricolas supera al de trabajadores no agricolas, en 48% y 34%, respec- tivamente. Estas diferencias indican el predominio de personas indigenas en las zonas rurales de Mexico. Adelmis, en las zonas indigenas el porcentaje de emple- adores es considerablemente mayor. En cuanto a la afiliacion a los sindicatos, estos son cerca de dos veces mas comunes en los municipios menos indigenas que en los mas indfgenas, 10 que refleja en gran medida la tendencia a participar en sindicatos que se observa en las zonas urbanas (Hirsch 1980). En las ultimas dos columnas del cuadro 7.14 se muestran los resultados de la funci6n ampliada de ingresos laborales estimada separadamente para los munici- pios "menos" y "mas" indigenas. Con la excepci6n de los coeficientes de las va- riables ficticias, todos los demas coeficientes pueden interpretarse como la varia- cion porcentual en los ingresos laborales causada por la variaci6n en una unidad en la caracterfstica correspondiente. Los coeficientes sobre las variables ficticias pueden convertirse en valores porcentuales siguiendo la ecuacion descrita en Halvorseny Palmquist (1980). Para las primeras cuatro variables indicadas, el cuadro 7.14 revela pocas dife- rencias apreciables en los coeficientes entre las funciones de ingresos indfgenas y no indfgenas. En los municipios muy indigenas, el rendimiento promedio de los afios de escolaridad es de cerca de un 9% por cada ano adicional, y solo ligera- mente superior en los municipios men os indigenas. Quienes viven en zonas menos indfgenas muestran un mayor rendimiento de la experiencia en el mercado laboral que quienes viven en zonas mas indigenas (3,7% y 2,0% respectiva- mente). La disparidad puede explicarse en parte por el mayor nivel de experien- cia en las zonas indigenas. La prima por horas trabajadas por semana es practica- mente la misma en am bas zonas. EI tipo de empleo tiene un gran impacto sobre los ingresos laborales. En las zonas no indigenas, los trabajadores no agricolas ganan un 144% mas que los de la categoria residual (trabajadores del sector informal); los trabajadores agricolas ganan un 59,2% mas. El impacto del empleo no agricola es aun mas notable en las zonas indfgenas. Los trabajadores no agricolas ganan un 232% mas, en pro- medio, que los de la categoria residual. Esta cifra se ve considerablemente redu- cida, aunque aun representa un incremento del 63,6% en los ingresos laborales, en el caso de los trabajadores agricolas de las zonas indfgenas. Sin embargo, las variables de los trabajadores no agricolas y agricolas podrfan captar gran parte de las diferencias urbanas/rurales cuyo efecto no se neutraliza por la falta de una va- riable que identifique la residencia urbana/rural. EI cuadro 7.15 muestra los ingresos medios de los trabajadores que pertenecen y no pertenecen a sindicatos en las zonas indfgenas y no indfgenas. En las zonas menos indigenas, un mayor porcentaje de trabajadores esta afiIiado a sindicatos que en las mas indigenas. De acuerdo con las funciones de ingresos laborales in- 162 Las poblaciones ind£genas y la pobreza en America Latina Cuadro 7.14: Funciones de ingresos laborales por categorias de municipios Concentracion indigena de los municipios Menos del 30% 30% 0 mas Variable Total (baja) (alta) Anos de escolaridad 0.092 0,093 0,087 (47.9) (47,6) (7,4) Experiencia 0,036 0,037 0,020 (22,0) (22.0) (2,5) Experiencia al cuadrado -D,0005 -D,0005 -D,0002 (-19,0) (-18,9) (-2,1) Logaritmo de las horas trabajadas 0,300 0,297 0,286 por semana (16,1) (15,5) (3,3) Casados (I, 0) 0,261 0,262 0,192 (15,6) (15.2) (2,5) Empleo (1, 0) Trabajador no agricola 0,925 0,892 1,203 (26,2) (22,5) (12,4) Trabajador agricola 0,465 0,439 0,492 (12,6) (10,4) (5,9) Empleador 0,448 0.409 0.575 (4,0) (3,2) (2.2) Afiliacion a sindicatos (1, 0) 0,028* 0,023* 0.190* (1,8) (J ,4) 0.9) Cartkter indfgena del municipio (%) -D,01O (-20,6) Constante 9,68 9,68 9,28 N 8.820 8.343 476 R2 0,502 0,443 0,465 Nota: Las estimaciones que no son significativas han sido indicadas con un asterisco. Todas las demas estimaciones de los parametros son significativas alnivel del 95%. Las cifras entre par6ntesis son coeficientes t. La muestra esta circunscrita a hombres que perciben un ingreso positivo y tienen 14 afios de edad 0 mas. La categorfa omitida de variables de empleo es el sector informal. Fuente: INEGI 1989. dicadas en el cuadro 7.14, las estimaciones de los sindicatos son insignificantes al nivel del 95%, 10 que posiblemente indica la incapacidad a largo plazo de los sindicatos de mantener tasas salariales superiores a las de mercado en el largo plazo (Hirsch y Addison 1986). Sin embargo las evidencias sugieren que los sin- dicatos proporcionan remuneraciones adicionales no monetarias. Dentro de la muestra, el porcentaje de trabajadores afiliados a sindicatos que cuentan con se- guro de salud es casi el doble que el de los trabajadores no pertenecientes a sin- dicatos, alrededor de un 40% a un 80%. respectivamente. Mexico 163 Cuadro 7.15: Afiliacion masculina a sindicatos e ingresos laborales por categorias de municipios Categor[a de municipio Ingreso Porcelllaje de individuos y afiliacion a sindicaros (miles de pesos) en sindicatos No indfgenas (menos del 30%) Mayorfa en sindicatos 520,1 76,3 Minorfa en sindicatos 651,2 23,7 Indfgenas (30% y mas) Mayorfa en sindicatos 146,6 86,3 Minorfa en sindicatos 397,5 13,7 Nota: Las cifras entre parentesis son porcentajes de individuos afiliados a sindicatos. Fuente: INEG! 1989. El cuadro 7.16 contiene los resultados de la descomposicion de las dos funcio- nes de ingresos laborales detalladas en el cuadro 7.14. Al unir las dos funciones de ingresos en el metodo descrito en el capitulo 4, la descomposicion identifica las partes "explicadas" y "no explicadas" de la diferencia en los ingresos labora- les entre las zonas indigenas y no indigenas. En la primera especificacion, la parte de la diferencia que se debe a las carac- teristicas productivas 0 dotacion de los individuos es equivalente al 52% de la di- ferenda en logaritmos de salarios entre trabajadores de zonas indigenas y no in- dfgenas. En otras palabras, si los que viven en zonas indigenas estuvieran dotados de las mismas caracteristicas productivas que los que viven en zonas no indfge- nas, la diferencia de ingresos laborales entre ambos se reduciria un 52%. Sin em- bargo, la diferencia del 48% restante en los ingresos laborales permanece "no ex- plicada". De acuerdo con la segunda especificacion, el 66% de la diferencia esta "explicado", y el 34% "no explicado". La parte "no explicada" esta constituida por la diferencia no medida en los ingresos laborales en zonas indfgenas y no in- digenas, y puede incluir diferencias en la capacidad, la salud, la calidad de la edu- cacion, la participacion en la fuerza laboral y la cultura, as! como la discrimina- cion salarial. Por 10 tanto, dependiendo de la especificacion, la discriminacion contra quienes viven en las zonas indfgenas puede explicar hasta e148% 0 el 34% Cuadro 7.16: Descomposicion de la diferencia etnica de ingresos laborales Porcentaje de la diferencia debido a diferencias en Especificacion La dotacion La estructura salarial h" (X" - Xi) + Xi (t,,, b) 52 48 hi (X" X,l + X" (h" - h;) 66 34 Nota: Salario,/salario i es la razon de los ingresos mensuales medios indigenas y no indfgenas, y equivale aI 328%. Fuente: Calculado a partir del cuadro 7.14. 164 Las n{}/lf{J,'"l{)J~"S en America Latina de la difereneia salarial, eonstituyendo asf el "limite superior" de la diserimi- nacion. La cifra real podrfa ser muy inferior si los faetores no explieados que aeaban de indiearse pudieran neutralizarse en el amilisis. Pero debe tenerse en euenta que dichos valores en sf mismos pueden denotar discriminaci6n (Oaxaca y Ranson 1989). Como puede verse en el cuadro 7.16, independientemente de la especificacion de descomposicion que se utilice, parte de la diferencia salaria! entre indfgenas y no indfgenas proviene de fuentes "no explicadas" distintas de la dotaeion inicial de un individuo. En otras palabras, en el mercado laboral mexicano parece exis- tir discriminacion contra quienes viven en zonas indfgenas. El cuadro 7.17 muestra la eontribucion de eada variable ala diferencia de in- gresos laborales entre las zonas no indfgenas e indfgenas. Un valor positivo in- dica una ventaja en favor de los trabajadores de las zonas no indigenas, mientras que un valor negativo indica una ventaja en favor de los trabajadores de las zonas indfgenas. En el caso de la diferencia de ingresos laborales debida a faetores "ex- plicados" 0 dotacion, el mayor numero de afios de educacion cursados desempefia un importante papel en la explicacion de la ventaja en los ingresos no indfgenas. Sin embargo, la mayor contribucion a dicha ventaja se debe al empleo no agrf- Cuadro 7.17: Contribuci6n de las variables ala diferencia de ingresos laborales Conlribuci6n de cada variable Contribuci6n como a la dijerencia (logar/lmico) porcenlaje de la dij'erencia de ingresos lahorales lolal de ingresos lahorales Estructura de Esrruerura de Doracion remuneraciones Doraeion remuneraciones Variahle h/Xn-X) XJhn-h) ("explicado" ) ( .. no explicado" ) Afios de escolaridad 0.32545 0,02352 27,42 1,98 Experiencia -D,16332 0,42399 -13.76 35,72 Experiencia al cuadrado 0,10954 -0.22681 9,23 -19,11 Logaritmo de las horas trabajadas por semana 0,01650 0,03979 1,39 3,35 Casado -0,00276 0,04337 -0,23 3,65 Trabajador no agricola 0,50822 -0,08146 42,82 -6,86 Trabajador agricola -0.17888 -0,02857 -15,07 -2,41 EmpJeador -D,00482 -D,00244 -D,41 -D.21 Sindicato (1,0) 0.00235 -0,02199 0,20 -1,85 Constante 0 0,40518 0 34.14 Subtotal 0.61228 0,57459 51,6 48,4 Total 1,18686 100 Fuente: Calculado a partir del cuadro 7.14. Mexico 165 cola, 10 que denota el predominio de trabajadores no agricolas en las zonas no in- digenas. Como ya se indico, los trabajadores no agricolas perciben, en promedio, mayores salarios que la mayor parte de las demas categorias de empleo examina- das. EI valor negativo de la variable de los trabajadores agrfcolas indica el por- centaje predominante de trabajadores agricolas en las zonas indigenas. La mayor experiencia en el mercado Iaboral que se observa en Ia submuestra indigena tam- bien reduce aun mas Ia diferencia de ingresos laborales. La contribucion de las diferencias en la dotacion en los restantes determinantes no es muy grande. La ultima columna del cuadro 7.17 indica la contribucion porcentual de cada variable a Ia diferencia "no explicada" de ingresos Iaborales. EI mayor rendi- miento de la experiencia en el mercado laboral en las zonas no indigenas es el fac- tor que mas contribuye a la diferencia "no explicada" en los ingresos laborales. Todas las categorias de empleo desempeiian un reducido papel en la contraccion de la diferencia. En las tres categorias de empleo, el rendimiento ligeramente su- perior en las zonas indigenas puede reflejar el mayor desempleo que se observa en dichas zonas. EI elevado valor del termino constante en la columna de "no ex- plicada" significa que independientemente de Ia educacion, Ia experiencia y todos los otros factores verificados, quienes viven en las zonas indigenas perciben menor remuneracion que los que viven en zonas no indfgenas, posiblemente por el simple hecho de ser indfgenas. ingresos laborales de las mujeres EI examen anterior de las diferencias en los ingresos laborales se basa en una muestra integrada solamente por hombres, en un intento por identificar las diferen- cias salariales debidas a la discriminacion etnica sin interferencias de un posible sesgo de genero dentro de la estructura salaria!. Para examinar la determinacion de los ingresos laborales y de las diferencias de ingresos IaboraIes entre mujeres in- digenas y no indfgenas y entre hombres y mujeres, se estiman tres funciones adi- cionaies de ingresos laborales, cuyos resultados se indican en el cuadro 7.18. Las funciones de ingresos laborales de las mujeres son similares a las de los hombres, pero difieren en cuanto a la inclusion de una variable de genero en las primeras dos funciones enumeradas, y una variable que neutraliza el efecto del numero de hijos en las tres. Las primeras dos funciones examinan las zonas no indigenas e indfgena<; como un todo y neutralizan el efecto del genero. Las com- paraciones de los coeficientes estimados en Ia variable ficticia masculina entre las dos ecuaciones revela que los hombres de las zonas indfgenas ganan un 60,5% mas que sus contrapartes femeninas, en contraposicion a un 20,3% en las zonas no indigenas. Esta disparidad puede indicar una mayor desigualdad en los ingre- sos entre generos en las zonas indfgenas que en las no indfgenas. La ultima columna indica los resultados de una funcion de ingresos labora- les en una submuestra integrada solo por mujeres. La educacion. ellogaritmo de las horas trabajadas por semana, el trabajo no agricola. Ia afiliacion a sindicatos y los hijos desempeiian un papel significativo en la determinacion de los ingre- sos. La educacion tiene un fuerte impacto sobre los ingresos laborales de las mu- 166 Las pobfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina Cuadro 7.18: Funciones de ingresos laborales por genero No indff?enas lnd(~enas Mujeres indigenas Variable Hombres y mujeres Hombres y mujeres y no indif?enas Afios de escolaridad 0,098 0,099 0,110 (58,0) (8,6) (32,4) Experiencia 0,038 0,021 0,045 (25,9) (2,6) (16,4) Experiencia a1 cuadrado ·-D,0005 -0,0002 0,0007 (21,6) (2,0) (13,3) Logaritmo de las horas 0,421 0,447 0,540 trabajadas por semana (27,9) (6,2) (22,0) Hombre 0,185 0,473 (13,8) (4,4) Casado (I, 0) 0,185 0,165* 0,116 (11,5) (1,9) (3, I) Trabajador no agricola 0,812 1,120 0,532 (21,3) (11,0) (4,4) Trabajador agricola 0,390 0,470 0,219* (9,5) (5,3) (1,5) Empleador 0,330 0,510* -0,086* (2,8) (1,8) (0,3) Sindicato (l, 0) 0,06\ 0,322 0,124 (4,4) (3,3) (4,8) Caracter indfgena del municipio -0,009 (7,0) Hijos -0,0009* -0,010* -0,048 (0,2) (0,5) (4,1) Constante 9,083 8,181 8,848 11.743 544 3.467 0,425 0,455 0,420 Nota: Las estimaciones que no son significarivas han sido indicadas con un asterisco. Todas las estimaciones de los parametros son significativas al nivel del 99%. Las cifras entre parentesis son co- eficientes t. La muestra esta circunscrita a individuos que perciben ingresos positivos y tienen 14 alios de edad y mas. "No indigena" se refiere a municipios que son menos de un 30% indigenas. "Indtgenas" se refiere a municipios que son un 30% y mas indigenas. Fuente: INEG! 1989. jeres, Los coeficientes estimados sobre la educaci6n indican que, para cada ano de educaci6n de una mujer, sus ingresos laborales aumentan un 11 %. Este es un determinante muy significativo, tomando en consideraci6n que la educaci6n fe- menina en la submuestra puede oscilar entre 0 y 17 anos, Si todos los demas de- terminantes se mantienen iguales, una mujer que ha completado la escuela prima- ria (6 alios) gana un 66% mas que una mujer sin educaci6n. Otra variable que - - - - Mexico 167 tiene un impacto significativo es ellogaritmo de las horas trabajadas por semana. Cada punto de incremento en ellogaritmo de las horas de trabajo aumenta los in- gresos laborales de una mujer en un 54%. El trabajo no agricola incrementa el in- greso de una mujer en un 70%. Es interesante sefialar que elmimero de hijos se vuelve estadisticamente significativo en la submuestra de mujeres solamente, 10 que indica el mayor impacto de los hijos sobre los ingresos laborales de las mu- jeres en vez de los de los hombres en una sociedad tradicional. El valor negativo en la variable del porcentaje indfgena de un municipio con- firma la tendencia a los mayores ingresos laborales en las zonas indfgenas. EI valor de -0,009 indicado en la submuestra femenina es casi el mismo que el valor de -0,01 observado en las funciones de ingresos laborales de los hombres. Esta comprobaci6n revela que los ingresos laborales individuales, independiente- mente del genero, disminuyen un 1% por cada porcentaje de concentraci6n indf- gena dentro de un municipio, si se mantienen constantes todos los otros factores. Trabajo de menores y educacion En esta secci6n se procura examinar empiricamente los determinantes de la esco- laridad y de las actividades extraescolares de los nifios en las zonas no indfgenas e indfgenas. Se analizan los determinantes demognificos y de las unidades fami- liares en la participacion en la escuela, los afios de educacion cursados y el tra- bajo de menores, en municipios con diversos porcentajes de poblacion indigena. EI gnifico 7.9 describe esquematicamente la muestra y las actividades escola- res y extraescolares de ninos y jovenes mexicanos (de 12 a 18 afios de edad) en las zonas "mas" y "menos" indfgenas. Tambien se indican las submuestras que se utili zan en el analisis. La poblacion "escolar" incluye 6.071 individuos y 295 ob- servaciones en los municipios menos y mas indfgenas, respectivamente. La po- blaci6n "que no asiste a la escuela" comprende el resto, 0 sea 3.702 individuos no Gnifico 7.9: Distribucion de la muestra y la submuestra No indfgenas (menos del 30%) Indigenas (mas del 30%) Total de la muestra N=620 Asiste a la escuela N=6.071 (62%) Trabaja No trabaja N=1.546 N=2.156 (16%1 (22%) Fuente: JNEGI 1989. 168 Las nmllf""lm~p< en America Latina indfgenas y 325 observaciones indigenas. La muestra "que no asiste a la escuela" se divide entre quienes "trabajan" (que trabajan 30 0 mas horas por semana) y la submuestra "que no trabaja". Debido a la naturaleza de la encuesta, las decisio- nes de asistir 0 no a la escuela son mutuamente excluyentes. Es decir, el nino asiste 0 no a la escuela; un nino no puede clasificarse como que asiste a la escuela y trabaja al mismo tiempo. Ello representa una Iimitacion, ya que de otras fuen- tes se sabe que con frecuencia los ninos que trabajan tambien asisten a la escuela (Myers 1989). Los graficos 7.10 y 7.11 describen las actividades y el desempeno educacional por edades de los ninos mexicanos. En general, cuanto menor sea el nino, mayor sera la poblacion "que asiste a la escuela" en el grupo de edad; cuanto mayor sea, mayor sera la probabilidad de que trabaje. El grafico 7.10 muestra que las zonas no indfgenas tienen un mayor porcentaje de matrfcula por grupos de edades que las zonas indigenas. La brecha entre los porcentajes de matrfcula de las dos zonas se amplia, alcanzando la mayor diferencia a los 17 anos, en que el porcentaje de matrfcula entre los no indigenas es mas del doble que entre los indfgenas. El gra- fico 7.11 muestra los porcentajes de participacion en la fuerza laboral por grupos de edades. Las zonas indfgenas experimentan una mayor participacion de los ninos en la fuerza laboral que las zonas no indfgenas. Ello puede explicarse en Grafico 7.10: Distribucion de los nifios que asisten a la escuela, por grupos de municipios Porcentaje que asiste a la escuela 100 ~------------------------------------------------~ 75 50 25 o~~------~------~----~------~----~------~~ 12 13 14 15 16 17 18 Edad Fuente: INEGI 1989. Mexico 169 Grafico 7.il: Distribuci6n de los niDos que trabajan, por grupos de municipios Porcentaje que trabaja 50 r-------------------------------------------------~ 40 30 20 10 o ~~------~----~----~------~----~----~~~ 12 14 Edad Fuente: INEGI 1989. parte por la ubicaci6n geognifica predominantemente rural de las poblaciones in- digenas. Aunque hasta cierto punto el trabajo de menores se advierte en todos los sectores de la actividad economica, es en el sector agricola en el que esta mas ge- neralizado. En este sector, los ninos comienzan a realizar tare as livianas en las parcelas familiares desde los seis anos, y con el tiempo ayudan en la siembra y la cosecha (Bensusan 1988). Ademas, la diferencia en los porcentajes de trabajo de menores entre las zonas indfgenas y no indfgenas fluctua, produciendose un no- table extremo a los 15 anos de edad. Ello puede obedecer a una mayor incorpo- radon a la fuerza laboral a los 15 afios, 10 que no ocurre a menos edad por las res- tricciones que establecen la edad laboral en los 14 afios (Sinclair y Trah 1991). El cuadro 7.19 presenta el numero medio de anos de educaci6n cursados y sus correlaciones, desglosado en submuestras "que asisten a la escuela" y "que no asisten a la escuela" en las zonas no indigenas e indigenas. La muestra "que no asiste ala escuela" se desglosa a su vez en submuestras "que trabajan" y "que no trabajan". El examen de los afios promedio de escolaridad en las submuestras indigena y no indigena revela un numero mucho mayor de anos de educaci6n cursados entre los no indigenas (grafico 7.12). Dentro de los grupos indigenas y no indfgenas, las submuestras "que asisten a la escuela" tienen la mayor escolaridad promedio, 170 Las en America Latina Cuadro 7.19: Anos medios de escolaridad, por caracteristicas seleccionadas de la muestra Municipios no indfgenas Municipios indfgenas No asisten No asisten a fa escuefa a fa escuela Asisten a No Asisten a No Caracterfstica fa escuela Trabajan trabajan fa escuela Trabajan trabajan Genero Varones 7,1 6,0 5,7 5,3 4,7 4,6 Mujeres 7,4 7,1 5,7 5,8 4,6* 4,0 Educacion de fa madre Ninguna 5,9 5,0 4,3 4,6 4,1 3,6 Primaria e inferior 7,3 6,7 6,3 6,2 6,1* 4,9 Secundaria y superior 8,3 9,4 8,3* 8,5* 0,0 0,0 Educacion del padre Ninguna 5,7 5,1 4,5 4,4 4,1 3,4 Primaria e inferior 7,2 6,6 6,1 5,6 5,2 4,6 Secundaria y superior 8,2 8,7 7,5 7,3 0,0 0,0 Empleo del jefe de la unidad familiar Trabajador no agricola 7,6 7,1 6,3 7,5 5,1* 4,1* Trabajador agricola 5,6 4,8 5,3 4,6 4,2* 4,4 Olros 7,1 5,9 5,7 5,1 4,4 3,9 Nola: La muestra esta constituida pOT nifios de 12 a 18 afios. La media computada con menos de 30 obscrvaciones ha sido indicada con un asterisco. EI trabajo se define como 30 horas 0 mas por se- mana. "No indigena" se refiere a municipios que son menos de un 30% indigenas. "Indigenas" se re- fiere a municipios que son un 30% 0 mas indigenas. Fuente: INEG11989. seguidas por las que "no asisten a la escuela" y que "trabajan", Los nifios que no asisten a la escuela y los desempleados muestran el menor numero de aDos de educacion curs ados, Los afios promedio de escolaridad entre generos son variados. No aparecen di- ferencias que favorezcan sistematicamente a un genero en detrimento del otro. Las mayores diferencias en los afios promedio entre los generos se observan entre los nifios empleados en las zonas no indigenas, en las que las nifias experimentan un promedio de 1,1 mas afios de educacion que los varones. El cuadro 7.20 amplia el examen de las diferencias educacionales por genero dentro de la poblacion joven, indicando los niveles de los aDos de educacion cur- sados por genero, edad y concentracion indfgena de los municipios. Los prome- dios educacionales indican un patron de niveles decrecientes de afios de educa- Mexico 171 Grafico 7.12: N6mero promedio de anos de educacion, por origen etnico Alios de escolaridad 9 ~------------------------------------------------, 8 No indfgena:s~ _ _ _ _ _ __ 7 6 5 • • • 4 ______ ",,------A.:"" 3 2 o 14 Edad Fuente: INEGI 1989. ci6n cursados a medida que aumenta la concentraci6n indigena de los municipios, independientemente del genero. Ademas, las diferencias en los anos de educaci6n cursados entre las zonas mas y menos indfgenas se hacen mas grandes a medida que aumenta la edad. Sin embargo, esta creciente diferencia debida a la edad es mas pronunciada dentro de la submuestra femenina. Asimismo, a medida que au- menta la concentraci6n indigena de los municipios, se incrementa la disparidad que favorece un mayor mimero de alios de educaci6n para los varones. Cuadro 7.20: Anos promedio de escolaridad por genero, edad y categorias de municipios (porcentajes) Edad de los hombres Edad de las mujeres Categor(a de los municipios 6-12 13-17 18-24 6-12 13-17 18-24 Menos de 10% indfgena 3,1 6,9 8,7 3,2 7,2 8,4 10% a 39% indigena 2,7 6,0 6,7 2,8 5,8 6,6 40% y mas indfgena 2,4 5,2 5,3 2,4 4,9 4,4 Fuente: INEGI 1989. 172 Las en America Latina La educacion de los padres parece desempenar un papel importante en el nivel educacional promedio de los hijos. El incremento promedio en el numero de anos de educaci6n cursados de un nino cuya madre tiene una educaci6n secundaria 0 superior, en comparaci6n con una madre sin educaci6n, es de 3,5 anos en las zonas no indfgenas. En el caso de los padres el imp acto s610 se reduce ligera- mente a una diferencia de 3,0 anos. Se observan diferencias similares en las zonas indigenas, aunque no fue posible examinarlo plenamente debido a la falta de ma- dres con educaci6n superior a la primaria en la submuestra. Sin embargo, en los casos en que se dispone de comparaciones entre zonas, el impacto de la educa- ci6n de los padres es mayor en las zonas indigenas. La situaci6n de empIeo del jefe de la unidad familiar tiene un impacto bien de- finido sobre el desempeno educacional de los hijos. Las medias de educaci6n se computan para las categorias no agrIcola, agrfcola y "otras". La categorfa "otras" comprende los que trabajan por cuenta propia, inc1uido el sector informal. Las unidades familiares cuyos jefes son trabajadores no agrIcolas, tanto en las zonas indigenas como no indigenas, tienen hijos con mayores promedios educacionales que aquellas cuyos jefes tienen otro tipo de empleo. Los jefes de unidades fami- liares empleados en trabajos agrfcolas tienden a tener hijos con menores prome- dios educacionales. Sin embargo, es preciso realizar amilisis adicionales, ya que las medias presentadas en este trabajo no neutralizan el efecto de otros factores crfticos como la edad de los hijos. En el cuadro 7.21 se muestran los resultados del amllisis de regresi6n en que se utilizan modelos de variables multiples que neutralizan el efecto de factores que determinan simultaneamente los anos de educacion cursados, la participaci6n en la escuela y el trabajo de menores. EI modelo de anos de educaci6n cursados es una regresion simple minimo cuadriitica. La participacion en la escuela y el tra- bajo de menores se estiman mediante analisis de regresion logistica. La variable dependiente cualitativa del modelo de participaci6n en la escuela es la respuesta binaria de "asiste a la escuela" 0 "no asiste ala escuela". De igual forma, la va- riable dependiente de trabajo de menores supone una respuesta binaria de que el nino "trabaje" 0 "no trabaje". La primera columna del cuadro 7.21 contiene los resultados de la regresi6n de minimos cuadrados ordinarios sobre los anos de escolaridad. Los determinantes como el mlmero de hermanos, el ingreso per capita de la unidad familiar y la ocu- paci6n del jefe de la unidad familiar muestran correlaciones positivas y signifiea- tivas con el numero de anos de educaci6n cursados de los hijos. Sin embargo, el factor mas significativo que eontribuye al desempefio educacional de los hijos es la educaci6n de la madre. El coeficiente estimado de 0,586 sugiere que, en prome- dio, y si se mantienen constantes otros determinantes, el desempefio educacional del nifio aumenta un 58,6% 0 siete meses por cada afio de educaci6n de la madre. El unico coeficiente negativo en el modelo de desempefio edueacional es la coneentraei6n indigena de los municipios. Si bien este eoeficiente es significa- tivo, no es muy grande. Un nino que vive en un municipio que es un 70% indi- gena tendni en promedio, si se mantienen todos los demas faetores constantes, alrededor de ocho meses menos de eseolaridad que un nifio que vive en un muni- Mexico 173 Cuadro 7.21: Explicacion del rendimiento escolar y el trabajo de menores Afios de escolaridad Asislcn a la escuela Trabajan Variable (MeO) (Iogaritmo) (/ogaritmo) Edad 0,136 -0,099 0,0689 (8,5) (29,6) (26,2) Hombre 0,850 0,0197* 0,1111 (12,2) (1,3) (l0,4) Caracter indigena del municipio -0.010 0,0004* 0,0* (4,5) (1,1) (0,1) Hermanos 0,100 -0,0271 0,0055 (5,9) (9,0) (2,6) Unidad familiar encabezada por un hombre 0,100* 0,0723 -0,0403 (1,0) (3,8) (3, I) Escolaridad de la madre 0,586 0,0494 -0,0221 (64,l) (20,6) (13,1) Ingreso per capita de la unidad familiar 0,000* 0,0002 0,0* (1,5) (5,3) (0,6) Ocupacion del jefe de la unidad familiar Trabajador no agricola 0,192 0,1587 -0,0514 (3, I) (12,3) (5,5) Trabajador agricola -.(),423 -0,0783 0,0034* (3,3) (3,9) (0,2) Constante 0,460 5,988 -9,038 R2/chi cuadrado 0,501 2.350 1.238 N 5.684 8.893 8.893 Nota: Los valores que no son significativos han sido indicados con un asterisco. Todos los valo- res son significativos al nivel del 99%. Las cifras entre parentesis representan coeficientes I. Arios de escolaridad estimados para la muestra que asiste a la escuela. La categoria omitida de ocupacion del jefe de la unidad familiar incluye el trabajo por cuenta propia y el sector informal. Los resultados 10- garitmicos indican efectos marginales. Fuente: INEGI 1989, cipio completamente no indigena. EI reducido impacto de la variable indigena in- dica que las diferencias en el desempeno educacional se explican mejor mediante otros determinantes, EI cuadro 7,22 contiene los determinantes significativos considerados en las regresiones y sus valores promedio en zonas de diferente con- centraci6n indfgena. Como puede verse en el cuadro 7,22, los promedios de la mayor parte de los factores determinantes disminuyen a medida que aumenta la concentracion indf- gena. EI mas notable es la disminuci6n de la educacion de la madre, que es el fac- tor que ejerce un efecto mas pronunciado sobre el nivel de escolaridad de los hijos. Resulta obvio que el menor rendimiento escolar de los hijos que se observa en las zonas indfgenas se debe en gran medida a los menores niveles de esos im- 174 Las poblaciones indigenas y La pobreza en America La/ina Cuadro 7.22: Medias de los factores importantes del nivel de instrucci6n Concentracion ind£gena de los municipioI Variable MenOI del 10% 10%-50% Mas del 70% Hombre 0,25 0,25 0,27 Hennanos 3,6 3,6 4,1 Educaci6n de la madre 4,4 2,6 1,0 Ingreso per capita de la unidad familiar 228,2 98,7 44,9 Trabajador jefe de la unidad familiar 0,54 0,46 0,33 Variables dependienles Anos de educaci6n SA 3,8 2,2 Estudiante 0,64 0,59 0,44 Trabajador 0,16 0,16 0,24 Nota: Las variables dependiemes "estudiame" y "trabajador" son variables ficticias; en eonse- euencia, los valores medios son equivalentes a tasas, Por ejemplo, el 64% de la submuestra indigena inferior al 10% son estudiames. Fuente: INEGI 1989. portantes faetores, y que eualquier significaci6n restante de la variable del por- cemaje indigena es captada por los faclores no incluidos en el modelo. La segunda columna del euadro 7.21 presenta los resultados de un modelo que procura expliear la participaei6n en la escuela, en el que la variable dependiente cualitativa es la asistencia a la escuela. Los coeficientes positivos indican la mayor probabilidad de asistir a la escuela. La existencia de unidades familiares eneabezadas por hombres y por trabajadores tiende a incrementar eonsiderable- mente la probabilidad de asistencia a la escuela. Nuevamente, la educaci6n de la madre tiene un impacto significativo sobre la probabilidad de matricula de los hijos, Por cada aiio adicional de educaci6n de la madre, la probabilidad marginal de que el hijo este matriculado se incrementa cerca de un 5%, si se manlienen constantes todos los demas factores, Una madre con educaci6n primaria incom- pleta, equivalente a tres afios, aumenta en casi un 15% la probabilidad de que el hijo este matriculado, Si la madre ha completado la educaci6n primaria, dicha probabilidad aumenta al 30%, El numero de hermanos y la edad tienen coeficien- tcs negativos, reduciendo la probabilidad de matricula a medida que su valor se incrementa, Resulta interesante sefialar que el coeficiente del porcentaje indfgena de un municipio no es estadisticamente significativo, aunque es negativo. A con- tinuaci6n se analiza esta falta de significaci6n. La ultima columna del cuadro 7,21 muestra los resultados de una regresi6n 10- garitmica sobre la probabilidad de empleo de la poblaci6n infanti!. Entre los de- terminantes con un mayor impaeto positivo sobre la probabilidad de empleo figu- ran la edad, el genero y el numero de hermanos, EI genero tiene un fuerte impacto positivo; el hecho de ser hombre incrementa en cerca de un 8% la probabilidad de Mexico 175 empleo de un nino. Los detenninantes que disminuyen el empleo infantil son el hecho de que la unidad familiar este encabezada por un hombre 0 un trabajador y la educaci6n de la madre. El coeficiente del ingreso per capita de la unidad fami- liar no es significativo. Ello no quiere dedr que la probabilidad de empleo de me- nores no este detenninada en parte por el ingreso de la unidad familiar, sino que puede representar un sesgo introducido por una condici6n simultanea, ya que el ingreso per capita de la unidad familiar y el trabajo de men ores estan detennina- dos simultaneamente por cada uno de estos factores. En el modelo estimado, el trabajo de menores esta detenninado en parte por el ingreso de la unidad familiar, pero el ingreso per capita de est a esta detenninado en parte por el trabajo de me- nores, como puede verse en el cuadro 7.23. Ademas, en fonna similar a 10 que ocurre con el modelo de participad6n en la escuela, el porcentaje indigena de un municipio no es significativo para detenninar el trabajo de menores. Aunque el porcentaje indigena de un municipio es insignificante en los dos modelos logaritmicos, ello no debe interpretarse en el sentido de que las zonas in- dfgenas no difieran de las no indigenas en cuanto al numero de atlos de educaci6n cursados y la probabilidad de asistencia a la escuela y de trabajo. Como puede verse en el cuadro 7.22, los niveles medios de olros detenninantes significativos, como la educaci6n de la madre, difieren notablemente entre las zonas indigenas y no indigenas, 10 que explica gran parte de la diferencia interetnica en la varia- Cuadro 7.23: Ingreso laboral promedio de menores ingreso laboral promedio (miles de pesos Porcentaje Variable por mes) del ingreso familiar N Edad 12 a 14 157,3 21,7 135 15 a 16 212,9 25.3 267 17 a 18 250,4 29,2 352 Educacion Ninguna 150,9 29,2 47 Primaria incompleta 183,7 27,0 197 Primaria completa 236,0 26,1 358 Secundaria incompleta 253,2 26,0 152 Hombre 219,4* 27,6 561 Mujer 223,7* 23,4 193 No indfgena (menos del 30%) 228.6 26,3 703 lndigena (30% 0 mas) 108,2 29,1 51 Las diferencias en los ingresos laborales medios entre hombres y mujeres no son estadfsticamente significativas en 0. 0,1 0, y han sido indicadas con un asterisco. Nota: Para la submueslra de empleados de 12 a 18 afios solamente. Fuente: INEGI 1989. 176 Las nflfll/If'/fl"" en America Latina ble dependiente. La falta de significaci6n estadfstica del determinante del porcen- taje indigena del municipio muestra que las diferencias en la educacion y el tra- bajo de menores entre las zonas indigenas y no indigenas se deben a diferencias en la situacion socioeconomica. La presencia de determinantes que miden esta si- tuacion, como la educacion de la madre, el ingreso per capita y el numero de her- manos, "explica" gran parte de la significacion que se atribuiria a un determinante de municipio regresado en un modelo mas simple. Cualquier significacion que mantenga el determinante del porcentaje indigena del municipio se debe ala falta de variables socioeconomic as con las cuales el determinante del municipio esta fuertemente correlacionado. En cuanto a los promedios de aqueUos determinan- tes que son significativos para la participacion en la escuela y el trabajo de me- nores, la submuestra indigena predice una menor probabilidad de asistencia a la escuela y de trabajo de menores que en la submuestra no indigena. Por ejemplo, el promedio de la diferencia en el nivel de educacion de la madre entre ambas zonas es de 2,7 anos mas en los municipios no indfgenas. En base al modelo es- timado de participacion en la escuela, ello significaria, si se mantienen constan- tes todos los otros determinantes de la participacion en la escuela, que la proba- bilidad promedio de matricula en las zonas no indigenas es un 13,4% mayor que en las zonas indfgenas. La contribuci6n del ingreso del trabajo infantil al ingreso total de la familia es considerable. EI cuadro 7.23 muestra la contribuci6n porcentual del trabajo de menores por edades, numero de afios de educacion cursados, genero y categorias de porcentaje indfgena del municipio. Como era de esperarse, la contribuci6n porcentual del trabajo de menores al ingreso familiar se incrementa con la edad. EI mayor numero de anos de educaci6n curs ados reduce la contribucion. El in- greso de los hijos desempena un papel ligeramente mayor en el ingreso familiar total en las zonas indigenas que en las no indfgenas. Es interesante observar que los ingresos laborales medios de los hombres son inferiores a los de las mujeres; esta diferencia, sin embargo, no es estadisticamente significativa. Conclusion EI examen de la pobreza al nivel de los municipios revela una correlaci6n siste- matica entre el mayor grado de pobreza socioecon6mica y el porcentaje de indi- genas que viven en un municipio. EI ingreso, los ingresos laborales y los activos son menores en las zonas de mayor concentraci6n indigena. Por ejemplo, las per- sonas que viven en los municipios mas indfgenas perciben alrededor del 36% del ingreso que perciben las que viven en municipios menos indigenas. Esta dispari- dad persiste incluso cuando se comparan individuos con edad, educaci6n, genero y otras caracteristicas equivalentes entre municipios "mas" y "menos" indfgenas. Los coeficientes de Gini sugieren una mayor igualdad de ingresos dentro de los municipios agrupados por poblaci6n indigena y no indfgena que en el caso de ambas poblaciones juntas, 10 que indica una mayor desigualdad de ingresos entre grupos etnicos. Mexico 177 La descomposicion detallada de las diferencias de ingresos laborales indica que en el caso de la muestra masculina, la dotacion de las caracteristicas evalua- das representa el 52% de la disparidad en los ingresos laborales de los trabajado- res indfgenas y no indigenas. Los factores "no explicados", como las variaciones en la capacidad, la calidad de la educacion, la participacion en la fuerza laboral, la cultura y la discriminacion en el mercado laboral representan el 48% restante de la brecha de ingresos. En consecuencia, los responsables de la formulacion de politicas tienen una considerable posibilidad de reducir la diferencia global de in- gresos laborales entre las poblaciones indfgenas y no indfgenas. Existen grandes diferencias educacionales entre los municipios indigenas y no indigenas, aunque se ha observado una mejorfa considerable durante las iiltimas decadas. Las tendencias en los aiios promedio de educacion muestran que la si- tuaci6n ha mejorado en los ultimos aiios en las zonas indfgenas y no indfgenas. Mas notable ha sido el hecho de que se ha cerrado la brecha entre generos dentro de los grupos de municipios. Sin embargo, la brecha que subsiste entre las zonas indigenas y no indigenas todavia es grande. Las tasas de terminaci6n de la escuela primaria muestran importantes variacio- nes en las diferencias etnicas y de genero. En las zonas no indigenas, los hombres muestran las mayores tasas de terminaci6n de la escuela primaria, mientras que las mujeres de las zonas indfgenas experimentan las menores tasas de terminacion de la escuela primaria. Si bien las investigaciones realizadas en este informe identifican el origen etnico de un individuo por el porcentaje de indfgenas que viven en el municipio en el que reside, los resultados empfricos muestran en forma congruente menores ingresos laborales, menores niveles de vida y menos alios de educacion cursados en aque- lIos municipios en los que la poblacion indfgena represent a el mayor porcentaje. Los resultados empfricos presentados en este capitulo muestran una clara des- ventaja socioecon6mica entre quienes viven en municipios con elevados porcen- tajes de poblaci6n indigena en comparacion con los municipios menos indigenas. Las evaluaciones de la pobreza no pueden permitirse desconocer la manifiesta disparidad socioeconomica que presenta la etnicidad. Las intervenciones deben concentrarse en forma prioritaria en las zonas con elevada concentraci6n de po- blacion indfgena, ya que los datos muestran que con frecuencia el hecho de ser indfgena es sinonimo de ser pobre. i,En que zonas deberfan concentrarse tales programas con el objeto de maximizar sus tasas de rentabilidad? Los analisis lle- vados a cabo en este capitulo ofrecen varias ideas en este sentido. A continuaci6n se resumen brevemente dos de los principales determinantes de la pobreza obser- vados en este estudio, 10 que sugiere que estos determinantes pueden utilizarse para focalizar los mecanismos. La evidente fuerte influencia que ejerce la educacion para aliviar la pobreza e incrementar los ingresos laborales, especialmente en las zonas indigenas, apunta hacia la necesidad de concentrarse en mejorar el acceso a la educaci6n como un importante aspecto del desarrollo, que tiene repercusiones socioeconomicas sig- nificativas y beneficiosas en el largo plazo. Uno de los metodos frecuentemente utilizados para aumentar el acceso de las poblaciones indfgenas ala educacion es 178 Las nnllll1l"tnlnp.< en America Latina la implantaci6n de program as de educaci6n bilingtie. Si bien las investigaciones de este estudio no permiten medir el efecto de la educaci6n bilingtie, sus benefi- cios sobre la poblacion indigena han sido bien documentados en Mexico y en otros pafses (vease mas arriba). Las investigaciones llevadas a cabo en este capi- tulo confirman las desigualdades existentes en cuanto al numero de anos de edu- cacion cursados y el valor critico de la educaci6n entre los diferentes grupos et- nicos de Mexico. En la formulacion de politicas es preciso tener en cuenta las grandes discrepan- cias en la situaci6n socioecon6mica entre generos, que es particularmente pro- nunciada en los municipios indigenas. El fuerte impacto de la educacion de la madre sobre el trabajo, el numero de anos de educaci6n y la pobreza de los hijos pone de relieve la importancia que reviste el aspecto del genero. Los esfuerzos por corregir el sesgo de genero con el fin de proporcionar una distribuci6n mas equitativa del acceso a la educaci6n puede, en el largo plazo, producir mayores beneficios en materia de alivio de la pobreza que los que permitirfan predecir los analisis empiricos. 8 Peru Donna Macisaac En este capitulo, se identifican como indigenas a los individuos que hablan el quechua, el aimara u otra lengua indigena. En el Peru el idioma es un factor im- portante y a pesar de que el quechua y el aimara son lenguas reconocidas oficial- mente y las habla una amplia proporcion de la poblacion, las lenguas indigenas tienen una connotacion social negativa. Muchos indigenas se yen obligados a re- chazar su lengua y su cultura para mejorar su posicion social. En la pinimide so- cial peru ana, los descendientes de europeos de habla espanola se encuentran en la cuspide, seguidos por los mestizos, que en su mayoria hablan solo espanol, y los cholos, termino peyorativo que se utiliza en general para las personas indige- nas que hablan espanol, pero que no se usa en su presencia (vease Bourricaud 1976). Los indfgenas que solo hablan una lengua indfgena se encuentran en la base de la pinimide. EI objetivo de este capitulo es documentar la situaci6n socioecon6mica de los indfgenas peruanos. EI anaJisis se basa en la Encuesta Nacional de Niveles de Vida del Peru (PLSS) rea liz ada en 1991. En primer lugar se identifica la pobla- ci6n indigena, incluyendo su ubicacion y perfil socioeconomico. Luego se ex a- mina la incidencia de la pobreza entre las poblaciones indigenas y no indfgenas, y se analiza la distribucion del ingreso y la ubicaci6n de los indfgenas en esta dis- tribuci6n. Tambien se analizan la distribuci6n del ingreso laboral entre los secto- res economicos, las condiciones de vivienda y salud y los niveles de instruccion con relaci6n a la edad, la ubicaci6n, el genero y la calidad de jefe del hogar. El capitulo incluye estimaciones sobre la participacion en la fuerza laboral y los ingresos laborales de los hombres y mujeres indigenas y no indfgenas por sec- tor economico y ocupaci6n. Los ingresos de los hombres en edad de trabajar se calculan y desagregan para determinar la existencia de diferencias de ingresos la- borales entre los trabajadores indigenas y no indigenas y las causas de estas dife- rencias. Asimismo se examinan empiricamente los factores que afectan la educa- cion infantil, la asistencia escolar, el nivel de escolaridad y la participacion en la 179 180 Las en America Latina fuerza laboral. Por ultimo, el capitulo incluye una investigacion sobre los palra- nes de migraci6n de la poblaci6n indfgena del Peru. Identificacion de la poblacion indigena De acuerdo con la informaci6n recopilada sobre el idioma en la encuesta PLSS, se identifica como poblacion indfgena a aquellos individuos que hablan quechua, ai- mara u otra lengua indfgena. De acuerdo con esta definici6n se calcula que la po- blacion indigena representa el 11,3% de la poblacion total. El 63% de la poblacion indfgena habla quechua y el 37% restante habla aimara (vease el cuadro 8.1). Esta estimacion del total de la poblacion indfgena es un poco mas baja que la del censo de 1981 (CELADE 1992), el cual arrojo un 24,8%, y mucho menor que el calculo estimado para el ano 1970, de 47%, es decir, 9, 3 millones (Jordan Pando 1990). Parte de las diferencias en las estimaciones pueden atribuirse a la definicion de la poblacion indfgena que se uso en cada encuesta. El calculo de la PLSS no per- mite clasificar a quienes hablan dos lenguas indigenas como indfgenas, debido a que la especificacion del idioma es mutuamente excluyente. En consecuencia, las estimaciones de la PLSS sobre la poblacion indfgena son mucho menores que las de otras encuestas, como la de CELADE, que permite combinaciones de lenguas. Tambien es posible que, debido al bajo nivel social que se Ie asigna a los indige- nas, los que tambien hablan espanol se hayan autoclasificado como hispanoha- blantes. Al interpretar las estadisticas sobre la poblacion indigena se debe tener en cuenta la identificacion del origen etnico con el idioma; es probable que los in- dfgenas de habla espanola omitidos se encuentren en una situacion socioecono- mica mejor que los que hablan s610 una lengua indfgena. La cobertura incompleta de la encuesta tam bien puede ser la razon de que se calculara una poblacion indigena menor. Por razones de seguridad, no se encues- taron las unidades agricolas pequenas y las unidades familiares mas remotas de la region de Ia Sierra. En consecuencia, los datos de esta region, particularmente los de la Sierra del norte, muestran una poblacion ubicada en las ciudades 0 cerca de elias. Ademas, debido a que la encuesta excluye las zonas rurales de la Costa y 1a region de la Selva (primordialmente rural), es probable que se haya subesti- Cuadro 8.1: Distribuci6n por tipo de idioma Numero de Idioma observaciones Porcentaje Quechua 996 7.1 Aimara 520 4.2 Espaiiol 9.973 88,7 Total indigenas 1.518 11,3 Fuente: PLSS 1991. Peru 181 made la poblacion indigena que se ubica predominantemente en las zonas rura- les y mas especificamente en lugares alejados. Sin embargo, independientemente de la estimacion de la poblacion total, los datos de la PLSS contienen una abun- dante informacion sobre la situacion socioeconomica de los indfgenas peruanos. Perfil socioeconomico Aunque aparentemente la poblacion indigena tiene un mlmero ligeramente mas alto de mujeres que la poblacion de habla espanola (52,3% comparado con 50,7%), es probable que este sea el resultado de haber definido la poblaci6n indf- gena en terrninos lingiiisticos, es decir, dado que su tasa de participacion en la fuerza laboral es mas alta, es probable que un mayor mimero de hombres indige- nas hablen espano!. En general, las unidades familiares indigenas son mas tradicionales que las no indigenas. Es mas probable que eljefe del hogar sea un hombre, que 10 conforrne una pareja de casados y que tanto el esposo como la esposa esten presentes. Aunque las unidades familiares se clasifican como indfgenas si el jefe habla una lengua indigena, un examen mas cuidadoso revela que no todos los integrantes del hogar hablan una lengua indfgena y que la proporci6n de los miembros del hogar que hablan una lengua indfgena varia considerablemente de un lugar a otro. La unidad familiar indfgena rural promedio esta conforrnada por 4,6 individuos, de los cuales 4,1,0 sea el 89%, habla una lengua indigena. Una unidad familiar indfgena promedio en la ciudad tiene 5,1 personas, de las cuales 2,2, 0 sea eI43%, habla una lengua indigena (vease el cuadro 8.2). Un estudio mas detallado de las Cuadro 8.2: Descripcion de las unidades familia res segun su ubicacion rural 0 urbana indigenas No indfgenas Descripcion Rurales Urban as Rurales Urbanas Tamafio promedio de la unidad familiar 4,6 5,1 4,8 5,1 Promedio hablantes lengua indfgena 4,1 2,2 0,1 0,0 Prom. individuos 13 afios 0 menos 1,6 1,3 1,5 1,3 Jefe hogar masculino 0 conyuge (%) 88,2 87.0 88,3 81,8 Jefe hogar femenino 0 conyuge (%) 92,2 92,9 86,9 92,6 Jefe hogar y conyuge presentes (%) 80.0 79,9 74,2 74,2 Jefe hogar femenino (%) 12,2 13,0 12,9 19,0 Promedio personas casadas \,3 1.4 1,2 1,5 Promedio ingresos familiares (millones nuevos soles/mes) 72,5 176,8 113,6 286,9 Nota: El origen etnico esta definido de acuerdo con el idioma del jefe de la unidad familiar. Fuente: PLSS 1991. 182 Las n()J'lIf1,('/()I1f'S en America Latina zonas urbanas muestra que las unidades familiares indfgenas y no indigenas tie- nen un promedio de 5,1 individuos, 1,3 de los cuales son ninos menores de 13 anos y existen las mismas probabilidades de que tengan a una mujer como jefe 0 que este casada con el jefe del hogar. Sin embargo, es mas probable en las unida- des familiares indigenas urbanas que en las de habla espanola que un hombre sea el jefe del hogar 0 este casado con la jefa del hogar; en consecuencia, es mas pro- bable que las unidades familiares indigenas cuenten con dos padres. Una unidad familiar indfgena urbana promedio tiene menos hijos menores de 13 afios que una unidad familiar indigena rural promedio (1,3 y 1,6 ninos), aun- que las unidades familiares indfgenas urbanas son mas gran des que las rurales (5,1 personas y 4,6). En las unidades familiares indfgenas urbanas, la mayor pro- porci6n de adultos y la mayor proporci6n de hispanohablantes contribuyen signi- ficativamente al ingreso familiar. El ingreso promedio mensual de las familias in- dfgenas urbanas es de 176 miIIones de nuevos soles en comparacion con el de las familias indfgenas rurales, de 76 miIIones de nuevos soles. EI ingreso promedio mensual de las unidades familiares de habla espanola en las zonas urbana y rural son 287 y 144 millones de nuevos soles respectivamente. La composici6n de la poblaci6n por edades (v ease el cuadro 8.3) es impOTtante debido a las implicaciones que tiene en cuanto a la demand a de educaci6n y de empleo y la relaci6n de dependencia econ6mica. La poblaci6n indfgena peruana parece ser de mayor edad que la poblaci6n no indfgena. Es probable que este cambio sea el resultado de un fueTte proceso de socializaci6n, en virtud del cual los j6venes dejan de hablar la lengua nativa de sus padres. Sin embargo, como una elevada proporcion de la poblacion indfgena se encuentra en edad escolar, la prestaci6n de servicios educacionales constituye una preocupaci6n primordial. La relativamente elevada proporcion de ancianos dentro de la poblaci6n indfgena implica una demanda lingiiistica similar en la prestaci6n de servicios sociales, es- pecialmente en los servicios de salud para los ancianos. Teniendo en cuenta que la muestra de poblacion indfgena incluye solo a los que dicen hablar una sola len- gua (indigena) y excluye a los indigenas bilingiies, es po sible que la poblacion in- Cuadro 8.3. Distribucion por edades (porcentajes) Grupo de edades lndfgellas No illdfgenas Menores de 5 aiios 8,3 8,8 5-14 22,0 23,4 15-29 24.6 31.6 30--44 18,9 17.3 45-59 16,1 11.2 Mayores de 59 aiios 10,3 7.8 Total 100,0 100,0 Nota: EI total de cada columna no es exactamente 100% debido a que se redondearon las cifras. Fuente: PLSS 1991. Penl 183 dfgena, que tiene mayores tasas de mortalidad, no tenga mas edad que la pobla- cion no indfgena, y que los que hablan una sola lengua (indfgena) tengan mas edad, debido a que es mas probable que los jovenes vayan a la escuela, aprendan espanol, y con el tiempo se identifiquen mas con las personas que hablan otro idioma (aunque sean bilingues). Distribuci6n regional A pesar de la reciente migracion intema desde las zonas rurales a las urbanas, par- ticulannente a Lima, solo el 6,7% de la poblacion indfgena reside en Lima y el 16,9% en otras zonas urbanas (vease el cuadro 8.4). Por el contrario, el 87% de los hispanohablantes estan ubicados en las zonas urbanas: el 46% en Lima y el 40% en otras zonas. Una mayoria abrumadora de la poblaci6n indfgena, el 76%, vive en las zonas rurales y la mitad esta ubicada en las zonas de la Sierra Sur. Aunque la poblaci6n indfgena comprende el 11 % de la poblacion total del Peru, representa el 42% de la poblacion rural total. Cuando se interpreta la infOlmacion sobre la poblacion indfgena peruana es importante tener presente a la mayoria rural, ya que la que vive en zonas urbanas tiene mayor acceso a los servicios y mas educaci6n que su contraparte rural. Sin embargo, la poblacion indfgena siempre vive en peores con- diciones que la poblacion no indigena, cualquiera que sea su ubicacion. Perfil de la pobreza Ser indfgena equivale a ser pobre. En esta seccion se estima la incidencia de la pobreza en la poblacion indigena y se evalua la posicion de la poblacion indigena Cuadro 8.4: Distribucion regional de la poblacion (porcentajes) Region lnd[gena No indigena Lima 6.7 46,4 Otras zonas urbanas 16,9 40.3 Costa Norte 0,4 18.2 Costa Sur 1,5 1.7 Sierra Norte 0.0 2.0 Sierra Central 2.5 8,7 Sierra Sur 12,5 9,7 Rural 76,4 13,3 Sierra Norte 6,4 7,3 Sierra Central 20.6 4,5 Sierra Sur 49,5 1,5 Total 100.0 100,0 Fuente: PLSS 1991. en America Latina en la distribucion del ingreso en el Peru. La comparacion de las distribuciones del ingreso se realiza en terminos de origen etnico y ubicacion. Por ultimo, las medi- ciones monetarias de la pobreza se complementan con un amilisis de la situacion de la poblacion indfgena en terminos de vivienda, salud y educacion. lncidencia de la pobreza Para analizar la distribuci6n de la pobreza y de la pobreza absoluta entre la po- blacion indigena y no indfgena se utilizaron las lfneas de pobreza que toman en cuenta las discrepancias urbanasl rurales. El nivel de pobreza se define como el ingreso en moneda local equivalente a U8$60 mensuales con paridad del poder adquisitivo del ano 1985 y el nivel de pobreza absoluta como un ingreso de U8$30 mensuales. El cuadro 8.5 presenta la familia de tasas de pobreza (PO' PI Y P2) de Foster- Greer-Thorbecke (FGT) que usa los dos niveles de pobreza. La medida FGT Po Cuadro 8.5: };'amilia de medidas de pobreza de Foster-Greer-Thornbecke para niveles de pobreza In dice de la in dice de brecha de recuento de pobreza lndice FGT Definicion Poblacion Ubicacion pobreza (Po) agregada (PI) (P2 ) Pobreza Indfgena Urbana 67,3 34,7 21,7 Rural 82,6 52.8 38,0 Nacional 79,0 48,4 34,1 No indigcna Urbana 47,4 18,5 9,8 Rural 64,7 29,3 17,9 Nacional 49,7 19,9 10,8 Global Urbana 48,1 19,0 10,2 Rural 72,3 39,1 26,3 Nacional 53,0 23,1 13,4 Extrema Indigena Urbana 32,4 14,4 7,8 pobreza Rural 62,3 30,7 19,0 Nacional 55.3 26,8 16,3 No indfgena Urbana 17.3 5,0 2,5 Rural 30,0 11,9 7,2 Nacional 19,0 5,9 3,1 Global Urbana 17,8 5,4 2,7 Rural 43,7 19,8 12,1 Nacional 23,1 8,3 4,6 Fuente: PLSS 1991. Peru 185 proporciona el fndice de recuento de la pobreza, mediante el cual se calcula la proporci6n de unidades familiares cuyo ingreso per capita esta por debajo del nivel de pobreza. EI ingreso per capita de las unidades familiares se calcula divi- diendo el ingreso total de las unidades familiares por el numero de personas que la conforman (excluyendo al personal de servicio). La FGT PI es el Indice de la brecha de pobreza, que es la diferencia entre el nivel de pobreza y el ingreso medio de los pobres, expresado como razon del nivel de pobreza (conocida como raz6n de la brecha de ingresos) y multiplicado por el fndice de recuento. FGT P2 es una medida de adicion de la gravedad de la pobreza, por la que las brechas de pobreza de los pobres se ponderan por las brechas de pobreza que miden la po- breza agregada (vease Ravallion, 1992). Nota del traductor: esta razon incorpora la distribucion del ingreso entre los mas pobres. asignando un mayor peso a La d~ferencia de ingreso de los mas pobres con reZacion al nive/ de pobreza, ele- vando al cuadrado esas diferencias. Al 79%, la mayorfa de la poblacion indfgena es pobre y al 55% eXlremada- mente pobre. La poblaci6n indigena muestra tasas de pobreza y de extrema po- breza mas elevadas que la poblaci6n no indfgena. En relaci6n con la poblaci6n no indigena, es una vez y media mas probable que los indfgenas sean pobres y tres veces mas probable que sean extremadamente pobres. Al respecto, aunque la par- ticipacion de la poblaci6n indigena con relacion a la poblaci6n total es del II %, esta representa el 19% de los pobres y e127% de los peruanos en extrema pobreza. Tanto el fndice de la brecha de pobreza agregada como el de FGT P2 mues- tran un cuadro similar al del fndice de recuento. La poblacion indfgena es la mas pobre de los pobres. Independientemenle de su ubicaci6n, sus brechas de po- breza son mas grandes y presentan niveles de pobreza mas graves que la de los hispanohablantes. Con frecuencia se sostiene que la poblaci6n indfgena se encuenlra en desven- taja econ6mica debido a su ubicaci6n eminentemente rural. Sin embargo, como 10 muestra el cuadro 8.5, la residencia rural no es la unica causa de los bajos ingre- sos de la poblaci6n indigena. La comparaci6n del promedio de los ingresos per ca- pita de los habitantes rurales muestra que el ingreso promedio de los hispanoha- blantes es significativamente mayor que el de los indfgenas. Mas alin, en relaci6n con los hispanohablantes rurales, es 1,3 veces mas probable que los indfgenas ru- rales sean pobres, y dos veces mas probable que sean extremadamente pobres. Distribuci6n del ingreso La poblaci6n indigena del Peru se encuentra principalmente en los deciles de in- greso mas bajos. De hecho, el 74% de las personas que hablan una lengua indf- gena se encuentran en los tres deciles inferiores y el 45% se encuentra en el mas bajo (vease el grafico 8.1). El cuadro 8.6 muestra la proporcion de la poblaci6n indigena en cada decil de ingreso. Esta proporci6n disminuye a medida que au- menta el ingreso promedio per capita. La poblaci6n indfgena conforma el 50% del decil de ingreso mas bajo, mientras que representa menos del 2% del decil de ingreso mas alto. Si la poblaci6n indigena estuviera distribuida de una manera J86 Las poblaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina Grafico 8.1: Distribuci6n del ingreso familiar a nivel nacional Proporcion de la poblacion indigena 50 .---------------------------------------------~ 40 ............................................................................................................. 30 20 ........................................................................................................ 10 ,......................................................................................-1 o 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Decil de ingreso Nota: Ingreso per capita de las unidades familiares Ingreso total de las unidades familiaresl Tamafio de las unidades familiares. Fuente: PLSS 1991. mas homogenea entre todos los deciles de ingreso, la participadon de Ia pobla- cion indfgena en cada dedI serfa del 11 %. En la distribucion actual del ingreso, la poblacion indigena que se encuentra en el dedI mas bajo es 4,5 veces mayor que los indigenas en la poblacion total. Los coeficientes de Gini revelan un ingreso mas homogeneo entre la poblacion no indigena, excepto en las zonas urbanas (vease el cuadro 8.7). EI grafico 8.2 ilustra la distribucion del ingreso de los dos grupos. EI decil superior de ingresos de la poblacion indfgena incluye el 43% de todo el ingreso indfgena, mientras que el decil correspondiente a la poblacion no indigena incluye el 34% del ingreso. EI relativamente alto coeficiente de Gini para la poblacion indfgena indica una mayor disparidad de ingresos entre la poblacion indigena rural. EI cuadro 8.8 clasifica la distribucion del ingreso por sector economico utili· zando los ingresos laborales como medida monetaria de bienestar. Confirmando 10 observado previamente sobre la desigualdad del ingreso entre grupos, el cua- dro muestra que la poblacion hispanohablante de cada sector, con excepcion de 1a agricultura, tiene una participacion mas que proporcional en los ingresos labo- rales. En general, e115% de la fuerza laboral peru ana esta formada por indfgenas, pero este grupo solo percibe el 6% del total de los ingresos laborales. EI sector agricola contribuye en forma apreciable a la desigualdad general del ingreso. Los trabajadores indfgenas del sector agricola constituyen el 10% de la fuerza laboral del Peru, pero solo perciben el 1,3% de los ingresos laborales tota- les. Aunque los ingresos laborales de los trabajadores hispanohablantes en el sec- tor agricola son men ores en relacion con su participacion, la disparidad de los in- Peru 187 Cuadro 8.6: Participacion de la poblacion indigena en cada decil de ingreso Factor multiple Porcentaje de la poblaci6n Media del ingreso per de fa poblaci6n indfgena en Decil de etipi ta de las unidades iOOfgena en cada relaci6n con el ingreso familiares decil promedio 4,7 50,2 4,5 2 11, I 21,5 1,9 3 16,9 11,1 1,0 4 22,5 6,8 0,6 5 28,3 5,4 0,5 6 35.6 5,6 0,5 7 44,4 4,4 0,4 8 56,2 2,9 0,3 9 76,7 2,1 0,2 10 163,0 2,0 0,2 Nota: EI ingreso esta expresado en millones de nuevos soles mensuales. Fuente: PLSS 1991. gresos es mucho menos, correspondiendoles el 5,3% de los ingresos totales por una presencia del 10,7% en este sector. Despues del sector agricola, el sector in- dustrial es el que mas contribuye a la desigualdad del ingreso, debido a que los trabajadores indigenas del sector perciben alrededor de la mitad de los ingresos que les corresponderfan de acuerdo con su participaci6n en ese segmento de la fuerza laboraL Los trabajadores hispanohablantes de los sectores minero, de trans- porte y financiero perciben una proporci6n de ingresos muy por encima de su par- ticipacion en la fuerza laboraL Cuadro 8.7: Indice de Gini de desigualdad del ingreso por origen etnico y ubicacion Indfgenas No indfgenas Todos Coeficiente de Gini-nacional 0,571 0,458 0,481 Ingreso medio' 18, I 49,4 45,9 Coeficiente de Gini-urbano 0,430 0,438 0,439 Ingreso medio" 31,9 53,4 52,7 Coeficiente de Gini-ruml 0,577 0,490 0,539 Ingreso medioa 13,7 23,0 19,1 a. El ingreso expresado en millones de nuevos soles mensuales. Fuente: PLSS 1991. 188 Las nm"mC'ln,"', mnlopnn< en America Latina Graflco 8.2: Distribucion del ingreso per capita de las unidades familiares Porcentaje acumulativo del ingreso total 100 90 ..•...............................................................•............•........................• . 80 ...•...............................................................•.......................•......... . ... 70 ....... .............. ........ ............. ....... ..... ....... .... ............. ..••.... .... ........ . ...... . 60 .......•..................•........•.•..............................••..........•..•......•• ••. ...•.•... 50 40 ..•.......•.............•......•.......................•............•....• 30 20 10 o 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 Participaci6n en la poblacion (porcentaje) Fuente: PLSS 1991. Condiciones de vivienda En las dos secciones anteriores se analiza la distribuci6n de la desigualdad eco- n6mica y de la pobreza entre grupos etnicos, definida de acuerdo con el ingreso o con el gasto de consumo. Sin embargo, otras medidas relacionadas con el bie- nestar, tales como las condiciones de vivienda, alios de educaci6n curs ados y el acceso y uso de instalaciones de salud, sirven para complementar estas medidas monetarias y aclarar el cuadro del bienestar individual. El cuadro 8.9 muestra las condiciones de vivienda de cada grupo. Aunque es mas probable que las poblaciones indigenas sean propietarias de sus viviendas, la Peru 189 Cuadro 8.8: Distribucion del ingreso por sectores economicos (porcentajes) lnd(gena No indfgena Sector Poblaci6n lngreso Poblaci6n lngreso Sin clasificaci6n 0,0 0,0 0,3 0,2 Agricultura 9,6 1,3 10,7 5,3 Mineria 0,1 0,0 1,3 3,9 Industria 0,9 0,5 13,6 14,9 Electricidad 0,0 0,0 0,6 1,2 Construcci6n 0,5 0,4 3,7 4,8 Comercio 2,3 1,7 25,6 26,6 Transporte 0,3 0,3 5,0 8,9 Sector financiero 0,0 0,0 3,7 6,3 Servicios (inc1uye estatal) 1,5 1,5 20,3 21,9 Participacion total 15,2 5,8 84,8 94,2 Fuente: PLSS 1991. composicion ffsica de sus casas es sistematicamente deficiente en comparacion con las casas de los hispanohablantes, En cuanto a las consideraciones de salud, es especialmente importante el acceso a los servicios de agua corriente e instal a- ciones sanitarias. Solo el 46% de las unidades familiares indigenas cuenta con servicios de agua corriente; el 31 % utiliza pozos y el 15% recurre al rio para pro- veerse de este elemento. Solo el 21 % de las unidades familiares indigenas tiene servicio publico de eliminacion de desechos. Estos dos factores son causa de en- fermedades intestinales y por 10 tanto pueden estar relacionados con la elevada incidencia de la diarrea, que es del 13% en la poblacion indigena, en compara- cion con el 7% en la poblacion hispanohablante. El examen de las diferencias rorales y urbanas permite destacar algunas obser- vaciones interesantes. Aunque las unidades familiares indfgenas muestran menor probabilidad de tener acceso al servicio publico de agua tanto en las zonas rora- les como en las urbanas, tienen mayor probabilidad de obtener el agua de pozos. Por ejemplo, el 16% de las unidades familiares indfgenas urbanas y el 39% de las rurales tienen pozos, mientras que las proporciones correspondientes de las un i- dades familiares de habla espanola en estas regiones son solo del 2% y el 10% respectivamente. Entre las unidades familiares rorales, un elevado porcentaje de hogares hispanos utiliza los rios como fuente de agua. Sin embargo, el predomi- nio de Ia poblacion indigena en las zonas rorales se traduce en una elevada pro- porci6n de la poblacion indfgena que esta expuesta a enfermedades relacionadas con la calidad deficiente del agua, Con respecto a la poblaci6n no indigena, tambien es menos probable que las unidades familiares indfgenas urbanas y rurales tengan servicio de aIcantarillado, 190 Las pobfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina Cuadro 8.9: Condiciones de vivienda (porcentaje de unidades familiares) lndfgenas No indigenas Condicion Total Urballas Rurales Total Urbanas Rurales Tipo de vivienda Independiente 97,5 92,7 100,0 85,8 83,5 100,0 Departamento 0,0 0,0 0,0 5,2 6,1 0,0 Varias casas en un patio 0,3 0,9 0,0 3,9 4,6 0,0 Vivienda en complejo 1,9 5,5 0,0 3,2 3,7 0,0 Vivienda improvisada 0,3 0,9 0,0 1,3 1,5 0,0 Otras 0,0 0.0 0.0 0,5 0,6 0,0 No. promedio de habitaciones 2,8 3.2 2,6 3,5 3,6 3,0 Habitaciones per capita 0.7 0,7 0,7 0,8 0,8 0,8 Tenellcia Invasion 3,0 5,8 1,5 3,0 3,1 1,9 Vivienda propia 86,2 80,2 89,4 71,1 68.3 89,0 Alquiler 3,4 6,9 1,6 14,4 16,1 3.2 Otms 7,4 7,1 7,6 11,5 12.4 5,9 Fuente de agua Servicio publico 46,3 79,2 38,1 80,7 92,0 47,9 Publico: dentro de la casa 34,1 60,3 20,3 74,4 79.4 42,4 Publico: dentm del edificio 12,2 12,2 12,2 6,3 7,0 2,3 Publico: fuera del edificio 6,0 6,7 5,6 5,3 5,6 3.2 Pozo 30,8 16,1 38.6 3,2 2,1 10,0 Rio 14,8 0,0 22,6 5,4 0,1 39,0 Carro cisterna 0,9 2,6 0,0 3,0 3,4 0,2 Otm 1.3 2.4 0.7 2,5 2,4 2,9 Savicio de alcantarillado Publico 21,4 54,7 3,7 71.6 81,0 12,2 Pozo/pozo septico 6,2 5,0 6,8 3,7 3,6 4,6 Letrina 39,1 24,2 47.0 10,9 7,9 29,7 Ninguno 33,4 16,1 42,6 13,8 7,5 53,5 Fuente de lUI Electricidad 41.8 75,2 24,0 88,3 96,3 37,4 Quemseno 48,0 15,3 65,4 9,3 2,3 53,8 Velas 9,6 8.7 10,2 2,1 1,0 8,9 Ninguna 0,3 0,9 0,0 0,1 0,1 0,0 Otra 0,3 0.0 0,4 0,3 0.4 0,0 Servicio tetefunieo 2,2 5,3 0,5 18.0 20,8 0,0 Fuente: PLSS 1991. En consecuencia, el mimero de letrinas es mayor entre la poblacion indigena. En las zonas urbanas y rurales, la proporci6n de unidades familiares indfgenas con letrinas es significativamente mayor que la proporci6n correspondiente de hoga- res hispanos hablantes, Aunque el 24% de las unidades familiares indfgenas de las zonas urbanas tiene letrinas, en el caso de las de habla espanola esta cifra al- canza a solo el 8%. Peru 191 Una proporcion excepcionalmente grande de unidades familiares indfgenas, el 48%, usa queroseno como fuente de iluminacion; el 88% de los hispanoha- blantes usa electricidad. En las zonas urbanas, el uso del queroseno es siete veces mayor en las unidades familiares indfgenas que entre los hispanohablantes. Debido a que la luz del queroseno genera particulas contaminantes en el aire, en promedio la poblacion indigena esta expuesta a may ores niveles de contamina- cion ambiental interior que el promedio de la poblacion hispanohablante. La con- taminacion ambiental interior esta directamente relacionada con enfermedades respiratorias y con el cancer (Banco Mundial 1992). Mas aun, la proporcion relativamente mayor de unidades familiares indigenas que no tienen servicio publico de agua y alcantarillado y electricidad, prueba la existencia de barrios en las zonas urbanas que se han establecido como conse- cuencia de invasiones realizadas por poblaciones indfgenas. La encuesta indica una mayor incidencia de viviendas procedentes de invasiones entre la poblacion indfgena (5,8%) que entre la poblacion de habla espanola (3,1%). Salud La poblacion indfgena es mas propensa a las enfermedades que la poblacion no indfgena. pero tiende menos a consultar al medico (cuadro 8.\0). Quiza como resultado de las deficientes condiciones iniciales de salud, 0 del descuido en el tratamiento, la duracion y Ia gravedad de las enfermedades entre la poblacion in- dfgena son mas eJevadas. La proporcion de la poblacion indigena que es hospita- lizada casi duplica la proporcion de la poblacion de habla espanola. Aunque el costa promedio de hospitalizacion y medicamentos es mas bajo para los indfge- nas, solo el 57% de ellos compra medicamentos para curar sus enfermedades. en comparacion con el 81 % de la poblaci6n no indfgena. Cuando un indfgena busca ayuda medica, es mas probable que recurra a un paramedico, un farmac610go 0 un curandero tradicional que a un medico, odont610go, obstetra 0 enfermero profesional. Debido en parte a la ubicaci6n rural, es dos veces mas probable que los indfgenas reciban tratamiento en clf- nicas moviles 0 en la casa del medico 0 del paciente. en comparacion con los hispanohablantes. Es dos veces mas probable que estos reciban tratamiento en una clinica 0 consultorio privado en comparacion con los que hablan una lengua indigena. Aunque el transporte publico es el medio que mas usa la poblacion no indigena para llegar a las clinicas (46%), e156% de los indfgenas camina hasta los centros de atenci6n. Como resultado del deficiente servicio de trans porte, las personas que hablan una \engua indfgena se de moran mas en \legar a los centros de tratamiento que los hispanohablantes. Una vez en la cHnica. el tiempo de es- pera para recibir tratamiento es mayor para las personas indfgenas que para los hispanohablantes. En terminos de atencion preventiva, el 73% de la poblacion indfgena ha reci- bido las vacunas BCG (bacilo de Calmette y Guerin), poliomielitis, triple y sa- rampi6n, en comparacion con el 81 % de la poblacion no indfgena. El 2% de la poblacion indigena no ha recibido ningun tipo de vacuna, proporcion que es cua- tro veces mayor que la de la poblacion no indfgena. 192 Las en America Latina Cuadro 8.10: Condiciones de salud por origen etnico No Estado indigena indfgena Todos Enfel1llo en las ultimas 4 semanas (%) 34,1 31,4 31,7 Dfas de enfel1llcdad en las ultimas 4 semanas 9.4 8,7 8,8 Dfas de incapacidad en las ultimas 4 semanas 2,9 2,1 2,2 Consulto al medico en las ultimas 4 semanas (%) 36,5 51,5 49,7 Porcentaje de consuitas Salud 0,8 1,7 1,6 Medicamentos 1,3 1,1 LI Ninguna 97.9 97,\ 97,1 PIY!fesional de la salud (%) Medico, odonto1ogo, obstetra, enfel1llera 76,2 86,4 85,5 Paramedico 7,6 3,1 3.5 Farmacologo 11,8 9,2 9.4 Curandero tradicional 3.7 0,9 1,1 Lugar donde se realizo ef tratamiento (%) Hospital 37,2 36.2 36.3 Centro de salud 12,4 14,5 14,3 Clfnica movil 11,5 5,0 5,6 Centro comunitario 0,7 0,8 0,8 Clinica/consultorio privado 14,8 28,7 27,5 Fal1llacia 11,4 9,3 9,5 Casa del medico 2,0 1,2 1,3 Casa del paciente 4,1 2,8 3,0 Dtro 5,7 1,5 1,8 Transporte a la illstalacion de salud (%) Publico 32,0 46,2 44,9 Vehfculo privado a motor 8,5 8.9 8,9 Caminando 55,9 43,0 44,2 Tiempo para llegar aver al medico (minutos) 42,0 37,0 37.4 Tiempo de espera para recibir tratamiento (minutos) 69,5 61,4 62,1 No, de veces atendido por la misma enfel1lledad 1,8 1,9 1,9 Cosio servicios agente (millones nuevos soles) 3,0 4,8 4,6 Hospitalizado (%) 7,2 4,5 4,7 Noches de hospitalizacion 6,5 8,9 8,6 Costo de hospitalizacion (millones nuevos soles) 9,1 63,3 55,1 Medicamentos adquiridos (%) 57,4 81,3 78,4 Costo medicamentos (millones nuevos soles) 7.2 11,8 11.4 Vacunas recibidas (%) BCG, polio, triple, sarampion 73.5 81,0 80,1 Algunas vacunas 24,2 17,9 18,7 Ninguna vacuna 2.1 0,5 0,7 Diarrea en los ultimos 15 dias 12,5 6,8 7.5 Fuente: PLSS 1991. Pertl 193 Educaci6n El sistema nacional de educacion del Peru consiste en seis alios de escuela prima- ria obligatoria, cinco afios de secundaria, y universidad 0 educaci6n superior no universitaria. De acuerdo con las estadfsticas de la UNESCO (1989), solo el 66% de los peruanos ingresan a la escuela prirnaria a los seis afios de edad, aunque el 97% asiste a la escuela en algun momento de su vida. Sin repetir grados 0 sin au- sencias prolongadas de la escuela, la ensefianza secundaria comienza a los 12 alios y continua hasta los 16; la educaci6n superior se inicia a los 17 alios. En pro- medio, se necesitan cinco alios para terrninar una carrera universitaria. El cuadro 8.11 presenta el promedio de los alios de escolaridad para los grupos de edad seleccionados de acuerdo con el origen etnico y la ubicacion urbana/rural. Con respecto a la poblacion adulta, los datos indican que la diferencia entre los niveles de instruccion de la poblacion indfgena y no indfgena se ha reducido en los ultimos alios. En promedio, el nivel de educacion de la poblacion no indfgena es un 47% mas alto que el de la poblacion indigena, aunque en los ultimos 20 afios esta diferencia en terrninos de educacion se ha reducido a menos del 20%. Mas aun, en las zonas rurales la ventaja educacional de los nifios no indfgenas con respecto a los nifios indfgenas es minima. A pesar de la similitud de los niveles de educaci6n de los grupos etnicos en las zonas rurales, los habitantes de estas zonas tienen menos educaci6n que los habitantes de las zonas urbanas. Cuadro 8.11: ADOS de educaci6n cursados, por edad y ubicaci6n Razon de fa Promedio de anos de ventaja de escolaridad educacion de no No indigenas vs. Grupo de edades Indfgenas indfgenas indigenas Poblaci6n adulta 20-29 7,7 11,0 1,43 30-39 6,6 10,5 1,59 4D-49 5,6 9,1 1,63 50-59 4,7 7,7 1,64 60 aiios 0 mas 4,8 6,7 1,40 Todas las edades 5,5 8,1 1,47 Poblaci6n en edad escolar, zonas urbanas 6-11 2,4 2,2 0,91 12-16 5,9 7,0 1,20 17-21 8,9 10,0 1,18 22-25 10,5 11,4 1,14 Poblaci6n en edad escolar, zonas rurales 6-11 1,8 1.8 1,03 12-16 5,9 6,1 1,03 \7-21 7,9 8,4 1.05 22-25 7,4 9,0 1.22 Fuente: PLSS 1991. 194 Las poblaciones indtgenas y la pobreza en America Latina En las zonas urbanas, los ninos indigenas en edad de recibir educacion prima- ria tienen mas educaci6n que sus contrapartes no indfgenas. Sin embargo, entre los ninos urbanos en edad de recibir educacion secundaria, la ventaja educacional fa- vorece a los hispanohablantes. Segun este analisis podemos concluir que una gran proporcion de los ninos indfgenas urbanos abandona la escuela, 0 repite grados. Actualmente, el 40% de la poblacion no indigena esta matriculada en escuelas, en comparacion con el 36% en el caso de la poblacion indigena. Es probable en- tonces que sin una intervenci6n especffica, los hispanohablantes mantengan una ventaja educacional. En el cuadro 8.12 se presentan las tasas de analfabetismo de acuerdo con el idioma y la ubicacion. Se considera que una persona es analfabeta si no sabe leer ni escribir y tiene por 10 menos 14 anos de edad. Las tasas de analfabetismo son mucho mas altas entre la poblacion indfgena que entre la no indfgena, con un 5,2 y un 0,3%, respectivamente. Aunque la proporcion de la poblacion indigena que habla aimara es relativamente pequena, en ella se concentra la mayoria de la po- blaci6n indigena analfabeta. El alto grado de analfabetismo que existe entre las personas que hablan aimara puede atribuirse en parte a su aislamiento geognifico (Escobar 1988). Las zonas rurales general mente presentan tasas de analfabetismo mas elevadas, debido a que la baja densidad de la poblacion dificulta el acceso a las escuelas. Ademas, se ha asignado un menor enfasis en la educacion en termi- nos de las ocupaciones rurales tradicionales. Sin embargo, actualmente una pro- porcion mas elevada de indigenas analfabetos de habla aimara se encuentra en las zonas urbanas (10,9%) que en las zonas rurales (6,2%). Las tasas mas altas de analfabetismo entre la poblaci6n de habla quechua y espanola se encuentran en las zonas rurales. La poblacion indigena no s610 tiene menos educaci6n y menos nivel de alfabe- tizaci6n que la poblacion de habla espanola, sino que tambien se encuentra reza- gada con relaci6n a la poblaci6n no indigena en terminos de cursos de capac ita- ci6n. Solo el 8% de la poblacion indigena inform6 haber tornado un curso de capacitacion en comparacion con un 28% entre los hispanohablantes. La diferencia de niveles de instrucci6n entre los jefes de unidades familiares de los distintos grupos etnicos es considerable. El cuadro 8.13 indica que solo el 40% de los jefes de unidades famiIiares indigenas tienen niveles de instruccion superiores al primario. En contraposici6n, el 41 % de los jefes de unidades fami- Cuadro 8.12: Distribuci6n del analfabetismo por idioma y ubicaci6n (porcentajes) ldioma Total Urbana Rural Total indigena 5,2 4,1 5,8 Quechua 3,9 1,2 5,6 Aimara 7,3 10,9 6,2 No indfgena 0,3 0,2 0.8 Fuente: PLSS 1991. Peru 195 Cuadro 8.13: Nivel de instruccion mas alto de los jefes de unidad familiar (porcentajes) Nivei de illstrucciOIl mas alto Illd(gcllas No ind(gellas Ninguno/inicial 1,7 0,5 Primaria incompleta 29,8 14,3 Primaria 28,9 22,6 Secundaria incompleta 15,5 13,8 Secundaria 18,4 27,3 Superior no universitaria 0,5 4,8 Universilaria incompleta 1,5 4,0 Universitaria completa 3,8 12,2 Posgrado universitario 0,3 0,7 Total 100,0 100,0 Nota: El total de cada columna no es exactamente 100% debido a que se redondearon las cifras. Fuente: PLSS 1991. liares de habla espanola tiene alguna educacion secundaria y el 22% algun nivel de instruccion superior al secundario. Solo el 6% de los jefes de unidades fami- Hares indfgenas tienen algun nivel de instrucci6n superior al secundario. El analisis de los niveles de educacion por genero y grupo etnico muestra que las brechas en terminos de educaci6n han disminuido lentamente a 10 largo del tiempo, tanto entre grupos como entre generos (vease el grMico 8.3). Con res- pecto a los individuos nacidos antes de 1980, el patron de la media de escolari- dad con base en el grupo etnico y en el genero es estable. Los hombres no indf- genas tienen mas educacion que las mujeres no indigenas, quienes a su vez tienen mas educacion que los hombres indigenas, a quienes les siguen las mujeres indi- genas. En todas las cohortes de nacimiento, la poblaci6n indigena tiene menos educaci6n que los hispanohablantes y las mujeres indigenas muestran menor grado de educaci6n. En las tasas de alfabetizaci6n se encuentra la misma relacion entre grupos et- nicos y genero con respecto a la media de los anos de escolaridad, pero la dispa- ridad es mas pronunciada. Se observan tasas decrecientes de alfabetizacion en el siguiente orden: hombres no indigenas, mujeres no indfgenas, hombres indigenas y mujeres indigenas. El cuadro 8.14 muestra los afios de educacion cursados por idioma y genero. La brecha en los afios de educaci6n cursados es mayor entre las mujeres que entre los hombres. La proporci6n de mujeres indigenas con educaci6n primaria 0 infe- rior es del 74%, casi el doble de la proporci6n correspondiente a las mujeres de habla espanola. Al mismo tiempo, se observa una mayor reducci6n en las dife- rencias por genero entre la poblaci6n no indigena y la indfgena. De hecho, en la poblaci6n actual de hispanohablantes en edad de recibir educaci6n primaria, las 196 Las en America Latina Grafico 8.3: Educaci6n formal por cohortes de nacimiento Alios de educaci6n 12 r-------------------------------------------------~ Hombres no indfgenas 11 ,,--------. 10 9 , ,- 8 7 ,;r-_..., Hombres indfgenas......... rt" ........... 6 -.. .,... ... 5 . ...... ' ,, " , ........ ' " 4 ' .. _-- ..' , Mujeres indlgenas 3 ~~----~----~----~----~----~--~----~----~~ 1930-34 1935-39 194D-44 1945-49 1950-54 1955-59 1960-64 1965-69 1970-74 Cohorte de nacimiento Fuente: PLSS 1991. ninas tienen mas educaci6n que los varones. En comparaci6n, los ninos indfge- nas de esta edad perciben un 11 % mas de educaci6n que las ninas indigenas. Antes de conduir que la poblaci6n indfgena asigna mayor importancia a la educaci6n de los ninos que de las ninas, es preciso en tender los factores que afec- tan las decisiones relacionadas con la educaci6n. Un aspecto de esta decisi6n es el consumo, mediante el cualla gente adquiere educaci6n independientemente de sus beneficios financieros. Otro aspecto, y quiza el mas importante, es la inver- si6n, que valora la educaci6n de acuerdo con su rendimiento financiero. Si los mayores ingresos laborales son una funci6n de niveles mas altos de educaci6n, hay mas incentivos para educarse. Desafortunadamente, las consideraciones que afectan la educaci6n de las mujeres con respecto a los hombres son mas subjeti- vas, debido a que cad a cultura asigna una prima de riesgo a la educaci6n de las mujeres. Esta prima se basa en percepciones culturales acerca del papel de la mujer 0 de la probabilidad de que las mujeres permanezcan en el mercado labo- raL En resumen, las diferencias entre los logros escolares de ninos y ninas se deben a las diferencias en el valor que asignan los padres a los hijos, 0 a que la cultura considera que el rendimiento neto de educar a los varones es mas alto que el de educar a las nillas. En un estudio sobre la relaci6n que existe entre genero y educaci6n en las zonas rurales del Peru, Gertler y Glewwe (1992) han comprobado que los padres Peru 197 Cuadro 8.14: Nivel de instrucci6n mas alto (porcentajes) ----- Mujeres Hombres Nivel de educaci6n mas alto alcanzado Indfgenas No indigenas Indfgenas No indfgenas Ninguno/inicial 6,9 3,2 5,4 3.5 Primaria incompleta 43,2 21.6 31,3 19,1 Primaria 23,4 16,3 23,0 14,0 Secundaria incompleta 16,4 19,9 19,7 22,0 Secundaria 6,4 24,1 15,6 22,9 Superior no universitaria 0,9 5,2 1,5 5,2 Universitaria incompleta 0.6 3,7 1,0 5,3 Universitaria completa 2,3 5,8 2,4 7,4 Posgrado universitario 0,0 0,3 0,2 0,5 Total 100,0 100,0 100,0 100,0 Nota: EI total de cada columna no es exactamente 100% debido a que se redondearon las cifras. Fuente: PLSS 1991. estan menos dispuestos a pagar la educacion de las niiias que la educacion de los niiios. Segun 10 demuestra este estudio, el ingreso promedio de las unidades familiares indfgenas localizadas en zonas rurales es men or que el de las unida- des familiares no indigenas localizadas en estas zonas: 51 y 72 millones de nue- vos soles por mes, respectivamente. Por 10 tanto, a las unidades familiares indi- genas puede resultarles mas dificil pagar la educacion. Ademas, en muchas de las familias peruanas de ingresos bajos y medios, como es el caso de la mayorfa de las unidades familiares indfgenas, los padres prefieren enviar a sus hijos a la escuela y dar a sus hijas una educacion minima, para luego encargarlas de las ta- reas domesticas (Vargas 1987). Las familias que residen en las zonas rurales del Peru mantienen actitudes preferenciales hacia los ninos y de discriminaci6n hacia las ninas (Fernandez 1986). Aunque la posicion social de los hombres y las mujeres indfgenas fue igual en su momento, parece ser que actualmente los padres indigenas estan mas dispuestos a educar a sus hijos que a sus hijas (Gal- vez Barrera 1980). Proyecciones de los ingresos laborales En esta secci6n se desarrolla un modelo de ingresos laborales individuales basado en fact ores econ6micos y de otro tipo. EI prop6sito principal de este modelo es examinar la existencia de una diferencia entre los ingresos laborales de las pobla- dones indfgenas y no indfgenas y las causas de esta diferenda. 198 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Toledo (Carnoy 1979) presento un modelo de ingresos laborales basado en los datos sobre el ingreso correspondientes a 1961 y 1972, con el fin de analizar los cam bios en la distribuci6n (global) del ingreso en el Peru. Ueg6 a la conclusi6n de que la brecha del ingreso se amplio en los anos sesenta, no tanto como conse- cuencia de los cambios en las caracteristicas de la fuerza laboral, sino mas bien debido a los niveles de compensacion de estas caracteristicas (cambios en la tasa salarial segun la ocupaci6n). Este estudio explica en parte el deterioro de la dis- tribuci6n del ingreso indfgena/no indigena, pues como se sabe, la poblaci6n in- digena ha sido menos movil y menos propensa a cambiar de trabajo fuera del sector agricola. Tambien puede observarse que, como podia esperarse dados los resultados de nuestro estudio, en el modelo de Toledo las variables ficticias usa- das para las Jenguas indfgenas esUin correlacionadas negativamente con los ingre- sos laborales. Participaci6n en laJuerza laboral adulta Para describir el mercado laboral peruano y, mas especificamente, la posicion de la poblaci6n indigena en ese mercado, se seleccion6 una muestra de la PLSS que representa la fuerza laboral potencial. En general, la fuerza laboral potencial esta conformada por individuos aptos para trabajar. Dada la elevada tasa de participa- cion de los peruanos j6venes en la fuerza laboral, la muestra de la fuerza laboral potencial comprende individuos entre los 12 y los 65 afios y excluye a los que tra- bajan menos de 30 horas semanales mientras asisten a la escuela. Partiendo de los datos de la PLSS, el ingreso laboral se define como todo in- greso derivado de trabajos tanto primarios como secundarios, realizados durante los ultimos siete dfas, 0 cualquier ingreso derivado de trabajos primarios 0 secun- darios realizados durante el ultimo ano. Este ingreso se expresa en mill ones de nuevos soles mensuales. Las categorfas de empleo se definen de manera similar, de acuerdo con el trabajo realizado en los ultimos siete dias, 0 si no se especifica, el realizado durante el ultimo ano. Los participantes en la fuerza laboral generalmente se definen como individuos que actualmente tienen un empleo 0 10 estan buscando. Sin embargo, muchos pe- ruanos declaran estar empleados, pero no perciben ningun ingreso laboraL Por esta raz6n, se analizan las categorias laborales de los individuos que perciben un ingreso laboral independientemente de los que no 10 perciben. De esta manera se define a los participantes en la fuerza laboral como individuos en edad de traba- jar que perciben un ingreso laboral y luego se divide la muestra de participantes en la fuerza laboral potencial en participantes y no participantes. El cuadro 8.15 presenta los ingresos y la distribuci6n ocupacionaJ de cada gropo etnico. En estos datos pueden observarse dos caracteristicas importantes. Primero, en comparacion con la poblaci6n indfgena, la proporcion de poblacion no indigena que tiene un empleo que produce ingresos laborales es mayor, 64% y 54%, res- pectivamente. Segundo, el ingreso laboral es sistematicamente mas alto en el caso de los trabajadores no indigenas que en el de los indigenas; el ingreso laboral pro- medio de los trabajadores de habla espanola duplica con creces el de los trabaja- dores indigenas. Peru 199 Cuadro 8.15: Participacion en la fuerza laboral, de 12 a 65 anos de edad lndfgenas No indfgenas lngreso lngreso Categorfa de empleo No, Porcentaje pramedio No, Porcentaje pramedio Trabajador del sector publico (18) 2,0 87,2 97 1,8 190.8 Trabajador del sector privado 80 8,8 58,4 632 12,5 101,7 Profesional del sector publico 40 4,5 149,3 490 9,2 152,7 Profesional del sector privado (7) 0,7 100,7 524 10,5 165,1 Trabajador del hogar (4) 0.4 56,6 52 1,0 50,3 Trabajador por cuenta propia 102 12.4 101,6 1.162 22.7 148,9 Empleado agricola 236 25,1 38,0 258 4,2 82,0 Total de fa fuerza laboral 490 54,2 67,6 3.287 63,5 137,5 Trabajador por cuenta propia {I 9) 2,2 n.a 167 3,1 n.a. Empleado agricola 270 29,2 n.a. 211 3,6 n.a. Total de la fuerza no laboral 416 45,8 n.a. 1.884 36,5 n.a. Fuerza laboral potencial 906 100.0 n.a. 5.171 100,0 n.a. (): Insignificante. n.a.: No se aplica. Fuente: PLSS 1991. Las proporciones relativas de trabajadores de habla espanola son mas altas que las de los trabajadores indigenas en el sector privado (23% en comparaci6n con un 10%), en el sector publico (11% Y 7%), Yentre los trabajadores independien- tes (26% y 15%). En marcado contraste, e154% de los trabajadores indfgenas se encuentran en el sector agricola, mientras que solo el 7% de la fuerza laboral de habla espanola trabaja en este sector. Entre las ocupaciones, la mayor disparidad en terminos de ingreso se encuen- tra entre los agricultores indigenas y no indigenas. Por ejemplo, el 29% de los agricultores indigenas no percibe un ingreso laboral, mientras que en el caso de los agricultores de habla espanola, ello solo ocurre en el 3% de los cas os. Esto permite inferir que existe un grupo importante de agricultores indigenas dedica- dos a cultivos de subsistencia, que en consecuencia son excepcionalmente pobres. Entre los agricultores que declaran ingresos laborales, el agricultor indigena pro- medio percibe menos de la mitad del ingreso de un agricultor de habla espanola. En el sector publico, la diferencia de ingresos laborales depende de que los in- dividuos esten empleados como trabajadores 0 como profesionales. El salario de los trabajadores indigenas del sector publico equivale al 46% del salario de los trabajadores no indigenas. Dada la relaci6n positiva que existe entre el nivel de educaci6n y la ubicaci6n laboral en el sector publico, pareceria que los trabajado- res indigenas del sector publico estan relegados, en terminos educacionales, a los trabajos de mas bajo nivel 0 categoria. Por el contrario, los sueldos de los profe- 200 Las poblaciones indlgenas y la pobreza en America Latina sionales indigenas del sector publico muestran una virtual paridad en relaci6n con el de los profesionales de habla espafiola y su diferencia de educaci6n es mfnima. En el sector privado, los ingresos laborales de los trabajadores y profesionales in- dfgenas son 58 y 61 % inferiores a los de los hispanohablantes. Dentro del concepto convencional del desempleo, se define como desempleado al individuo que no tiene empleo, esta disponible para trabajar y ha estado bus- cando empleo. Si aplicaramos esta definici6n de desempleo e incluyeramos, por 10 tanto, a los peruanos que declaran haber buscado empleo en los ultimos siete dias, la fuerza laboral de habla espanola registra una tasa de desempleo mayor que la indfgena: 4,8% en comparaci6n con 1,2%. Sin embargo, hay razones por las que la primera definici6n de desempleo mencionada anteriormente subestima el desempleo de la poblaci6n indigena. En primer lugar, es probable que la red in- formal de las comunidades indigenas proporcione excelente informaci6n laboral, de manera que los adultos no buscan trabajo activamente, porque saben que no 10 hay. En segundo lugar, es posible que la poblaci6n indigena acepte los perfodos intermitentes de desempleo como un hecho normal y por 10 tanto se apoye en la familia mientras cumple con las obligaciones de la comunidad y de la familia. En el contexto norteamericano, algunos investigadores responden a estos problemas clasificando como desempleada a toda persona indfgena en edad de trabajar que no tenga un salario (Kleinfeld y Kruse 1982). Debido a que esta clasificaci6n ig- nora al sector informal, que constituye una gran parte de la poblaci6n trabajadora del Peru, utilizamos una definici6n similar de desempleo que incluye a los traba- jadores del sector informal. Los resultados obtenidos indican que la proporci6n de poblaci6n indigena que esta desempJeada es mayor que la proporcion de po- blaci6n de habla espanola desempleada (46% de la poblaci6n indigena, frente a un 37% de la poblaci6n no indigena). EI bajo promedio de los ingresos laborales de la poblacion indfgena no s610 se relaciona con su participacion en las actividades agricolas; tambien es una conse- cuencia de su empleo en trabajos de tipo estacional. EI II % de los indigenas que estan en edad de trabajar participa en trabajos estacionales y su ingreso pro- medio es de apenas 42 millones de nuevos soles mensuales. Aunque el 4,4% de los hispanohablantes en edad de trabajar son trabajadores estacionales, su ingreso promedio es mucho mas elevado: 158,6 millones de nuevos soles mensuales. Al respecto se podrfa pensar que los trabajadores indfgenas estacionales estan em- pleados en actividades agrfcolas de baja remuneraci6n, mientras que el ingreso promedio de los trabajadores estacionales de habla espanola sugiere empleos mas profesionales. En el cuadro 8.16 se muestra la distribuci6n de la poblacion peruana por sec- tores econ6micos y genero. EI sector agricola depende en gran medida del trabajo de la poblaci6n indigena: el 69% de las mujeres indfgenas y el 58% de los hom- bres indigenas se dedican a las actividades agricolas. Sin embargo, en promedio, los hombres y las mujeres indfgenas ganan s610 una tercera parte del salario de los trabajadores no indfgenas empleados en este sector. Una explicaci6n de este hecho podrfa ser que los hispanohablantes controlan la tierra y los no hispanoha- blantes la trabajan. Este es, por supuesto, un tema que requiere mas investigaci6n. Peru 201 Cuadro 8.16: Distribucion de la poblacion peruana por sectores economicos, genero y origen etnico Mujeres Hombres Indigenas No indfgenas liuHgenas No indigenas --~.--- Ingreso Ingreso lngreso /ngreso Sector promedio promedio promedio promedio economico % (pesos) en) (pesos) % (pesos) % (pesos) Sin clasificaci6n 0,0 n.a. 0,4 86,7 0,3 55,0 0,2 139.1 Agricu1tura 69,2 18,0 11,1 52,0 58,1 36,2 13,7 105,4 Minerfa 0,0 n.a. 0,3 323,3 0,7 96,5 2,4 353,4 Industria 3,3 40,8 15,1 87,4 7,8 85,1 16,8 151,0 Electricidad 0,0 n.a. 0,2 156.0 0.6 119,3 1,0 241,5 Construcci6n 0,0 n.a. 0.3 68,0 6,9 87,1 7,3 147,5 Comercio 20,6 84,0 41,6 100,4 9.6 114,7 22,1 166,4 Transporte 0,0 n.a. 1,9 178.9 3,6 108,8 8,7 202,5 Financiero 0,0 n.a. 2,9 162,6 0,0 n.a. 5,4 202,7 Servicios (incluye estatal) 6,9 73,4 26,2 88,9 12,6 136,3 22,4 151.5 Total 100,0 57,1 100,0 97,3 100,0 71,9 100,0 163.0 n.a.: No se aplica. Fuente: PLSS 1991. La distribuci6n por ocupacion refleja una estructura social que proporciona a los hispanohablantes los trabajos de nivel social mas elevado e ingresos mas lu- crativos. EI empleador mas importante de la poblacion de habla espanola es el sector comercial, que emplea al 42% de las mujeres y al 22% de los hombres. Este sector es tambien el segundo empleador de mujeres indigenas (21 %) y el ter- cer empleador de hombres indigenas (lO%). La diferencia de ingresos laborales dentro del sector comercial es favorable a la poblacion no indigena solo margi- nalmente; las mujeres no indfgenas ganan 1,2 veces el salario de las mujeres in- digenas y los hombres no indigenas ganan 1,5 veces el salado de los hombres in- digenas. EI sector de servicios es el segundo empleador de trabajadores de habla espanola. Tambien es el segundo empleador de hombres indigenas (13%), y el tercer empleador de mujeres indfgenas (3%). La industria es el cuarto empleador de trabajadores indigenas y emplea al3% de las mujeres y a18% de los hombres, EI salario promedio de estas mujeres es la mitad del salario que ganan las muje- res no indigenas y los hombres indigenas y casi una cuarta parte del salario pro- medio de los hombres no indfgenas. El sector financiero esta conform ado excIusivamente por hispanohablantes y ofrece algunos de los salarios mas altos en el Peru. Los hombres son quienes per- 202 Las en America Latina ciben los ingresos mas elevados, y los hombres no indigenas perciben salarios 2,3 veces mayores que los salarios de los hombres indigenas. EI siguiente nivel de in- gresos se encuentra entre los hombres y mujeres de habla espanola. En promedio, los hombres no indfgenas ganan 1,7 veces el salario de las mujeres no indfgenas. La diferencia salarial es algo menor entre las mujeres trabajadoras, aunque sigue estando a favor de las mujeres no indigenas, que perciben 1,5 veces el salario de las mujeres indigenas. La diferencia salarial menor se encuentra entre los hom- bres y mujeres indfgenas: los hombres perciben 1,3 veces el salario promedio de las mujeres. A pesar de que se observa una mayor paridad salarial entre hombres y mujeres indfgenas con respecto a hombres y mujeres no indfgenas, puede con- cluirse que los ingresos de la poblacion indfgena no solo son mas bajos, sino que los de las mujeres indfgenas son marcadamente mas bajos. La poblacion indfgena trabajadora esta concentrada en el sector agricola. Por ejemplo, el 66% de las mujeres indfgenas y el 52% de los hombres indfgenas son agricultores 0 trabajadores agrfcolas (vease el cuadro 8.17). En comparacion, los hispanohablantes tienen ocupaciones mucho mas diversas. Los trabajos mejor re- Cuadro 8:17: Ocupacion por origen etnico y genero Mujeres Hombres lndf?,enas No indf?,enas Indfgenas No indi?,enas in?,reso ingreso Ingreso lngreso promedio promedio promedio promedio Ocupacion % (pesos) % (pesos) % (pesos) % (pesos) Maestros 2,2 82,0 8,3 106,2 3.0 225,0 3,9 160,5 Oficinistas 0,4 471,5 11,2 107.7 1,8 71,0 6,3 173.2 Comercio: cuenta propia 10,6 99,2 18,4 98,9 3,7 99,5 7,5 199,3 Ventas 0.7 4,2 65,4 0,5 177,1 3,2 89,9 Vendedores ambulantes 7,9 60,3 11,0 107,6 4,4 116,1 5,3 122,1 Cocinero/mesero restaurante 2.0 89,3 5,9 78,2 0,5 83,6 1.2 67,9 Agricultores 65,5 16,7 10,6 48.7 52,0 33,6 9,6 95,4 Trabajadores agrfcolas 4,3 24,6 0,7 57,9 5,9 51,0 2,3 60,0 Sastres 0,5 19.6 5.9 81,0 1,1 103,4 1,3 122,5 Oficios: artesanol e1ectricista 0,0 n.a. 0,4 62,3 3,1 104,0 10,4 151,6 Conslrucci6n 0,3 0,0 n.a. 7,5 84,6 5,0 133,3 Transporte 0,0 n.a . 0,4 276,0 4,2 106.3 7,1 174,8 .. : No se dispone de datos. n.a.: No se aplica. Fuente: PLSS 1991. Peru 203 munerados en el sector comercial, de transportes, en la ensenanza y en el campo administrativo estan en manos de los hispanohablantes. Despues del sector agricola, una importante proporci6n de mujeres indigenas (11 %) trabaja por cuenta propia en el sector del comercio y el 8% trabajan como vendedoras ambulantes. Aunque estas ocupaciones tienen un alto nivel de com- patibilidad con las responsabilidades del hogar, los bajos ingresos laborales que se asocian con estas ocupaciones son reflejo de la muy baja independencia finan- ciera de las mujeres indfgenas. Las mujeres no indfgenas estan empleadas en ocu- paciones mas variadas, aunque enfocadas hacia ocupaciones tradicionalmente femeninas que ofrecen salarios mas bajos en relaci6n con las ocupaciones mas- culinas tradicionales. La ocupaci6n mas importante entre las mujeres de habla es- panola es el trabajo comercial por cuenta propia, con una proporci6n del 18,4%. Despues del comercio, la ocupaci6n de las mujeres no indfgenas se divide pro- porcionalmente entre las actividades agricolas, la venta ambulante y las activida- des secretariales. La distribuci6n ocupacional de los hombres indfgenas difiere en gran manera de los hombres de habla espanola. Mas de la mitad de los hombres indigenas tra- bajadores son agricultores, en comparaci6n con menos del 10% de los hombres de habla espanola. Aunque estos estan distribuidos de manera mas uniforme entre las diferentes ocupaciones, una proporci6n relativamente mayor de este grupo trabaja en ocupaciones mejor remuneradas como comerciantes, operadores de equipos de transporte y oficinistas. En general, perciben mejores salarios que los hombres indigenas que trabajan en ocupaciones similares. Descomposicion de las diferencias en los ingresos laborales Para poder comprender plenamente la posici6n de la poblaci6n indigena en el mercado laboral, es necesario examinar el papel que desempefia el origen etnico y la dotaci6n de recursos personales, como el nivel de educaci6n y la experien- cia, en la determinaci6n del nivel de ingresos laborales de los trabajadores. Datos. Dada la elevada tasa de participaci6n de los j6venes peruanos en la fuerza laboral, se llev6 a cabo el analisis del mercado laboral en el que se incIuye a las personas entre 12 y 65 anos. Sin embargo, debido a la compleja relaci6n que existe entre los ingresos laborales y la asistencia a la escuela 1, se excluyeron del analisis todos los individuos que estan asistiendo a la escuela en este momento. La muestra contiene 2.180 hombres que declararon ingresos laborales durante el ano pasado. Debido a que estamos interesados especificamente en los factores que contri- buyen a la diferencia de ingresos laborales entre grupos, el analisis se limit6 a los hombres. De esta manera se presenta una estimaci6n del Hmite superior de la dis- criminaci6n debida al origen indigena. Esta limitaci6n evita complicar los resul- tados con la discriminaci6n por genero. Desafortunadamente la muestra de muje- res indigenas que decIararon ingresos laborales no fue suficiente para generar estimaciones confiables de las ecuaciones de ingresos femeninos. en America Latina El cuadro 8.18 muestra las caracterfsticas medias de los hombres indfgenas y no indfgenas. EI ingreso laboral promedio de la muestra son 152,3 millones de nuevos soles mensuales. EI ingreso de los trabajadores indfgenas es menos de la mitad del ingreso de los trabajadores no indigenas. El nivel de afios de educacion cursados de los dos grupos difiere considerablemente. La media de los afios de educacion de los hombres indfgenas es de apenas 6,7, en relacion con una media de 10,0 en el caso de los hombres no indfgenas. En terrninos de niveles alcanza- dos, cerca del 60% del grupo indfgena solo tiene educacion primaria, mientras que solo e123% del grupo no indfgena se encuentra en esta categoria. Solo el5% de los trabajadores indfgenas tiene educaci6n post secundaria, en comparaci6n con un 25% entre los no indfgenas. Cuadro 8.18: Caracterlsticas medias por origen etnico lndigena Na indigena Tadas Caracterfstica (N = 315) (N = 1.858) (N = 2.174) Ingresos laborales 70.6 164,7 152.3 Ailos de escolaridad 6,7 10,0 9,6 Mayor logro educativo (%) Sin educacion 1,4 0,3 0,5 Primaria incompleta 26,5 7,9 10,2 Primaria completa 28,8 15,0 16,8 Secundaria incompleta 16,4 16,8 16,8 Secundaria completa 21,6 35,1 33,4 Superior no universitaria 2,0 8,2 7,4 Universitaria 3,3 16,6 14,9 Curs~ de capacitaci6n (%) 11,3 33,0 30,1 Experiencia minceriana (anos) 25,9 21,4 22,0 Experiencia declarada (anos) 17,3 9,8 10,8 Horas trabajadas por mes 222.3 204,0 206,4 Sector econ6mico (%) Agricultura 50,1 7,7 13,3 Sector publico 12,9 18,4 17,7 Sector privado 20,8 40,9 38,3 Cuenta propia IS.! 30,8 28,7 Otros empleos 1,1 2,2 2.0 Trabajo estacional (%) 9,2 4,0 4,7 Edad 39,3 37,6 37,8 Casado (%) 64,0 55,7 56,8 Region (%) Lima 8,9 51,5 45,9 Rural 67,8 ILl 18.5 Seguro social (%) 51,6 65,5 64,4 Sindicato (%) 34,3 37,3 37,0 Fuente: PLSS 1991. Peru 205 Aunque la encuesta PLSS contiene informacion sobre la experiencia en la ocu- pacion actual, se creo una medida de experiencia minceriana (edad - niveles de instruccion - 6). Los meses de experiencia promedio declarados en la encuesta son dnisticamente mayores para la poblacion indigena. En promedio, los trabaja- dores indigenas tienen casi dos veces la experiencia de los no indigenas. La ex- periencia minceriana tambien es mayor entre los trabajadores indigenas, pero la diferencia entre grupos es menos pronunciada. La ocupacion prevaleciente entre la poblacion indigena es la agricultura, a la que se dedica el 50% de los hombres. Este sector emplea solo un 8% de hombres no in- digenas. En contraste, el sector privado emplea la mayor proporcion de hombres no indigenas (41 %), mientras que solo emplea a un 21 % de los hombres indigenas. En relacion con los trabajadores no indigenas, la probabilidad de que los trabajadores indfgenas trabajen por cuenta propia es del 50%, y es menos probable que trabajen en el sector publico. La mayoria de los trabajadores indigenas vive en zonas rurales (68%), mientras que la mayoria de los no indfgenas (52%) se encuentra en Lima. Las medidas relacionadas con la edad promedio, las horas trabajadas y el porcentaje de hombres casados son marginalmente mas altas entre los trabajadores indigenas. Resultados. En el cuadro 8.19 se presentan las estimaciones de la funcion de in- gresos laborales. EI coeficiente de anos de escolaridad puede interpretarse como el porcentaje de incremento en los ingresos laborales relacionado con un ano adi- cional de educacion. El calculo de una funcion de ingresos laborales basic os pro- porciona una tasa de rentabilidad global de la educacion del 5,7%. Sin embargo, Cuadro 8.19: Funciones de ingresos labor ales basicos por origen etnico \'ariable Todos Indlflenas No ind{genas Afios de escolaridad 0,0571 0,0256 0,0617 (12,07) (1.69) (12,56) Afios de experiencia 0,0412 -0,0116 0,0462 (8,87) (1,19) (9,12) Anos de experiencia -0,0009 0,0000 -0,0010 al cuadrado (7,55) (0,04) (6,72) Horas trabajadas (logariuno) 0,3818 0,1793 0,4185 (8,96) (1,47) (9,31 ) Indfgenas -0.8353 (14,67) Con stante 1,9536 2,9441 1,6723 'II 2.180 316 1.863 R2 ajustado 0,2115 0,0603 0,1455 Nota: La variable dependiente es ellogaritmo natural de los ingresos laborales. Las cifras entre parentesis son coeficientes l. Las cifras mayores a 1,96 son significativas al 5% y las cifras superiores a 1,65 son significativas a un nivel de 10% 0 mas. Fuente: PLSS 1991. 206 Las en America Latina como puede observarse en el cuadro 8.20, la inclusion de otras variables que cap- tan la ubicacion geognifica y el sector econ6mico reduce el rendimiento de la educaci6n a un 4,2%. Ello puede explicarse por la asociaci6n positiva entre la es- colaridad y la obtenci6n de un trabajo en un sector con buenos salarios. En efecto, el coeficiente de la escolaridad de la ecuaci6n simple representa el efecto directo e indirecto (a traves del sector econ6mico) de la educaci6n sobre los ingresos la- borales. La ecuaci6n basic a es importante desde una perspectiva de implementa- ci6n de politic as, debido a que seiiala indirectamente la importancia de la escola- ridad en la obtenci6n de trabajos mejor remunerados. Si bien el nivel de escolaridad es el determinante mas importante de los ingre- sos laborales en la ecuaci6n ampliada, todos los demas faetores son estadfsti- Cuadro 8.20: Funciones ampliadas de ingresos laborales por origen etnico Variable Toda la poblaci6n lndigena No indigena Aiios de educaci6n 0,0425 0,0156 0,0479 (9,04) (1,10) (9,62) Aiios de experiencia 0,0281 -0,0007 0,0309 (6,17) (0,05) (6.17) Alios de experiencia al -0,0005 -0,0001 -0,0005 cuadrado (4,51) (0,26) (3,99) Horas trabajadas (logaritmo) 0.3562 0,2019 0,3827 (8,91 ) (1,83) (8,98) Indfgenas -0,4380 (7,43) Casados 0.3064 0,0515 0,3288 (8,40) (0,49) (8,52) Agricultor -0,3975 -0,4013 -0,2555 (5,02) (2,55) (2,64) Trabajador del sector publico 0,1046 0,5113 0,0504 (2,04) (2,85) (0,95) Trab. por cuenta propia 0,2464 0,3737 0,2315 (5,93) (2.19) (5,46) Lima 0,1168 0,4062 0,1086 (3,09) (2,11) (2,83) Rural -0,3756 -0,2321 -0,4414 (5,36) (1,54) (5,44) Constante 2,0210 2,8183 1,8072 N 2,174 315 1.858 R2 ajustada 0,3257 0,2549 0,2565 Nota: La variable dependiente es ellogarilmo natural de los ingresos laborales. Las cifras en pa- rentesis son coeficientes t. Las cifras mayores de 1,96 son significativas al nivel de 5% y las cifras mayores de 1,65 son significativas al nivel del 10% 0 mas. Fuente: PLSS 1991. Peru 207 camente significativos a un nivel del 1% cuando la estimaci6n se basa en los dos grupos. Mas aun, la magnitud y la influencia de cada factor es intuitiva. Esta ecuaci6n senala que, en igualdad de condiciones, el ingreso de la poblaci6n indf- gena es 44% menor que el de los hispanohablantes. En otras palabras, aun si los indfgenas tuvieran el mismo nivel de escolaridad y experiencia 0, 10 que es mas importante, la misma proporci6n de trabajadores en la agricultura y en las zonas rurales que tiene la poblaci6n no indfgena, los indigenas ganarian la mitad de 10 que percibe la poblaci6n no indfgena. La estimaci6n de la ecuaci6n ampliada para cada grupo proporciona algunos resultados interesantes. La tasa promedio de rendimiento de la educaci6n para los trabajadores de habla espanola es tres veces mayor que la de los trabajadores in- dfgenas, 4,8 y 1,6%, respectivarnente. Mas aun, el nivel de escolaridad no contri- buye significativarnente a explicar el ingreso laboral de los hombres indigenas, pero es un factor importante en la determinaci6n de los ingresos laborales de los hombres no indfgenas. Esta es una estimaci6n muy baja del rendimiento de la educaci6n. Es baja para el Peru, y en comparaci6n con otros paises latinoameri- canos (Psacharopoulos 1994). Tarnbien es una estimaci6n muy baja para la poblaci6n indigena, de acuerdo con las estimaciones que se presentan en otros capftulos de este volumen. La explicaci6n simple de esta baja estimaci6n es que la muestra de la poblaci6n indigena esta conformada exclusivarnente por los individuos que declararon hablar s610 una lengua indfgena. Por 10 tanto, no se in- c1uyeron segmentos mas asimilados culturalmente e integrados de la poblaci6n indigena (indfgenas bilingiies). Asimismo, los hombres no indfgenas muestran rendimientos positivos, aunque decrecientes, por su experiencia en el mercado la- boral; los hombres indigenas no se benefic ian de su experiencia en el mercado la- bora!. Ello sugiere que la experiencia que declaran los hombres indfgenas repre- senta un tiempo que han pasado atrapados en sectores de baja remuneraci6n. Los factores que son significaHvos en la proyecci6n de los ingresos 1aborales de los hombres indigenas estan relacionados con la ubicaci6n y el tipo de trabajo. EI hecho de tener un empleo en el sector publico, de trabajar por cuenta propia y de vivir en Lima son factores que incrementan los ingresos laborales de la pobla- ci6n indigena, mientras que el hecho de tener un empleo en el sector agricola afecta negativarnente los ingresos laborales. La relaci6n entre la poblaci6n indi- gena/no indigena en las zonas mencionadas anteriormente confirm a la clara ven- taja en terminos de ingresos laborales que se encontr6 para los hispanohablantes. Tarnbien es interesante observar el efecto diferencial que tiene el matrimonio en los ingresos laborales de las dos poblaciones. EI matrimonio incrementa el ingreso laboral de los hombres no indigena'l en un 3,3%, pero no afecta el de los indfgenas. Las variables sindicato y seguridad social no se incluyeron en las ecuaciones finales de ingresos laborales, debido al insuficiente numero de observaciones. Sin embargo, su impacto independiente sobre los ingresos laborales se relaciona mas positivamente con los ingresos de la poblaci6n no indfgena que con los ingresos de los indigenas. En la ecuaci6n basica de ingresos laborales, los aftos de educaci6n contribuyen significativamente al incremento de los ingresos en ambos grupos etnicos. Sin 208 Las pobfaciones indigenas y fa pobreza en America Latina embargo, cuando se suman las variables relacionadas con la regi6n y el tipo de empleo, se reducen tanto la magnitud como la importancia de la variable educa- ci6n. De hecho, la educacion es significativa en la ecuacion de ingresos ampliada estimada para la poblacion indfgena. El cuadro 8.21 presenta los resultados del calculo de una funcion de ingresos laborales ampliada. Vale la pena destacar tres puntos en relacion con estos resul- tados. Primero, el poder explicativo de todas las ecuaciones aumenta en compa- racion con otras ecuaciones similares que incluyen la variable escolaridad. Se- gundo, el impacto del sector laboral es menor en estas ecuaciones. De estos dos puntos se puede concluir que el nivel de educaci6n se relaciona con el sector la- boral, 10 que a su vez afecta los ingresos. Tercero, si bien un mayor nivel de edu- cacion permite obtener ingresos mas elevados, el hecho de tener alguna experien- cia universitaria es el unico factor educacional que afecta significativamente la obtencion de ingresos mas elevados por parte de los hombres indigenas. Nue- vamente, los resultados obtenidos para la poblaci6n indfgena son atribuibles a la naturaleza de la muestra - individuos que solo hablan una lengua indfgena en los que la educacion parecerfa ser (y 10 ha sido) menos efectiva. Ello implicaria, entre otras posibilidades, que estos individuos no aprendieron mucho en sus anos de educaci6n y/o que no aplican 10 que aprendieron (incluido su conocimiento del espanol) en sus actividades diarias. Resultados de la descomposici6n. Para descomponer la diferencia de ingresos de hombres indfgenas/ no indigenas se utilizo el metodo de des compo sic ion de Oaxaca (1973) que se describe en el capitUlo 4 (v ease el cuadro 8.22). La proporcion de esta diferencia, que se debe a las caracteristicas productivas de los individuos, es equivalente al 50% de la diferencia logaritmica de los ingre- sos laborales entre hombres indfgenas y no indfgenas. En otras palabras, si los tra- bajadores indfgenas tuvieran las mismas caracteristicas productivas de los no in- digenas, la diferencia de ingresos laborales entre enos se reduciria en un 50%. La diferencia salarial restante se considera no explicada. Este rubro tambien contiene todos los factores que no se midieron y que contribuyen a la diferencia de ingre- sos laborales: capacidad, salud, calidad de la educacion, vinculacion a la fuerza laboral y cultura. En el cuadro 8.23 se muestra la contribucion de cada variable a la diferencia global de ingresos entre hombres indigenas y no indigenas. Un signo positive in- dica una ventaja a favor de la poblacion no indfgena y uno negativo indica una ventaja a favor de la poblacion indigena. En 10 que se refiere a la dotaci6n de ca- racteristicas productivas, gran parte de la ventaja en ingresos de que disfrutan los hispanohablantes esta explicada por su educacion, particularmente universitaria, y su ubicaci6n. La ubicaci6n rural constituye una desventaja importante para el bienestar econ6mico de la poblaci6n indfgena. Una gran parte de la porci6n no explicada de la diferencia de ingresos laborales se debe a las horas trabajadas y ala experiencia; es decir, la poblacion indigena per- cibe menos que la poblaci6n no indfgena por la misma cantidad de trabajo y por su experiencia en el mercado. Ademas, puesto que las personas que hablan una len- gua indfgena que estan casadas no perciben una prima salarial tan elevada como la Penl 209 Cuadro 8.21: Fuuciones ampliadas de ingresos laborales por origen etnico y nivel de educacion Variable Todos lndfgenas No indfgenas Primaria completa 0,0425* -0,1546* 0,1152* (0,65) (l,18) (1,50) Alguna educ. secundaria 0.1041 -0,0700* 0,1744 ( 1.72) (0,54) (2,50) Superior no universitaria 0,3199 0,3640* 0,3924 (3,81) (0,99) (4,34) Alguna educ. universitaria 0,6206 0,5245 0,6929 (8,42) (1,70) (8,58) Ano, de expcriencia 0,0274 -0,0006* 0,0297 (6,05) (0,05) (5,95) Afios de experiencia al cuadrado -0,0005 -0,0001* -0,0005 (4,67) (0,36) (4,00) Homs trabajadas (Iogaritmo) 0,3597 0,2215 0,3828 (9,07) (2,00) (9,06) Indfgenas -0,4415 (7,54) Casados 0,2872 0,0670* 0,3072 (7,91) (0,64) (7,98) Empleo en agricultura -0,4119 -0,4142 -0,2726 (5,24) (2,63) (2,84) Empleo en el sector publico 0,0763* 0,4533 0,0292 (1,50) (2,49) (0,555) ErnpJeo por cuenla propia 0,2327 0,3654 0.2167 (5,64) (2,13) (5,15) Lima 0,1224 0,4164 0,1139 (3,25) (2,18) (2,98) Rural -0,3907 -0,2032 -0,4721 (5,63) (1,34) (5,85) Constante 2,2669 2,8624 2,0641 N 2.174 315 1.858 R2 ajustada 0,3369 0,2617 0,2681 Nota: La variable depcndiente es ellogaritmo natural de los ingresos laborales. Las cifras entre parentesis son coeficientes t. Las cifras supcriores a 1,96 son significativas al nivel del 5% y las cifras supcriores a 1,65 son significativas al nivel del 10% 0 mas. Las cifras que no son significativas han sido indicadas con un asterisco. Fwmte: PLSS 1991. de los hispanohablantes casados, parte de la diferencia de ingresos no explicados se debe al matrimonio. Con respecto a la educaci6n, la poblaci6n indigena gana menos que la poblacion no indigena por su educaci6n primaria y secundaria, pero perciben igual remuneraci6n por su educaci6n universitaria. La ubicaci6n rural 210 en America Latina Cuadro 8.22: Desventaja de los trabajadores indigenas en materia de ingresos laborales Y su descomposicion Cantidad atribuible a: Ingresos laborales de los Diferencia Estructura trabajadores indfgenas global Dotaci6n salarial Brecha (en soles corrientes) 94,1 46,9 47,2 Como porcentaje de la diferencia global 100,0 49,8 50,2 Como porcentaje de los ingresos laborales no indigenas 42,9 21,4 21.5 Fuente: Calculado a partir del cuadro 8.21. afecta los ingresos laborales de los trabajadores hispanohablantes mas negativa- mente que los ingresos de los indigenas. Por el contrario, los hombres indigenas perciben mayor remuneraci6n por su localizaci6n urbana que los hispanohablantes. Escolaridad y actividades laborales de los jovenes peruanos Al analizar los determinantes de la escolaridad 0 del trabajo, debe tenerse en cuenta su naturaleza no exclusiva, particularmente en el caso de los niiios indfge- nas, que tienen menos educaci6n y muestran una mayor probabilidad de trabajar que los nilios no indigenas. Para estudiar las decisiones relacionadas con el tra- bajo, la asistencia escolar y los aiios de educaci6n de los j6venes indigenas perua- nos, seleccionamos una muestra de niiios entre 7 y 16 aiios. La muestra global contiene 2.751 observaciones, 322 de las cuales corresponden a j6venes indfge- nas. Las 2.429 restantes corresponden a j6venes no indigenas. El cuadro 8.24 pre- senta las caracterfsticas promedio de la muestra. La edad promedio del nino indigena apenas excede los once anos, tiene 3,1 hermanos y proviene de una familia cuyo ingreso per capita mensual es de 9,5 mi- Bones de nuevos soles. En cuanto a la educaci6n, el 96% de los niiios indfgenas asiste casi exclusivamente a escuelas publicas y ninguno ha recibido becas. En promedio, muestran 3,9 aiios de escolaridad. Con respecto al trabajo, el 54% de los niiios trabaja. La participacion en la fuerza laboral se define como mas de cero horas trabajadas e incluye trabajo remunerado y no remunerado. Debido a que el 93% de los individuos de la muestra indfgena vive en zonas rurales, resulta interesante compararla con la muestra de hispanohablantes rura- les para poder ver si las diferencias en la educaci6n y en la participaci6n laboral se deben a la ubicaci6n 0 al origen etnico. La proporci6n de nifios indigenas que trabaja es mucho mayor, aunque la tasa de asistencia escolar es mayor entre estos nifios que entre los niiios hispanohablantes residentes en zonas rurales. Los niiios indigenas tienen niveles de educaci6n similares a los de los niiios hispanohablan- tes (siendo estos ultimos un poco mas j6venes), pero tienen menos educaci6n que Peru 211 Cuadro 8.23: Contribucion de las variables Contribucion de la variable Contribucion como porcentaje a la diferencia de ingresos del total de la diferencia de laborales ingresos salariales Estructura Capacidades Capacidad salarial Capacidades " no Variable bn(Xn-Xi ) Xlbn-bi ) "explicadas" explicadas " Constante 0,00000 -0,79828 0,00000 -85,64431 Primaria -0,01592 0,07805 1,70803 8,37372 Alguna educ. secundaria 0,02399 0,09324 2,57328 10,00326 Superior no universitaria 0,02456 0.00056 2,63474 0.05994 Alguna educ. universitaria 0,09261 0,00554 9,93570 0,59486 Afios de experiencia -0,06814 0,29952 -7,309999 32,13362 Horas trabajadas (logaritmo) -0,03478 0,85930 -3,73163 92,19178 Casados -0,02296 0,15216 -2,46315 16,32420 Empleo agricola 0,11487 0.06992 2.32361 7,50099 Empleo en el sector publico 0,00143 -0,05873 0,15330 -6,30046 Empleo por cuenta propia 0,03284 -0,02360 3,52284 -2,53160 Lima 0,04814 -0,02897 5,16518 -3,10822 Rural 0,26765 -0,18090 28,71475 19,40837 Subtotal 0,46428 0,46781 49,81059 50,18941 Total 0,93208 100,0 Fuente: Calculado a partir del cuadro 8.2 L los niiios de habla espanola de las zonas urbanas (que son ligeramente mayores). Aunque es mas probable que los nifios indigenas trabajen, el promedio de horas trabajadas en el hogar y en el mercado laboral es similar al promedio de los niiios de habla espaiiola, La proporcion de nifios trabajadores que perciben remuneracion es ligeramente mayor entre los nifios indigenas que entre los nifios de habla espanola (3,1 % y 2,5% ), pero los ingresos laborales son similares y ascienden a 34 milIones de nue- vos soles mensuales. Sin embargo, en terminos de ingresos familiares y otras va- riables sustitutivas como habitaciones per capita, el bienestar familiar es mucho mas bajo entre la poblacion indigena, El ingreso per capita promedio de las uni- dades familiares de los nifios indigenas equivale a menos de la mitad del prome- dio de ingreso de los niiios no indigenas rurales y menos de una cuarta parte del promedio de los nifios no indigenas urbanos. Las unidades familiares indigenas tambien cuentan con un mayor mimero de personas. Los padres de los nifios his- panohablantes tienen mas educacion que los padres de los nifios indigenas. Esto es especialmente valido con respecto a las madres hispanohablantes. Los costos escolares son significativamente mas bajos para los niiios indfgenas que para los 212 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina Cuadro 8.24: Caracteristicas medias por origen etnico y ubicacion, nifios de 7 a 16 afios No indigenas Caracterfstica Indfgenas Total Urbanos Rurales Quechua (%) 57,4 0,0 0,0 0,0 Aimara (%) 42,6 0,0 0,0 0,0 Edad (anos) 11,3 11,6 11,6 11,2 Hombres (%) 48,1 50,0 49,7 51,6 Zonas rurales (%) 93,0 15,4 0,0 100,0 Lima (%) 0,4 43,9 51,9 0,0 Educaci6n de la madre (an os) 3,8 7,5 7,9 4,9 Educaci6n del padre (anos) 5,5 8,8 9,3 6,1 Nifios que trabajan (%) 53,6 11,5 7,5 33,3 Ninos que asisten a la escuela (%) 95.7 97,1 97,6 94,4 Educaci6n (afios) 3,9 4,7 4,9 3,9 Numero de hermanos 3,1 2,8 2,8 2,9 Ingreso per capita (millones de nuevos soles) 9,5 41,1 44,7 20,8 Habitaciones per capita 0,45 0,59 0,60 0,55 Horas de trabajo por semana 22,6 22,8 23,0 22,4 Boras de tareas domesticas por semana 9,4 8,0 7,7 9,7 COSIO escolar (mill ones de nuevos soles) 9.2 36,3 39,5 18,1 Escuela publica (%) 99,6 83,5 81,1 97,0 Becas ('Yo) 0 1,6 1,8 0,2 N 322 2,429 1.976 453 Fuente: PLSS 1991. no indfgenas, debido principalmente a la limitada presencia de ninos indfgenas en las escuelas privadas. Resulta obvio que los ninos indigenas han recibido men os educaci6n y que su tasa de participaci6n laboral es mas elevada que la de los ninos no indfgenas. A continuaci6n se analizan las diferencias entre diferentes grupos de j6venes indi- genas. Los cuadros 8.25, 8.26 Y 8.27 presentan los factores que inciden en los arios de educaci6n, la asistencia escolar y la participaci6n laboral de los j6venes indigenas peruanos. Alios de educacion Los ninos de babla aimara tienen mucha mas educaci6n que los nmos de babla quechua. Aunque la educaci6n aumenta con la edad, los varones tienen un poco Peru 213 Cuadro 8.25: Caracteristicas medias de padres/hijos, ninos indigenas Educacion Asistencia Tamaiio Caracteristica (atios) escolar (%) Trabajo (%) muestra Quechua 3,1 94,2 67,8 199 Aimara 4,8 97,6 34,7 123 Mujeres 3,7 95,1 46,0 164 Hombres 4,0 96,3 61,9 158 Edad 7a9 1,8 98,5 36,4 106 10 a 12 3,5 98,5 59,1 102 13 0 mas 6,2 90,5 65,5 114 Padres casados 4,1 97,6 50,5 226 Padres no casados 3,3 90,3 59,4 67 Madre presente 3,9 96,1 55,1 304 Madre ausente 4,5 88,4 29,0 (18) Padre presente 3,9 96,0 65,7 295 Padre ausente 4,1 92,7 52,5 (27) Educaci6n de la madre 0-6 anos 3,7 95,3 55,3 298 7-11 anos 5,6 100,0 33,1 (24) Educaci6n del padre 0-6 anos 3,7 94,9 56,9 254 7-11 afios 4.3 100,0 46,5 58 12 afios 0 mas 6,4 88,2 11,8 (10) Empleo de la madre Ninguno 4,6 92,9 43,4 40 Trabajadora sector publico 1,4 100,0 0,0 (5) Trabajadora sector privado 4,7 100,0 100,0 (3) Trabajadora por cuenta propia 4,9 100,0 17,7 (II) Agricultora 3.7 96,3 59,8 245 Empleo del padre Ninguno 2,3 100,0 71,3 (4) Trabajador sector publico 5,0 100,0 77,6 (7) T rabajador sector pri vado 3,0 83,8 46,0 33 Profesional sector publico 5,8 100,0 0,0 (10) Profesional sector privado 4,0 100,0 0,0 (I) Trabajador por cuenta propia 5,2 100,0 33,2 (9) Agricultor 3,8 96,9 55,6 230 Desempleado 1,0 100,0 0,0 (I) () Insignificante. Fuente: PLSS 1991. mas de educaci6n que las nifias y los nifios urbanos tienen una ventaja educativa sobre los nifios rurales. Los hijos de padres con mejor educaci6n tambien tienen mejor educaci6n, pero la influencia de la educaci6n de la madre es mayor que la del padre. Las madres de los nifios con menos educaci6n son agricultoras y sus padres trabajan, bien en 214 en America Latina Cuadro 8.26: Caracteristicas medias de los hogares de los ninos indigenas Educad6n Asistenda Trabajo Tamano Caracter{stica (anos) escoiar (%) (%) muestra Numero de hennanos Oa2 3,9 95,2 46,2 112 3a6 4,0 97,0 57,4 175 60mas 3,4 91,1 59,3 35 Ingreso per capita Oa4 3,6 96,4 62,0 133 5a9 4,1 98.2 49,4 105 100 mas 4,1 91,4 45,8 84 Habitaciones per capita o a 0,24 2,8 87,3 77,6 44 0,25 a 0.49 3,6 97,0 53,9 163 0,500 mas 4,6 96,8 44,9 115 Rural 3,9 95,4 57,3 303 Urbano 4,0 100,0 5,3 (19) Alcantarillado publico 4,8 100,0 0,0 (13) Alcantarillado no publico 3,8 95,5 55,6 303 Agua corriente 3,7 99,3 53,5 110 Agua de otras fuentes 4,0 93,9 53,7 212 Vivienda propia 4,1 95,9 52,3 277 Sin vivienda propia 2,4 94,6 62,7 45 () Insignificanle. Fuente: PLSS 1991. la agricultura 0 en el sector privado. El ingreso familiar incide positivamente sobre la educacion. Las correlaciones de ingreso como vivienda propia, servicio de acueducto y tamano del hogar tam bien afectan los anos de educacion. Ademas, los nifios perciben mejor educacion si pertenecen a hogares donde los padres estan casados. Los nifios empleados, ya sea en el hogar 0 en un lugar de trabajo, tienen una ventaja educacional: un mayor mlmero de horas de trabajo se relaciona con mas afios de educacion. Esta importante comparacion tiene implicaciones en el debate sobre el trabajo de menores. Las instalaciones escolares inciden en la educacion de los nifios indigenas. La falta de agua y alcantarillado en las escuelas, la falta de transporte a la escuela y el escaso acceso a libros y utiles escolares contribuyen a que el mimero de anos de educacion de los nifios indigenas sea menor. Asistencia escolar Entre los nifios indigenas, el idioma y la ubicacion en zonas rurales guardan reI a- cion con la asistencia a la escuela. La asistencia es mayor entre los nifios de habla Peru 215 Cuadro 8.27: Caracteristicas medias escolares de los niDos indigenas Tamalio Educacion Asislencia Trabajo de la Caraclerlstica (anos) escolar (%) (%) muestra Trabajo (horas por semana) Ia9 3,0 100,0 100,0 50 10 a 19 3.2 97,1 100,0 52 20 a 29 3.7 91,5 100,0 30 300 mas 5,6 88,1 100,0 46 Tareas domesticas (horas por semana) la4 3,3 97,0 48,1 29 5a9 3,9 98,8 51,9 125 100 mas 4.3 91,5 59,3 114 Empleo estacional 5,1 93,0 100,0 (17) Empleado no estacional 3,8 94,4 100,0 161 Instalaciones escolares Servicio corriente 4,2 96,5 44,3 165 Alcantarillado publico 4.3 98,1 54,9 89 Ni agua ni alcantarillado 2,6 89,1 78,1 52 Transporte a la escuela Transporte publico 7,3 100,0 27,2 (8) Transporte privado 10,0 100,0 100,0 (I) Caminando 3,8 99,5 53,0 282 Acccso a libros Acceso a todos los libros 3,4 100,0 47,3 73 Acceso a menos del 50% 4,0 100,0 55,5 38 Comparten Iibros en el hogar 3.8 100,0 50,7 34 Com parten !ibros fuera del hogar 4,0 98,7 50,1 63 Usan la biblioteca 5,1 100,0 52,8 62 No tienen acceso a los Ii bros 2,0 95,2 77,3 (20) Cambiaron de escuela 4,9 73,1 29,4 (7) No cambiaron de escuela 3,9 100,0 52,8 283 Costo de la escuela (millones nuevos soles) Oa2 3,4 83,8 63,1 87 3a6 3,1 100,0 50,5 65 60 mas 4,4 99,5 49,7 170 () Insignificante. Fuente: PLSS 1991. aimara que entre los nifios que hablan quechua, y mayor entre los nifios de las zonas urbanas. Es mas probable que los nmos y no las nifias asistan a la escuela, y la asistencia disminuye a medida que los nmos crecen. En cuanto a la educa- cion de los padres, es mas probable que los nifios cuyas madres tienen alguna educacion secundaria asistan a la escuela; las tasas de asistencia son mas bajas si alguno de los padres solo tiene educacion primaria. Tener un padre empleado en 216 Las n{)fJif1l"InJ'll'S en America Latina el sector privado 0 una madre que no trabaja disminuye la probabilidad de que el nino asista a la escuela. Las tasas de asistencia son mas elevadas en las unidades familiares en las que los padres estan casados y cuentan con servicio publico de agua 0 alcantarillado. La asistencia escolar, sin embargo, no aumenta continuamente con el ingreso fa- miliar 0 con otras variables sustitutivas del ingreso, como el numero de habita- ciones per capita. Ello implica que hay un cierto umbral de ingreso de la unidad familiar, que se refleja en la infraestructura de la misma, por encima del cuallos ninos asisten a la escuela. EI trabajo de menores, tanto en la casa como en el mercado, inc ide en la asis- tencia escolar. A medida que aumentan las horas de trabajo, la asistencia a la es- cuela disminuye. Esta observacion, junto con el resultado anterior, parece indicar que el trabajo puede incrementar el nivel de instruccion en algunos casos. En otros, el hecho de trabajar en el mercado laboral hace que disminuya la educa- cion. Este es un tema que amerita mas estudio. Por ultimo, las instalaciones escolares influyen en la asistencia escolar. Las va- riables de falta de agua y alcantarillado en la escuela, acceso limitado a los libros y necesidad de caminar hasta la escuela estan relacionadas con una menor asis- tencia escolar. Participacion en La Juerza [aboral El origen etnico es un determinante import ante en la participacion laboral de los ninos. Los ninos que hablan quechua probablemente trabajen mas que los que ba- blan aimara. La participacion en la fuerza laboral tam bien es mayor entre los ninos de mas edad, los hombres y los ninos que viven en zonas rurales. Tanto el empleo como la educacion de los padres afectan la decisi6n laboral de los ninos indfgenas. Es mas probable que trabajen los hijos de padres con menos educaci6n y los hijos de padres agricultores. Es menos probable que los padres de ninos tra- bajadores esten casados. Los ninos trabajadores provienen de familias mas nume- rosas y de bajos ingresos y viven en hogares hacinados que no son propiedad de sus familias. EI alto costo de oportunidad de la educaci6n incrementa la probabilidad de que un nino trabaje. Los ninos que tienen poco acceso a los libros, cuyas escuelas ca- recen de servicio de agua y alcantarillado y cuya inversion monetaria en educa- cion es baja muestran tasas mas elevadas de participacion en la fuerza laboral. Migracion Los indigenas tienden mas a vivir en ellugar donde nacen que los no indfgenas. El cuadro 8.28 muestra la distribucion de cada poblacion etnica por lugar de nacimiento y la proporcion de emigrantes de cada una de esas localidades. El cuadro se puede interpretar de la siguiente forma: mientras que el 42% de la po- blaci6n indfgena ha nacido en una aldea, solo el 10% de esta poblaci6n ha emi- Peru 217 Cuadro 8.28: Migracion de acuerdo con ellugar de nacimiento (porcentajes) Campo Aldea Pueblo Ciudad Otros Total Lugar de nacimiento indfgena 13,8 42,0 22,6 12,6 9,0 100,0 Migraci6n indfgena 25,4 10,3 57,7 46,4 7,7 27.4 Lugar de nacimiento no indigena 4,4 7,4 22,0 65,6 0,7 100,1 Migraci6n no indfgena 43,6 37,9 70,9 24,3 27,3 36,4 Fuente: PLSS 1991. grado. De la poblacion de habla espanola que nacio en una aldea, el 38% ha emigrado. EI cuadro muestra que la mayor parte de Ia poblacion indfgena nacio en una aldea y que la mayor parte de la poblacion de habla espanola nacio en una ciudad. Del 23% de la poblacion indfgena nacida en un pueblo, el 58% ha abandon ado su pueblo natal. Por 10 tanto, Ia poblacion indfgena nacida en un pueblo es el grupo mas grande de emigrantes indigenas: 48%. Asimismo, los hispanohablan- tes nacidos en una ciudad conforman el grupo mas grande de emigrantes de habla espanola: 44%, una participacion que sigue muy de cerca la proporcion de hi spa- nohablantes emigrantes nacidos en pueblos (43%). El cuadro 8.29 muestra las razones por las cuales emigra cada grupo. La razon principal de la migracion indigena es la bUsqueda de trabajo. Esto es especial- Cuadro 8.29: Factores determinantes de la emigracion del lugar de nacimiento (porcentajes) Razon de la emip,racion Pals Aldea Pueblo Ciudad Emigrantes indfgenas Mejor remuneraci6n 0.0 13,7 3,7 8,3 Trabajo 38,8 22,3 45,9 39,0 Estudios 15,4 5,3 8,2 17,0 Matrimonio 15,6 2l,5 10,1 7,5 Terrorismo 0,0 0,0 0,5 0,0 Otra 30,2 37,7 31,7 28,2 Total 100,0 100,0 100,5 100,1 Emigrantes no indfgenas Mejor remuneraci6n 6,5 8,7 8,0 6,0 Trabajo 29.4 27,4 21,2 17,4 Estudios 17,3 11,8 18,5 18.4 Matrimonio 5,0 7.5 5,3 5,7 Terrorismo 0,0 0,0 0,2 0,1 Otras 41,8 44,6 47,0 52,3 Total 100,0 100,0 100.2 99,9 Fuente: PLSS 1991. 218 Las pobfaciones indfgenas y fa pobreza en America Latina mente vlHido para el inmenso grupo de indigenas emigrantes nacidos en un pue- blo; el 46% de estos emigrantes se va con el fin de encontrar un empleo. EI ma- trimonio es la segunda razon por la cual la poblacion indfgena emigra de las zonas rurales. La educacion es un factor que inc ide en la migracion entre la pe- quefia poblacion de indigenas emigrantes nacidos en el campo y tam bien entre el grupo relativamente mayor de indfgenas emigrantes nacidos en una ciudad. Sin embargo, en todos los lugares de nacimiento, pero especialmente en las al- deas y pueblos, la poblacion no indfgena tiende mas a emigrar que la pobla- cion indfgena y 10 hace con el fin de estudiar. Proporciones casi iguales de los dos grupos etnicos abandonan su lugar de nacimiento por razones economicas, pero el dinero no constituye una preocupacion dominante en ninguna de las dos poblaciones. Los emigrantes indfgenas son mucho mayores que los no indigenas; la edad promedio de los indigenas emigrantes es 18 anos, mientras que la de los no indf- genas es de 15 afios (vease el cuadro 8.30). Si bien es menos probable que la po- blacion indfgena se traslade de su ubicacion actual para obtener un empleo esta- cional, es mas probable que ellos, y no la poblacion no indigena, abandonen su residencia actual por razones de trabajo. EI trabajo es la razon principal de la ubicacion de las poblaciones indfgenas y no indfgenas, 34% y 24%, respectivamente. Despues del trabajo, el matrimonio sigue siendo el factor decisivo de la residencia actual de la poblacion indfgena. La proporcion de poblacion indfgena que vive en su residencia actual por razones matrimoniales es mas de dos veces la proporcion correspondiente de poblacion no indigena. Los intereses educacionales y monetarios desempefian un impor- tante papel en las decisiones sobre ubicacion entre la poblacion de habla espanola que entre la poblacion indigena. Cuadro 8.30: Migraci6n a Ja ubicaci6n actuaJ (porcentajes) No lndigena indigena Todos Situaci6n Se traslad6 y regreso a su residencia actual \3,5 13,0 13,1 Ha vivido 12 meses en su residencia actual 93,2 95,3 95,1 Se tras1ado por un empleo estacional 2,8 9,4 8,5 Razon por la que se ubico en su residencia actual Mas dinero 3,1 9,1 8,5 Trabajo 34,3 23,5 24,6 Estudio 6,9 12,4 11,8 Matrimonio 17,8 6,9 8,0 Terrorismo 0,0 0.1 0,2 Otros 37.8 48,0 47.0 Fuente: PLSS 1991. Peru 219 Conclusion La poblaci6n indigena percibe retribuciones desdefiables e insignificantes por su inversion en educaci6n, excepto en el nivel universitario. Se concentra principal- mente en la agricultura, donde experimenta diferencias salariales mas altas que en ninguna otra parte, en comparacion con la poblacion no indigena. Ademas, la po- blaci6n indfgena se encuentra en el segmento mas bajo de la distribucion del in- greso en el Peru. La mayona de los indigenas son pobres (79%), y mas de la mitad es extremadamente pobre. Aunque la poblacion indigena constituye apenas el II % de la muestra de la poblacion, representa el 19% de los pobres y al 27% de los peruanos que viven en extrema pobreza. La situacion de pobreza de la poblacion indigena es reflejo directo de las de- ficientes condiciones de sus viviendas (carecen de servicios de agua corriente, alcantarillado y electricidad) y en su estado de salud. Aunque es mas proba- ble que los indigenas sean propietarios de sus casas, la composicion fisica de las mismas es sistematicamente deficiente en comparacion con las de los hi spano- hablantes. Es de particular importancia la disponibilidad de instalaciones pu- blicas de agua potable y alcantarillado. S610 el 46% de las unidades familiares indigenas cuenta con servicios de agua potable; el 31 % usa pozos y el 15% re- curre al rio como fuente de agua; solo el 21 % de las unidades familiares indige- nas tiene acceso al servicio publico de alcantarillado. El anaIisis de las diferen- cias rural/urbanas muestra mas claramente las privaciones que sufre la poblacion indfgena. En el Peru, la poblacion indigena tiende a enfermarse mas que la poblacion no indfgena, pero es menos probable que consulte a un medico. Quiza como resul- tado de las deficientes condiciones iniciales de salud, 0 como resultado de trata- mientos negligentes, la duracion y la gravedad de las enfermedades son mayores entre la poblacion indigena. Aunque el costa promedio de la hospitalizaci6n y de los medicamentos es menor para los indigenas, solo el 57% de la poblacion com- pra medicamentos en casos de enfermedad, en comparacion con el 81 % de la po- blacion no indigena. Los analisis de los niveles de educacion por genero y origen etnico muestran que la brecha de educacion se ha reducido muy lentamente a 10 largo del tiempo, tanto entre los grupos etnicos como entre los generos. Aun asi, la poblacion no indigena, como grupo, es 47% mas educada que la poblacion indfgena. La pobla- cion indigena no solo tiene menos educacion y es mas analfabeta que la poblacion de habla espanola, sino que tambien esta rezagada con relacion a la poblacion no indigena en terminos de capacitacion. De manera similar, la diferencia en el nivel de instrucci6n de los jefes de las unidades familiares es considerable. S610 e140% de los jefes de hogares indigenas tiene educaci6n mas alia de la escuela primaria y s610 el 6% tiene alguna educacion superior. Por el contrario, el41 % de los jefes de unidades familiares de habla espanola tiene alguna educaci6n secundaria y el 22% tiene alguna educaci6n superior. En promedio, el ingreso laboral de la poblacion indigena es menos de la mitad del ingreso de los hispanohablantes. Las ocupaciones mejor remuneradas estan en 220 Las poblaciones indigenas y fa pohreza en America Latina manos de los hispanohablantes. Aunque hay secciones de la poblacion indigena que han pasado a realizar nuevas actividades como obreros asalariados, maestros y comerciantes, la mayoria de la poblacion sigue involucrada en el trabajo agri- cola. EI 70% de la poblacion indigena se encuentra en este sector, aunque quie- nes estan empleados perciben un salario inferior a la mitad del salado de sus con- trapartes de habla espanola. El 30% de la poblacion indfgena se dedica a la agricultura de subsistencia. La estimacion de las funciones de ingresos por grupo etnico muestra que la tasa promedio de rendimiento de la educacion es tres veces mayor para los hi spano- hablantes que en el caso de los trabajadores indigenas, 4,8 y 1,6%. Tambien se comprobo que el rendimiento de la educacion es insignificante para la poblacion indigena, a menos que se haga una distincion por nivel, en cuyo caso la educa- cion universitaria resulta rentable para la poblacion indigena. Los hombres indi- genas no perciben una recompensa por su experiencia en el mere ado laboral, 10 cual sugiere que la experiencia que declaran los hombres indigenas representa un tiempo durante el que han estado atrapados en sectores de baja remuneracion. Debe tenerse presente que la poblacion indfgena del Peru se define como mono- Hngiie en un solo idioma: el aimara 0 el quechua. Por 10 tanto, estos grupos no compiten en el mismo segmento del mercado laboral con la poblacion no indf- gena (0 con la poblacion trabajadora indigena bilingiie). Si bien los niveles de educacion mas altos representan ingresos mas altos, la educacion universitaria es el tinico factor educacional que puede representar mayores ingresos a los hom- bres indigenas peruanos. En el Peru, la proporcion de la diferencia global de ingresos laborales que pro- viene de las caracteristicas productivas de los individuos es equivalente al 50%. En otras palabras, si los trabajadores indigenas cuentan con las mismas caracte- risticas productivas de los trabajadores no indigenas, la diferencia de ingresos la- borales entre elIos disminuiria en un 50%. La diferencia salarial restante no tiene explicacion y puede incluir cualquiera de los factores no medidos que contribu- yen a dicha diferencia, tales como la habilidad, la salud, la calidad de la educa- cion, la vinculacion a la fuerza laboral y la cultura. Sin embargo, la discrimina- cion salarial que sufre la poblacion indigena puede representar alrededor del 50% de la diferencia global de ingresos. El anal isis de la contribucion de cada variable a la diferencia global de ingre- sos entre trabajadores indigenas y no indigenas indica que la educacion universi- taria puede explicar gran parte de la ventaja salarial que tienen los hispanohablan- tes. La ubicacion rural constituye una desventaja importante para el bienestar de la poblacion indigena. Sin embargo, la ubicacion rural no afecta a los hispanoha- blantes tan negativamente como a los que hablan una lengua indfgena. Ello sig- nifica que la poblacion indfgena se ve penalizada indebidamente por su ubica- cion. Gran parte de la porcion no explicada de la diferencia de ingresos laborales se debe a las horas trabajadas y a la experiencia; es decir, la poblacion indigena percibe menos que la no indigena por la misma cantidad de trabajo y experiencia en el mercado laboral. Peru 221 Nota 1. Los ingresos de los j6venes se relacionan negativamente con la asisLencia escolar, mientras que los ingresos de los mayores se relacionan positivamente con la educaci6n. Presumiblemente, los j6venes asisten a la escuela en jomada completa y los trabajadores mayores s610 en jomada parcial. 9 Conclusion George Psacharopoulos y Harry Anthony Patrinos En este estudio se presentan los resultados de un analisis empirico de la situacion socioeconomica de la poblacion indigena de America Latina. El estudio es princi- palmente descriptivo, complementado con analisis de ciertos aspectos especfficos. Dichos analisis se basan en microdatos provenientes de fuentes de encuestas nacio- nales realizadas a fines de los alios ochenta y principios de los noventa. El examen de las obras publicadas sobre las poblaciones indfgenas de America Latina, as! como la bibliografia mucho mas abundante sobre el tema en los paises industrial i- zados, revela que no se cuenta con suficientes estudios empiricos acerca de la situa- cion socioeconomica de las poblaciones indigenas de America Latina. El presente estudio, por 10 tanto, tiene por objeto contribuir a llenar ese vacio. En el se confirma que la incidencia de la pobreza entre las poblaciones indfgenas de los pafses inves- tigados es muy elevada. En gran medida, e1 hecho de ser de origen indfgena es si- nonimo de ser pobre. No obstante, la equiparacion de la>; caracterfsticas que favore- cen la generacion de ingresos estimularfa la productividad de la poblacion indigena en sus actividades relacionadas 0 no con el mercado, 10 que tendrfa por consecuen- cia una considerable reduccion de las desigualdades y de la pobreza entre la<; pobla- ciones indigenas, aunque en la practica las estimaciones varian de un pais a otro. Las poblaciones indigenas constituyen una parte significativa de los pobres. En terminos de focalizacion, los indfgenas pobres difieren de los no indfgenas, par- ticularmente en materia de lenguaje y cultura. Dado que las desigualdades etni- cas se ven afectadas por las politicas publicas, resulta fundamental comprender la forma, la medida y las circunstancias en que pueden ser influidas tales desigual- dades. Los resultados que se presentan en este estudio pueden incorporarse en las evaluaciones de la pobreza, los perfiles de pobreza, los analisis de la incidencia de la pobreza y los examenes de la distribucion interetnica de los ingresos y los indicadores sociales de los pafses. El compromiso en favor del analisis de la po- breza y la formulacion de estrategias para reducirla no puede excluir los compo- nentes indigena y etnico. 223 224 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina Las definiciones de las poblaciones indigenas difieren de un pais a otro como consecuencia del empleo de diferentes instrumentos de investigaci6n. Este hecho dificulta la realizaci6n de comparaciones entre paises. Habida cuenta de los datos de que se dispone, son tres diferentes variables las que identifican a los entrevis- tados indigenas: i) la lengua hablada, ii) su autopercepci6n y, iii) su concentra- ci6n geognifica. En este anilisis, la lengua define a las poblaciones indigenas en Bolivia y el Peni. En Bolivia es posible distinguir entre individuos monolingiies y bilingiies (espanol y una lengua indigena), mientras que en el Peru s610 pueden identificarse individuos que hablan s610 espanol 0 una lengua indigena. En el caso de Guatemala se utiliza el metodo de la autoidentificaci6n 0 la autopercep- ci6n para definir la poblaci6n de referencia. Por su parte, la ubicaci6n 0 concen- traci6n geogrMica de la poblaci6n indigena, combinadas con la identidad lingiiis- tica, se emplean para incluir a Mexico, pais que cuenta con un elevado mimero absoluto de poblaci6n indigena (vease el cuadro 9.1). En este estudio se muestra que las poblaciones indfgenas viven en situaci6n de extrema pobreza. A continuaci6n se indican las principales comprobaciones. Principales conclusiones Entre las poblaciones indigenas de America Latina, la pobreza es generali- zada y grave. En Bolivia, si bien mas de la mitad de la poblaci6n total es pobre, mas de las dos terceras partes de la poblaci6n indfgena bilingiie y casi las tres cuartas partes de la poblaci6n indigena monolingiie son pobres. La mayoria, 0 sea el 66%, de la poblaci6n de Guatemala es pobre, y un 38% de todas las unidades familiares se encuentran por debajo del nivel de extrema pobreza. La poblaci6n indigena, sin embargo, es desproporcionadamente pobre: el 87% de todas las uni- dades familiares indfgenas se encuentran por debajo del nivel de pobreza, y el 61 % debajo del nivel de extrema pobreza. En Mexico, en los municipios con menos del 10% de poblaci6n indigena, el fn- dice de recuento de pobreza es del 18%; en los municipios que son de un 10% a Cuadro 9.1: Poblaci6n indigena Como porcentaje de Pals En miles fa poblaci6n total Paises considerados en eI estudio Bolivia (1988) 2.642 51,3 Guatemala (198\) 2.536 41.8 Mexico (1990) 5.282 7,4 Peru (1981) 3.627 24,8 Otros paises Colombia (1985) 238 0,8 Honduras (1988) 49 1,3 Paraguay (1981) 39 1,2 Venezuela (1982) 141 0,9 Fuente: EIH 1989, INEGI 1989, Gnerre 1990, PLSS 1991, CELADE 1992. Conclusion 225 un 40% indfgenas, el 46% de la poblacion es pobre, y en aquellos con mas de un 70% de indigenas, mas del 80% es pobre. La mayor parte (un 79%) de la poblacion indigena del PerU es pobre, y mas de la mitad es extremadamente pobre. De hecho, la poblacion indfgena muestra una probabilidad una y media veces mayor de ser pobre que la poblacion no indfgena, y casi tres veces la probabilidad de ser extremadamente pobre. En consecuencia, la poblacion indfgena representa el II % de la poblacion de la muestra, y sin em- bargo constitiye el 19% de los peruanos pobres y el 27% de los peruanos extre- madamente pobres. En Guatemala, el grado de desigualdad en los ingresos entre la poblacion com- binada indigena y no indigena en cada region es mayor que la desigualdad esti- mada de ingresos en los distintos grupos. Ello demuestra que la desigualdad en los ingresos constituye claramente un problema interetnico (vease el cuadro 9.2). Los resultados del analisis estadistico de los determinantes de la pobreza en Mexico revelan que un incremento del I % en la poblaci6n indigena de un muni- cipio da origen a un aumento de alrededor del 0,5% en la probabilidad de que un individuo sea pobre. Esta variable tiene un considerable impacto dada la poten- cial amplitud de la concentracion de la poblacion indfgena, de 0% a 100%. EI hecho de vivir en un municipio que es un 50% indigena aumenta la probabilidad de ser pobre en un apreciable 25%, 10 que indica un incremento potencial de la probabilidad marginal de ser pobre mayor que el puede obtenerse con cualquier otro factor observado. En Bolivia, el hecho de ser indfgena aumenta un 16% la probabilidad de ser pobre. La probabilidad de pobreza se incrementa casi un 45% en el caso de los miembros de unidades familiares cuyo jefe est a desempleado. Ello sugiere que el hecho de estar empleado es mas importante que el hecho de ser indfgena en ter- minos de reduccion de la pobreza. Entre los jefes de unidades familiares indfge- nas, la participaci6n en la fuerza laboral ocasiona una reducci6n de un 40% en la incidencia de la pobreza. Las condiciones de vida de la poblacion indigena son generalmente misera- bles, especial mente si se las com para con las de la poblacion no indigena. En Guatemala, la mayor parte de la poblacion carece de acceso a servicios publicos como agua potable, saneamiento y electricidad. Menos de una tercera parte de Cuadro 9.2: La pobreza en America Latina (porcentaje de fa poblacion por debajo defnivef de pobreza) Pais Indfgena No indfgena Bolivia 64,3 48,1 Guatemala 86,6 53,9 Mexico 80,6 17,9 Peru 79,0 49,7 Fuente: EIH 1989. ENSD 1989. INEGI 1989, PLSS 1991. 226 Las poblaciones indigenas y la pobreza en America Latina todas las unidades familiares indfgenas cuenta con conexiones de agua para uso exclusivo en sus hogares, en comparacion con casi la mitad en el caso de las uni- dades familiares no indfgenas. EI estudio tam bien muestra que alrededor de la mitad de todas las unidades familiares indigenas carece de servicios sanitarios, y que las tres cuartas partes no cuenta con servicios de electricidad. En Bolivia, las unidades familiares encabezadas por una persona no indfgena tienen un mayor numero de habitaciones y mas habitaciones per capita que las encabezadas por indfgenas. Si bien el grupo indfgena muestra un nivel mucho mayor de propiedad de la vivienda, ello dice poco acerca de la calidad de la misma, que es inferior en el caso del grupo indfgena. Ello evidencia la menor tasa de conexiones de alcantarillado en las unidades familiares indigenas, y la menor existencia de letrinas. Una importante comprobacion es la frecuencia mucho mayor de propiedad de la vivienda entre los indfgenas, 10 que podrfa indicar que estas mantienen vinculaciones con las zonas rurales, permitiendoles asf mantener las redes de apoyo ya establecidas. En las zonas menos indfgenas de Mexico, los bienes materiales como televiso- res, refrigeradores y automoviles son mas abundantes que en las zonas mas indf- genas. Los servicios como el agua corriente, la electricidad y el telefono tambien son mas comunes en las zonas menos indfgenas. En contraposici6n, la propiedad de la vivienda es mas frecuente en las zonas mas indfgenas, aunque un examen mas detallado revela una evidente disparidad en la composicion fisica de los ho- gares entre los municipios mas y menos indfgenas. En las zonas menos indigenas las viviendas estan construidas con materiales de mejor calidad: el 71 % es de concreto y ladrillo, en comparacion con solo un 29% en las zonas mas indigenas. En estas ultimas, un mayor porcentaje de hog ares esta construido de madera que en las zonas menos indfgenas (21 % frente a un 6%). Si bien los indigenas muestran una mayor probabilidad de ser propietarias de sus viviendas en el Peru, la composicion fisica de las mismas tambien es sistema- ticamente deficiente en comparacion con las de las personas que hablan espanol. Reviste particular importancia la disponibilidad de instalaciones public as de agua y saneamiento. Solo el 46% de los hogares indigenas cuenta con instalaciones de agua corriente, mientras que el 31 % utiliza pozos y e115% el rio como fuente de agua; solo el21 % de los hogares indigenas cuenta con instalaciones ptiblicas para la eliminacion de desechos. EI examen de las diferencias rurales/urbanas pone mas de relieve la privacion de la poblacion indfgena. Ya que las unidades fami- liares indfgenas tienen una menor probabilidad de contar con fuentes publicas de agua en las zonas rurales y urbanas, tienen una probabilidad mucho mayor de ob- tener agua de pozos; el 16% de las unidades familiares indfgenas urbanas y el 39% de las rurales utilizan pozos, mientras que las proporciones correspondien- tes de las unidades familiares que hablan espanol son de solo el 2% yel 10%. Si bien la proporcion de las unidades familiares rurales que hablan espanol que uti- liz an los rlOS como fuente de agua es mayor que la de las unidades indigenas TU- rales, el predominio de la poblacion indfgena en las zonas rorales se traduce en una mayor proporcion de esa poblaci6n que se ve expuesta a las enfermedades asociadas con la calidad deficiente del agua. Casi la mitad de todas las unidades Conclusion 227 familiares indigenas utiliza el queroseno como fuente de iluminacion, mientras que el 88% de los hogares que hablan espanol cuenta con electricidad. Dentro de las zonas urbanas, el uso del queroseno es siete veces mayor en los hogares indi- genas que en los no indigenas. La proporcion relativamente elevada de unidades familiares indfgenas urbanas que carecen de agua corriente, electricidad y servi- cios de eliminacion de desechos constituye una evidencia de un grupo de asenta- mientos indigenas ilegales en las zonas urbanas. Existe una fuerte correlaci6n entre el niimero de alios de educacion cursados y el origen indigena, y el grado de escolaridad y la categoria de pobreza. En Bolivia, los niveles de escolaridad de los indigenas son aproximadamente de tres anos menos, en promedio, que los de los no indigenas. La diferencia es atin mayor en el caso de las mujeres indfgenas, 10 que indica que estas son las mas desfavo- recidas de la sociedad boliviana. En Guatemala, la mayor parte de los indfgenas carece de educacion formal, y de los que la poseen, la mayoria solo tiene educacion primaria. En promedio, los indigenas tienen 1,3 anos de escolaridad y solo el 40% sabe leer y escribir. El acceso a la educaci6n formal se ha expandido en Mexico en los tiltimos anos, y dicha mejoria se ha observado en las zonas indigenas. No obstante, los ni- veles educacionales siguen siendo superiores en las zonas no indigenas. El anal- fabetismo todavia constituye un problema en algunos estados, especialmente en aquellos predominantemente indigenas. La tasa de analfabetismo se incrementa, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, a medida que aumenta el porcentaje indigena de los municipios. La disparidad es mayor en la submuestra femenina, en la que la tasa de analfabetismo es mas de cuatro veces superior en la categoria de municipios "con alto nive)" de poblacion indfgena que en la de municipios "con bajo nive)" de poblacion indigenas. Tambien resulta interesante senalar que la disparidad de genero en la tasa de analfabetismo se incrementa a medida que aumenta el porcentaje indfgena de los municipios. En los municipios con bajo nivel de poblacion indfgena, la diferencia entre hombres y mujeres es de solo un 2%, mientras que en los mayoritariamente indigenas alcanza al 16%, 10 que indica un patron de mayor desigualdad educacional entre hombres y mujeres a medida que se incrementa la concentracion indigena de los municipios. Cuanto mayor es la proporcion de indigenas en un municipio, menor es el nivel prome- dio de escolaridad de su poblacion. Los hombres tienen casi siete anos de escola- rid ad en aquellos municipios con menos de un 10% de poblacion indfgena, mien- tras que en los municipios con un 40% 0 mas de poblacion indfgena, tienen s610 3,5 anos de escolaridad. Para la poblaci6n adulta del Peru, los datos indican que en los tiltimos anos se ha reducido la diferencia en el numero de alios de educacion cursados entre las poblaciones indigenas y no indigenas. Aun asi, los no indigenas tienen un 20% mas de educacion que las indfgenas. La poblacion indfgena no solo es menos edu- cada y mas analfabeta que la poblacion de habla espanola, sino tambien muestra un atraso con respecto a la poblaci6n no indfgena en materia de capacitacion. Entre los individuos indigenas y no indfgenas, las diferencias en los niveles de 228 Las poblaciones indfgenas y La pobreza en America Latina educacion son considerables. Solo el 40% de los jefes de unidades familiares in- dfgenas tiene educacion superior al nivel primario, mientras que el 41 % de los jefes de unidades familiares de habla espafiola tienen alguna educacion secunda- ria, y el 22% alguna educacion postsecundaria. Solo el 6% de los jefes de un ida- des familiares indfgenas tiene alguna educacion postsecundaria. La brecha edu- cacional entre las poblaciones indfgenas y no indigenas, asf como entre los generos, ha ido disminuyendo a 10 largo del tiempo. Las aptitudes y eJ numero de aDOS de educacion cursados de los padres guar- dan relacion con Ja escolaridad y otras caracteristicas de capital humano de sus hijos. En Guatemala, se infonna que el 9% de los nifios no indigenas y el 21 % de los nifios indfgenas estan empleados. Los nifios de origen indigena nacen con muchas desventajas socioeconomicas y no pueden mantenerse a la par de sus com- pOOeros no indigenas. Los nifios indigenas muestran una mayor probabilidad de re- petir grados en el nivel primario y una mayor probabilidad de abandonar la escuela. En Bolivia, los nifios no indfgenas de 6 a 18 OOos de edad todavia muestran una probabilidad mucho mayor de estar matriculados en las escuelas que los nifios in- digenas. Es interesante observar que en la practica los nifios mas pobres muestran una mayor probabilidad de estar matriculados que los nifios no pobres. En tenni- nos de afios de escolaridad de la poblacion que asiste a la escuela, los nifios no indfgenas muestran mayor escolaridad que los indfgenas, independientemente del genero. EI anal isis multivariante indica que el hecho de ser indfgena tiene un fuerte efecto sobre la escolaridad. En tenninos de matricula en las escuelas, la tasa de participacion es ligeramente superior entre los varones, y la asistencia a la escuela es mayor entre los jovenes no indfgenas que entre los indigenas. En el Peru, el 40% de los nifios no indigenas esta matriculado en las escuelas, en comparaci6n con el 36% en el caso de los nmos indigenas. Los efectos de la lengua hablada y la ubicacion en zonas rurales se manifiestan en la asistencia es- colar: esta es mayor entre los que hablan aimara que entre los que hablan que- chua, y superior entre los nifios urbanos. La asistencia a la escuela tam bien se ve afectada por el trabajo de menores, tanto en el hogar como en el mercado labo- ral: a medida que aumentan las horas de trabajo, decrece la asistencia a la escuela. EI hecho de ser indfgena constituye un importante detenninante de la participa- cion de menores en la fuerza laboral. Los individuos que hablan quechua mues- tran una probabilidad mucho mayor de trabajar que quienes hablan aimara. Ademas, tanto el empleo como la educacion de los padres afectan la decision de trabajar de los nifios indigenas. Los hijos de padres menos educados, aquellos cuyos padres estan empleados como agricultores, y los hijos de madres que no pertenecen a la fuerza laboral muestran una mayor probabilidad de trabajar. En 10 que respecta al trabajo de menores se observan resultados similares en Gua- temala, aunque no asi en Mexico. En este ultimo pais, las tasas de matricula son superiores en las zonas no indi- genas. La brecha en las tasas de matricula entre las zonas indigenas y no indige- nas se incrementa con la edad, alcanzando un maximo en los 17 OOos, cuando la tasa de matrfcula no indfgena se aproxima al doble de la de la poblacion indfgena. Conclusion 229 La participacion de menores en la fuerza laboral es mayor en las zonas indigenas que en las no indigenas, pero no ocurre as! si se mantienen constantes otros fac- tores. Ello puede explicarse en parte por la concentracion rural de la poblacion in- digena. La educaci6n de los padres desempelia un papel importante en los nive- les promedio de educaci6n de los hijos. EI incremento promedio en el numero de afios de educaci6n cursados por un hijo cuya madre tiene educaci6n secundaria 0 superior, en comparaci6n con una madre sin educaci6n, es de 3,5 afios en las zonas no indigenas. En las zonas indfgenas se observan diferencias simi lares. Cuando se dispone de comparaciones, el impacto de la educaci6n de los padres es mayor en los municipios no indigenas. La situaci6n de empleo del jefe de la unidad familiar tambien ejerce un impacto bien definido sobre el numero de alios promedio de educaci6n cursados por los hijos. Los jefes de unidades familiares que trabajan en actividades no agricolas en las zonas indfgenas y no indfgenas tie- nen hijos que han cursado mas afios de educaci6n que los dedicados a actividades agricolas. La contribuci6n de los nilios que trabajan al ingreso total de la familia es considerable. Como era de esperarse, la contribuci6n del trabajo de menores al ingreso total de la familia se incrementa con la edad, mientras que el aumento del mlmero de alios de educaci6n cursados reduce dicha contribuci6n. El ingreso de los hijos desempefta un papel ligeramente mas importante en el ingreso total de la familia en las zonas indigenas que en las no indfgenas. Los problemas de salud de los grupos indigenas son graves. En Bolivia, los indfgenas muestran una probabilidad mayor que las no indigenas de haber estado enferrnas 0 lesionadas en el mes anterior. Entre los indfgena'> se observa una mayor tendencia a que su incapacidad haya sido 10 suficientemente grave como para mantenerlos fuera del trabajo por espacio de mas de una semana. Ademas, los no indigenas muestran una probabilidad menor de procurar ayuda medica en caso de enferrnedad. En cuanto a una importante medida preventiva, entre los no indfgenas la tasa de vacunaci6n contra la fiebre amarilla es el doble que entre los indigenas. Las mujeres indfgenas se encuentran en una situaci6n sustancialmente inferior con respecto a la atenci6n materna integral. Sorprendentemente, mientras que los pobres muestran una menor probabilidad de recibir atenci6n medica du- rante el parto en un establecimiento medico, los programas efectivamente focali- zados a traves de clinicas publicas en la practica han propiciado mayores tasas de prestaci6n de ciertos procedimientos preventivos de salud --como la vacunaci6n contra el tetanos- de mujeres pobres que en el caso de las mujeres no pobres. En el Peru, como en Bolivia, los indigenas muestran una mayor probabilidad de enferrnarse que los no indfgenas, pero una probabiIidad mucho menor de consultar a un medico. Quiza como consecuencia de las deficientes condiciones iniciales de salud, 0 como resultado de haber desatendido el tratamiento, la duraci6n y la gra- vedad de las enferrnedades son mayores entre la poblaci6n indigena. La proporci6n de personas indfgenas hospitalizadas es casi el doble de la poblaci6n de habla es- panola. Si bien el costo promedio de la hospitalizaci6n y los medicamentos es menor para los indigenas, s610 el 57% de estas adquieren medicamentos para sus enferrnedades, en comparaci6n con el 81 % en el caso de la poblaci6n no indigena. 230 Las en America Latina La participacion en la fuena laboral es mayor y la tasa de desempleo es menor entre los indigenas que se concentran en determinados sectores de la economia. En Bolivia, un mayor porcentaje de todas los indigenas participa en la fuerza laboral, y un menor porcentaje de la fuerza laboral indigena esta desem- pleado (segun la definicion habitual). Los trabajadores indigenas muestran una mayor probabilidad de tener un segundo empleo, y tienden a trabajar mas horas que sus contrapartes no indigenas. Sin embargo, los trabajadores indigenas bilin- giles ganan, en promedio, menos de las dos terceras partes del salario de los no indigenas. Por 10 tanto, un elevado porcentaje de los indigenas pobres son "po- bres que trabajan". Aproximadamente la mitad trabaja por cuenta propia, mien- tras que la mayor parte de los no indigenas trabajan como empleados. Los mas pobres muestran una mayor probabiJidad de trabajar por cuenta propia, y una menor probabilidad de ser empleados 0 propietarios de negocios. Alrededor del 40% de los empleados indigenas bilingiles y de los monolingiles en espaiiol tra- bajan en el sector publico, mientras que el 60% restante 10 hace en el sector privado. Los indigenas monolingiies, sin embargo, muestran una probabilidad mucho menor de trabajar en el sector privado. En Guatemala, la mayor parte de los indigenas trabaja en el sector agricola, en el que los salarios son menores que en cualquier otro sector. La fuerza de trabajo esta integrada principalmente por hombres indigenas y no indigenas. Los traba- jadores indigenas muestran una mayor probabilidad de trabajar por cuenta propia que los no indfgenas. Teniendo en cuenta la importancia del movimiento sindical mexicano, los sin- dicatos son cerca de dos veces mas frecuentes en los municipios no indigenas que en los mas indfgenas. La afiliacion a los sindicatos, sin embargo, reviste mas im- portancia para los trabajadores indfgenas, ya que les ayuda a salir de la pobreza. En el Peru, la actividad agricola depende en gran medida de la mano de obra indigena. Por ejemplo, el 70% de las mujeres indigenas y el 63% de los hombres indigenas trabajan en actividades agricolas. Sin embargo, en promedio, las muje- res y los hombres indigenas ganan solo una tercera parte del salario de los traba- jadores no indigenas empleados en la agricultura. Los indigenas muestran niveles mucho menores de escolaridad que la po- blacion no indigena, pero la equiparacion del numero de aDOS de educacion cursados se traduciria en un considerable aumento de los ingresos labora- les relativos. Gran parte de la desventaja de los trabajadores indigenas en ma- teria de ingresos laborales se debe a la menor dotaci6n de capital humano. Si bien los beneficios monetarios de la escolaridad son menores para la poblaci6n indigena, el aumento de los niveles de escolaridad resultaria en un incremento significativo de los ingresos laborales en todos los paises, excepto en el Peru. La magnitud relativa, sin embargo, difiere de un pais a otro. En Bolivia, el hecho de ser indigena se asocia a un significativo efecto negativo sobre los in- gresos laborales. Si se examinan separadamente los deterrninantes de los ingre- sos laborales para los trabajadores indigenas y no indfgenas, el aumento prome- dio de los ingresos laborales asociado a un aiio adicional de escolaridad es mayor en el caso de los hombres no indfgenas que en el de los hombres indige- Conclusion 231 nas en casi tres puntos porcentuales (8,6% y 5,7%; vease el cuadro 9.3). En fonna similar, el rendimiento de la experiencia en el mercado laboral es mayor trahindose de los trabajadores no indigenas. Las horas trabajadas por semana muestran un mayor rendimiento de 8 puntos porcentuales en el caso de los tra- bajadores no indfgenas. La tasa de rendimiento de la escolaridad en Guatemala es del 11 % para los tra- bajadores indfgenas y del 12% para los no indigenas. Dicha tasa es superior para las mujeres trabajadoras, tanto indigenas como no indfgenas. En Mexico se ob- serva muy poca diferencia en el rendimiento marginal de la escolaridad de los in- dividuos que viven en municipios mas 0 menos indigenas. En el Peru, el aumento de los ingresos laborales asociado a un ano adicional de escolaridad de los trabajadores de habla espanola es tres veces el correspondiente a los trabajadores indigenas (4,8% y 1,6%). Los hombres indigenas no se benefi- cian de la experiencia en el mercado laboral, 10 que sugiere que la experienda de- clarada por los hombres indigenas representa tiempo trabajado en sectores de baja remuneraci6n. Si bien los mayores niveles de escolaridad proporcionan mayores ingresos laborales, la obtenci6n de algun tipo de educacion universitaria consti- tuye el factor mas significativo que resulta en un mayor ingreso laboral para los hombres indigenas en el Peru. Tambien debe tenerse en cuenta que en el Perula poblacion considerada como objetivo se define como la pobladon monolingiie en aimara y quechua. En general, estos grupos no compiten en el mismo segmento del mercado laboral que la poblaci6n no indfgena (0 que la poblacion indigena bi- lingue que trabaja). Asimismo, la omision de las externalidades relacionadas con la mayor escolaridad puede tener por consecuencia una subestimadon de los "verdaderos" beneficios de la escolaridad. Una de las principales preocupaciones de este infonne es detenninar si la equi- paradon de las caracterfsticas de capital humano y otras caracterfsticas produc- tivas se traducirfa en una virtual eliminacion de las desigualdades socioecono- micas, 0 si el respaldo a los programas de acci6n afinnativa tendrfa el efecto deseado de anular tales desigualdades. Los resultados diferenciales, por supuesto, pueden deberse simple y llanamente a la discriminaci6n. La discriminadon con- tra los indigenas puede afectar negativamente su acceso a la educadon, la calidad de la educacion que red ben y su desempeno en el mercado laboraL Cuadro 9.3: El nivet de instrucci6n y el incremento del ingreso asociado con un aiio mas de escolaridad Trabajadores indfgenas Trabajadores no indfgenas Anas medios Incremento del Anos medios Incremento del Pafs de escolaridad ingreso (%) de escolaridad ingreso (%) Bolivia 7,4 5,7 10,1 8,6 Guatemala 1,8 9,1 4,9 10,5 Mexico 3,8 8,7 7,3 9,3 Peru 6,7 2,6 10,0 6,2 Fuente: Calculado a partir de los cuadros 5.31, 5.32, 6.10, 6.28, 7.13, 7.14, 8.18, 8.19. 232 Las poblaciones indfgenas y la pobreza en America Latina La descomposicion estadfstica de las diferencias de ingresos laborales entre tra- bajadores indigenas y no indfgenas produce resultados mixtos. En Bolivia, por ejemplo, la porcion de la diferencia global de ingresos debida a disparidades en las caracteristicas productivas de los hombres indfgenas y no indigenas que traba- jan es del 72%. En otras palabras, sobre la base de las caracterfsticas observadas, la diferencia de ingresos laborales entre trabajadores indfgenas y no indfgenas se reduciria un 72% si cada grupo tuviera las mismas caracteristicas productivas. La diferencia restante del 28% en los ingresos laborales queda "sin explicacion" y da lugar a errores de medici on y factores no tenidos en cuenta como diferencias en las aptitudes, la calidad de la educacion, la participacion en la fuerza laboral, la cultura y la discriminacion en el mercado laboral. Por 10 tanto, la discriminacion podria representar el 28% de la diferencia global de ingresos laborales entre los trabajadores indigenas y no indfgenas en el mercado laboral urbano de Bolivia. Esta baja estimacion dellfmite superior de la discriminacion al explicar las dife- rencias etnicas en los ingresos en Bolivia se debe en parte, sin duda alguna, al hecho de que la muestra es urbana. Sin embargo, en un estudio anterior sobre la extension de la discriminacion contra las personas indfgenas en las zonas rurales de Bolivia no se hallaron evidencias de discriminacion (Kelley 1988). En Guatemala, sin embargo, alrededor de la mitad de la diferencia de ingresos laborales puede atribuirse a diferendas en la dotacion de caracterfsticas produc- tivas. En el caso de las mujeres, hasta tres cuartas partes de la diferencia se deben a diferencias en el capital humano. Estas estimaciones de los limites superiores de la discriminacion indican que hasta un 50% de la diferencia global podria de- berse a la discriminacion contra la poblacion trabajadora indfgena. En el Peru, la proporci6n de la diferencia global de ingresos laborales que se debe a las caracteristicas productivas equivale al 50%. En otras palabras, si los trabajadores indigenas tuvieran la misma dotacion de caracteristicas productivas que los trabajadores no indigenas, la diferencia de ingresos se reducirfa en un 50%. La diferencia restante en salarios queda "sin explicacion" y puede abarcar factores no medidos que contribuyen a la diferencia de ingresos. Por 10 tanto, la discriminacion salarial contra la poblacion indfgena podria representar hasta el 50% de la diferencia global de ingresos laborales. EI amilisis de la contribucion de cada variable a la diferenda global de ingresos entre trabajadores indfgenas y no indfgenas indica que gran parte de la ventaja de los trabajadores de habla es- panola en materia de ingresos laborales puede explicarse por la educacion al nivel universitario. La ubicaci6n rural constituye una importante desventaja para el bienestar economico de la poblacion indigena. Sin embargo, la ubicacion en zonas rurales no afecta a los trabajadores que hablan espanol en forma tan nega- tiva como a los indigenas, con el resultado de que la poblad6n indfgena se ve pe- nalizada indebidamente por su ubicacion. Gran parte de la porcion "no explicada" de la diferencia de ingresos se debe a las horas trabajadas y a la experiencia; es decir, por la misma cantidad de trabajo y de experiencia en el mercado laboral, los trabajadores indfgenas perciben menos remuneracion que los no indfgenas. En Mexico, la pordon de la diferencia que se debe a las caracterfsticas produc- tivas 0 dotadon de los individuos es equivalente al 52% de la diferenda de ingre- Conclusion 233 sos laborales entre los trabajadores de las zonas indfgenas y no indigenas. En otras palabras, si quienes viven en las zonas indigenas estuvieran dotados de las mismas caracteristicas que los residentes de las zonas no indigenas, la diferencia de ingresos entre ambos se reduciria un 52%. Sin embargo, e148% restante queda "sin explicacion". En consecuencia, la discriminacion contra quienes viven en zonas indfgenas puede explicar hasta el 48% de la diferencia de ingresos labora- les, constituyendo de esa manera el "limite superior" de la discriminacion. En 10 que respecta a la diferencia de ingresos debido a los factores "explicados" 0 do- tacion, el mayor m.1mero de alios de educacion cursados desempelia un papel im- portante en la explicacion de la ventaja de los trabajadores no indfgenas en mate- ria de ingresos laborales. Sin embargo, la mayor contribucion a la ventaja de los no indigenas proviene del empleo no agricola, 10 que denota el predominio de tra- bajadores no agricolas en las zonas no indfgenas. En el cuadro que figura a con- tinuacion se resume la potencial discriminacion salarial en cada uno de los paises del estudio. Discriminacion Pais (porcelllajes) Bolivia 28 Guatemala 52 Mexico 48 Peru 50 Enseiianzas aprendidas Afortunadamente, existe un potencial no realizado. Ello resulta evidente, por ejemplo, en el caso de Bolivia, donde el nivel educacional de la poblaci6n se ha incrementado rapidamente en las ultimas dtkadas. El nivel promedio de escola- ridad de los hombres indigenas ha aumentado constantemente a 10 largo del tiempo, con un marcado incremento en el caso de los nacidos en 1959 y poste- riormente. En el caso de las mujeres indfgenas, el incremento es aun mas espec- tacular, en especial con respecto ala poblacion posterior a la revolucion de 1952. Los resultados estadisticos muestran que al equipararse las caracteristicas de ca- pital humano, desaparecerfa gran parte de la diferencia de ingresos laborales entre los trabajadores indigenas y no indigenas. Estas comprobaciones indican que la situacion socioeconomic a de la poblacion indigena de Bolivia puede mejorar, porque gran parte de las diferencias de ingresos dependen principalmente de va- riables influidas por las politic as, como la educaci6n y la ocupaci6n. Ello permite albergar considerables esperanzas para el futuro. Resta, sin embargo, el problema de la forma de mejorar la capacidad productiva de la poblacion indigena; una so- lucion obvia es elevando su nivel de educaci6n. En los proyectos de educacion, el conocimiento de la poblacion indfgena puede ayudar a determinar la ubicaci6n de nuevas escuelas, focalizar aquellas con ren- dimientos deficientes y --<:uando y si fuera apropiado y hubiera demanda para elIo-- proporcionar educaci6n bilingtie. La evidente fuerte influencia de la edu- 234 Las noh,laclOn,es en America Latina caci6n en el alivio de la pobreza y el incremento de los ingresos laborales, espe- cialmente en las zonas indfgenas, sugiere la necesidad de concentrarse en el ac- ceso a la educaci6n como un importante aspecto del desarrollo, que tiene reper- cusiones socioeconomicas significativas y beneficiosas a largo plazo. Uno de varios metodos frecuentemente citados para mejorar el acceso de la poblacion in- dfgena a la educaci6n es el establecimiento de algun tipo de educacion bilingtie. La participacion de las personas indigenas puede contribuir al mejoramiento del disefio y la ejecucion de proyectos de desarrollo. En primer lugar, debe lle- garse a un acuerdo entre las partes interesadas acerca de 10 que debe hacerse. Es preciso decidir desde un principio el objetivo de la intervenci6n. lEs este acaso la reforma? En tal caso, lque se entiende por reforma? En el caso de las pobla- ciones indfgenas, les la meta la asimilacion, la integraci6n y la eliminacion de la cultura indfgena? (,0 la preservaci6n de la cultura a traves de polfticas disefiadas con la participacion de las poblaciones indigenas? En el caso de la educacion, la falta de una participacion significativa de las poblaciones indigenas podrfa tradu- cirse en la perdida de su cultura y su lengua. Los aspectos institucionales relacionados con el funcionamiento de los merca- dos laborales tambien constituyen importantes consideraciones. En cierta me- dida, las poblaciones indigenas perciben menores ingresos laborales y tienen una mayor incidencia de pobreza porque estan atrapadas en el sector secundario de la economfa. Esta informacion puede ayudar en la creaci6n de esquemas apropiados de generaci6n de empleos. Mientras que muchos trabajadores pobres y no pobres estan confinados al sector informal de la economia, la ubicacion de los indigenas pobres en este sector reviste particular importancia. Esta informacion sefiala un importante sector que puede focalizarse en cualquier estrategia de reducci6n de la pobreza. Un conocimiento mas amplio acerca de la poblacion indfgena puede contribuir al diseiio de intervenciones de salud en la region. Por ejemplo, el acceso ala aten- ci6n medica por parte de las mujeres embarazadas es esencial para preservar la vida de la madre y el desarrollo saludable de los hijos. Las mujeres indigenas, sin embargo, carecen de esta atenci6n medica. La formulaci6n de estrategias destina- das a extender la atencion de la salud a las poblaciones indigenas constituye un importante desaffo. Una comprobacion muy importante de este estudio es que la fecundidad y los niveles de mortalidad infantil en las zonas urbanas de Bolivia decrecieron signi- ficativamente como consecuencia de la mayor educaci6n de las madres y los pa- dres. La menor fecundidad, a su vez, esta asociada con una mayor participaci6n de la mujer en la fuerza laboral, 10 que refleja un efecto indirecto de la educacion sobre los ingresos laborales. La educacion ejerce el efecto mas fuerte en la reduc- cion de la fecundidad, y 10 que es mas importante, la etnicidad y los niveles de ingresos de las unidades familiares no estan asociados significativamente con la fecundidad una vez que se neutralizan los efectos de la educacion. Ello implica que el comportamiento en materia de fecundidad no constituye un dato cultural insuperable, sino que es susceptible de cambiar a traves de intervenciones basa- das en poifticas, como un mayor acceso a la educacion. Conclusion 235 EI modelo occidental de desarrollo percibe a las culturas tradicionales como pobres, de manera tal que los esfuerzos se concentran en el mejoramiento de los niveles de vida. Ello se basa en la ideologfa de que todas las culturas, para ser de- sarrolladas, deben alcanzar un cierto nivel de adquisiciones materiales. Existe la creencia de que las culturas tribales no pueden satisfacer las necesidades materia- les de sus pueblos. Hay quienes sostienen que todos los pueblos com parten el deseo de 10 que se define como riqueza material, prosperidad y progreso. Otros, se considera, tienen diferentes culturas solo porque aun no se han visto expuestos a las alternativas tecnologicas superiores ofrecidas por la civilizacion industrial. El problema de este razonamiento es que los valores materialistas de los pafses industrializados del mundo no son elementos culturales universales. Las pobla- ciones indigenas son diferentes, y tener este aspecto en cuenta significa no impo- ner valores no indfgenas. En todo intento por mejorar la situacion de las pobla- ciones indigenas serfa provechoso tener en cuenta la experiencia y las costumbres "tradicionales". Los valores comunitarios tradicionales han persistido entre los amerindios. Antes del contacto con los europeos, tales valores inclufan la activi- dad empresariaJ, que fue eliminada por los inmigrantes europeos. Cuando este es- piritu empresarial volvio a activarse, se baso en la comunidad mas bien que en el individuo. Ello es indicativo de la importancia que las poblaciones indigenas asignan al sistema de comuneros. Investigaciones futuras Se carece de estudios empfricos acerca de la situacion socioeconomica de las po- blaciones indfgenas de America Latina. Algunos importantes aspectos que deben abordarse son la definicion de la poblacion considerada como objetivo, la solu- cion del problema de la escasez de datos y el disefio de metodologfas apropiadas de investigacion. Si bien muchos pafses de la region cuentan con considerables poblaciones in- dfgenas, son pocos los que incluyen preguntas destinadas a identificar las carac- terfsticas etnolingiiisticas en sus encuestas de hogares 0 de la fuerza laboral. Para identificar la poblacion de referencia en este estudio fue necesario utilizar aque- lIas encuestas que proporcionan indicadores Unicos. Sin embargo, 10 que se nece- sita son indicadores multiples, como los que se utilizan en los censos de los Estados Unidos y Canada. Se requiere toda la gama de indicadores, entre ell os la lengua, la autoidentificacion 0 autopercepcion, la ubicacion 0 concentracion geo- gnifica, el ancestro y, posiblemente, el vestido (como en el censo de Guatemala de 1993). En consecuencia, es preciso contar con mejores datos, incluidos los datos de panel, para que los futuros investigadores puedan realizar analisis mas profun- dos e incluir un mayor numero de paises. Tambien podrian realizarse investiga- ciones longitudinales: es decir, podria intentarse responder preguntales tales como "i,cwH era el nivel de discriminacion hace 10, 20 y 30 afios? i,Cual sera dicho nivel dentro de 5, 10 y 15 afios? i,Cmiles fueron los efectos de las politi- 236 Las en America Latina cas y programas anteriores? i,Cwiles seran los efectos de las actuales polfticas y program as?" Tambien podrfa resultar uti I estudiar la experiencia de los pafses desarrollados en materia de poblaciones indigenas. Su tratamiento del "aspecto indfgena" po- drfa ser de utilidad, especialmente en terminos de analizar 10 que esos paises 10- graron hacer exitosamente y cmiles esfuerzos resultaron infructuosos. Asimismo podrfa examinarse la informacion de que disponen, asi como la forma en que la utilizan y la recopilan. Un futuro proyecto de investigacion sobre las poblaciones indfgenas podrfa combinar el enfoque cuantitativo adoptado aqui con un analisis cualitativo, como el enfoque de participacion-observacion e investigacion (0 evaluacion participa- toria de la pobreza) (Salmen 1987; vease tambien Stanley 1978). La idea es com- binar la labor empiric a con el trabajo de campo y las tecnicas de microencuestas. Por ejemplo, si se determina que los indigenas que viven en las ciudades de Bolivia estan trabajando por cuenta propia y ganan menos que los no indfgenas con los mismos niveles de escolaridad, deberian reaJizarse entrevistas en profun- didad con estos grupos de individuos para determinar las razones de la discrepan- cia en los ingresos. Sin estos datos cualitativos, las razones de la discrepancia, in- cluidas la raza, el acceso a la capacitacion y los valores culturales, son puramente especulativas. Tales diferencias son diffciles de evaluar utilizando solamente ana- !isis empiricos, que general mente se basan en conjuntos de datos imperfectos. Muchas poblaciones indigenas que viven en zonas urbanas mantienen vfnculos mutuamente beneficiosos con las comunidades rurales. Constantemente se inter- cambian recursos entre la ciudad y el campo. Esta transferencia de recursos es im- portante, y no siempre es captada adecuadamente en los datos de las encuestas de hogares. Las complejas redes sociales solo pueden examinarse mediante un enfo- que cualitativo de investigacion. EI examen de las redes de proteccion informa- les puede realizarse a traves de un ejercicio de investigacion participatoria. Las actividades productivas pero no remuneradas de los indfgenas que viven y trabajan en las comunidades rurales con frecuencia se consideran erroneamente como desempleo 0 subempleo. Numerosos campesinos, sin embargo, en muchos casos participan en una diversidad de actividades que proporcionan ingresos, aunque estos no son facilmente observables, especialmente a traves de los datos agregados de las unidades familiares. Muchos campesinos aparentemente ociosos estan en muchos casos envueltos en numerosas actividades que no son faciles de categorizar. Este tipo de informacion solo puede obtenerse a traves de la obser- vadon directa. Sin embargo, es posible cuantificar y analizar la informacion re- cogida, y ella puede ayudar al diseiio de proyectos de desarrollo rural con com- ponentes indigenas. Existe mucha informacion util acerca de las manifestaciones de la pobreza que en general los individuos no estan dispuestos a revelar. Esta informacion puede incluir datos acerca de su salud, sus pnkticas sanitarias, actitudes y comporta- miento con respecto al control de la natalidad, los ingresos 0 la discriminacion. Por 10 tanto, es necesario adoptar un nuevo enfoque para complementar las fuen- tes convencionales. Pueden utilizarse entrevistas personales para verificar no solo Conclusion 237 el ingreso y la capacidad de pago de los individuos, sino tambien sus valores con respecto a la lengua, la historia y la cultura. Puede resultar sumamente eficaz in- volucrar a la poblacion considerada como objetivo en el disefio de encuestas y proyectos, y discutir con grupos considerados como objetivo el prop6sito de estas iniciativas, posiblemente a traves de "evaluaciones rurales participatorias". El propos ito es vincular la investigacion futura con la meta de reduccion de la pobreza. La meta ultima del vInculo entre la labor emplrica y cualitativa, por 10 tanto, es contribuir a la fonnulacion de estrategias globales de reduccion de la po- breza. EI metodo de investigacion participatoria tiene por finalidad "escuchar a los pobres" para conocer la fonna en que evalUan su propia pobreza y las estra- tegias existentes de reduccion de la pobreza, como funcionan sus propias estrate- gias de supervivencia, cwiles son las estrategias oficiales de reducci6n de la po- breza que prefieren y cuMes estan dispuestos a respaldar. Estas evaluaciones tienen por objeto refocalizar, elaborar 0 validar las conclusiones obtenidas de los amllisis convencionales. Tal enfoque contribuirfa a asegurar que en ultima instan- cia la estrategia de reduccion de la pobreza no s610 serfa especffica para cada pais, sino tam bien para las diferentes categorias de pobres. La division entre la labor empfrica (por 10 general realizada por los economis- tas) y el trabajo de campo (generalmente realizado por un antropologo) probable- mente no constituya el mejor metoda para alcanzar la meta de lograr que la eva- luacion de la pobreza sea mas practica y mas significativa. Es preciso trasponer las barreras conceptuales y metodol6gicas y trascender las dicotomfas (antrop6- logo-economista). En consecuencia, un individuo 0 un equipo de economistas/ soci610gos/antropologos podda contribuir a la preparaci6n de la labor empfrica y la verificaci6n mediante el trabajo de campo. De esta fonna, ambos aspectos de la tarea se complementan mutuamente y se hace menos pronunciada la division entre las metodologfas de investigacion cuantitativas y cualitativas. Con ello se estimularfan los esfuerzos por reducir la pobreza. Referencias Adamson, R. 1992. "Investing in Indigenous Knowledge". Ab1Je:kon Journal 9(2): 50-51. Altimir, O. 1987. 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La imagen, titulada Vista desde la costa, fue copiada de una pintura rupestre del siglo XVI, que se encuentra en 10 que en la actualidad es Cuba. Representa una perspectiva indigena de la llegada de los conquistadores espanoles.