68632 v2 Trabajo & Familia Mujeres de América Latina y el Caribe en busca de un nuevo equilibrio Resumen ejecutivo Laura Chioda Copyright © 2011 El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento Todos los derechos reservados Resumen ejecutivo Cuatro décadas de importantes logros 1 L a región de América Latina y el Caribe (ALC) ha ex- perimentado notables logros en aras de la igualdad de género a lo largo de las últimas cuatro décadas. Las mu- jeres y las niñas han dado pasos importantes en diversas áreas clave, que incluyen pero no se limitan a la educación y la salud. Hacia comienzos de los años noventa, las niñas habían cerrado la brecha y actualmente tienen mejores índices de desempeño que los varones en diversos indicadores de educación. Actual- mente, es más probable que las niñas se matriculen en educa- ción secundaria y terciaria que los varones, y también es más probable que concluyan ambas. Una parte importante de estos logros se debe a los resultados cada vez mejores de las mujeres en los niveles de la educación superior. Sin embargo, el progreso no ha sido homogéneo. Mientras que las tasas de matriculación de los varones y las niñas (entre 6 y 11 años) son iguales en toda la región, allí donde exis- Los avances en materia de igualdad de género en salud tam- ten, las brechas tienden a favorecer a las niñas. Una excepción bién han sido notables en ALC. Mientras que en otras regiones, importante se observa en las poblaciones indígenas de Belice, como el sur de Asia, Europa y Asia Central, se observan des- Bolivia y Guatemala, donde la tasa de matriculación de los equilibrios por sexo, donde la proporción de varones de la po- varones sigue superando a la de las niñas en proporciones im- blación total supera al de las mujeres por márgenes amplios (y a portantes. menudo no naturales), la proporción femenina en la población total en ALC se ha situado por encima del 50 por ciento y ha A pesar de la tendencia general de mejor desempeño de las aumentado sostenidamente desde los años sesenta. Este es un niñas en la educación secundaria, los varones de entre 12 y indicador de la aceptación del nacimiento de niñas en la región, 14 años aún superan a las niñas en aproximadamente la mitad que aparece como un contraste con los datos sobre la preferen- de los países estudiados, con una brecha que supera los seis cia por los varones en el sur de Asia, por ejemplo. También es puntos porcentuales en Guatemala y Bolivia. 1 Sin embargo, un reflejo del aumento de las inversiones en la salud de las niñas la heterogeneidad entre los países en términos de logros es y mujeres, así como un mejor acceso a una atención de salud menos pronunciada que en términos de matriculación. Las eficaz. Estas mejoras han llevado a un aumento en la esperanza niñas completan más años de escolarización y progresan en de vida tanto de hombres como de mujeres, a pesar de que esta las materias escolares más eficientemente en la mayoría de los esperanza de vida ha aumentado más rápidamente en ellas que países. Entre las excepciones están Guatemala, Bolivia, Méxi- en ellos. Si bien los hombres vivían cuatro años menos que 2 co y Perú, donde la brecha de años de escolarización aún no las mujeres en 1960, actualmente la diferencia es de más de seis se ha cerrado. años a favor de las mujeres. Proporción femenina y masculina en tasas Proporción femenina y masculina en tasas de de culminación de secundaria (25 o más años) culminación de educación superior (25 o más años) 1,2 1,2 1,0 1,0 ratio femenino/masculino ratio femenino/masculino 0,8 0,8 0,6 0,6 0,4 0,4 0,2 0,2 0,0 0,0 1950 55 60 65 70 75 80 85 90 95 2000 05 10 1950 55 60 65 70 75 80 85 90 95 2000 05 10 OECD Asia Este y Pací�co Europa y Asia Central América Latina y Caribe Medio Oriente y Norte de �frica Sur de Asia �frica Subsahariana Fuente: Cálculos basados en Barro y Lee (2011). Las mejoras en la esperanza de vida para las mujeres en ALC Actualmente, 42 por ciento de mujeres en edad de trabajar están también son el resultado de una disminución sostenida de la activas en el mercado laboral y representan aproximadamente el mortalidad materna desde los años ochenta. La disminución 40 por ciento de toda la fuerza laboral en la región. más notable se ha producido en aquellas subregiones que arro- jaban niveles iniciales más altos de mortalidad materna, es decir, En la mayoría de países de ALC la tasa de PFL femenina se ha el Caribe y los países andinos, donde la incidencia de la mor- duplicado, como mínimo, desde los años sesenta y se ha tri- talidad materna cayó en aproximadamente 40 y 70 por ciento, plicado en Brasil. La mayor participación profesional de las respectivamente, desde 1980. mujeres en la sociedad también se ha traducido en una mayor participación en la política formal, donde la proporción de esca- Quizá uno de los cambios más notables para las mujeres en ños parlamentarios ocupados por mujeres en ALC es casi del 24 ALC ha sido la rápida disminución de las tasas de fertilidad, que por ciento, el más alto del mundo, y supera ligeramente a la de han llegado a converger con las de los países de altos ingresos de los países de la OCDE (23 por ciento). Si bien la representación la OCDE. En 1960, las mujeres en ALC tenían un promedio de de las mujeres en los parlamentos está aumentando en toda la seis partos, comparados con tres en la OCDE. Hacia 2009, los región, sigue estando muy desigual entre los países. En Belice, nacimientos por mujer habían disminuido a cerca de dos, tanto Haití, Panamá, Brasil y Surinam es de aproximadamente el 10 en la OCDE como en ALC. Si bien la tendencia descendente por ciento, mientras que en Argentina, Costa Rica, Ecuador y en ALC fue un fenómeno observado en toda la región, el grado Guayana es de más del 30 por ciento. 3 y el ritmo del declive ha sido heterogéneo. Se observan dos patrones distintivos: en el grupo de países de ingresos relativa- Estos avances para las mujeres en ALC han tenido lugar en mente más altos (incluidos Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica el contexto de importantes pasos hacia el logro de una mayor y Panamá) la tasa de fertilidad cayó bruscamente a comienzos equidad social, lo que se refleja en una importante reducción de de los años setenta y disminuyó a un ritmo menor a partir de la pobreza (aproximadamente 68 millones de latinoamericanos entonces; como contraste, el grupo de países de ingresos rela- han superado el umbral de la pobreza moderada desde 2003) y tivamente menores (incluidos Ecuador, El Salvador, Haití y Pa- de la desigualdad de los ingresos (12 países de una muestra de raguay) experimentó una tendencia descendente más moderada 17 en toda la región experimentaron una disminución en los co- y paulatina a lo largo de ese periodo.2 Junto a estos pasos dados hacia la igualdad de género en la edu- 1. En los adolescentes de entre 15 y 19 años, las grandes brechas favorecen a las cación y la salud, se ha producido un crecimiento sin preceden- niñas en algunos países (por ejemplo, en Nicaragua, Honduras, Panamá y Uru- tes en la participación de la mujer en la fuerza laboral (PFL), guay, la matriculación escolar de las niñas supera a la de los varones en más de 6,5 puntos porcentuales), mientras que favorecen a los varones en otros (Guatemala, con casi 70 millones de mujeres que han ingresado a dicha Haití y Bolivia). 2. La disminución de las tasas de fertilidad entre las adolescentes también ha sido fuerza desde los años ochenta. Hace tres décadas, sólo el 36 heterogénea en diferentes países de la región. Por ejemplo, las tasas de fertilidad adolescente disminuyeron notablemente en El Salvador y Belice, en aproximada- por ciento de las mujeres en edad laboral en el mercado laboral. mente 33 y 35 por ciento, respectivamente, desde 1998. Como contraste, en Nica- Desde entonces, la participación femenina en ALC ha aumen- ragua, República Dominicana y Guatemala, el embarazo adolescente sigue siendo empecinadamente alto, con una de cada diez niñas adolescentes convirtiéndose en tado más rápidamente que en cualquier otra región del mundo. madre, lo cual equivale a los niveles del �frica subsahariana. Tasa de fertilidad por región Proporción de escaños parlamentarios por mujer (porcentaje) (Nacimientos por mujer, 1960-2009) OECD 22,90 8 Altos ingresos 17,68 12,46 7 América Latina 23,60 15,39 y el Caribe 12,08 6 Sur de Asia 19,18 7,23 5 6,30 �frica 19,57 4 subsahariana 3 Asia este 18,51 y Pací�co 18,63 2 17,09 Europa 15,22 1 y Asia central 7,67 0 Medio Oriente y 9,32 1960 75 82 85 88 91 94 97 2000 03 06 09 �frica del norte 3,90 3,75 AEP EAC OECD ingresos altos ALC MONA SA AS Mundo 2010 2000 1990 Fuente: Banco Mundial 2011. Fuente: Banco Mundial 2011. eficientes de Gini) y un aumento concomitante del porcentaje Diversos patrones confirman este punto. La relación entre 4 de la clase media en la población de la región (de 20 a 30 por desarrollo económico y participación económica de la mujer ciento, medido por el número de personas con ingresos de más no es ni lineal ni monótona. Las evidencias empíricas seña- de US$10 al día sobre una base ajustada de poder adquisitivo). 3 lan sistemáticamente la existencia de una relación en forma de “U� entre participación de la mujer en la fuerza laboral y desarrollo, medido según el ingreso per cápita de los países. Los nuevos desafíos para las mujeres La participación de la mujer en la fuerza laboral inicialmen- y los responsables de las políticas te disminuye a medida que aumenta el ingreso per cápita, y luego vuelve a aumentar (aunque no necesariamente de A la luz de los notables logros de la región a lo largo de los forma lineal) con niveles más altos de desarrollo. Diferen- últimos cuatro decenios, es tentador llegar a la conclusión de tes subgrupos de mujeres se integran en la fuerza laboral de que estos avances en el acceso se traducen mecánicamente en manera heterogénea. Concretamente, las mujeres solteras progresos en los resultados del mercado laboral y que, a partir ingresan a la fuerza laboral en etapas más tempranas del de- de estas tendencias, se puede inferir inequívocamente una si- sarrollo respecto a las mujeres casadas, y su comportamiento tuación de bienestar. Los resultados de este estudio advierten se asemeja al de los hombres; les siguen las mujeres casadas en contra de ese tipo de visiones simplistas y urgen a una com- –a medida que se suavizan las normas sociales y la adhesión a prensión más profunda de los procesos de toma de decisiones roles tradicionales– en grados que varían según sus caracterís- de las mujeres con el fin de mejorar el diseño y la eficacia de las ticas, incluyendo su nivel de educación, cohorte generacional políticas. y estructura familiar. La heterogeneidad de los comportamientos de las mujeres con la carrera laboral relacionadas con la maternidad están positi- diferentes niveles de educación en el mercado laboral pone en vamente asociadas con el nivel de los ingresos del marido, lo relieve la futilidad de los esquemas simplistas que establecen cual señala que los ingresos del cónyuge permiten a las mujeres relaciones entre las mayores oportunidades para la mujer como disminuir su aporte laboral. fruto de mejoras en la salud y la educación y del desarrollo económico, por un lado y, por otro, los resultados específi- En aquellos países en ALC para los que se pueden dibujar bre- cos del mercado laboral. Por ejemplo, el matrimonio en ALC chas salariales, tres de los cuatro países que aún no habían cerra- tiende a estar asociado con una importante disminución en la do la brecha educativa –Perú a comienzos de los años noventa, participación en el mercado laboral. Sin embargo, las mujeres y México y Guatemala en 2007– muestran un patrón de diferen- casadas con un alto nivel de educación muestran una mayor cias salariales que, sorprendentemente, favorece a las mujeres inclinación a permanecer en la fuerza laboral respecto a las en la parte más baja de la distribución del ingreso. Esto quiere mujeres con educación primaria o secundaria, en parte, por- decir que en el rango de población que menos gana en estos que las primeras tienden a considerar el trabajo más como una carrera que simplemente como fuente de ingresos. En el otro extremo, las mujeres casadas con un nivel educativo menor a educación primaria, también demuestran tener vínculos más 3. Si bien la proporción de hogares dirigidos por mujeres en ALC ha aumentado, al contrario de lo que se cree popularmente, estos hogares no parecen estar sujetos fuertes con la fuerza laboral, pero por razones muy diferentes, a un mayor riesgo de pobreza. 5 puesto que es probable que se vean obligadas a trabajar por simple necesidad, en lugar de ver el trabajo como una opción. Sin embargo, la presencia de hijos en el hogar está asociada con un mayor abandono de la fuerza laboral de las mujeres con educación terciaria –que probablemente se enfrentan a menos limitaciones de los ingresos– que de las mujeres con educación primaria o menos. De la misma manera, las mayores brechas de salario por género aparecen en los deciles más bajos y más altos de la distribu- ción del ingreso, lo cual señala otra relación no monótona y posiblemente en forma de “U� entre el capital humano y los resultados en la fuerza laboral. De hecho, los datos para países desarrollados muestran que entre las profesionales de grupos élite aparece una brecha salarial con la decisión de tener hijos, y que los salarios de las mujeres son considerablemente menores a los de los hombres. Además, las penalizaciones salariales por tener horarios laborales más cortos y por las interrupciones de Aumento del conjunto de opciones, surgimiento de nuevas identidades, dinámica de los hogares y nuevas tensiones Este estudio reconoce las evidencias señaladas anteriormente e ilustra la compleja relación entre las etapas del desarrollo eco- nómico y la participación económica de las mujeres y, en con- gruencia con la reciente literatura, sostiene que la participación de las mujeres en la fuerza laboral no puede ser simplemente descrita mediante un motivo de maximización de ingresos. Más bien, muestra que las interacciones de los factores microeco- nómicos y sociales, como el capital humano (por ejemplo, la educación, la salud, la experiencia laboral y las capacidades), las normas sociales, las preferencias y la estructura y dinámica de los hogares, son mediadores esenciales que modelan las opor- tunidades económicas y las decisiones de las mujeres en lo que países, las mujeres ganan más que los hombres. A pesar de esta respecta a su participación en la economía. Estos factores, por 6 ventaja sobre sus contrapartes masculinas, resulta difícil soste- ende, también son determinantes clave del bienestar, y relativi- ner que estas mujeres están mejor, puesto que su mayor salario zan la validez de las evaluaciones de bienestar hechas exclusiva- puede actuar como un desincentivo para seguir adelante con su mente sobre la base de los resultados de las mujeres en el mer- educación, lo que a su vez podría explicar parte de las brechas cado laboral. A medida que el desarrollo progresa y se realizan educativas. avances en el programa de igualdad de acceso –mediante una acumulación de capital humano, normas sociales más tolerantes Éstas y otras conclusiones documentadas en este informe aler- o cambios estructurales en la economía (por ejemplo, cuando tan en contra de una visión mecánica de las relaciones entre los sectores terciario y público adquieren más importancia en la igualdad de acceso y resultados del mercado laboral, y ponen en economía) – el conjunto de opciones disponibles para las mu- relieve que las medidas de participación ofrecen sólo una visión jeres se amplía. parcial del bienestar. También señalan la importancia de en- tender el rol de los factores de mediación que intervienen en el La evidencia y el análisis en este informe establecen un vínculo proceso de toma de decisiones que subyace al comportamiento entre el proceso histórico de integración económica de la mujer económico de las mujeres. y los conjuntos más amplios de opciones con un cambio fun- damental en el paradigma de toma de decisiones de las muje- res.4 Esta transformación paradigmática incluye un cambio en el horizonte de retorno de las inversiones en capital humano de las mujeres y, por consiguiente, inciden en su permanencia en el mercado laboral. También incluye un giro, de acuerdo esferas profesionales han disminuido considerablemente, aun- con los tiempos, en las percepciones de las mujeres, por el cual que las ideas sobre los roles tradicionales en el hogar, que son éstas consideran que su trabajo es una parte fundamental de su menos propensas al cambio, han permanecido relativamente es- identidad, con lo cual se establece una distinción entre empleo tables. En pocas palabras, las mujeres que continúan valorando y carrera profesional. la familia y el cuidado de sus hijos asignan una importancia cada vez mayor al trabajo, de manera que se ha intensificado su lucha Las carreras que antiguamente estaban penalizadas por las nor- para alcanzar un equilibrio entre familia y carrera. mas sociales y/o eran inalcanzables por la falta de educación ahora están al alcance de un número creciente de mujeres en El desafío para la investigación estriba, desde luego, en dife- ALC. Y, como sucede en otras partes del mundo, sus iden- renciar entre preferencias y normas sociales, dado que estas tidades han dejado de estar inequívocamente vinculadas a sus últimas están engastadas en las primeras, aunque experimentos familias. recientes sugieren que las preferencias también podrían reflejar diferencias biológicas más fundamentales, independientemente “Hace unos 15 o 20 años empecé a darme cuenta de que las de las conductas aprendidas y de la temprana socialización (por mujeres universitarias, como grupo, hablaban de su futuro de ejemplo, diferencias en el funcionamiento cerebral). una manera que habría sido impensable para mí cuando yo iba a la universidad. Hablaban franca y abiertamente de Independientemente de la importancia relativa de normas vs. 7 “familiaycarrera� [...] como si no fueran tres palabras sino una.� preferencias, un mensaje fundamental del estudio es el rol críti- (Goldin, 2004, contando su experiencia en Estados Unidos) co que juega la formación de familia en la participación femeni- na en la fuerza de trabajo. La estructura familiar y la dinámica En ALC, en los años sesenta, la condición marital –más que del hogar influyen en la valoración y percepción del empleo en la presencia de niños en el hogar– predecía la condición de la las mujeres como un conjunto de características multidimensio- mujer en la fuerza laboral casi a la perfección. Las mujeres ca- nales, en lugar de una fuente unidimensional de ingresos. Las sadas se retiraban de la fuerza laboral y se convertían en amas características y la dinámica del hogar influyen en su decisión de de casa. Esta dicotomía se ha suavizado en cierta medida desde ingresar a la fuerza laboral, como también su opción de trabajar los años setenta, aunque el matrimonio sigue estando asociado o no, y de trabajar en el sector formal o informal. Las brechas con el abandono significativo de las mujeres de la fuerza laboral entre hombres y mujeres surgen fundamentalmente al principio y estos efectos son mucho mayores –casi el triple– que aquellos de la formación familiar, y es entonces cuando se acentúan las asociados a la fertilidad. Los grandes avances en la participa- que ya existen. ción en la fuerza laboral se concentran entre las generaciones más jóvenes y en mujeres con mayor nivel de educación, las que En realidad, la relación entre participación económica femeni- permanecen cada vez más en la fuerza laboral después de casar- na, desarrollo económico y bienestar se vuelve más compleja se. Las normas sociales desempeñan un papel clave en la ex- plicación de estas tendencias. Como se ilustra en este informe, las visiones discriminatorias en relación con las mujeres en las 4. Goldin 2006. al reconocer que los individuos forman parte de unidades eco- En realidad, un conjunto robusto y creciente de evidencia ha nómicas más grandes –las familias. Cualesquiera sean las ra- rechazado la hipótesis de que las actitudes y preferencias de zones para la formación de la familia –ya sea el resultado de hombres y mujeres y, por lo tanto, sus elecciones– son idén- la evolución, o motivos beckerianos para aprovecharse de las ticas. Por esto, los modelos económicos apropiados para ex- complementariedades del consumo y de las economías de es- plicar la participación masculina en la fuerza laboral han sido cala en la producción de bienes para el hogar, o deseos de tipo adaptados para acomodar las diferencias de género en las de- maslowiano para alcanzar un sentido de pertenencia que poten- cisiones que atañen al mercado laboral. Este informe docu- cia los valores intrínsecos y cumple con las aspiraciones de las menta evidencia de que el comportamiento de asumir riesgos relaciones sociales– las interacciones intra hogar juegan un rol y las preferencias sobre atributos del empleo, por ejemplo, son central para determinar el bienestar, la eficiencia y la equidad diferentes en ambos sexos. Las mujeres tienen mayor aversión de los resultados. El resultado es que definen nuevos márgenes al riesgo que los hombres y están, por lo tanto, menos inclina- para las intervenciones y objetivos de las políticas de género que das a buscar posiciones que impliquen riesgo (físico o de otra reconozcan el contexto del hogar. naturaleza) o que involucren un entorno muy competitivo. Estas diferencias contribuyen a explicar ciertas disparidades El rol sustancial de la familia como mediadora de la participa- observadas en el mercado laboral, desde las brechas salaria- ción económica y el bienestar femenino se debe en gran parte al les hasta las opciones ocupacionales. Sin embargo, los efectos reconocimiento de que los hombres y las mujeres, si bien son de las diferencias de género no se limitan al mercado laboral; 8 iguales en dignidad y derechos fundamentales, difieren en im- también se manifiestan en el ámbito del hogar. Estudios han portantes dimensiones, más allá de las ventajas físicas relativas y demostrado que, en los hogares con ambos padres, cuanto más evidentes de la fertilidad. grande sean los recursos controlados por las mujeres, mayor Efectos marginales: Número de niños y participación Efectos marginales: Matrimonio y participación de la mujer de la mujer en fuerza laboral, por nivel de educación en fuerza laboral, por nivel de educación 0,00 0,00 -0,05 -0,05 Brasil Bolivia Chile Colombia Ecuador México Panamá Venezuela Argentina Costa Rica -0,10 -0,10 Venezuela -0,15 -0,15 Bolivia -0,20 Panamá -0,20 Argentina Colombia Brasil -0,25 -0,25 Ecuador Costa Rica México -0,30 -0,30 Chile -0,35 -0,35 -0,40 -0,40 menos de primaria primaria menos de primaria primaria secundaria superior secundaria superior Fuente: Chioda y Demombynes 2010, Integrated Public Use Microdata Series. Fuente: Chioda y Demombynes 2010, Integrated Public Use Microdata Series. será la proporción del presupuesto familiar dedicado a la ropa, Tendencias históricas en participación de la mujer en la la educación y la salud de los hijos.5 fuerza laboral: casadas vs. solteras (tasa de participación en la fuerza laboral) Por lo tanto, las divergencias de opinión, preferencias y las ven- 100% Hombres casados ALC 90% Hombres solteros ALC tajas comparativas se negocian en el marco del hogar cuando se 80% trata de tomar decisiones respecto a la división del trabajo, las Mujeres solteras ALC 70% responsabilidades del cuidado de los hijos, la producción en el 60% Mujeres solteras EU hogar vs. en el mercado, etc. En algunos casos, las interacciones 50% dentro del hogar pueden producir una especialización eficiente 40% entre los miembros de la pareja, de manera que ambos cónyuges 30% Mujeres casadas EU 20% no tengan el mismo grado de participación en la fuerza laboral. 10% Mujeres casadas ALC En otros casos, la asignación resultante de recursos puede ser 0% ineficiente, lo cual refleja comportamientos no cooperativos. 1890 90 1900 10 20 30 40 50 60 70 80 90 2000 10 20 30 Fuente: Chioda 2011; Integrated Public Use Microdata Series para América Latina y el Caribe y cifras estadounidenses basadas en datos del Censo. Las mujeres en busca de un equilibrio nuido tanto en términos absolutos como en relación con los 9 “Cuando estaba en el trabajo... siempre tenía la sensación de hombres, lo cual ha llevado al surgimiento de una nueva brecha estar defraudando a mis hijas. Pero cuando estaba en casa, de género favorable a los hombres.6 Investigaciones recientes me preocupaba haber dejado sola a mi gente en el trabajo.� también han llamado la atención hacia otra forma de concesión, –Michelle Obama que en este caso se produce a través de las generaciones.7 Bajo ciertas circunstancias, el empleo materno puede estar asociado A lo largo de las últimas cuatro décadas, los cambios sociales con una menor calidad de la salud o con menores resultados han aumentado las oportunidades disponibles para las mujeres. cognitivos de los hijos, sugiriendo que el ingreso adicional no Un marco económico estándar señalaría que estos conjuntos de compensa plenamente por la disminución del tiempo invertido opciones ampliadas tendrían como resultado inequívoco un au- en los hijos, sobre todo durante las primeras y críticas etapas del mento del bienestar. Sin embargo, a medida que los objetivos desarrollo humano. viables y las identidades de las mujeres se amplían, lo mismo su- cede con las oportunidades de compromisos y tensiones entre Estas evidencias ilustran un nuevo conjunto de tensiones y aspiraciones potencialmente enfrentadas, algunas de las cuales de desafíos para las mujeres que, paradójicamente, han sido han sido objeto de atención creciente en la literatura. posibles gracias a cuatro décadas de avances sostenidos. Por A pesar del extraordinario progreso de las mujeres en Estados Unidos a lo largo de las últimas décadas, las medidas del bien- estar subjetivo señalan que la felicidad de las mujeres ha dismi- 5. Doepke and Tertilt 2011. Rendimiento de la participación en la fuerza laboral por educación, matrimonio y fertilidad, para mujeres de 25 a 55 años (expresado en puntos porcentuales probables) Argentina -0,03 -0,09 -0,21 0,06 0,12 0,24 Bolivia -0,01 -0,04 -0,12 0,09 Brasil -0,10 -0,29 0,07 0,26 0,40 Chile -0,02 -0,08 -0,33 0,04 0,19 0,41 Colombia -0,01 -0,04 -0,20 0,02 0,15 0,28 Costa Rica -0,01 -0,05 -0,25 0,06 0,15 0,31 Ecuador -0,01 -0,02 -0,21 0,02 0,21 0,34 México -0,01 -0,06 -0,32 0,08 0,26 0,42 Panamá -0,02 -0,06 -0,15 0,07 0,24 0,33 Venezuela -0,02 -0,02 -0,16 0,09 0,30 0,24 -0,6 -0,4 -0,2 0 0,2 0,4 0,6 0,8 Número de nacimientos Niños menores de 5 (d) Casadas Ed. primaria Ed. secundaria Ed. superior Fuente: Chioda y Demombynes 2010; Integrated Public Use Microdata Series. lo tanto, comprender la naturaleza y las fuentes de las tensio- los países desarrollados, incluso en aquellos países con institu- 10 nes en las mujeres que intentan equilibrar trabajo y familia es ciones favorables para el mercado laboral (por ejemplo, los paí- crucial para las políticas. Hoy en día, las mujeres casadas en ses del norte de Europa). Incluso las mujeres con un alto nivel ALC participan menos en el mercado laboral que sus contra- de educación cuentan con el apoyo de los ingresos del cónyuge partes solteras, y si bien tener hijos en el hogar se asocia con para ajustarse a la reducción de su aporte laboral cuando se co- reducciones comparativamente más pequeñas en la probabi- mienza una familia y/o para decidirse por sectores o empleos lidad de participación, influye en el tipo de ocupación (por donde se renuncia a los beneficios de antigüedad laboral a cam- ejemplo, trabajar en el sector público o privado, o la opción bio de una mayor flexibilidad. por arreglos laborales informales) así como en la intensidad de la oferta de trabajo (por ejemplo, si trabajar tiempo completo Además, el uso del recurso relativamente abundante (como lo o tiempo parcial). puede ser el tiempo) cuando se aprovechan los acuerdos flexi- bles, es similar al comportamiento de las mujeres como res- En términos empíricos, es una tarea difícil establecer si la ad- puesta a transferencias condicionadas de dinero en efectivo. El hesión a los roles tradicionales de género determina estos com- hecho de dar a las mujeres un mayor control de los recursos portamientos, o si, por el contrario, éstos son el resultado de (bajo la forma de ingresos, educación o activos) conduce a ma- una división del trabajo eficiente entre los cónyuges. Es difícil yores gastos en salud, nutrición, educación y vestimenta de los porque las normas sociales sustentan y modelan las preferen- hijos. Por extensión, cuando las mujeres de bajos ingresos de- cias. Sin embargo, se puede tener una idea más clara a partir del dican recursos adicionales a sus hijos, no es sorprendente que hecho de que conductas similares también se manifestaron en el uso de su tiempo (es decir, su aporte de trabajo remunerado) responda a la formación de la familia y que otorguen un valor a ral empezó a estabilizarse en Estados Unidos a finales de los arreglos más flexibles que son más tolerantes con las interrup- años noventa, si bien éstas siguieron avanzando en materia ciones temporales en el trabajo asalariado que exige la crianza de logros educativos. Debido a que a mediados de los años de los hijos. noventa la participación de las mujeres con educación uni- versitaria en la fuerza laboral casi había alcanzado la paridad La lucha por alcanzar un equilibrio entre trabajo y vida es un con la de los hombres, este cambio en la tendencia fue espe- reflejo de la tensión que ejercen las identidades de las mujeres cialmente decepcionante para el movimiento de las mujeres. como madres y trabajadoras, un fenómeno que ha sido deno- El fenómeno fue caracterizado en la prensa popular como minado informalmente como “culpabilidad de la madre�. En una “opción de abandono�8 –impulsado en parte por una re- ALC, los hombres y las mujeres, cuyas ideas acerca de los roles acción negativa del lugar de trabajo que dificultaba a las mu- tradicionales de género han permanecido prácticamente iguales jeres la conciliación de sus identidades duales como ama de desde 1990, tienden a creer que los niños pequeños probable- casa y “mujer profesional�. En la categoría de profesionales mente sufrirán si sus madres trabajan. Sin embargo, las mujeres y ejecutivas, donde los ingresos más altos permitían una ma- más jóvenes y con mayor nivel educativo, tienden a considerar yor variedad de posibilidades, las mujeres se volvieron mas que la identidad de una mujer va más allá de su rol como ama de reacias a compaginar sus roles como ejecutivas y madres, y se casa y que las madres trabajadoras pueden tener relaciones igual mostraron más dispuestas a renunciar al salario y al prestigio de sanas con sus hijos que las madres que permanecen en casa. en aras del tiempo dedicado a sus familias. Es concebible que 11 Estas ideas aparentemente contradictorias entre las mujeres son un fenómeno similar pueda ocurrir en ALC en las próximas precisamente una expresión de la tensión entre los roles e iden- décadas. tidades que ellas se esfuerzan en conciliar. Este sentimiento ha sido bien expresado por Regan Penaluna en Resulta interesante notar un paralelismo, aunque con retrasos, el relato de mujeres “desgarradas� de Walraven (2010): entre las experiencias de las mujeres en la fuerza laboral en ALC y las de las mujeres en Estados Unidos. Concretamente, la evo- “Mis padres nos criaron con la idea de que podíamos ser lo que lución de la participación en la fuerza laboral de las mujeres sol- quisiéramos si nos lo proponíamos, y llegó un momento en que teras y casadas en ALC se ha parecido mucho a la de las mujeres mi hermana se encontró frente a una disyuntiva: quería ser en Estados Unidos, aunque con una diferencia de treinta años. una madre dedicada a su bebé, pero también quería tener éxito Si se proyecta más allá la analogía de la experiencia en Estados como científica. Al igual que muchas madres modernas (y yo Unidos, la historia de las experiencias de las mujeres en Estados me incluyo), no podía dedicarse a una actividad sin sentir que Unidos podría brindar un atisbo del futuro que espera a ALC, estaba dejando de lado significativamente la otra.� un futuro que, debido al ritmo actual de cambio en la región, podría llegar antes de 30 años. Después de un siglo de notables avances en la inclusión en 6. Stevenson y Wolfer 2007. 7. Bernal 2008, y Morrill 2011. la economía, la participación de la mujer en la fuerza labo- 8. Belkin 2003, Wallis 2004, y Story 2005. admisión, pero no en mayores tasas de participación materna en la fuerza laboral. La importante demanda de servicios formales para el cuidado de los niños aparece en gran parte como resul- tado de la sustitución de los arreglos existentes, por lo cual las mujeres que ya estaban en la fuerza laboral cambian de los arre- glos informales del cuidado de los hijos (por ejemplo, arreglos con miembros de la familia ampliada) a la opción del cuidado del niño proporcionado por entes públicos. De la misma ma- nera, como respuesta a la legalización en Argentina del trabajo a tiempo parcial en 1995, un amplio porcentaje de mujeres ca- sadas con hijos pasó rápidamente de un empleo informal a un empleo formal a tiempo parcial, sin efectos apreciables la parti- cipación femenina agregada. Si bien algunos ven con desaliento o con decepción la ausencia de avances en la participación, estos resultados se prestan a una interpretación más optimista. Al Encontrar el equilibrio adecuado entre trabajo y familia es qui- menos en el corto plazo, el acceso al cuidado de los hijos y la zá una de las tareas más difíciles que enfrentan las mujeres en falta de opciones de trabajo flexibles y formales no son obstá- 12 las economías desarrolladas, y un desafío cada vez mayor en culos para ingresar en la fuerza laboral (formal o informal). Sin las economías emergentes. En los próximos decenios, cualquier embargo, estas políticas tienen el potencial de aumentar la PFL aumento de la participación de las mujeres en la fuerza laboral a largo plazo.9 en la región se concentrará de manera desproporcionada entre las mujeres casadas. Si ALC sigue los pasos de Estados Unidos, también podemos esperar que estas tendencias se estabilicen (y El debate sobre las políticas que quizá incluso se inviertan ligeramente). Aún más importan- te, el número de mujeres que intentan equilibrar carrera y fami- Actualmente, el complejo entorno exige a las mujeres equili- lia está destinado a aumentar, de manera que un conjunto de po- brar diferentes roles, identidades y aspiraciones. El empleo, la líticas bien definidas y prospectivas pueden contribuir a aliviar carrera y la familia compiten en la demanda por tiempo y aten- la compaginación de la identidad profesional y la tradicional. ción de las mujeres más que en cualquier otra época y plantean nuevos desafíos, tanto a ellas como a los responsables de las Las evidencias señaladas en el informe en torno a la introducción políticas. Las políticas de género en ALC se encuentran en del cuidado universal de los niños y las reformas del mercado una encrucijada fundamental que exige una ampliación de la laboral ilustran la búsqueda de la mujer para equilibrar trabajo perspectiva de las políticas. y familia. Una conclusión que se repite en diversos estudios en países de ALC y de la OCDE es que la provisión universal del Esto es en gran parte producto del éxito, dado que ha habido un cuidado de los niños invariablemente redunda en altas tasas de progreso sustancial –ampliamente documentado en este estu- dio– hacia el logro de la paridad de género en dimensiones clave do en ALC– surgen nuevos problemas, tensiones y desafíos. en relación con la dignidad humana, especialmente en el acceso Todos apuntan hacia la necesidad de una segunda generación de a los servicios básicos (por ejemplo, salud y educación) y a de- políticas de género, que abarcara todavía ciertos objetivos cuan- rechos humanos fundamentales. Estos logros son bienvenidos titativos (enfocados) en la igualdad de género, pero que también ya que implican principios universales que deberían aplicarse a fuera mucho más allá. todos los seres humanos, independientemente del sexo, la raza, la religión, etc. La evidencia y el análisis presentado en este estudio indican que las mujeres en ALC se enfrentan a demandas que com- Sin embargo, el objetivo de las políticas de igualdad de género piten por su tiempo y energía mientras ellas, por un lado, se en materia de derechos y servicios básicos no se ha alcanzado integran a la fuerza laboral y ven cada vez más el empleo como plena ni uniformemente en la región. Hay todavía mucho te- parte de una carrera (más que como una simple fuente de in- rreno para mejorar, sobre todo allí donde la pobreza crónica se gresos) y, por otro lado, buscan la realización de sí mismas a entreteje con un acceso precario y donde ciertos arreglos insti- través del matrimonio, la maternidad y la familia. Es necesa- tucionales y normas sociales alimentan sistemáticos “obstácu- rio situar estas complejidades en el centro del diseño de las los para las mujeres�. Sin embargo, las mejoras en las circuns- políticas. tancias de las mujeres en ALC a lo largo de los últimos decenios son innegables y requieren una reevaluación y ampliación del Desde luego, no hay una agenda de políticas que sirva para to- 13 enfoque de las políticas. dos y que sea bien adecuada para estas realidades cambiantes de género. Los programas de reforma deben adaptarse al contexto La primera generación de políticas de género en ALC tendió a de cada país. Sin embargo, la evidencia analizada en este estudio establecer objetivos cuantitativos en la paridad de género –cen- señala al menos tres direcciones clave para la nueva generación trándose no sólo en la igualdad de acceso (a la salud, la educa- de políticas. ción y los servicios legales) sino también en la igualdad en cier- tos resultados (por ejemplo, salarios iguales para experiencias “La igualdad más grande es la equidad� –Victor Hugo y capacidades comparables, o igual participación en la fuerza laboral, en las votaciones electorales o en los escaños parlamen- En primer lugar está la necesidad de revisar los objetivos y tarios). Esto es apropiado en la medida en que las sociedades expectativas de las políticas de género. Esto se deriva del están atrapadas en un equilibrio ineficiente y no equitativo ca- reconocimiento de que la igualdad de género en el acceso a racterizado por la discriminación y el abuso de las mujeres. En un contexto como éste, los objetivos cuantitativos de paridad de género para monitorear los logros pueden ayudar a las socieda- 9. Estas políticas pueden influir en la participación laboral femenina en el largo des a liberarse de un status quo injusto. plazo, aumentando la calidad de vida de las madres trabajadoras e implícitamente mejorando la calidad del cuidado de sus hijos. Como resultado, es probable que las hijas de madres trabajadoras también trabajen y que sus hijos muestren una Sin embargo, a medida que mejora la posición de las mujeres y mayor aceptación hacia las mujeres en la fuerza laboral. Este mecanismo operaría a lo largo de generaciones y produciría un efecto multiplicador intergeneracional sus oportunidades y opciones se amplían –como está sucedien- (ver Fernández, Fogli y Olivetti 2004). los servicios básicos y a derechos humanos fundamentales tiene importantes implicaciones para las políticas y da lugar a no se traduce mecánica ni monótonamente en igualdad de un menú ampliado de políticas para abordar los problemas de resultados, tales como el alcance y modalidad de la participa- género. Estas nuevas políticas tienen el potencial no sólo de ción económica de la mujer. Los resultados tampoco son un influir en la equidad del reparto en el hogar, sino también de reflejo perfecto del bienestar. aumentar la eficacia de los instrumentos de las políticas y even- tualmente, elevar la discusión en relación con las implicaciones El rol que se atribuye a las preferencias, las relaciones en el ho- que éstas tienen para el bienestar. Con la notable excepción de gar, las instituciones y los hábitos sociales como factores me- las transferencias condicionadas de efectivo, diseñadas a partir diadores invita a un cambio en la perspectiva de las políticas del supuesto de que el dinero en manos de las mujeres se gasta desde la igualdad de género (parecida a una noción libre de dis- de manera diferente, rara vez se tienen en cuenta en el diseño de tinciones de género) hacia una conciencia de género. A su vez, las políticas las interacciones en el hogar. La riqueza no explo- la conciencia de género trae consigo el énfasis en la equidad por tada de los instrumentos de las políticas (de género) representa encima de la igualdad. Si bien la igualdad implica similitud y, una oportunidad fallida que debe ser corregida mediante la in- por definición ignora las diferencias, la equidad reconoce las di- clusión en el diseño de políticas este mejor entendimiento de la ferencias y las utiliza para facilitar la realización del potencial de dinámica al interior del hogar. cada persona en la mayor medida posible –algo a lo cual aspira la conciencia de género. Como se ha señalado en el informe, en algunos casos las inte- 14 racciones intra-hogar pueden producir una asignación eficiente El énfasis en la equidad crea el escenario para políticas que am- de los recursos, en cuyo caso ambos cónyuges se benefician de plían la libertad de las mujeres, a saber, la libertad de escoger la la cooperación. En esos casos, las intervenciones de las políti- propia identidad y de ejercer esa opción sin enfrentarse a dis- cas estarían justificadas sólo sobre la base de la equidad. A su criminaciones ni tener que sufrir desventajas. Estos principios vez, en los hogares donde no hay cooperación pueden surgir se encuentran en el corazón de la noción que Sen tiene de la resultados ineficientes y/o destructivos, como en el caso extre- libertad como el fin último del desarrollo. La capacidad de una mo de la violencia doméstica, lo cual justifica intervenciones de persona para escoger, hacer y ser puede verse como un determi- las políticas tanto en el terreno de la equidad como de la eficien- nante esencial del bienestar. cia. Este debate destaca el valor que tiene la comprensión de las condiciones que influyen en las posiciones de negociación en el “Si adoptamos la noción de desarrollo como proceso de expan- hogar y que tienen el potencial de disminuir los comportamien- sión de las libertades humanas, lo que permite a las personas tos abusivos y no consensuados. llevar vidas que consideren dignas de vivir es la potenciación de las libertades� –Amartya Sen. Ya estén orientados a las mujeres por diseño o no, cualquier intervención pública que pueda influir en el control de la fer- En segundo lugar, el reconocimiento de que los hombres y las tilidad por parte de las mujeres, de su capacidad para elegir mujeres son sustancialmente diferentes y que sus diferencias un cónyuge con determinadas características y los resultados están mediatizadas por interacciones en el marco del hogar, potenciales y alcanzados en el mercado laboral, etc., pueden influir en las posiciones de negociación de las mujeres en el entre sí. Hay grandes desafíos para la capacidad de las mujeres hogar y, por lo tanto, en la asignación final de recursos. Las de equilibrar sus nuevas identidades con las responsabilidades posiciones de negociación de los cónyuges y sus posteriores tradicionales. Ya se trate de las opciones para el cuidado de los interacciones no sólo se ven afectadas por el control directo hijos o de las oportunidades de empleo a tiempo parcial, entre de cada cónyuge sobre los recursos (ingresos, tiempo u otros), las mujeres que están casadas y/o tienen hijos surge sistemáti- sino también por sus perspectivas fuera de aquella unión, en camente una demanda no cumplida de flexibilidad. Lamenta- caso de que abandonaran el matrimonio. La opción creíble blemente, las instituciones del mercado laboral formal aún se de un eventual abandono – ya sea del acuerdo o de la unión muestran insensibles ante estas realidades. Si bien en ALC se ha misma -- aumenta los incentivos para una conducta no con- logrado algún progreso, aunque todavía limitado, en términos flictiva y respetuosa en las parejas existentes. Por lo tanto, de regulaciones, por ejemplo, sobre las licencias por maternidad estas políticas pueden contribuir a disminuir el riesgo de rela- y la provisión de servicios para el cuidado de los hijos, los con- ciones abusivas y, a la vez, ampliar el espacio en el hogar para tratos laborales formales siguen siendo excesivamente rígidos los miembros de la familia alcancen sus metas Por lo tanto, el en relación con las necesidades de las mujeres. Si bien en el menú ampliado de políticas podría extenderse a reformas que corto plazo esta rigidez no parece impedir a las mujeres ingresar comprendan la provisión de seguro social, la definición legal en la fuerza laboral, demasiado a menudo las mujeres casadas en de uniones informales (por ejemplo, las uniones de hecho) y ALC recurren voluntariamente al empleo informal y cambian sus correspondientes obligaciones parentales, la introducción las protecciones laborales básicas y el progreso en la carrera por 15 de leyes contra la discriminación, cualquier regulación que di- recta o indirectamente afecte a sectores u ocupaciones domi- nados por un género, la modernización de la legislación sobre el divorcio y la potenciación de los derechos de propiedad e incluso del derecho penal. “Equilibrar trabajo y familia es uno de los grandes desafíos de este país. El gobierno quiere cambiar las leyes laborales que obligan a las empresas a contribuir al costo de los servicios de guardería, con lo cual las mujeres son más caras de contratar�. Carolina Schmidt, Ministra del Servicio Nacional de mujeres en entrevista por teléfono. En tercer lugar, este estudio documenta las necesidades de las mujeres de una mayor libertad para escoger sus identidades, lo cual se manifiesta como una demanda no cumplida de flexibili- dad. Esto da un valor agregado a las políticas que ayudan a las mujeres a encontrar un equilibrio entre demandas que compiten la flexibilidad laboral que les permite equilibrar las responsabi- hecho de que los resultados de las mujeres en el mercado laboral lidades familiares. –lo cual incluye la decisión de si trabajar o no trabajar, cuánto trabajar y cómo combinar el trabajo y la familia– son el resulta- La legislación que reconoce las presiones de la maternidad y do de negociaciones no observables en el hogar que dependen de las demandas del día a día de los horarios del hogar, en en una importante medida de las preferencias individuales acer- general, pueden generar importantes rendimientos sociales al ca del trabajo y la familia. permitir a las mujeres realizarse en sus identidades como ma- dres y trabajadoras, aumentando la calidad de su participación Dos mujeres que se encuentran fuera del mercado laboral pue- económica y, por ende, aumentando el bienestar propio y el den estarlo por razones muy diferentes, que una política de del conjunto del hogar. conciencia de género debería detectar. Puede que una haya sencillamente decidido invertir más tiempo y energía en sus Vale la pena señalar que es posible que las consecuencias para hijos mientras se beneficia de los ingresos de su cónyuge. Pue- el bienestar de las políticas arriba mencionadas no se limiten de que la otra prefiera trabajar pero quizá la falta de contratos al corto plazo. Las intervenciones que alivian la carga de las flexibles en el mercado laboral formal le imposibiliten su deseo madres trabajadoras y facilitan el equilibrio del trabajo y la vida de cumplir los roles que desea, tanto en la maternidad como pueden permitir a los padres la posibilidad de una actividad pa- en el ámbito profesional. Los resultados del mercado laboral rental de mayor calidad. Al ofrecer alternativas flexibles que por sí solos no siempre informan acerca del bienestar porque 16 no comprometan los objetivos de la profesión de las madres sólo distinguen de manera imperfecta entre decisiones libres de trabajadoras, se puede atenuar la tensión que ejercen estas con- estorbo y obstáculos institucionales (como la discriminación y cesiones, presentes en la reciente aparición de una brecha en el la rigidez en el mercado laboral, las normas sociales, etc.). En bienestar subjetivo que favorece a los hombres en ciertos paí- este contexto, las políticas pueden jugar un rol garantizando un ses industrializados. Además, recurrir a dichas instituciones entorno sin discriminación y ofrecer un menú más rico de op- para promover un equilibrio sano entre trabajo y familia puede ciones en el mercado laboral que reconozca las concesiones a mitigar algunos de los costos intergeneracionales que puedan las que se enfrentan las mujeres (a medida que las opciones se resultar del empleo materno, en el caso de que la salud y el de- amplían) en la búsqueda de sus objetivos. sarrollo de los hijos se beneficien del tiempo que les dedican sus madres. Por lo tanto, un mensaje clave de este estudio para la formu- lación de políticas tiene que ver con la necesidad de replantear las instituciones y regulaciones del mercado laboral, desde la perspectiva de la conciencia de género que se centra en una fle- xibilidad que potencie el bienestar. Cualquier política destinada a abordar el nuevo conjunto de problemas en relación con las mujeres tiene que lidiar con (e idealmente aprovecharse de) el Referencias Belkin, Lisa (2003). “The Opt-out Revolution,� New York Marshall, Jeffery H. y Valentina Calderón (2006). “Social Ex- Time Magazine. clusion in Education in Latin America and the Caribbean,� Inter-American Development Bank, Technical Papers Series. Bernal, Raquel (2008). “The effect of Maternal Employment and Child Care on Children’s Cognitive Development�. Inter- Morrill, Melinda Sandler (2011). “The effects of maternal em- national Economic Review, 49, pp. 1173–1209. ployment on the health of school-age children,� Journal of Health Economics, 30(2), March 2011, pp 240-257. Doepke, Matthias y Michèle Tertilt (2011). “Does Female Em- powerment Promote Economic Development?� Trabajos de Sen, Amartya (1999). “Development as Freedom,� Oxford discusión IZA No 5637, Bonn. University Press. 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